Israel, engaño de la propaganda sionazi
El día 23, miércoles, una vez más la ONU, por medio del relator especial Michael Lynk, ha declarado que es la comunidad internacional la que tiene la responsabilidad política y legal de impedir la continuidad de la colonización sionista de Palestina.
¿Qué poder tiene el ente fabricado por los banqueros sionazis para la ocupación territorial de Palestina, para ponerle el nombre de Israel y que no salte el mundo escandalizado? ¿qué poder tiene para incumplir todas las resoluciones contra su instalación en el enclave que habita un pueblo históricamente conocido, y no sufrir ninguna consecuencia? Ramona Wadi nos recuerda en su artículo La oposición histórica de Cuba al Plan de Partición de la ONU para Palestina:
En lugar de conmemorar el Día Internacional de la Solidaridad con el Pueblo Palestino, designado por la ONU décadas después de que la organización reforzara el colonialismo israelí en Palestina, una alternativa mejor es recordar las razones de Cuba para oponerse y votar en contra del Plan de Partición de la ONU de 1947.
La oposición cubana al Plan fue articulada por el delegado del país en la ONU, el doctor Ernesto Dihigo. A diferencia de la retórica que emana de la organización internacional, Dihigo empezó disipando la narrativa sionista y exponiendo la temprana intervención de la ONU en el sabotaje del concepto de derechos humanos, desde una perspectiva legal y humanitaria.
Dihigo identificó varios problemas, comenzando por la ausencia de valor legal en la Declaración Balfour y la negativa del Plan de Partición “va en contra de la libre determinación de los pueblos”, recordando a la ONU su alejamiento de sus supuestos valores democráticos al señalar las inconsistencias de la organización describiendo la partición como una recomendación. Dihigo insistió sobre términos definidos: “… tampoco nos parece posible sostener que el proyecto es una mera recomendación, ya que toda recomendación implica la posibilidad de no ser aceptada, y el plan aprobado, sin duda, tiene un carácter coercitivo”. Dihigo refutó los argumentos del colonialismo sionista en Palestina: “No es su derecho recibir algo que no les pertenece, mucho menos si, para conseguirlo, otros sufren el abuso por la fuerza”.
Rechazando la declaración de la ONU, el delegado cubano recalcó: “Hemos proclamado solemnemente el principio de la libre determinación de los pueblos, pero nos preocupa ver que, cuando llega el momento de aplicarlo, lo olvidamos.
En 1977, la ONU decidió destruir aun más la historia proclamando el aniversario del Plan de Partición como el Día Internacional de la Solidaridad con el Pueblo Palestino, pretendiendo eclipsar, en términos de prioridades, una resolución que dio vía libre al colonialismo con lo que sigue siendo puramente un recuerdo simbólico.
En su web, la breve descripción de la ONU sobre los orígenes de la fútil “solidaridad” agrava su error original al reafirmar la adherencia al compromiso de dos Estados, otro derivado del Plan de Partición. También anima a los Estados miembros a “continuar dando el mayor apoyo y publicidad posible al Día de la Solidaridad”. Para enfatizar el apoyo a una conjetura que pretende maquillar las violaciones por parte de la comunidad internacional contra los palestinos es un claro indicio de la traición y el aislamiento que se producen contra el territorio y su pueblo para mantener la expansión colonial. La declaración refleja cómo la ONU requiere que los Estados miembros respalden su agenda contraria a los derechos humanos”.
