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La pseudorrevolución de la llamada Rojava

Tras la caída del Imperio otomano

Francia y Gran Bretaña en previsión de la victoria en la IGM sobre la Triple Alianza a la que pertenecía el Imperio otomano, acordaron ya, a media guerra, en 1916, un primer proyecto de reparto colonial de los dominios otomanos en el Oriente Medio, plasmado en el Acuerdo de Sykes-Picot. Finalizada la guerra, en el Tratado de Sèvres de agosto de 1920, se hicieron realidad y se plasmaron básicamente los Acuerdos de Sykes-Picot, aunque con ciertas modificaciones. El Tratado de Sèvres, representó por una parte, el fraccionamiento de lo que había sido la Siria histórica, el País de Sham, de la que formaban parte la Siria actualmente conocida, Líbano, Palestina y Jordania, para incorporarlas en los Mandatos de Francia y Gran Bretaña. Así la Siria actual y Líbano quedaron bajo el Mandato francés y Palestina y Jordania bajo el Mandato inglés. A este último se le añadió lo que pasó a llamarse Irak, que era la suma de los Vilayet (provincias otomanas) de Bagdad, Basora y Mosul (Kurdistan iraki).

El presidente norteamericano Woodrow Wilson era especialmente sensible al tema de los kurdos y armenios y otras minorías y quiso darle una solución al problema por lo que ordenó la constitución de lo que sería la comisión King-Crane para verificar la ubicación exacta de dichas poblaciones. En función del resultado de las investigaciones de esta comisión se incluyó en el Tratado de Sèvres la independencia de Armenia en el territorio histórico de los armenios en el nordeste de Turquía (que en breve plazo se anexionara a la Armenia que se había independizado de Rusia en 1918) y se acordó la creación de una comisión para la redacción en 6 meses a partir de la aprobación del Tratado de Sèvres de una autonomía para los kurdos en el sureste de Turquía. Una autonomía que  podría convertirse en independencia si así lo manifestaba la mayoría de su población en un año. Al mismo tiempo, con la eventual independencia de los kurdos en el sureste de Turquía se acordaba abrir la puerta y reconocer una posible adhesión a esta independencia del Vilayet de Mosul, del Kurdistan iraquí, si así lo deseaba su población.  A esta normativa del reconocimiento de Kurdistan y Armenia se incluía la exigencia del reconocimiento de otras minorías en su seno, como los asirios por ejemplo, y el compromiso de Turquía de respetar estas decisiones.

El desmembramiento de Siria se verá agravado con la política de división que a su vez practicaron ambos Mandatos para controlar mejor a sus poblaciones, de manera que el Mandato francés creó dentro de su jurisdicción el Gran Libano como estado separado del resto, y se crearon también divisiones entre los alauitas, drusos y sunitas. En el Mandato inglés se estableció una división clara entre Palestina y lo que al principio era Tansjordania y luego Jordania, además de la división con el nuevo estado de Irak. Para los kurdos, al igual que para los armenios, fue una oportunidad histórica en principio, pero que luego se frustrará como veremos, en el Tratado de Lausana. En cualquier caso es de destacar, que los kurdos sirios no son contemplados en el proyecto de autonomía kurda del Tratado de Sèvres, precisamente por su poca entidad corroborada con las propuestas de la comisión King-Crane,  basando el proyecto en los kurdos de Turquía y de Irak. Tampoco  son contemplados los kurdos sirios en las divisiones que realizó en su jurisdicción el Mandato francés, que no incluye a los kurdos cuando sí incluye por ejemplo a los drusos, o a los alauitas. Este Tratado de Sèvres  hace referencia lógicamente a los kurdos  procedentes del Imperio Otomano y no a los kurdos del Imperio Persa, separados históricamente del resto por las fronteras de ambos Imperios enfrentados.

