Conscientes de la (su) historia. El lince
El despertar africano es algo más que despertar, es ya un camino firme. La rebelión militar en Níger ha vuelto a demostrar que los pueblos están deshaciéndose del yugo occidental y son cada vez más conscientes de la (su) historia, una historia en la que la hegemonía occidental desaparece con la misma rapidez que el azúcar en una taza de café cuando se agita un poco.
Supongo que sabéis que Occidente, con Francia a la cabeza, dio una semana a los militares nigerianos para que «retornasen a la democracia» y que, en caso negativo, «actuaría incluso con medios militares» para ello. Otra vez el neocolonialismo, otra vez el doble rasero, otra vez Occidente y sus valores en estado puro. Esto me recuerda a una vieja historia de los lacones, de cuando Alejandro Magno, tan poderoso, tan blanco, tan brillante, tan superior militarmente hablando, les envió una nota diciendo: soy tal, tengo tal, mi historia es tal, os rendís u os arraso y os hago esclavos. La respuesta de los lacones fueron tres simples palabras: «si ganas» y «prueba». De ahí el término laconismo.
Níger ha hecho lo mismo y dijo que estaba dispuesto a defenderse militarmente en caso de que se produjese esa agresión occidental y sus vasallos. Pero ahora no está solo. Los gobiernos de Burkina Faso y de Malí han hecho público un comunicado conjunto en el que expresan su solidaridad con Níger y advierten que cualquier intervención militar contra el país será considerada una declaración de guerra para ellos también. Al mismo tiempo, afirman que no obedecerán las imposiciones de sanciones a Níger anunciadas por la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) que, como os dije, es un entramado del neocoloniamismo para seguir controlando a estos países.
Eso fue ayer. Hoy hay otro gobierno más que acude en apoyo de la revuelta anticolonial en Níger: Guinea. Es decir, los tres países que se han rebelado contra el neocolonialismo francés dan un paso adelante y apoyan al cuarto, a Níger.
La respuesta de estas naciones africanas no era esperada por los neocolonialistsas occidentales, a pesar de sus amenazas y ultimátum, por lo que Francia ha reculado un poco en las últimas horas. Las naciones africanas son conscientes de la (su) historia en estos momentos y plantan cara de forma abierta.
Níger, el cuarto país productor de uranio del mundo, el principal suministrador de uranio para las centrales nucleares francesas (y del 24% del uranio que consume Europa), no tiene electricidad apenas (solo el 18’6% del país la tiene, según el Banco Mundial), pero a Occidente le preocupa la «democracia» (y recuperar el acceso al uranio y al oro del país) y por eso han amenazado al país con «intervenir militarmente» en nombre de la democracia, por supuesto.
En Níger está la principal base militar francesa en África y también hay otra de EEUU, por lo que el margen de maniobra de estos dos países (y otros, pero principalmente estos) es muy grande para revertir la situación que ahora está controlada por los militares pero aún es pronto para hablar de que está consolidada. Sin duda, el apoyo de los tres países anticoloniales, Burkina Faso, Malí y Guinea, es un apoyo muy importante para los militares nigerianos y refuerza un poco más su movimiento.
Níger está a punto de convertirse en la prueba decisiva para el imperialismo occidental tras la reciente cumbre Rusia-África en la que, por cierto, Níger no estuvo presente por decisión del gobierno depuesto por los militares. Esta vez Occidente está entre la espada y la pared y, al contrario que en Burkina Faso, Malí o Guinea (que no tienen las riquezas naturales de Níger) difícilmente va aceptar los hechos consumados. Ser expulsados de Níger significa ser expulsados de casi todo el Sahel, con lo que eso significa.
Coincidencia o no, ayer también se produjeron importantes manifestaciones antifrancesas en Senegal al ilegalizar el gobierno pro-francés al partido Patriotas de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad, la principal fuerza opositora y que había dado un giro anticolonial en los últimos tres años.
(Publicado en el blog del autor, el 1 de agosto de 2023)