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Venezuela, rumbo al Bicentenario

Entrevista exclusiva a Luis Primo, coordinador por Europa de la Plataforma de la Clase Obrera Antimperialista (PCOA)


En el marco de la Plataforma Obrera Antiimperialista (PCOA), uno de los ejes del Congreso Bicentenario de los Pueblos del Mundo, entrevistamos al compañero Luis Primo, coordinador del movimiento obrero y popular europea.

¿Cuál fue su trayectoria política y cuál es su papel en el proceso revolucionario?

Bueno soy activista político y luchador social en el movimiento obrero-sindical venezolano; fui Secretario General del Sindicato de Trabajadores del Metro de Caracas (SITRAMECA) desde 1987 hasta 1997. Con un grupo de compañeros fundamos el Frente Nacional Constituyente de Trabajadores en 1999 y después la Fuerza Bolivariana de Trabajadoras y Trabajadores (FBT). Igualmente formé parte en la creación de la Unión Nacional de Trabajadores (UNETE). Fui directivo de la Fundación para la Formación Socialista de los Trabajadores Daniel de León, adscrita al Ministerio del Trabajo entre 2007 al 2008. También trabajé para el Plan Guayana Socialista (PGS) entre los años 2009 al 2012, allí presenté la propuesta solicitada por el Ministro de Planificación sobre el Centro de Formación Ideológico-Político de los trabajadores y trabajadoras de Guayana, luego me incorporé al Equipo 9 de Formación del PGS, aquí implementamos un programa de formación sobre el control obrero en las empresas básicas de Guayana donde formamos a más 300 “provocadores” o formadores que a su vez formaron a más 5000 trabajadoras y trabajadores de dichas empresas básicas. Desde el 2010 hasta aproximadamente 2015 y en el marco del Plan Guayana, conformamos el Movimiento Nacional por el Control Obrero y Consejos de Trabajadoras y Trabajadores (MNCOCT), del cual fui uno de sus coordinadores y que realizó varios Encuentros y un Congreso ideológico con la participación de más 2000 trabajadoras y trabajadores de diferentes empresas tomadas y recuperadas a nivel nacional. En esos encuentros debatimos e impulsamos la necesidad del autogobierno obrero en la producción de las empresas básicas y en otras empresas del país. En la actualidad estoy trabajando en conjunto con la Central Bolivariana Socialista de Trabajadoras y Trabajadores (CBST) y la Vicepresidencia de la Clase Obrera del PSUV en la Plataforma de la Clase Obrera Antimperialista (PCOA) desde Madrid, España.

¿Cuál es su trabajo en España y qué opina del trabajo militante de la PCOA en Europa?

Consideramos que nuestro trabajo en España es estratégico ya que representa la articulación con todos los países de la Unión Europea y por ende con el movimiento obrero y popular europeo. Las burguesías de la Unión Europea utilizan a España como “cabeza de puente” en sus políticas injerencistas contra Venezuela y América Latina. A nosotros desde España se nos facilita el trabajo con los diferentes sectores obreros y movimientos sociales para la articulación de luchas antimperialistas.

A propósito de este trabajo en Europa y especialmente en el Estado Español, quiero expresar que somos un grupo de compañeros y compañeras, y que se basa en este momento en tres ejes políticos organizativos: articular las redes de solidaridad con Venezuela y otros países. La segunda seria construir redes de formación y experiencias socioproductivas anticapitalistas y la tercera seria la creación de redes de comunicación, información y difusión.

En lo que respecta al primer eje hemos desarrollado una campaña de solidaridad con Venezuela en conjunto con diversos sectores sindicales, partidos políticos y movimientos de solidaridad tanto del estado español como europeos. Sobre todo, nos centramos en presionar para que la Unión Europea desactive todas las medidas unilaterales y coercitivas que tanto daño hacen a la población venezolana, pero, además trabajamos a la realización de actividades contra los principales bancos que en Europa retienen dinero que es de la República Bolivariana de Venezuela y que ayudaría a resolver muchos problemas que hoy confronta Venezuela producto de este bloqueo criminal. Entre estos bancos podemos mencionar el Banco de Inglaterra, en el Reino Unido, Euroclear con sede en Luxemburgo, el Banco Novo en Portugal y otros Bancos que retienen, mediante la absurda justificación del desconocimiento del Gobierno Bolivariano de Venezuela, casi 5.000 millones de euros.

