El día a día en Palestina, prisión que sucede a Mauthausen. Ramón Pedregal Casanova
Mientras los servicios de propagación, como los altavoces de aquel campo nazi, difunden, entre la población de EEUU, Europa y demás regímenes de su obediencia, asuntos de corto alcance ocultando el escándalo de su genocidio en Palestina, los medios tecnológicos del sionazismo se emplean desde hace tiempo con meticulosidad para hacer de la Población Palestina un Pueblo enteramente prisionero. Nunca antes, ni sus padres los nazis, ni los imperialistas yankees, ni ningún imperio europeo o británico había cometido actos de vigilancia, control y persecución como realiza el establecimiento sionista de Israel.
La inversión material en control y espionaje de la organización que se estableció en Palestina para la recolonización acordada con Inglaterra, se propone hacerse dueña de todos los aspectos, hasta los más pequeños, de la vida del Pueblo Palestino. La tecnología para monitorizar la existencia en el campo de concentración en que ha convertido la nación que ocupan, supera todo lo imaginable. El objetivo es impedir que desde dentro pueda comunicarse nada al exterior, y apretar el cuello de la vida en Palestina, buscando con ello la desaparición política del Pueblo y procurando su marcha al exilio, o prisión o vaciamiento, resultado que busca la entidad sionazi.
La organización Rompiendo el Silencio, que agrupa a ex soldados del ejército de ocupación dispuestos a denunciar los crímenes de la entidad ocupante, ha declarado que el ejército del que han salido reúne todo tipo de información sobre la Población Palestina, persona a persona, y con ello trata de impedir cualquier movimiento de denuncia. Una de las medidas que emplea es el “reconocimiento facial”, para lo que ha regado absolutamente todo el territorio, ciudades, pueblos, campos, de cámaras que emplean la tecnología de nombre “Blue Wolf”, que forma parte de otra base de datos más grande con los más pequeños elementos pertenecientes a la vida del Pueblo que trata de aplastar. “Blue Wolf” es empleada por el ejército recolonial para fotografiar constantemente, empezando por los más pequeños hasta los ancianos.
Cuando un sionazi hace una fotografía en la cámara le salta una luz roja, amarilla o verde, para indicar si esa persona debe ser detenida, interrogada o puede continuar su camino. A todo esto las cámaras instaladas en las calles tienen acceso al interior de las viviendas Palestinas.
En los asentamientos, los colonos emplean una base de datos que califica al palestino o palestina que trata de acceder al asentamiento, en la clasificación de terrorista, o terrorista potencial, y en caso de determinar de dar una de esas clasificaciones, intervenir para capturarlo. La aplicación tiene el nombre de “White Wolf”.
Como los sionazis no dejan ningún espacio sin vigilar, también mediante Windows, de Microsoft, tienen una empresa dedicada al espionaje de los ordenadores pertenecientes al personal de organizaciones diversas, profesores, periodistas y personal de embajadas o delegaciones en territorio de la ANP.
Otro sistema, más conocido por haberlo empleado para espiar a personalidades y gobiernos, incluso aliados suyos, es el conocido “Pegasus”, que también lo emplean para espiar a las organizaciones de Derechos Humanos del interior de Palestina y de solidaridad en todo el mundo.
Con la prisión más grande del mundo, Gaza, bloqueada hasta hacerla un lugar en el que falta de todo, desde lo más mínimo para sobrevivir, ese es el castigo por resistirse al invasor, Gaza, había comenzado diciendo, es grabada desde el mar, el aire y desde toda la línea de separación. Aun bajo las más terribles condiciones Gaza resiste; aunque la solidaridad internacionalista ha intentado romper el bloqueo llevando medicinas y alimentos, hasta ahora no le ha sido posible. Los pueblos tienen un lugar en la defensa de Palestina y se hace urgente.
La persecución sionazi se ha extremado en los últimos tiempos, propagando con sus medios la idea de que los palestinos son terroristas, para crear en el ámbito internacional la atmósfera que oculte la posible sentencia de condena de la entidad israelí, racista y genocida, por parte de la Corte Penal Internacional. De ahí que diariamente, mañana, tarde y noche, los sionazis lleven a cabo asaltos a las poblaciones, redadas, detenciones y asesinatos de Niños y Niñas, de jóvenes y mujeres, de hombres, destrucciones de viviendas palestinas, envenenamiento de campos agrícolas, destrucciones de fuentes de agua y canalizaciones, destrucción de bosques de olivos, … tecnología que no deje un solo momento sin vigilar, y agresión permanente, tortura de Palestina convirtiéndola en la prisión de la que se aprovechan el invasor recolonial, sus socios del imperio dominante y los regímenes que quieren volver al dominio de Medio Oriente para robar sus riquezas.
Es el día a día en Palestina, prisión que sucede a Mauthausen.