Mapa del Tratado de Sèvres

Frente a la decadencia  del Imperio Otomano había surgido por otra parte un fuerte movimiento nacionalista turco  impulsado por los llamados “jóvenes turcos” en pro de reformas modernizadoras y de un Estado turco laico e independiente. La derrota en la IGM y el Tratado de Sèvres fueron la gota que colmó el vaso. El líder militar Mustafá Kemal participante del movimiento de los jóvenes turcos, se enfrentó al Tratado de Sèvres por lo que concebía como concesiones territoriales a las potencias imperialistas y a los grupos nacionalistas no turcos, forzando con sus campañas militares contra armenios, griegos…el Tratado de Lausana de 1923, en donde desaparecían las autonomías armenia y kurda y se creaban las bases de lo que sería la República Turca. En el Tratado de Lausana se consagró la división de los kurdos procedentes del Imperio Otomano en tres estados.

Los “jóvenes turcos” en su afán nacionalista proturco veían con malos ojos las minorías cristianas (armenios, griegos pónticos y asirio-caldeos) así como a los yazidíes, al igual que lo hizo el ISIS, realizando una gran masacre entre ellos. Las matanzas contra estas minorías las inicia el sultán Abdulhamid II que pretendía crear una Turquía islamista homogénea. Pero en estas matanzas como en las posteriores los kurdos jugaron un papel importante. De hecho, durante el otoño de 1895, los HAMIDIYE kurdos –regimientos tribales de caballería ligera al servicio del sultán Abdulhamid II- participan en las masacres armenias y de otros grupos cristianos –las “matanzas hamidianas”, con entre 80000 y 300.000 víctimas-, y de 1915 hasta 1923, de nuevo jefes tribales y notables kurdos se alían a los jóvenes turcos para realizar una gigantesca matanza de armenios y otras minorías (entre 1,2 y 1,5 millones de muertos). Sucedió además que estaba de por medio el control de las tierras de los armenios sobre todo, pero también de los asirios. Con la matanza de los armenios iba muchas veces aparejada la apropiación de sus tierras, de manera que muchas tierras y territorios ocupados por los kurdos son en realidad armenios. Junto con las matanzas iban acompañados con frecuencia trabajos forzados, robos, violaciones, deportaciones de hombres, mujeres, niños y ancianos y privaciones de alimentos y de agua.

La llamada Rojava

Las realidades demográficas, económicas, sociales, culturales y políticas kurdas de cada Estado en que están divididos los kurdos, tienen unas características propias, y están muy condicionadas por la historia de cada uno de estos grupos y por las respuestas que ha dado cada Estado al tema kurdo. Los kurdos tienen, a diferencia de en Siria, una presencia y una entidad importantes en Turquía, en Irak y en Irán, que vienen avaladas incluso por las diferentes rebeliones kurdas que se han producido en estos Estados. Así, en Turquía se han producido entre otras, las rebeliones de Cheik Said en 1925, la de la República de Ararat en 1927-30, en Dersim 1936-38 y la iniciada por el PKK en 1984 y que sigue todavía de alguna manera. En Irak, se producen las revueltas de Cheik Mahmud Berzenji en 1919, 1923-24 y 1931,  la resistencia dirigida por Mustafá Barzani entre 1943-46 primero y luego en otra fase desde 1961 a 1975 y posteriormente se produce  la rebelión de los kurdos irakies en la guerra Irak-Irán de 1980-88 sofocada mediante el uso masivo de armas químicas conocido como de Anfal entre 1987-1989. También está la rebelión con ocasión de la II Guerra del Golfo de 1991, igualmente sofocada. En Irán, se suceden las rebeliones lideradas por  Jafar Agha en 1905, la liderada por su hermano  Ismail Agha Simko en 1921, la creación de la República autónoma de Mahabad en enero de 1946 liderada por Qazi Mohamed que dura solo 11 meses y posteriormente surge en 1967 el movimiento armado kurdo liderado por Abdulrahman Ghasemlu.

