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De mínimo a mínimo. El lince

Terminado el drama de Kazajistán, hay algunas cosas interesantes que reseñar.

1.- El giro gubernamental hacia el Este es evidente, aunque se cuidará muy mucho de tocar los intereses occidentales al menos hasta que haya una mayor tranquilidad social. Si una de las consignas de los primeros manifestantes fue que se fuese Nazarbayev, el gobierno ahora está limpiando varios departamentos y empresas de la presencia de sus yernos, sobrinos y demás. Se dice que el 55% de toda la riqueza del país está en las manos de este clan oligárquico.

Que es el clan perdedor es indudable. Hasta tal punto que ya se está hablando de recuperar el nombre de la capital, oficialmente llamada Nur-Sultán (en homenaje a Nazarbayev), por el antiguo de Astaná y de que su nombre desaparezca del aeropuerto y la principal universidad. Por el momento no son más que propuestas. Otro dato: desde el día 10 no se oye en ningún medio de comunicación oficial el nombre de Nazarbayev.

No solo es una clara limpieza del clan perdedor, sino un guiño a los primeros manifestantes.

2.- Los oligarcas ya se están retratando y transfiriendo dinero al fondo anunciado por el gobierno «para hacer frente a las necesidades de los ciudadanos». Este fondo ya tiene nombre, «Kazajstan jalkyna» (Al pueblo de Kazajistán) y las primeras entregas, que superan los 20 millones de euros, ya se han hecho. Una muestra de que los oligarcas han visto las orejas al lobo.

3.- Como consecuencia de todo ello, también el gobierno está dando algún paso para contentar a los manifestantes y ha dado uno pequeño: ha parado la privatización de dos centrales eléctricas del país que se habían ofrecido a empresas de los Emiratos Árabes Unidos.

Estamos asistiendo a una política de mínimos en Kazajistán. Pero en otra parte del mundo hay alguien que está también en política de mínimos. Y ese alguien es EEUU y por lo que váis a leer es por lo que agita los tambores de la guerra.

Si el año ha empezado revuelto en Kazajistán, donde EEUU y Gran Bretaña, junto a Turquía, se han llevado un revolcón, en EEUU ha sido peor. Aunque no haya habido fotos ni sesudos análisis.

El 2022 empieza igual de mal para EEUU que el anterior, y ya no está Trump para echarle las culpas. Si el 2021 comenzó con un dólar situándose en el 60’5% del total de las reservas mundiales (61’63 en 2020, 71’93% en 2000) en los primeros tres trimestres ha continuado su baja hasta suponer el 59’15% de todas las reservas monetarias mundiales. Las predicciones del FMI son que en el último trimestre de 2021 haya perdido esas décimas y se quede solo en el 59%. No obstante, el FMI sigue respirando aliviado porque el dólar mantiene su predominancia.

Entre las cosas que dice es que el euro se ha estancado, que otras monedas han aumentado exponencialmente (hasta un increíble 9%) y que los bancos centrales, o sea, los países, «han abandonado el dólar de EEUU de forma gradual». No dice «están», dice «han», es decir, que no es un calentón sino una política decidida y meditada y que continuará en los años que vienen.

 

 

Entenderéis por qué se amenaza, una y otra vez, a los países díscolos con no poder utilizar el SWIFT (que maneja las transacciones en dólares a nivel mundial); por qué esas amenazas, como en el caso de Rusia y China, caen en saco roto (os recuerdo la decisión conjunta de ambos países, tomada en diciembre, de crear una estructura financiera alternativa al SWIFT lo que significa, en la práctica, la unificación del sistema de pagos financieros internacionales chino y ruso) y, en consecuencia, por qué se habla cada vez con más redobles de tambores de guerra. EEUU la necesita como el comer si quiere mantener su hegemonía monetaria (las otras ya han desaparecido hace tiempo, incluso la militar). Aunque, desde luego, no será con Rusia y, si la hubiese, la perderá. Un inciso: supongo que sabéis que Ucrania está en la historia y que los neonazis ucranianos, intentando acelerar el proceso, acusaron a Rusia de un supuesto ciberataque masivo a las estructuras gubernamentales y que eso fue replicado miméticamente por Occidente. Pues bien, ahora Ucrania dice que a lo mejor no han sido los rusos sino los bielorrusos. No sé si merece la pena recordar que los neonazis ucranianos apoyaron a la Juanita Calamidad bielorrusa.

Un dato curioso es que el renminbi-yuan chino sigue subiendo sin estar internacionalizado aún (está en el 2’66%, comenzando el 2021 en el 2’13%), siendo ya la cuarta moneda de reserva global y pisando los talones a la libra esterlina británica. Será en los Juegos Olímpicos de Invierno cuando su versión digital despegue y será la señal de partida para esa internacionalización puesto que serán muchos, atletas, acompañantes y visitantes, quienes la utilicen de forma intensiva.

Es por eso por lo que se redobla la campaña contra la moneda China. ¿Recordáis lo que os conté del espionaje británico anunciando truenos y rayos por el yuan digital en esos juegos? Eran cosas como esta: «En este contexto, China está aprovechando cada oportunidad para proyectar su moneda digital y su esperanza es que los visitantes extranjeros la utilicen de la misma manera que los visitantes nacionales (…) lo que puede tener efectos catastróficos sobre la soberanía de los países de origen de los usuarios extranjeros de la moneda, lo que se hará más evidente con motivo de los Juegos».

Bueno, pues no es solo Gran Bretaña la que asusta. Haciéndose eco de esta patraña, ahora son Bélgica y los Países Bajos quienes insisten en ello también. La UE ha abierto la veda y pronto veremos a otros países diciendo las mismas tonterías a medida que se acerque la fecha de los juegos.

En este contexto, ayer China e Irán anunciaron conjuntamente que se inicia de forma oficial la implementación del plan integral de cooperación de 25 años que firmaron en julio de 2020. Lo interesante es que es otra loseta más que se pone en el camino hacia la internacionalización del yuan puesto que Irán pone en pie de igualdad a la moneda china con el euro en sus transacciones comerciales (desde que EEUU se retiró del acuerdo nuclear e impuso las sanciones, ilegales según el derecho internacional, ya no utiliza el dólar). Hasta ahora una parte importante de las ventas de petróleo iraní a China se hacen en yuanes, a partir de ahora será la totalidad. Y eso va afectar, sí o sí, al petrodólar.

Y, para terminar, el comercio chino con los países que se han integrado en la Nueva Ruta de la Seda ascendió en 2021 (con la pandemia activa, no hay que olvidarlo) a 690.000 millones de euros. Casi una vez y media más que el comercio de China con la UE. Una pequeña parte, aún, de esa cantidad y de ese comercio se ha hecho en las monedas de los países pero las expectativas son que para este año se alcance un 15%. Un dato: el 2022 ha comenzado con tres nuevos países sumándose a esta Nueva Ruta de la Seda: Cuba, Nicaragua y Siria. Tres países sancionados por Occidente, tres países que irán alejándose del dólar con mayor rapidez aún.

Recordad el informe del FMI diciendo que los países «han abandonado el dólar de forma gradual». La tendencia es ya irreversible.

(Publicado en el blog del autor, el 18 de enero de 2022)

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