El corazón que late. El lince
Cuando se consolidaron los movimientos militares anticolonialistas en África, sobre todo en Malí y en Burkina Faso, y se logró la expulsión de las tropas francesas (y europeas) de estos dos países, desde París de dijo que no importaba, que las trasladaría a Níger porque este país se convertiría en «el corazón de las operaciones militares francesas en el Sahel». Eso fue febrero de 2022. Un año y poco más tarde, ese corazón está latiendo con una fuerza que está haciendo temblar a Occidente.
Níger ha podido parar la primera oleada agresiva, el famoso ultimátum de la CEDEAO (con Occidente detrás) ha pasado sin pena ni gloria (aunque ahora dicen que se reunirán de nuevo el 10 para lo mismo) y lo ha hecho por tres razones: por la firmeza y unidad que está mostrando la junta militar, por el abrumador apoyo popular que tiene y por la rápida reacción de los países anticoloniales (Malí, Burkina Faso, Guinea y, en cierta medida, Argelia).
También en Burkina Faso y en Malí los militares contaron con el apoyo y respaldo de organizaciones populares, de las que ya os hablé. Pero ¿cuáles son en Níger?
La principal es el Movimiento 62, una coalición de 15 movimientos civiles y sindicatos, sobre todo, que se formó en agosto de 2022 para denunciar el costo de la vida, la crisis de seguridad y, especialmente, en contra de la presencia del ejército francés. Esto tiene múltiple razones, entre las que pesan, y mucho, las muertes provocadas por los soldados franceses al ayudar a reprimir protestas populares.
Su nombre completo es «M62: Unión Sagrada para la Salvaguarda de la Soberanía y la Dignidad de las Personas» y se formó en agosto de 2022 -haciendo referencia al 62 aniversario de la independencia formal de Níger de Francia- para denunciar la inflación, el costo de vida, la crisis de seguridad pero también la presencia del ejército francés en Níger. Sus proclamas son sencillas: «Níger para los nigerinos. Fuera las bases extranjeras» (hay dos, una de Francia y otra de EEUU). Las movilizaciones iban a más, el gobierno por el que ahora lloran los «demócratas» iba a menos. La represión se recrudeció, desde muertes a detenciones y censuras. El bloqueo de internet, los ataques a los movimientos populares (al M62 especialmente) en el estercolero de los medios de propaganda se convirtieron en norma. Los encarcelamientos de manifestantes alcanzaron un nivel similar al de la metrópoli francesa con los «chalecos amarillos» o con la penúltima revuelta en los barrios. Los muertos, también.
No sirvió para nada. Miles de personas siguieron llenando las calles, protestando, aguantando la represión «democrática». El cenit del M62 llegó en noviembre del año pasado cuando en una protesta masiva contra el tránsito de un convoy militar francés se disparó contra los participantes causando 2 muertos y 18 heridos. Y ese fue el punto de no retorno para lo que ahora estamos viviendo y el caldo de cultivo aprovechado por los militares para su movimiento anticolonial y el amplísimo respaldo popular con que cuenta.
Al contrario que los «demócratas» y «progres» al estilo de Chile, por ejemplo, lo primero que han hecho los militares ha sido vaciar las cárceles de los miles de manifestantes que estaban detenidos por las protestas antes mencionadas, empezando por Abdoulaye Seydou, el más feroz crítico del gobierno depuesto y el más conocido impulsor del sentimiento antifrancés. Su vida en los últimos dos años, desde que en 2021 comenzó a gobernar el ahora depuesto presidente, ha sido la cárcel. Entrar y salir. Su última entrada, en enero de este año por «perturbar el orden publico».
El sentimiento antifrancés es masivo en el país, a lo que se añade el tema de de las materias primas, como el uranio. La empresa que lo extrae y lo comercializa es francesa en un 85% y nigerina en un 15%. Esa es la proporción exacta de las ganancias: 85% para Francia, 15% para Níger. Es por eso que Níger no logra salir de la pobreza y el por qué solo el 18’6% de la población tiene electricidad (que ahora ha sido cortada por su proveedor, Nigeria).
Aquí está el dolor de cabeza para Occidente, que distrae, además, del país 404, antes conocido como Ucrania, como ha quedado en evidencia con la famosa y frustrante -para Occidente- reunión de Arabia Saudita. Ya la abordaré. Por eso los propagandistas habituales, los habitantes del estercolero, están buscando como locos cualquier atisbo de participación rusa.
La CEDEAO es una creación de los colonialistas para mantener subyugadas a sus antiguas colonias. Es Occidente quien planifica, diseña y ordena actuar. Como en el país 404. Todo lo que los habitantes del estercolero dicen sobre «democracia, orden constitucional» y demás es solo para las mentes estrechas de los occidentales. En otras partes no cuela. Sobre todo porque, además, hay planes para un gasoducto que iría de Nigeria a Argelia atravesando Níger. Cuando el gas ruso ha desaparecido, Europa anda desesperada buscando nuevos suministradores y Níger corta de raíz un plan tan ambicioso.
(Publicado en el blog del autor, el 7 de agosto de 2023)