Con respecto a los otros dos ejes iniciamos el año pasado reuniones para presentar nuestra propuesta en el estado español. Estas reuniones han sido muy importantes y solidarias con Venezuela sobre todo entre los sindicatos alternativos, nacionalistas e independentistas como el LAB de Euskadi; la Confederación Intersindical Galega ( CIG) de Galicia, estas dos centrales son mayoritarias en sus regiones; el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT); Intersindical Valenciana; Intersindical Alternativa de Cataluña (IAC); La Central Unitaria de Trabajadores de Galicia (CUT) e Intersindical CSC de Cataluña, pero también con sindicatos del Metro de Madrid de CCOO y sindicatos de la UGT.

En Europa nos hemos reunido, con igual éxito, con sectores sindicales de la CGT de Francia, movimientos sociales como Chalecos Amarillos y de solidaridad y la CGTP de Portugal. Pero además también lo hemos hecho con partidos políticos como el PCE en España, tenemos contactos con el PCP de Portugal, con Francia Insumisa, con el Partido de la Izquierda Europea y otros.

En este año, con la realización del Congreso Bicentenario de los Pueblos sector trabajadoras y trabajadores hemos consolidado estos contactos y hemos desarrollados otros. Ejemplo de esto son los grupos de trabajo de formación y experiencias anticapitalista y de comunicación, realizadas el 22 y 23 de mayo de este año, lo que nos permite presentar propuestas concretas en el Congreso Bicentenario de los Pueblos el 24 de junio en esos dos ejes fundamentales. Estos grupos de trabajo nos permitirán darle continuidad al trabajo que viene desarrollando la Plataforma de la Clase Obrera Antimperialista y a partir de aquí conformar una Coordinación Promotora de Enlace del PCOA en Europa

Cuáles son los principales problemas que ha encontrado hasta ahora?

Creo que los principales problemas que hemos encontrado es la fragmentación de las organizaciones políticas de izquierda en Europa y la dispersión de los movimientos sociales antiimperialistas y de solidaridad, esto dificulta el trabajo. Creo, y esto es una posición personal, que para una izquierda realmente sea tal debe ser anti-Unión Europea y anti-OTAN, construir una nueva Unión Europea de las trabajadoras y trabajadores. La construcción de esta debe estar como proyecto de los sectores de izquierda ya que, si no, esa izquierda no es antimperialista ni anticolonial y por ende no será de izquierda. Pero considero que este problema, a pesar de lo diverso y fragmentario, se resuelve en el debate y la crítica entre los sectores de trabajadoras y trabajadores que queremos articular las diversas luchas para cambiar este sistema opresor. Además, consideramos que entre diversidad y unidad no hay contradicción, lo que hay es una dialéctica que aprendemos en la lucha misma contra el capitalismo colonial y el imperialismo

¿Cuál es su papel en el PCOA y el Congreso Bicentenario?

Estamos dedicados a la Coordinación de Planes y seguimiento del PCOA. Hemos desarrollado un Plan de trabajo cuyos objetivos serán; primero la Consolidación de los Núcleos existentes y la creación de nuevos Núcleos PCOA en otros países. En segundo lugar, la conformación de Grupos de trabajo (GT) de Recursos, finanzas y logística; Formación y experiencias anticapitalistas y Comunicación y difusión. A partir de estos tres grupos de trabajo se conformará el Grupo de Enlace de Coordinación Internacional.

