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El portazo en las narices. El Lince

La peregrinación de políticos a China para hablar con quien pita en el mundo, que no es Occidente precisamente, tiene su parte cómica: EEUU protesta porque se recibe a todo el mundo menos a ellos. ¡Vaya, el país más poderoso suplicando una entrevista!

EEUU está viendo qué es lo que pasa y está pasando de la indignación a la irritación. Y eso es bueno. Primero, habló de «descuido»; luego de «falta de interés», y ahora de «intento de asustar a EEUU para que huya del Pacífico». Nunca en la historia reciente de la diplomacia se había visto con tanta intensidad lo que duele un portazo en las narices.

El bufón del país 404, antes concido como Ucrania, también está llamando y llamando sin contestación. ¿Os acordáis de cuando tras la visita de Xi a Rusia se hablaba y hablaba de que Xi llamaría a Zelensky? Pues no, no lo ha hecho. Y ya ha pasado un mes desde esa histórica visita. China está muy ocupada y no tiene tiempo para «los insinceros» (sic) y «con intenciones maliciosas» (sic).

La cosa viene a cuento porque EEUU lleva 5 meses intentándolo, y nada. Ni se recibe a Blinken, Secretario de Estado, que pidió una reunión tras la reunión de ministros de Exteriores del G-7 de esta semana, ni al ministro de Defensa, que ha llamado ya dos veces, la última con motivo de urgencia tras la visita del ministro de Defensa chino a Rusia también esta semana.

De estos dos intentos, el más importante es el portazo en las narices que ha dado China al que hace de ministro de Defensa de EEUU porque, como digo, lo que pretendía era «poner condiciones» a la colaboración entre China y Rusia. Una colaboración que va a más cada vez.

Lo que se ha publicado en China sobre las dos visitas, la de Xi y la del ministro de Defensa, a Rusia es más que esclarecedor de algo que va hacia adelante. Resumo:

– «En marzo de este año, el presidente Xi Jinping realizó una exitosa visita de Estado a Rusia. Este camino de amistad, cooperación y paz ha dado un nuevo impulso al desarrollo de la asociación estratégica integral chino-rusa en la nueva eraagregó más estabilidad a la compleja situación internacional y desempeñó un papel vital en la promoción de la multipolaridad del mundo y democracia.

(…)

  • «Del 16 al 19 de abril, el Consejero de Estado y Ministro de Defensa Li Shangfu fue invitado a Rusia  (…) Los ministros de defensa de los dos países acordaron implementar plenamente el importante consenso alcanzado por los dos jefes de estado, continuar para intensificar la comunicación de alto nivel, mejorar el mecanismo de intercambio entre las dos fuerzas armadas y ampliar el teatro de operaciones. La cooperación entre las fuerzas armadas y las academias ha enriquecido el nuevo significado de la asociación estratégica integral chino-rusa. (…) Rusia y China desarrollarán el comercio militar, así como la cooperación militar y técnico-militar: la asociación de los países en estas áreas alcanzará un nuevo nivel. (…) Las partes mantuvieron un profundo intercambio de opiniones sobre la situación en el campo de la seguridad internacional y regional y confirmaron que continuarían apoyándose mutuamente en asuntos que afectan los intereses fundamentales de cada uno y resistirían conjuntamente los intentos de las fuerzas externas de interferir en los asuntos internos».

Hay dos menciones que hay que tener en cuenta, las que he subrayado: ampliar el teatro de operaciones y el nuevo nivel de la cooperación militar y técnico-militar. Eso es lo que ha debido encender todas las alarmas en EEUU. Porque en el primer caso significa, lisa y llanamente, que Rusia apoyará a China en el contencioso con Taiwán. En el segundo, que Rusia compartirá con China todo el material, de EEUU y de la OTAN, que caiga en sus manos en el país 404, antes conocido como Ucrania. De ahí la llamada urgente, no aceptada, de EEUU, que ahora lo sigue intentando a través de su embajador en Beijing. A pesar de los portazos, los chinos son diplomáticos y, por cortesía, celebrarán alguna reunión sin importancia con el representante de los «insinceros». Pero no tengáis la menor duda: es China quien decide cuándo y con quién se ve y habla. Los tiempos de todo ya no los marca el Occidente colectivo. Eso pasó. Ahora son otros. Y Occidente tiene que mendigar esos contactos.

