Los ultraderechistas españoles de Vox apoyan una intervención militar en Venezuela
Vox se ha manifestado abiertamente a favor de una intervención militar extranjera en Venezuela y pide al Gobierno español que apoye “medidas extraordinarias, si no hay más remedio”. Fue Espinosa de los Monteros, número tres de la formación ultraderechista, el encargado de defender la intervención militar en Venezuela el pasado jueves en un acto junto a la oposición venezolana (y la cubana). Lo hizo después de una gira por Estados Unidos en la que recorrió Washington, Miami y Nueva York para recaudar fondos y logró reunirse con conservadores y ultraderechistas norteamericanos, como Elaine Chao, secretaria de Transportes, o Betsy DeVos, secretaria de Educación. Ambas secretarias del Gobierno de Donald Trump.
El apoyo de los ultraderechistas españoles de Vox a la intervención militar no solo resulta estrambótico por las piruetas necesarias para que un partido nacionalista justifique la intervención en un país soberano (“justificaría una intervención exterior porque se están cometiendo algo muy parecido a crímenes de lesa humanidad”, por lo que “no sería una intromisión en la soberanía ajena y pasa a ser un acto de apoyo a la soberanía del pueblo venezolano”), sino que además se muestra desde una posición claramente supremacista. Para Vox, lo que la mayoría denominamos América Latina, Latinoamérica o Iberoamérica, realmente es Hispanoamérica. Cuestión que puede parecer menor, casi académica, pero en la que subyace un claro sustrato racial.
Vox se adhiere al discurso de Donald Trump
Vox, además, fue más allá de Venezuela y se adhirió al discurso de Donald Trump y los Estados Unidos al señalar también al resto de integrantes de la ‘Troika del mal’ (Cuba y Nicaragua). Este novedoso posicionamiento, inédito en España a pesar de la existencia de formaciones políticas como Ciudadanos o Partido Popular, que hasta ahora habían recogido los votos de la extrema derecha y gran parte de sus políticos, sitúa a Vox exactamente en las mismas coordenadas de Estados Unidos y las oposiciones de Venezuela y Cuba.
Coincidencia que tras la mencionada visita de Espinosa de los Monteros no es casualidad, pues los Estados Unidos de Norteamérica buscan aliados para una intervención militar en Venezuela y Vox la legitimidad internacional que le permita gobernar en España. El ‘Ok’ de Vox a Estados Unidos lo es también en sentido contrario. Por tanto, Vox no solo apoya la intervención militar, sino que con esa posición queda legitimado mundialmente, obteniendo así una credibilidad en España que gran parte de Europa estaba intentando restarle. Vox ya es uno de los amigos del Tío Sam en España y, por tanto, es apto para el sistema.
En el beneplácito a la guerra de Vox también ha podido influir en gran medida la financiación de la formación ultraderechista española. Si ya era conocido que un grupo opositor iraní, la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán (catalogada como secta militar en Albania), financió tanto a Vox como a neoconservadores norteamericanos y a destacados políticos occidentales en su afán de ser considerados una alternativa viable de gobierno en Irán, en el viaje realizado por Vox a Estados Unidos también se reunieron con las oposiciones venezolana y cubana. Y nadie puede negar que esas reuniones para obtener financiación no se hayan producido también en España, lugar en el que ambas oposiciones son adineradas e influyentes.
La militarización de Vox
Desde su fundación, Vox ha sido un partido político cuya seña de identidad ha gravitado en su ‘militarización’, pues no hay otro partido político español que cuente con una cantidad tan significativa de exmilitares en puestos tan destacados: desde Ortega Smith, el número dos, o el almirante José María Treviño, que estuvo en sus comienzos, hasta los tres exmilitares que consiguieron un escaño en las elecciones autonómicas de Andalucía de 2018 o los tres generales fichados recientemente (Coll, Asarta y Mestre). Y es que tanto Vox como el Partido Social Liberal de Bolsonaro son formaciones político-militares de extrema derecha.
La ‘militarización’ de Vox no debe ser considerada aleatoria en los planteamientos bélicos de la formación ultraderechista en Venezuela, pues no olvidemos que el ideólogo de la formación, Rafael Bardají (declarado sionista), llegó a afirmar que “el Estado Islámico no era un simple grupo terrorista, como nos gusta decir por aquí; era un aparato generador de seguridad y orden”. Que un partido político califique al Estado Islámico como generador de seguridad y orden ofrece una idea precisa sobre su posicionamiento en la partida geopolítica militar. Están a favor de la guerra, pero sobre todo a favor de la venta de armas.
No parece que resulte muy positivo que un partido político se nutra de militares extremistas, sobre todo porque estos serán muy favorables a posicionamientos bélicos extremos y a sostenerlos en el tiempo.
Tanto la financiación como la posición de Vox respecto a la intervención militar en Venezuela, así como sus descabellados posicionamientos geopolíticos, no deben considerarse en ningún caso insignificantes, pues Vox puede ser indispensable para un gobierno de la derecha española. Pero es que además, ni el Partido Popular ni Ciudadanos parecen en ningún caso alejarse de las tesis de Vox ni del apoyo a Estados Unidos, grupos sionistas o las oposiciones iraní, cubana y venezolana. Por tanto, sería muy complejo pensar que alguno de estos partidos no ofreciera su apoyo a una intervención militar en Venezuela.
Lo único que diferencia a Vox de sus posibles socios políticos, el Partido Popular y Ciudadanos, es la cautela y la moderación en sus afirmaciones, pero si hay un gobierno de derechas en España, se apoyará la intervención militar en Venezuela. Aunque la misma derive en una guerra o en un conflicto de larga duración.
¿Intervención militar en Venezuela?
Debe Venezuela, y debe el mundo, preocuparse por los tambores de guerra que suenan en Vox, como en casi todo el planeta. Que una formación ultraderechista y nacionalista se manifieste tan abiertamente a favor de una intervención militar tras una reunión para captación de fondos en Norteamérica, incluyendo a cargos gubernamentales, solo puede tener una conclusión: tanto Estados Unidos como las oposiciones venezolana y cubana desean la guerra.
(Artículo original, publicado en Resumen Latinoamericano, el 21 de marzo de 2019)