Ahora bien, en el marco de los 200 años de la Batalla de Carabobo, se implementa el Congreso Bicentenario de los Pueblos, propuesta del presidente Nicolas Maduro. Primero a nivel nacional y en marzo se llevó a nivel internacional, cuyo objetivo esencial será convocar a activistas y dirigentes políticos aliados de la revolución bolivariana al Congreso Bicentenario de los Pueblos del Mundo a realizarse el 24 de junio con la finalidad de profundizar el desarrollo de una agenda común de lucha internacional, que tenga como epicentro la lucha de los pueblos por su soberanía y por la defensa de los derechos humanos frente a las medidas coercitivas unilaterales aplicadas ilegalmente por un grupo de países, así como desarrollar acciones conjuntas frente a las condiciones y contradicciones profundizadas en el mundo en medio de la pandemia del COVID-19. Este Congreso está conformado por diversos sectores indígenas, intelectuales y artistas, mujeres, parlamentarios y partidos políticos, Juventud y estudiantes y el sector trabajadoras y trabajadores.

La PCOA, con sus impulsores fundamentales, la Vicepresidencia de la Clase Obrera del PSUV y la CBST, es el promotor e impulsor del Congreso Bicentenario de los Pueblos sector trabajadoras y trabajadores. Para ello realizamos un primer encuentro el 22 de marzo, cuyos objetivos eran: primero, establecer las bases programáticas del Congreso Bicentenario de los Pueblos del Mundo, sector trabajadoras y trabajadores; en segundo lugar, consolidar los espacios de articulación y coordinación de lucha de los trabajadores y trabajadoras del Mundo y en tercero desarrollar un Plan de acción en solidaridad con la Revolución Bolivariana y los pueblos y naciones soberanas. En este encuentro preparatorio estuvieron presentes 183 dirigentes obrero-populares de 69 países. A partir de aquí realizamos encuentros regionales en América latina, Países Árabes, América del Norte y el Caribe, África, Europa, Oceanía y Asia, logrando la participación en estos encuentros regionales de más de 350 participantes de diferentes organizaciones sindicales, partidos políticos y movimientos sociales vinculados a la clase obrera en 80 países. Concluyendo con el Encuentro Mundial de la Clase Obrera el 08 de mayo en donde participaron 221 delegados de diferentes sectores obreros, sindicales, movimientos sociales y políticos de más 70 países de los cinco continentes.

Las propuestas más importantes fueron la implementación de la Red de Escuelas Antiimperialistas Obreras y Populares y las Corresponsalías Antimperialistas y la creación del Observatorio Internacional Obrero Popular que tendrá una primera reunión semipresencial en el marco del Congreso Bicentenario de los Pueblos del Mundo de junio. Estas propuestas fueron presentadas el 22 de mayo en la reunión del Grupo de trabajo de Formación.

Entre los logros político-organizativos más importantes están la conformación del PCOA árabe en ocho (8) países y del Equipo Promotor de Enlace de la PCOA en América Latina con la participación de 20 países, además como ya expresamos la conformación de los Grupos de trabajo de Formación y experiencias socioproductivas Anticapitalistas y Comunicación, información y difusión.

¿De acuerdo con la situación internacional cuáles son los objetivos del PCOA?

Bueno, primero quisiera contextualizar, de manera resumida la situación internacional.

El imperialismo se encuentra en una crisis orgánica, una crisis civilizatoria. Estamos en ese momento de la crisis capitalista, como expresara Gramsci, en que lo viejo muere, lo nuevo no puede nacer y en ese lapso temporal se desarrollan los fenómenos morbosos más variados. Esto es lo que estamos viendo en este momento.

Sabemos que el imperialismo trata de lograr el control de los territorios y la pandemia del COVID-19 ha sido el detonante de la crisis global del capitalismo neoliberal pero también una oportunidad para el capital controlar a los trabajadoras y trabajadoras y los pueblos del mundo.

