El Frente Antiimperialista Internacionalista (FAI), en defensa de Venezuela y contra la guerra imperialista
El FAI condena la presencia de tropas del Comando Sur de EEUU en Colombia, país que es punta de lanza para la agresión militar contra el pueblo y el legítimo gobierno venezolano. El FAI condena también la actitud de los gobiernos “democráticos” de la UE, y en especial de España, que es y ha sido un estado promotor de la violencia y la agresión contra Venezuela desde que el chavismo llegó al gobierno en 1999.
Durante el año 2017 Venezuela sufrió la violencia constante –guarimbas (violencia callejera organizada por la oposición) y campañas mediáticas- de las llamadas fuerzas de oposición, que fueron derrotadas tanto en la calle como en las elecciones posteriores (Asamblea Nacional Constituyente, elecciones a gobernador y municipales). La “oposición” sólo cuenta hoy con el apoyo militar de las potencias agresoras, EEUU y La UE, que necesitan la guerra –disfrazada de “guerra humanitaria”- para acabar con el gobierno y con la vida de un pueblo que ha expresado muchas veces su voluntad democrática.
Como FAI, nos oponemos a esta agresión y llamamos a todos aquellos que defienden la paz y la democracia a solidarizarse con el pueblo venezolano, su gobierno y el proceso de paz interrumpido esta semana por la oposición, a instancia del eje imperialista y su OTAN.
Cómo se atreven a hablar de democracia, aquellos que sólo apoyan la guerra y no respetan la soberanía ni el voto popular. Cómo se atreven a hablar de democracia las grandes corporaciones que sostienen a la OTAN y que ya ha destrozado a muchos países con el sólo objetivo de saquear e imponer la despiadada ley de la máxima ganancia para sus bancos y corporaciones. No olvidamos los crímenes de lesa humanidad contra Irak, Libia, Yugoslavia, Afganistán, Siria, Yemen, Palestina, ni a los millones de muertos y desplazados.
Mientras aumentan los presupuestos militares en EEUU y en Europa, los pueblos de estos países sufren una terrible situación de recortes de los derechos sociales y políticos. La democracia misma está en peligro, y la guerra imperialista terminará por destruir también a los pueblos de Europa y de EEUU si no se levantan contra esta barbarie.
En América Latina, la OEA y el llamado Grupo de Lima, -dirigidos por EEUU- son los arietes para impedir la paz y destruir la unidad latinoamericana. La estrategia es la coacción, el bloqueo y la utilización de “ejércitos interpuestos”, en este caso desde Colombia, que lleva más de 30 años en guerra, tiene un ejército irregular (paramilitar) y siete bases militares norteamericanas, además de ser un país socio de la OTAN. Perú ha aumentado en 668 millones de dólares su presupuesto militar, Chile en 140 millones y Argentina alcanza los 2.000 millones de dólares.
La OTAN ha aumentado sus presupuestos para alcanzar el 2% del PIB de todos sus miembros, lo que supone que, por ejemplo, España aumentará este año su presupuesto militar en un 80%, mientras las pensiones de jubilación aumentarán el 0.25%. Por su parte EE.UU. tiene previsto aumentar en el 2019 el presupuesto de defensa en 74.000 millones de dólares; este será uno de los factores decisivos para que en 12 meses el déficit de EE.UU. aumente en un 125%.
El Secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, viajó a Colombia para acordar el modo en que Colombia intervendría en Venezuela. Visita que fue continuada por Kurt Tidd, Jefe del Comando Sur de EE.UU., organismo que elaboró el documento Venezuela Freedom II que contiene con todo detalle la estrategia y las acciones que EE.UU. tiene previsto desarrollar para dominar Venezuela, apoderarse de sus recursos y eliminar cualquier vestigio de resistencia a sus intereses.
Al mismo tiempo y como parte de la estrategia de guerra, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA emite un informe en el que acusa a Venezuela de vulneración de los Derechos Humanos. Sin embargo la OEA guardó silencio y apoyó golpes de estado y dictaduras como las de Guatemala, Argentina, Brasil, Chile, y las invasiones de Dominicana, Panamá, Granada. El caso más reciente es el silencio y la complicidad con el fraude electoral en Honduras.
Todo lo dicho muestra que hay un cambio de fase en una guerra: el conflicto de Venezuela no es un conflicto interno, ni el conflicto con Colombia es un problema bilateral, sino un frente de guerra de la expansión imperialista cuyo fin es la dominación, el expolio y la eliminación de cualquier forma de resistencia.
La Venezuela chavista lleva 16 años resistiendo la guerra permanente -económica, política, propagandística, militar-terrorista, y diplomática- y las agresiones imperialistas han producido mucho daño, pero han sido derrotadas. En este momento preparan la intervención militar directa y es necesario que el mundo entero se levante, que condenemos estos crímenes y movilicemos toda nuestra fuerza de solidaridad internacionalista para impedir la barbarie.
Ayer, el sabotaje a una estación eléctrica en Miranda, el sabotaje que afectó al Banco de Venezuela y a líneas de metro, demuestran quienes son los terroristas que se autodenominan demócratas occidentales.
¡Por la dignidad, por la soberanía y la unidad de los pueblos contra el imperialismo y la guerra!
¡Fuera de Venezuela las manos sangrientas de la OTAN!
¡El imperialismo es el terrorismo!
¡No pasarán!
17 de febrero de 2018
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