Lo de que el norte de Siria (la llamada Rojava) ha sido siempre kurdo y básicamente kurdo, es una total falacia. La población originaria kurda se ha concentrado y se concentra en diversos núcleos separados (Hasaka, Afrin, barrios de grandes ciudades como Alepo y Damasco y en otras poblaciones menores) intercalados por poblaciones árabes y de otras etnias, y por tanto sin constituir un continuo territorial nacional homogéneo, como sí existe sin embargo en los países vecinos. En esta zona del norte  los kurdos han convivido con árabes, armenios, asirios, turkmenos, caldeos, circasianos y otras minorías, que son los que  globalmente constituyen mayoría, salvo como decíamos, en ciertos puntos concretos aislados donde sí han sido mayoría relativa los kurdos.

Zonas habitadas por kurdos en 1992, según la CIA

Una gran parte de la población kurda siria es de origen emigrante como lo es el de muchas de las minorías existentes en el norte de Siria. Son el fruto de diversas oleadas inmigratorias causadas por las matanzas turcas (armenios y asirios), por las persecuciones religiosas y la represión de las diversas revueltas kurdas producidas. Ya los franceses en el Mandato ubicaban a las diferentes minorías emigrantes en las fronteras turco-sirias, para estabilizar éstas frente a los frecuentes ataques turcos y para rentabilizar económicamente la zona, impulsando la agricultura, la artesanía y frenando el nomadismo. De hecho, en bastantes lugares del Norte de Siria, los armenios y los asirios eran habitantes más antiguos que los kurdos, como es el caso del mismo Kobane y Qamishli, que tenían poblaciones armenias y asirias antes de la llegada de los kurdos.

Una nota de la primavera de 1931 dirigida al Alto Comisariado francés muestra la gran proporción de armenios y asirios que había en diferentes poblaciones de Hasaka. Los servicios catastrales del Alto Comisariado francés publicaron en 1941 las cifras de la población de Jazira con el reparto de entre kurdos, cristianos, árabes y judíos. Según sus datos había un 24,36% de cristianos, 40,4% de kurdos, 34,5% de árabes y una muy pequeña proporción de judíos, lo que significaba que los no kurdos representaban el 60%.

En esta mezcla abigarrada e inseparable de pueblos, culturas y religiones, es imposible pensar en la creación de autonomías o independencias nacionales separadas, sin practicar como se hizo en Bosnia y en parte en Croacia, limpiezas étnicas brutales conducentes a imposiciones, deportaciones, marginaciones y matanzas. Y es lo que en realidad están haciendo ahora los kurdos del YPG/FDS sobre el resto de poblaciones del norte de Siria, cuestión agravada teniendo en cuenta que la Rojava la han extendido nada menos que a todo el Este del Éufrates, donde históricamente no hay ni un solo kurdo.

Una de las cuestiones  más polémicas de la política del Estado sirio sobre el tema de los kurdos está en lo del famoso censo de 1962 en la provincia de Hasaka con el que se privó de la ciudadanía a unos 120.000 kurdos, haciendo una diferencia entre los considerados ciudadanos sirios de pleno derecho, los considerados apátridas (privados de algunos derechos) y los “sin papeles” o “majtumin” (sin prácticamente derechos). Fue una mala solución al necesario encaje entre las diversas culturas, la árabe mayoritaria y la kurda y otras culturas minoritarias, que ha seguido coleando bastante tiempo, hasta que se ha producido un desagravio del mismo, mediante la concesión de la nacionalidad siria a 262 000  kurdos en abril de 2011. Fue una postura que se contradice además con la postura de acogida que ha tenido Siria respecto de los inmigrantes kurdos y cristianos perseguidos por Turquía o Irak, y con el apoyo prestado por Siria al PKK kurdo de Turquía y a la lucha de los kurdos en Irak.