Pero además creemos firmemente que la paz en el planeta se encuentra seriamente amenazada como resultado de la política de agresiones militares de los EE. UU. y sus aliados, así como de la mortal carrera armamentista que sólo les reporta dividendos a las grandes corporaciones del complejo industrial-militar. La guerra ha sido el mecanismo predilecto del expansionismo imperialista, en especial, del estadounidense.

Esta crisis ha aumentado el desempleo, la precarización del trabajo y la informalidad que afecta a las trabajadoras y trabajadores en el mundo.

La pandemia del Covid-19 en los países capitalistas llamados “civilizados y desarrollados” han mostrado su verdadera cara: primero es el capital y después el ser humano. Este razonamiento de los gobiernos procapitalistas, ha provocado la muerte de cientos de miles de sus connacionales con la única finalidad de salvar el capitalismo. Los estados llamados “desarrollados” han dejado sin vacunas a la mayoría de las poblaciones del mundo y las transnacionales farmacéuticas como la Pfizer, Janssen, AstraZeneca y otras han sido las más beneficiadas de esta pandemia.

Ante esta crisis orgánica del imperialismo, las diversas facciones capitalistas del Foro Económico Mundial han propuesto el “Gran Reinicio” que implica la remodelación del poder entre transnacionales, sectores económicos y zonas geográficas; sin embargo, las tensiones entre estas mismas facciones capitalistas son máximas, y peligrosas, llevando a tomar decisiones temerarias de consecuencias incalculables. En este contexto las elites capitalistas pretenden “transformar” este capitalismo agonizante, para poder seguir con la reproducción ampliada de capital, mientras avanzamos el género humano va hacia el abismo.

Sabemos de qué se trata este “gran reinicio” de los capitalistas e imperialistas coloniales: la superexplotación de las trabajadoras y trabajadores, la recolonización de los países, eliminación de la soberanía de los pueblos del mundo, la destrucción del ambiente y con ello del género humano. El futuro de la humanidad está en juego, y pende de un hilo.

Pero consideramos que existen algunos elementos importantes que están frenando al imperialismo colonial de EEUU y de Europa en su afán de destruir el planeta antes que saberse derrotado.

Primero se está expresando, a nivel de las grandes potencias, una nueva correlación de fuerzas entre la multipolaridad, expresada por China y Rusia contra la unipolaridad de EEUU y sus socios de Europa y Japon.

En segundo lugar y a pesar de esta catástrofe humana, los pueblos comienzan a levantarse contra este estado de cosas. Las grandes protestas e insurrecciones que se desarrollaron en 2018, 2019, 2020, a pesar de la pandemia, y que se desarrollan en el 2021 tanto en Europa, como en EEUU.

Estas protestas se intensifican en América Latina y el Caribe configurándose como el epicentro de un proceso de lucha de clases de más largo alcance.

En tercer lugar, la Revolución Bolivariana se construye con una enorme fortaleza popular en el marco de la poderosa unión cívico-militar y sobre la base del ideario de Simón Bolívar y Hugo Chávez. El pueblo bolivariano y su gobierno lucha construyendo, convirtiéndose en un bastión de dignidad, al lado de los pueblos y gobiernos de Cuba, Nicaragua y otros países que resisten los bestiales ataques del imperialismo. Venezuela se ha convertido hoy en el principal referente del antiimperialismo.

Todos estos procesos nos señalan nuevos signos, nuevas tendencias en desarrollo en la lucha de clases a nivel global que podrían cambiar la correlación de fuerzas entre el capital y la clase trabajadora y desencadenar un cambio global del sistema dominante. Sin embargo, debemos considerar que este desarrollo de las luchas en los últimos años, aunque multitudinario y extenso a nivel mundial, tiene sus debilidades. Las luchas siguen siendo fragmentadas y deslocalizadas y en muchos casos centradas en problemas nacionales, mientras que la explotación imperialista está mucho más globalizada y transnacionalizada.