Al hilo de todo esto, y mientras el fantasmagórico y congelado G-7 amenaza con sanciones totales a Rusia, o sea, que ninguno de los países de ese fantasmagórico grupo (EEUU, Canadá, Japón, Francia, Alemania, Gran Bretaña e Italia) va a exportar nada a Rusia, en el zombi europeo -más conocido como UE- se reconoce que ya no se pueden imponer más sanciones (ilegales, según el derecho internacional).

Y es que ni una les sale bien. El caso del petróleo, por ejemplo, y el intento de que Rusia no lo venda por encima de 60 dólares. Pues bien, ayer se reconoció que los recortes de la OPEP+ están haciendo que Rusia supere ese tope impuesto por Occidente. Se llega a decir, con temor, que «es probable que las cargas de petróleo de los puertos del oeste de Rusia en abril alcancen su nivel más alto desde 2019» y que el precio medio al que lo vende es de 65 dólares por barril. O sea, ni boicot ni sanciones. El comercio petrolero ruso goza de buena salud.

El precio actual del barril es de 81 dólares. Rusia lo vende con descuento a los países «amigos» (India y China, por ejemplo) de 14-17 dólares por lo que queda esa cifra que tiene que reconocer con pesadumbre Occidente. Os recuerdo que toda esta historia del «tope del precio» viene desde primeros de diciembre del año pasado; seis meses ya han transcurrido y nadie lo ha practicado. Y, por si fuese poco, Rusia se garantiza nuevos «amigos», como Pakistán. Acaba de cerrar un trato para vender a este país petróleo a 50 dólares, con la finalidad de «ayudar a que Pakistán salga de la crisis». O sea, le acaba de decir a Occidente: «no quieres caldo, pues toma dos tazas». Traducido: es Rusia quien decide a quién y en cuánto vende el petróleo, pasando olímpicamente de Occidente. Otro portazo en las narices al Occidente colectivo y otro amigo más para los rusos.

Y los dos que dan portazos en las narices a Occidente han dado otro conjunto: los suministros de petróleo ruso a China en enero-marzo aumentaron un 32’7% interanual, superando los 25’2 millones de toneladas. Solo en marzo las ventas subieron un 67’7% respecto a febrero, según los datos de las aduanas chinas. ¿Boicot, tope, sanciones? Los congelados occidentales cada vez se congelan más mientras el mundo avanza por otro lado, hacia el este. Y Rusia no está aislada como día tras día dicen los «analistas» (de anal, o sea, que piensan con el culo) occidentales. Por el contrario, el declive histórico de Occidente es cada vez mayor.

Por ejemplo: ya tenemos el primer resultado del viaje del ministro de Exteriores ruso a América Latina. Aunque no ha visitado Bolivia, este país ha llegado a un acuerdo sorprendente con Rusia: el comercio bilateral se hará en las monedas nacionales. La desdolarización continúa. Esto es muy relevante porque Occidente quiere hacerse con el control del litio latinoamericano (principalmente en Bolivia, Argentina y Chile), y Bolivia es el principal exportador del continente sur y uno de los principales del mundo. Hay que recordar que el golpe fascista de Bolivia de noviembre de 2019 tenía como objetivo reconocido el establecer el control occidental sobre los recursos naturales bolivianos. También hay que recordar que el golpe fascista fue respaldado por Occidente.

El presidente boliviano, Luis Arce, ha dicho públicamente que EEUU lleva tiempo amenazando a Bolivia por ello: “Es importante reflexionar, decía yo que hay amenazas externas y, más aún, aquí en Potosí, porque el Comando Sur de Estados Unidos, tres veces ya, nos ha mandado un mensaje que a ellos les interesa el litio boliviano, nuestras reservas de litio”. El pasado 8 de marzo, en una reunión en el Congreso de EEUU, la jefa del Comando Sur dijo textualmente: «El litio es asunto de seguridad nacional para EEUU. Esta región está llena de recursos y me preocupa la actividad maligna de nuestros adversarios, que se aprovechan de ello aparentando que están invirtiendo cuando, en realidad, están extrayendo”.

Es más que probable que los países que está visitando Lavrov (Brasil, Cuba, Nicaragua y Venezuela) hagan lo mismo que Bolivia y comiencen a comerciar con Rusia en sus monedas. Por cierto, el ministro ruso se ha reunido en Caracas con los embajadores en Venezuela de Bolivia y San Vicente y Las Granadinas. Ha invitado a Arce a visitar Rusia.

Y en Francia sigue la rebelión contra la subida de la edad de jubilación: ayer ocuparon el edificio de la bolsa.

(Publicado en el blog del autor, el 21 de abril de 2023)

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