Apoyo del Estado sirio a los kurdos

De hecho con Hafez al Assad, entre 1970 y 2000, no solamente se ha acogido a los kurdos sino que se les ha dado apoyo político y militar. Desde el comienzo de los años 70, el Gobierno de Damasco apoyó la guerrilla kurda en Irak y después en Turquía. Bases del PKK fueron instaladas en el valle de la Bekaa libanés bajo control del gobierno sirio, mientras que Damasco estuvo protegiendo y alojando  al líder del PKK Öcalan desde 1980 hasta 1998. El norte de Siria se convirtió en centro de operaciones y en uno de los mayores viveros del PKK con la complicidad del gobierno de Assad, permitiendo que los kurdos pudieran optar entre hacer  el servicio militar en Siria o luchar en el PKK en Turquía. Asimismo, los partidos kurdos de Irak pudieron abrir representaciones en Damasco y utilizar Siria como vía de paso hacia el Kurdistan iraki. El 9 de octubre de 1998, como consecuencia, en razón del apoyo sirio al PKK, de fuertes presiones políticas y económicas incluida la amenaza militar por parte de Turquía, aliado entonces militarmente con Israel, el Gobierno de Siria le solicitó a Öcalan que abandonara el país, lo cual fue comprendido por Öcalan como lo manifestó  desde su prisión de la isla de Imrali en Turquía.

El proyecto llamado de “Cinturón árabe” elaborado en 1966, como derivación del censo de 1962, fue un proyecto supuestamente para “arabizar” a los kurdos en el norte sirio, aunque se presentó como un plan de establecimiento de nuevas explotaciones cooperativas agrícolas, y que no tuvo apenas plasmación concreta siendo abandonado en seguida, a primeros de los años 1970. La realidad es que no se llevaron más que 4000 familias al norte que implantaron una serie de granjas para rentabilizar la zona.

Lo que sí sucedió en esa época que se inicia en 1973,  fue el segundo enfrentamiento del Estado sirio con los amenazantes y violentos Hermanos Musulmanes que querían imponer la Sharia en la Constitución y el país, creando un estado de terror, de atentados y de asesinatos, asaltando la Academia del Ejercito y asesinando a más de un centenar de cadetes…. En esta lucha el Baas se alió con las minorías sirias –kurdos, drusos, y cristianos fundamentalmente-.. porque todos ellos eran firmes defensores de la multiconfesionalidad religiosa y contrarios a la imposición de una religión sobre las demás y que se convirtiera en el principio rector del Estado. Fue una alianza que dio además más alas al desarrollo de las lenguas y las culturas minoritarias, incluida la kurda y que no fue coyuntural, porque tras la victoria sobre los Hermanos Musulmanes en 1982, continuó, como hemos visto, el apoyo a las luchas kurdas y al PKK.

El único enfrentamiento reseñable producido entre el Gobierno sirio y los kurdos, antes de la guerra iniciada el 2011 por el imperialismo, fue la llamada revuelta de Qamishli en marzo de 2004. Entre 2003 y 2005, el movimiento kurdo fue reactivado como consecuencia de los cambios producidos en el Kurdistan iraki en relación a la invasión norteamericana a Irak en 2003.  Así, hubo una explosión de violencia el 12 de marzo de 2004 en Qamishli suscitada por la actitud provocadora de los hinchas del equipo de Deir Ez Zor que venían a jugar contra el equipo local, profiriendo insultos contra los líderes kurdos de Irak (que fueron unos colaboracionistas con los norteamericanos) y enarbolando retratos de Saddam Hussein. Un hecho que trajo consigo manifestaciones durante varios días y cargas contra las mismas por parte de la policía.

Iniciada la guerra de agresión contra Siria en marzo de 2011, los kurdos se mantuvieron neutrales, defendiendo el lema de “ésta no es nuestra guerra”. El Gobierno de Siria retiró sus tropas de los enclaves con importante presencia kurda del norte de Siria como eran Afrin, Kobane y Hasaka, salvo unas guarniciones en Hasaka, en cierto modo por necesidades de guerra en las grandes ciudades y en cierto modo contando y delegando en los kurdos la defensa del territorio del norte frente a los yihadistas. Los kurdos pudieron organizarse autónomamente y crearon un Comité Supremo Kurdo (KSC) como órgano central de gobierno de los cantones con presencia kurda.