A partir de este contexto internacional es que expresamos desde la PCOA que hoy en el mundo existe la necesidad de globalizar las luchas antimperialistas e ir conformando una organización que articule alianzas de solidaridad con las naciones atacadas y con los trabajadoras y trabajadores del mundo contra el imperialismo de EE. UU. y Europa. Estas formas orgánicas no son nuevas ya que vienen antecedidas por las tradiciones históricas del internacionalismo proletario que tiene su primer antecedente en la fundación por Marx y Engels de la Asociación Internacional de Trabajadores en 1864. En este siglo XXI han existido muchas propuestas para crear nuevas formas orgánicas que acompañen la lucha de trabajadoras y trabajadores. Podemos nombrar algunas recientes: como la propuesta de la V internacional que realizara Hugo Chávez Frías en 2009, la de Samir Amin expresada en 2017 que se está conformando y la fundación en 2020, en medio de la pandemia, de la Internacional Progresista con intelectuales como Naomi Klein, Noan Chomsky y otros.

Por todo esto debemos reconstruir articulaciones y alianzas en la que estructuremos nuestras fuerzas comunes para una lucha única y global contra el imperialismo colonial. Construir nuevas formas orgánicas que se esfuercen por dar a los movimientos sociales objetivos de lucha comunes para la construcción de solidaridades concretas entre ellos. Se necesita un internacionalismo robusto para prestar una atención adecuada e inmediata a los peligros de la extinción: extinción por la guerra nuclear, por la catástrofe climática, y por el colapso social.

Durante este año hemos logrado ir consolidando el proyecto de la Plataforma de la Clase Obrera Antimperialista (PCOA). Nos definimos como un movimiento antimperialista, anticolonial, anticapitalista y antipatriarcal, cuya misión fundamental es lograr la articulación de las luchas y solidaridades de trabajador@s y pueblos del mundo. Nos planteamos fortalecer alianzas estratégicas con las internacionales existentes, organizaciones sindicales mundiales además de las diversas federaciones, organizaciones de trabajadores, movimientos sociales y partidos políticos, teniendo como elemento cohesionador las luchas antiimperialistas.

¿Cómo está estructurado el trabajo?

La forma orgánica de la plataforma la concebimos como una red de redes cooperantes y de iguales como totalidad integral de múltiples relaciones entre las diferentes organizaciones integrantes y sus militantes. La clase trabajadora es el sujeto político que transversa a todas estas organizaciones y movimientos desde el mundo del trabajo en su lucha antimperialista y anticolonial. Cada red está constituida por múltiples nodos en donde se debe producir el diálogo, el debate y la concertación de propuestas de lucha, que buscan darle un alcance global al combate. Tenemos una organización territorial-cultural ya sea nacional, regional continental y mundial que es diversa y heterogénea; esto hay que tenerlo muy en cuenta y forma parte del ensayo y error que debemos aplicar en este tipo de organización. Debemos siempre inventar para no errar. Un ejemplo de esto es la PCOA Árabe que abarca dos continentes lo que se denomina medio oriente y el norte de África, pero a la vez el norte de África se siente identificado con África como continente, esto es muy importante comprenderlo por eso decimos que esta organización es territorial-cultural. América Latina a pesar de la gran diversidad puede comprenderse como una organización territorial-cultural. Pero esto está en discusión y en debate. Para el logro de esta red tenemos también una organización por grupos de trabajo. Estamos impulsando cuatro (4) grupos de trabajo: Lucha de la clase obrera, Solidaridad con los pueblos y naciones soberana, formación y experiencias socioproductivas anticapitalistas, comunicación, información y difusión y recursos y finanzas. Estos grupos de trabajo se articularían territorial y culturalmente y serán coordinados por el Grupo de Enlace de Coordinación Internacional.

¿Cómo ve la situación en Europa, continente que sigue las indicaciones de Estados Unidos y del que parte gran parte de la campaña mediática contra Venezuela?

