ArtículosCampaña por el Retorno a PalestinaDestacadosMundo árabe/musulmánVíctimas y Resistencias

El segundo Tet. El lince

Dado que somos muy buenos en la historia y muy malos a la hora de analizar el presente y más malos aún a la hora de hacer hipótesis de futuro, voy a intentar meterme en otro charco. Mi especialidad.

La historia comienza el 30 de enero de 1968, cuando las fuerzas guerrilleras vietnamitas, el VietCong (Vietnam Congsan, Vietnam Rojo), lanzaron la Ofensiva del Tet contra el régimen colaboracionista de Saigón y las tropas estadounidenses. El Tet es el año nuevo lunar vietnamita, de ahí el nombre. Fue la operación guerrillera a mayor escala de todos los tiempos hasta entonces y un salto cualitativo en la guerra de guerrillas vietnamita porque fue una ofensiva a gran escala y en profundidad como no se había hecho hasta entonces.

Tras un mes de combates, de éxitos y de fracasos, los colaboracionistas y los estadounidenses derrotaron al VietCong. Fue una derrota, pero una derrota táctica en términos militares y una victoria estratégica en términos políticos. Con mucho sacrificio. Solo de combatientes guerrilleros las cifras superaron los 30.000 muertos. Pero el golpe psicológico a los colaboracionistas, a EEUU y al resto del mundo bajo su tutela fue de tal calibre que nunca se pudieron recuperar. Porque después de una guerra agotadora, con el uso de toda la tecnología y armas avanzadas disponibles por parte de EEUU y sus lacayos, los vietnamitas dejaron en claro que el espíritu de lucha, de resistencia y de victoria era indomable. Y que eran capaces de contraatacar. El equilibrio de poder a partir de entonces fue otro.

EEUU y sus lacayos llevaban años diciendo, y creyéndose, que el VietCong estaba acabado y que ellos eran lo más de lo más y los más mejores entre los mejores. Pero ahí se acabó todo. Ya no lo fueron más, aunque la guerra siguió con su brutalidad habitual durante otros 8 años más, hasta los Acuerdos de París, y luego otros dos años más hasta la imagen del último helicóptero estadounidense en el tejado de la embajada de Saigón.

La Ofensiva del Tet fue el punto de inflexión en la imagen de superioridad de EEUU y que cambió totalmente la dinámica del combate, y geopolítica, a partir de entonces.

Hasta aquí la historia. Ahora el análisis.

Está claro que Hamás no es el VietCong, aunque está haciendo exactamente lo mismo. Su «Operación Inundación de Al Aqsa» es la nueva Ofensiva del Tet y, con ella, Israel y sus apoyos, EEUU y sus vasallos, ya han perdido. Porque cambiará totalmente el equilibrio de poder en Oriente Próximo. Como los vietnamitas, los palestinos lo han hecho en el aniversario de la guerra del Yom Kippur, el mito de la invencibilidad de Israel. Eso ya se acabó de forma definitiva. Ya lo había hecho Hizbulá en el año 2006, derrotar a Israel y mostrar que no es invencible, pero ahora es definitivo. La gente de una inmensa prisión al aire libre, Gaza, bloqueada y asediada desde 2007 por Israel y sus apoyos, por EEUU y sus lacayos, esos que ahora se rasgan las vestiduras y lloriquean, un campo de tiro al pato para los francotiradores israelíes con el aplauso unánime de los portadores de los «valores democráticos», ha dicho «hasta aquí» y ha protagonizado, lo está haciendo, algo sin precedentes en la historia palestina. A costa de mucho sacrificio, sin duda. Como los vietnamitas. Pero pase lo que pase ya nada será igual. Es una guerra de liberación que va a arrastrar no solo a la zona, sino a muchas otras partes del mundo. Y no descartéis Europa, especialmente Francia.