Creación de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS)

La batalla de Kobane  (13 septiembre 2014-15 marzo 2015) entre las fuerzas del YPG con el ISIS fue el inicio de la deriva de los kurdos sirios y de su sumisión al imperialismo norteamericano. Fue al mismo tiempo el comienzo del gran teatro de guiñoles orquestado por los EEUU en la guerra de Siria, en el que los EEUU asisten militarmente y con apoyo aéreo a los kurdos para hacer frente al ISIS creado recientemente por los mismos EEUU (al igual que había creado anteriormente Al Qaeda y las otras fuerzas yihadistas) como nueva fuerza de refuerzo  para balcanizar Siria y debilitar, privar de sus recursos y derrocar el Gobierno de Siria. Fue una dura batalla en la que el ejército sirio no pudo ayudar por tierra a los kurdos por la inmensa barrera territorial del ISIS que estaba de por medio y se lo impedía, y porque en aquel momento solo pudo dar un pequeño apoyo aéreo porque apenas disponía de aviación.

El año  2015 fue el peor año de la guerra para Siria con grandes pérdidas territoriales y humanas debido al gran empuje del ISIS sobre todo. Pero hubo un factor que cambió radicalmente las variables de la ecuación, y fue la entrada en escena el 30 de septiembre de 2015  de Rusia con su aviación a petición del Gobierno sirio. La entrada en acción de Rusia, empujó a los EEUU a plantearse la creación en octubre del mismo año, tras la batalla de Kobane, de una alternativa complementaria al ISIS, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). Las FDS compuestas básicamente por kurdos de YPG incorporan yihadistas del ESL para crear un combinado con apariencia más universal, más siria, menos kurda,  y poder ir sustituyendo al ISIS en el Este del Éufrates, objetivo territorial marcado por los EEUU para las FDS,  para cumplir las mismas funciones que el ISIS, pero con una cara menos bárbara, con una cara incluso “progresista”, susceptible de lograr el apoyo de las izquierdas neoliberales supuestamente progresistas de Europa y Occidente.   Tras la creación de las FDS vendrá en diciembre del mismo año la del Consejo Democrático Sirio, el ala política de las FDS.

Colaboración USA y FDS

La operación de creación de las FDS vino también en el entorno de la descarada traición de personajes como Saleh Muslim, que había ya contactado hasta por dos veces con Hollande y el propio Erdogan en Paris, y a quienes se les destinaba como lideres de la Rojava al servicio de EEUU/OTAN de la Siria post Assad tras el “cambio de régimen” que habían planificado. Otro de los líderes traidores del mismo estilo era Aldar Khalij, que sería unos de los creadores de la “Federación Democrática del Norte de Siria” en marzo de 2016, y quien firmó públicamente un pacto político-militar en septiembre de 2016, con Ahmad al-Jarba, activo de Arabia Saudi en Siria, y quien fue presidente del Consejo Nacional Sirio, brazo político del grupo terrorista Ejercito Sirio Libre.

Las FDS ocupan el este del Éufrates

La trayectoria de las FDS, tras un pequeño avance hacia Manbij en el norte, se estrenará y demostrará su verdadero carácter,  con la primera invasión turca en el norte de Siria, la del “Escudo del Éufrates”, iniciada el 24 de agosto de 2016 y que duró hasta el 29 de marzo de 2017. La entrada de los turcos entre Azaz y Jarabulus se desarrolló en su línea, para ir ocupando territorio del norte de Siria, parte de su plan expansionista, y para cortar la comunicación kurda entre Afrin y Kobane, bajo la excusa de enfrentarse al ISIS. Los turcos vinieron apoyados por grupos yihadistas del ESL, produciéndose con el ISIS únicamente un intercambio pacífico de banderas. Pero también tuvieron apoyo aéreo de los EEUU, seguramente para lavarse la cara ante Turquía por su implicación en el  que era el reciente golpe de estado sufrido por este país el 16 de julio de 2016. Los kurdos de las FDS tuvieron un conato de resistencia que quedo en nada, ante las advertencias, primero de Turquía de que se desplazaran al este del Éufrates, y las amenazas, después, de los EEUU de que no se enfrentaran a los turcos y se fueran al este del Éufrates, si querían seguir recibiendo su apoyo político y militar. A lo cual las FDS obedecieron sin rechistar.