Bueno debemos contextualizar un poco esto. Considero que Europa es la cola de león del imperialismo de EEUU. ni siquiera ha querido ser cabeza de ratón ante los EEUU. Desde la posguerra hasta la actualidad toda la geopolítica de la Unión Europea (UE) está subordinada al imperialismo estadounidense y a la OTAN como brazo militar, siempre evidentemente con algunas posiciones tímidamente contrarias al imperialismo, pero esto ha sido lo menos. La subordinación al imperio estadounidense tiene su explicación histórica. Los EEUU después de la derrota de Alemania y Japón, diseñan medidas políticas keynesianas, imitando el New Deal americano, para Europa y también para el Japón. Esto evidentemente para reconstruir aquellas zonas destruidas por la guerra, eliminar barreras al comercio, modernizar la industria europea y hacer próspero de nuevo al continente; todos estos objetivos estaban destinados a evitar la propagación del comunismo, que tenía una gran y creciente influencia en la Europa de posguerra y también en Japón. A partir de aquí y en alianza con las burguesías de Europa se comienza a diseñar la Unión Europea, primero con las Comunidades Económicas Europeas (CEE) en 1957 cuya misión era lograr la integración económica, incluyendo un mercado común y la unión aduanera, y años después con la fundación de la Unión Europea en 1993 que será la integración política de Europa. Desde 1957 hasta mediados de los setenta la fracción burguesa keynesiana logro un gran crecimiento económico, desarrollando el “Estado del Bienestar”, que en realidad fue una conquista de la lucha de los trabajadores y trabajadoras europeos y europeas durante este tiempo. De todas maneras, esto significó que las burguesías europeas espantaran un poco el fantasma del comunismo.

A partir de los años 70 comienza a manifestarse una profunda crisis orgánica del sistema capitalista, producto de la profunda lucha de clase obreras desarrollada en Francia Alemania y en Italia, principalmente, y que será el punto de inflexión del mismo sistema capitalista hacia su decadencia. Sin embargo, derrotado el movimiento obrero y estudiantil en Europa y el mundo, la fracción capitalista keynesiana no tiene respuestas para salir de la crisis. Va surgiendo otra fracción capitalista globalista y neoliberal que con la desaparición de la URSS y la caída del muro de Berlín logrará la hegemonía del sistema capitalista mundial; a partir de aquí se reconfigura todo el sistema político de partidos en Europa, los grandes partidos del sistema como los demócrata cristianos desaparecerán o se reciclaran en una o varias “nuevas derechas” neoliberales y los partidos socialdemócratas serán reciclados en un social-neoliberalismo, es decir lo que ayer eran políticas sociales para mantener el sistema hoy son recortes sociales para mantener el sistema. La izquierda se fragmentará y en algunos se mantendrán, con algunas excepciones, con una visión aun liberal de izquierda.

Tenemos así que las dos organizaciones políticas hegemónicas de Europa son similares en su esencia, llevan el peso histórico de la subordinación imperial y tiene que expresar los intereses del imperialismo estadounidense.

Es por ello por lo que bajo la fachada de una “política equilibrada” de UE se esconde el doble rasero, la ambigüedad y una política colonial e imperialista hacia América Latina, África y Asia.

Podemos observar cómo América Latina y especialmente en Venezuela, lleva casi dos décadas de hostilidad e injerencias de no solo EEUU, sino especialmente de Europa. Del primero ya estábamos acostumbrados a su injerencia, está en su ADN; sin embargo, la UE ha sorprendido por su hostilidad con el Gobierno constitucional de la República Bolivariana de Venezuela y no ha cesado de maniobrar para su derrocamiento. Pero además, el injerencismo de la Unión Europea ha ido a más en América Latina, desde golpes de Estado militares en países como Paraguay, Honduras o Bolivia o persecuciones judiciales infundadas contra dirigentes en Brasil o Ecuador. Es decir, todo lo que huela a progresismo en América latina tiene la respuesta injerencista de la Unión Europea.