Gaza es la prisión al aire libre más grande del mundo, donde más de 2 millones de palestinos malviven con el aplauso y la sonrisa del Occidente colectivo y sus «valores democráticos». Ahora se está volviendo a ver. Todo está controlado por Israel desde 2007 que, con el beneplácito de sus apoyos, de EEUU y sus lacayos, decide quién entra y quién sale (incluyendo quién se cura en hospitales y quién se muere sin llegar a ellos), qué medicamentos entran, qué artículos de primera necesidad, qué alimentos. Eso era apoyado, aceptado, financiado por el muy democrático Occidente. Porque los muros que encierran a Gaza son los muros que protegen el jardín occidental y sus «valores». Es el mismo fascismo en una y en otra parte. Un fascismo que teme a los pueblos que ha colonizado y a quienes le gustaría seguir colonizando (véase lo de Francia en África, por ejemplo). Por eso cualquiera que esté con los israelíes, esos que vienen masacrando al pueblo palestino desde 1948 (y podéis ver una amplia galería de fotos de niños muertos aquí, a partir de esta fecha y durante todos esos años de 2014-2018, dado que fue del Donbás y de Palestina por lo que comencé esta aventura con la página), no tiene ni credibilidad ni decencia en lo que a mí respecta. Ahora Israel acaba de cortar el suministro de agua y electricidad a la franja. Pero Israel no es Rusia, así que no hay por qué condenar ni enviar a los bufones de la Corte Penal Internacional ni nada de nada.

Y si esto no sirve de acicate, de aire fresco para toda esa pretendida «izquierda» mundial, es que es mucho más mierda de lo que yo creo que es. Porque los palestinos están dando una imborrable lección de valentía.

Hasta aquí el análisis. Ahora la hipótesis.

Dudo mucho que la cosa trascienda más allá de Palestina. El riesgo es muy alto para todo el mundo, y no porque el «Eje de la Resistencia» lo amplíe, sino porque Israel se juega su supervivencia si lo hace. Israel se va a contener porque no le queda otra. Sin más. Y eso implica también a Occidente, que está viendo cómo no tiene ya prácticamente nada a lo que agarrarse. Su poder declina tan rápido que ya ni una simple tabla flotando le vale para agarrarse.

Los intentos occidentales de culpar a Irán son irracionales, no es más que otro intento de ampliar el foco de conflicto. Con un país 404, antes conocido como Ucrania, en franca decadencia a todos los niveles (político, económico y militar) Occidente se enfrenta a la disyuntiva de apoyar a su hijo predilecto (Israel) o a su hijo adoptivo. Y va a optar por el predilecto porque, entre otras cosas, necesita desesperadamente reconducir su relación con los países árabes para mantener el flujo del petróleo. Y desmarcar a los países árabes de Irán, ahora que hay una normalización de relaciones a gran escala -mayor que la árabe/israelí, que ahora dormirá un tiempo el sueño de los justos- y están los BRICS por medio. Recordar lo del famoso «corredor económico» que acaban de aprobar para competir con la Nueva Ruta de la Seda china: pasa por aquí. El país 404 se convierte en muy secundario.

Occidente está al borde del abismo y está buscando desesperadamente otro «eslabón débil» del nuevo mundo en marcha para evitar lo inevitable: su pérdida de hegemonía. Lo intentó con Rusia y ha fracasado estrepitosamente. Ahora está intentándolo con Irán. Para el Occidente colectivo es el nuevo «eslabón débil» con el que, además, debilitaría a los BRICS.

También dudo que esta ofensiva palestina tenga que ver con el país 404, o sea, que Rusia lo haya utilizado para esconder alguna ofensiva o algo así. Rusia apoya a Israel y solo ver cómo está tratando el tema deja claro que el apoyo a los palestinos es teórico y político y no práctico.

Como he dicho, con Palestina siempre. Porque pase lo que pase, aunque reduzcan a escombros a Gaza, se volverá a levantar.

 

(Publicado en el blog del autor,  el 9 de octubre de 2023)

Comments are closed.