A partir de aquí, la trayectoria militar de las FDS, fue siguiendo  los designios de los EEUU,  el de ir ocupando todo el este del Éufrates, el de ocupar territorios sirios que no eran ni remotamente kurdos, el de privar a Siria de una parte importante de sus recursos petrolíferos, gasíferos, acuíferos y cerealísticos y el de fraccionar Siria, debilitarla y tratar de derrumbarla. Todo bajo el eufemismo de luchar por una Rojava(¿) “libre” dentro de una Siria “democrática”, “libre”, “autogestionada”, “feminista” e “igualitaria”. En realidad para realizar una “obra evangelizadora” al estilo de los españoles en América, de pura y simple conquista, y de limpieza étnica.

Se hicieron con Tabqa, la mayor presa de Siria, fundamental para los regadíos y producción de electricidad. Planearon conquistar Raqqa, contra la oposición expresa del Gobierno sirio, para llevarse el prurito de haber conquistado la capital del ISIS, en una campaña iniciada cuando la batalla de Alepo para impedir la presencia del Ejército Árabe Sirio (EAS). Al de poco de iniciada la batalla de Raqqa, fue suspendida de la mano de EEUU y con el consentimiento de las FDS, siempre a sus órdenes, para posibilitar que los yihadistas del ISIS pudieran dirigirse a recuperar Palmira como venganza por la toma de Alepo. Fue una campaña que arrasó  la ciudad  ocupándola después, para evitar que los 160.000 árabes desplazados volvieran a la ciudad, realizando una auténtica limpieza étnica. Asimismo se permitió una fuga masiva consensuada entre EEUU y las FDS de militantes del ISIS con sus armas y familias.

Durante el asedio de Deir Ezzor. Mapa 1 agosto 2017 (amarillo: FDS; gris: ISIS; rosa: EAS; verde: Al Qaeda/USA)  (Deir Ezzor punto rosa dentro del gris del ISIS)

Tras asedio Deir Ezzor. Mapa 16 septiembre 2017 (liberación del asedio, 5 septiembre 2017)

Durante el durísimo asedio por el ISIS de fuerzas del EAS y civiles en la ciudad de Deir Ezzor que duró tres años, de 2014 a 2017, las FDS, no solamente no movieron un dedo en apoyo, sino que secuenciaron sus avances para ir un paso por delante del EAS siempre por la parte este del Éufrates, para evitar que el EAS pasara al otro lado. Frenaron el frente de Deir Ezzor en la línea paralela a la frontera con Irak durante todo un año, para mantener vivas las fuerzas del ISIS e incrementar el desgaste sirio,  en tanto que el EAS llegaba a liberar la ciudad tras afrontar el durísimo nudo de resistencia de Akerbat (en los límites de Hama y Homs) y atravesar un amplio territorio. Nada más liberada la ciudad por el EAS las FDS establecieron una carrera loca, en forma de cuña y de canal, hacia los pozos de petróleo y gas de Deir Ezzor, para llegar antes que el EAS, dejando a los lados grandes bolsas intactas del ISIS, siempre como ejercito de reserva para enfrentarse al EAS. Lo mismo sucedió en Hafin, uno de los últimos reductos del ISIS en la frontera con Irak y cerca de Albu Kamal, donde alargaron la batalla artificialmente durante más de un año para dejar rienda suelta al ISIS para desgastar al ejercito sirio mientras obstaculizaban la comunicación terrestre entre Siria e Irak, otro de los objetivos.