Pero donde esta política colonial presenta una visión enfermiza y pertinaz son los constantes intentos de desestabilización en Venezuela por parte de la UE, utilizando a España como peón preferente. Para muestra varios botones: El golpe de Estado del 2002 contra el gobierno legítimo de Hugo Chávez con la intervención directa de las Embajadas de EEUU y España; El apoyo incondicional de la Unión Europea a los numerosos políticos opositores sancionados por la justicia Venezolana por las violentas guarimbas del 2014 y 2017, entre ellos Leopoldo Lopez y Antonio Ledezma, los cuales se fugaron con la complicidad de la Embajada de España y de la Unión Europea; El acto de provocación del Parlamento Europeo cuando concedió ese mismo año 2017 el Premio Sájarov a los opositores venezolanos Leopoldo López y Antonio Ledezma, junto a media docena de políticos de oposición; Venezuela es el primer país latinoamericano sancionado por la Unión Europea en 2017; En 2018 la UE suma más sanciones a Venezuela que se concretan en la congelación de activos y la prohibición de entrar en territorio comunitario a siete altos cargos del Gobierno de Maduro y del poder judicial; reconocimiento del Parlamento de la Unión Europea en 2019, a pesar de los desacuerdos de Italia y Grecia, al diputado Juan Guaido, autoproclamado presidente en una plaza pública; El robo de las reservas de oro del Banco de Inglaterra a instancias del Gobierno británico y otros bancos Europeos que suman una cantidad de al menos 5.000 millones de euros; El desconocimiento de las elecciones legislativas de diciembre 2020; Las sanciones de la Unión Europea sanciona en junio de 2020, a funcionarios venezolanos y otros diecinueve (19) en febrero de este año, sumando ya 55 entre ministros, jueces, gobernadores locales, cargos de la junta electoral o diputados con la espúrea justificación de que son corresponsables de fraude electoral y de violaciones de derechos humanos; además de la acción hostil, por parte de la UE y el Gobierno español, del viaje de la ministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya a la frontera colombiana con Venezuela el pasado febrero a felicitar al Gobierno colombiano por su «esfuerzo grande y generoso con los emigrantes venezolanos» y lo contrastó con los «otros países que erigen muros».

Consideramos que este papel jugado por la Unión Europea, y recientemente por su máximo representante en política exterior, Josep Borrell, muestra una clara connivencia con todas las acciones golpistas y desestabilizadoras contra gobiernos progresistas en América Latina y especialmente en Venezuela, mientras solo hay silencio ante los atropellos de los derechos humanos cuando los gobiernos son conservadores.

En España, muchos prófugos de la justicia venezolanos viven en el lujo, como Leopoldo López, y animan un poderoso lobby junto a la derecha europea contra Venezuela y sabotean todos los intentos de diálogo propuestos por el gobierno bolivariano. ¿Qué están haciendo ahora con respecto a las elecciones, al intento de Guaidó de reincorporarse al juego político y a la nueva carrera de Henrique Capriles que, como siempre, tiene ambiciones electorales?

La vida de lujo en que viven prófugos y corruptos de esa oposición venezolana y algunos traidores que se aprovecharon en el Gobierno bolivariano es real y la gente lo puede palpar en el barrio de Salamanca de Madrid, uno de los más caros por metro cuadrado. Un análisis del New York Times ha revelado que, de acuerdo con los cálculos de las compañías de bienes raíces en Madrid, solamente en el barrio Salamanca hay más de 7.000 pisos de lujo que pertenecen a venezolanos; si a esto expresamos que el costo del metro cuadrado en abril de este año es de 5.933 euros y sabiendo que los pisos allí superan los cien (100) metros cuadrados podemos ver la magnitud del dinero allí invertido. Esto es la punta de iceberg del proceso de fuga de capitales de Venezuela por parte de la burguesía parasitaria venezolana y de manera secundaria de funcionarios que estuvieron en el gobierno. Capitales que al fin y al cabo son producto de la corrupción, fenómeno consustancial con el sistema capitalista ya que el sistema capitalista siempre ha sido una economía de la expropiación. La corrupción forma parte de la generación de ganancias para la acumulación de riqueza rápida como un tipo de capital originario, institucionalizada en la organización del trabajo capitalista.