Esta es la Historia. En nuestros días, el día 23 de éste Octubre, encontramos el discurso del relator especial de la ONU para Palestina sobre Derechos Humanos, Michael Lynk, con el que denunció y condenó la continua violación de los DD HH por parte del invasor, así como las interminables presiones políticas y comerciales contra el Pueblo Palestino, más el impedimento a la población para su movilidad y las imposiciones de no volver en caso de su salida y de su entrada a su propio país, así como el robo continuado de sus bienes, incluyendo las ayudas solidarias, etc. A esto ha añadido el incumplimiento sistemático de la responsabilidad de los gobiernos que otorgan la impunidad a los criminales israelíes, y el desprecio que resulta de sus otras obligaciones internacionales con la dignidad que merece una causa justa como es la causa del Pueblo Palestino por su independencia. Por último dirigió las siguiente palabras a la comunidad internacional: La ocupación no morirá por si misma … La rendición de cuentas es la clave para abrir la jaula de titanio que es la ocupación. El jueves día 24 el régimen del ente israelí, en su soberbia, le prohibió viajar a Palestina, y el relator de la ONU dijo refiriéndose a los asaltantes: “Esto es una violación de los procedimientos y protocolos porque, como parte de mi labor, yo debo ir y conocer la situación en el terreno de primera mano.”
Habría que decir aquí que esa rendición de cuentas, a éstas alturas, pasa por extender en todos los niveles el Boicot, la Desinversión y las Sanciones al régimen sionazi, pasa por sumarse a la causa de la independencia de Palestina, ¿cómo si no se derrota, o se hace que renuncie el mayor fondo financiero que hay en el mundo a su proyecto colonial? ¿qué potencia da un paso adelante y exige que se cumplan los Derechos del Pueblo Palestino? Cuba fue el ejemplo de Derecho y Humanidad.
El ente israelí fue creado con financiación de la banca sionista afincada en Europa y EEUU, y desde el día de su creación sus instaladores, como antes sus mismos ideólogos y primeros financieros promotores, profundizan su establecimiento instrumentalizando el código de comportamiento de lo que hoy se hace llamar neoliberalismo: no aceptar reglas de concordancia y romper con todos los Derechos de los pueblos, hundir, dejar sin poder de decisión, empequeñecer y ridiculizar, los organismos y leyes comunes, romper los frenos a la apropiación criminal. Hoy por hoy ese comportamiento es desaprobado en palabras por la mayoría de la ONU (sólo los sometidos a EEUU-Israel acompañan a los sionazis). Pero la desaprobación sin emplear la presión contra el financierismo sionazi ha demostrado su ineficacia, y de este modo no se doblega al asesino y se le hace rendir cuentas.
La propaganda del mundo financiero neocolonial difunde discursos que ignoran los derechos de Palestina como nación y como pueblo, y frases planas que ignoran la verdad refiriéndose al Pueblo Palestino como “están mal dirigidos”, “tienen mala suerte”, o, “son terroristas”, eliminan las causas y ponen la pantalla de la gran mentira. Con ese lenguaje buscan el simplismo que sustente la normalización de la inhumanidad, que oculte la ocupación y justifique la guerra.
Los mismos intereses disponen a los gobiernos y representantes públicos de occidente para que en sus discursos y conversaciones se “invite” a la negociación entre las partes como si los dos formasen un mismo cuerpo y fuese un conflicto entre habitantes del mismo lugar y los palestinos fuesen tozudos y los sionazis no tuviesen más remedio que poner condiciones y decidir cómo tienen que sentarse los representantes palestinos. Lo cierto es que el poder que ostenta la banca mundial sionazi (los 13 bancos más grandes del mundo son propiedad de sionistas, el economista y geoestratega Alfredo Jalife los conoce bien) dispone las mayores inversiones en la conducción de éstos países, para lo que promueve a gobernantes afines que secunden sus intereses. Por eso muy raramente sale a la luz alguna voz de renombre público denunciando el mapa general y el particular de las mentiras sobre el caso. Algún historiador ha descrito la forma sionista de mostrar la actividad pública internacional israelí con dos palabras: “lloriqueo y mato”, o, “mato y lloriqueo”: mientras me lamento hablando de la persecución nazi a otros judíos -de lo que los promotores del crimen en Palestina participaban- escondo la Historia y cometo los crímenes más horrendos, llevo adelante el genocidio de un pueblo que, por no tener, no tiene ni el más pequeño ejército con que defenderse.