Segunda y tercera invasión turca del norte de Siria

Ante la segunda invasión turca en el norte de Siria, en Afrin,  la denominada operación “Rama de olivo”, que se produjo del 20 de enero de 2018 al 18 de marzo de 2018, seguramente por el malestar turco por los avances de las tropas sirias contra el ISIS en Siria, el ejército sirio estaba dispuesto a apoyar la resistencia reclamada por numerosos sectores kurdos, con la condición de que se reconociera por parte de las FDS que actuaba como el representante de la Siria de la que formaba parte Afrin. La mayor parte de las bases de YPG estaban de acuerdo con ello y reclamaban la presencia del ejército sirio, pero no así los mandos de las FDS. Por lo que la salida fue el envío de las milicias paralelas del ejército sirio, las NDF, a Afrin a defender a los kurdos frente a la invasión turca y dejar pasar por territorio bajo control sirio a los posibles refuerzos de las FDS que pudieran venir del frente del Este. Pero estos refuerzos no llegaron nunca porque se lo impidieron los EEUU, su valedor y jefe, ya que no querían un enfrentamiento con su también aliado turco. Todo lo que se contó de que el gobierno sirio y Rusia habían  pactado con los turcos la invasión,  fueron puras patrañas porque Siria denunció la invasión y nunca ha admitido que fuerzas extranjeras, sean las que sean,  ocupen su territorio y vulneren su soberanía, y porque Rusia, había tratado de convencer a los turcos de paralizar la invasión pero no pudo, pero  no estaba dispuesta como es lógico a un enfrentamiento militar directo con una potencia de la OTAN, por las enormes implicaciones que eso supone.

La tercera invasión turca en el norte del territorio sirio, la campaña denominada esta vez “Manantial de paz”, se realizó el 9 de octubre de 2019, tras el anuncio de Trump de la retirada de las tropas de los EEUU de Siria. Erdogan anunció, la amenaza que había repetido  unas cuantas veces, la de ocupar toda la frontera siria con Turquía hasta Irak en una profundidad de 30 kilómetros. Como resultado de la amenaza y del inicio de la invasión real por la zona de Tel Abyad y Ras al Ain,  se produjo un estado caótico. Los EEUU hacían cada día declaraciones diferentes y contradictorias, amenazando a los turcos por una parte con medidas económicas contundentes si seguían con  el proyecto, prometiendo a los kurdos su respaldo, pero exigiéndoles como querían los turcos que retiraran sus armas pesadas y sus trincheras de la frontera. Por otra parte cundió el pánico entre los kurdos porque no se veían capaces de enfrentarse a la maquinaria bélica pesada y aérea de Turquía, por lo que pidieron ayuda a Siria. La invasión se frenó con un acuerdo ruso-turco el 22 de octubre de 2019, en el que se reconocía la presencia de tropas sirias y rusas en la frontera siria, en una profundidad de varios kilómetros, para asegurar la no presencia militar kurda, mediante la realización de convoyes de vigilancia, y a excepción del territorio fronterizo entre Tel Abyad y Ras al Ain, que quedaba provisionalmente bajo control turco. Un acuerdo kurdo-sirio permitió la extensión inmediata de tropas del ejército sirio para garantizar la seguridad de los kurdos en diversas localidades como Kobane, Tabka, Raqqa, Manbij, Tal Tamer y zonas de Hasaka…Parecía que se abría una coyuntura interesante de reconciliación y negociación entre kurdos y sirios, pero los hechos posteriores van a demostrar, que los EEUU siguen controlando lo que hagan los kurdos, y que han tratado de involucrarlos a estos en sus propósitos en contra de Siria y de ellos mismos. El ejército norteamericano por su parte, no se retiró de Siria, se retiró de algunas de sus bases para concentrarse en las zonas que más le interesaban, que eran las zonas petroleras y gasíferas de Hasaka y Deir Ezzor.