A partir de aquí es cierto que están conformando en España un lobby junto con la derecha europea, pero sin desestimar este lobby, debemos decir que es fundamentalmente electoral y que le sirve mucho a la derecha rancia de España para conformar grupos de presión políticos contra Venezuela, pero también es cierto que tiene poca cohesión política ideológica, aunque indudablemente hacen daño. Todas las aventuras de golpes de estado, magnicidios, mercenarios, paramilitares, etc. realizadas hasta el momento, vienen de la mano y son financiadas por el imperialismo de EEUU y no por este lobby en donde se recicla el capital producto de la corrupción para una vida cómoda de sus representantes. Lo que quiero decir con esto es que no son como el lobby sionista que tiene una visión política más abarcadora y está fundamentada en una ideología-religiosa que cohesiona toda una visión de su mundo, el Estado de Israel como objetivo sin importar los medios. Además, tiene una experiencia de muchos años lo que les da cohesión a todas sus políticas de guerra para proteger el Estado Israelí.

Con respecto a la oposición podemos ver varios factores que están cambiando la correlación de fuerzas a nivel internacional

Primero, la fractura de la oposición a finales del 2020, que produjo dos oposiciones. Una que participó en las elecciones legislativas del 6 de diciembre y que se apartó públicamente del terrorismo y del “cambio de régimen” por vías insurreccionales y dispuesta al diálogo y otra que mantiene el “cambio de régimen” por la vía de la fuerza, eliminar la “usurpación” y promotora de sanciones contra el pueblo venezolano y por una invasión contra Venezuela.

Segundo, las elecciones legislativas no reconocidas ni por Washington ni por Bruselas dieron un triunfo extraordinario al chavismo, derrotando a la oposición “democrática” y dejando a la otra oposición terrorista y a su máximo líder a Guaidó fuera de juego.

Tercero, la elección en la Asamblea Nacional del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), que fue un acuerdo con la oposición “democrática”, pero también era uno de los acuerdos de la fallida mesa de dialogo de República Dominicana.

Estos tres elementos han hecho que exista un cambio milimétrico pero importante del discurso desde Washington y Bruselas; esto se ha demostrado con las declaraciones de Cynthia Arnson, directora del Programa Latinoamericano del Wilson Center de Washington, que ha expresado que la administración de Biden se siente incomoda con lo severo de las políticas de sanciones. Además, también tenemos la posición de la Unión europea con respecto a Guaidó, en donde expresó que debido a que ya no era diputado, dejaría de considerarlo presidente encargado, el título que tenía hasta ahora.

Esto ha venido descolocando a Guaidó, hasta que un salvavidas vino en su ayuda y ese fue Story, jefe de la oficina de Estados Unidos en Colombia y vocero del sector terrorista venezolano: expresó que Washington estaría dispuesto a levantar las sanciones con la condición de que se instale una mesa de negociación. A partir de aquí, Guaidó trató de ver si podía reflotar su imagen y expresó la necesidad de una negociación inclusive con Maduro y levantar las sanciones, expresando con el mayor descaro su complicidad con las medidas unilaterales y coercitivas que siempre han sido un instrumento colonial e imperialista de los EEUU y de la Unión Europea.

Guaidó pretende ser el líder de la oposición, pero ya está quemao, como decimos en Venezuela, existen muchos liderazgos en la oposición “democrática” y además está también Henrique Capriles Radonski que reconoció, en una entrevista de El País, que existe una crisis de liderazgo en la oposición; pero además no se puede ver la política venezolana desde a quien se le atiende en Washington y Bruselas, mencionando sin decirlo a Guaidó. Como dice el refrán popular: no le dijo perro, pero le enseñó el tramojo.

Podemos si, concluir algo importante, que es una especie de paradoja de la oposición: lo que antes era creíble, el cambio de régimen con la ayuda del imperialismo EEUU y Europa, ahora parece no serlo.

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