Limpieza étnica en Rojava

Según  activistas y habitantes de la zona y diversos estudios, los kurdos están llevando a cabo en la llamada Rojava, especialmente en la región de Hasaka, una operación de limpieza étnico-ideológica, donde las FDS están expulsando a sus habitantes autóctonos, robando sus casas y sus propiedades, apoderándose de la industria y el comercio local, especulando con los precios de los alimentos en las áreas que controlan, cambiando los nombres árabes de los pueblos, imponiendo su educación, su idioma, su curriculum  y su cultura en los colegios y en las calles o secuestrando a los más jóvenes para entrenarlos militarmente y obligarlos a unirse a sus filas. El conjunto del Este del Éufrates, poblado por pueblos y tribus  cuasi totalmente árabes ¿habría que llamarlo Gran Rojava?, lo han integrado en una nueva institución llamada “Administración Autónoma del Norte y Este de Siria” que es gestionada por  las FDS de una manera absolutamente segregacionista, sectaria y autoritaria, y donde  la inmensa mayor parte de su población queda fuera del acceso a las elecciones y órganos de gestión, siempre al servicio de política de las FDS  que es en definitiva la que imponen los norteamericanos.

Protestan en Deir Ezzor contra “robo de petróleo” por kurdos

Algunas conclusiones

Resumiendo, hay que decir que las FDS-YPG están actuando como mercenarios y cipayos de los norteamericanos y sus aliados, armados y financiados por ellos y que al igual que el ISIS y otras fuerzas yihadistas, están actuando por la destrucción de Siria, por su fraccionamiento, por un “cambio de régimen” al servicio del imperialismo y por obstaculizar la reconstrucción del país.

Han permitido y permiten la presencia de bases militares de ocupación y el robo manifiesto y públicamente proclamado de recursos que están realizando los norteamericanos, de cuyos beneficios están participando sin rubor,  e igualmente  participan de las masacres y agresiones que sistemáticamente realizan las fuerzas invasoras contra el ejército sirio y los civiles discrepantes en el este del Éufrates. En el colmo del despropósito, se creen que bajo la tutela del imperialismo norteamericano van a lograr algo que no sea convertirse en un protectorado norteamericano o en otro Israel, o que bajo esa misma tutela van a poder realizar una pretendida revolución libertaria. Su constante práctica segregacionista y asimilacionista, de limpieza étnica sobre las otras minorías y etnias como los armenios, asirios, turkmenos, árabes, caldeos y otros, demuestra que toda su palabrería sobre el Confederalismo Democrático es pura fachada, pura retórica vacía.

Y para terminar de redondear el círculo, clama al cielo que haya gente pretendidamente de izquierda, de izquierda neoliberal habría que llamarla quizá, por llamarla de alguna manera, que apoye ciegamente los juegos criminales del imperialismo,  emulando a la gente que en su día apoyaba a los kibutz israelíes, supuestamente en defensa de la autoorganización y del trabajo cooperativo, pero en tierras robadas y ocupadas a los árabes nativos, a los palestinos, y al servicio de la maquinaria represiva, supremacista, racista e imperialista de lo que era y sigue siendo Israel.

Hoy son cada vez más los sectores de gente del norte de Siria y del este del Éufrates, que están hartos de la presencia y ocupación extranjeras, tanto turca como sobre todo norteamericana, del expolio que están realizando en sus tierras y de la labor de colaboradores y represores que están ejerciendo las FDS. Hastío que se está mostrando cada día mediante manifestaciones, declaraciones y atentados y que se está expandiendo a gran velocidad, reclamando la vuelta del Gobierno a esas tierras.

Ya lo decíamos, en Siria quedan problemas por solucionar y resolver, también el problema del encaje entre las minorías étnicas entre si y en el conjunto de Siria. Pero eso significa participar positivamente en el proceso negociador en marcha y en la comisión constitucional constituida al efecto  a partir de Sochi –en la cual por cierto se negaron a participar los kurdos- rompiendo toda atadura con el causante de todos los problemas, el imperialismo norteamericano y sus satélites.


(Artículo publicado en «La Comuna», el 20 de octubre de 2020)

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