Nunca aparece en la boca de los sionazis el derecho de Palestina a su existencia, a su Estado, a su tierra. Tampoco verá usted que acepten que son los invasores y que someten a la población autóctona por la fuerza de las armas a su ley, militar. Nunca dicen que prohíben o limitan los movimientos de los particulares y del pueblo en general. Que incautan la documentación y deportan, que su política esta basada en la expulsión de los territorios que ocupan. Que encarcelan a quien se resiste y persiguen especialmente a los niños y niñas. Qué asaltan las viviendas y secuestran a alguno de sus miembros como forma de sembrar el terror. Que en las cárceles aíslan, vejan, torturan porque han hecho legal la tortura. Que no dejan volver a sus tierras y a sus casas a los refugiados. Que a los que soportan la ocupación no les permiten trabajar o les pagan salarios de limosna. Que cortan el agua a las poblaciones palestinas. Que les derriban sus casas, sus colegios, sus hospitales, sus centros de ayuda. Que separan las ciudades y los pueblos entre si para incomunicarlos. … Pero todo esta naturalizado, la ONU en su día aprobó el crimen de la colonización, para EEUU es su punta de lanza con la que desestabilizar la región, todas las grandes potencias hacen negocios con el ente colonial-financiero israelí, y como ejemplo de tamaña burla Europa tiene al establecimiento sionista como socio preferente. Las sucesivas negociaciones sólo han servido a Israel, y como culminación de todas ellas EEUU como pantalla de Israel pone sobre el panorama regional el último invento destructivo de Palestina, el denominado Acuerdo del Siglo.
Las “falsas noticias”, la “mentira”, el “engaño” de sus medios informativos en la guerra comunicacional y desinformativa, presentan como normal que el pequeño poder civil palestino, el de la ANP, siga los dictados del régimen israelí, de los ocupantes, de los neocolonizadores, que el mundo financiero sionista lo utiliza como empresa y brazo armado. Israel ha servido al mundo de los Rothschild, Rokefeller y demás banqueros para que la desestabilización regional de Oriente Próximo permita al imperialismo volver con nuevas fuerzas al territorio cuyas riquezas le garantizarían su pervivencia, además de poder llevar adelante su expansión amenazadora a las potencias emergentes. Los mismos banqueros y Nixon declararon no hace mucho que Israel ya había cumplido su papel. Como ven, el ente colonial es, con toda su propaganda, una gran mentira.
Les dejo aquí un ejemplo de lo interiorizado que tiene la mentira, el engaño, la hipocresía, el círculo práctico-político-ideológico del sionazismo, el texto pertenece al libro Historia judía, Religión judía. El peso de tres mil años. Su autor es Israel Shahak. Publicado por Machado Libros:
“… un buen ejemplo del poder del engaño fue Martín Buber. … El crimen de fraude es aún mayor si se tiene en cuenta el hecho de que los elogios de Buber al hasidismo se publicaron por vez primera en Alemania durante el período de ascenso del nacionalismo alemán y de acceso del nazismo al poder. Pero a la vez que aparentemente se enfrentaba al nazismo, Buber glorificó un movimiento que sostenía y, de hecho, enseñaba doctrinas relativas a los no-judíos que no se diferenciaban de las doctrinas nazis respecto a los judíos. … las consecuencias de este engaño son incalculables. Las obras de Buber se tradujeron al hebreo, pasaron a ser un elemento poderoso de la educación hebrea en Israel, … Buber no estaba solo en su actitud, también el influyente sociólogo y estudioso bíblico Yehezkiel Kaufman, un defensor del genocidio basado en el modelo del libro de Josué, o el filósofo idealista Hugo Shmuel Bergman, que ya en 1914-15 defendía la expulsión de todos los palestinos a Iraq, y muchos más Todos eran “palomas” de cara al exterior, pero empleaban fórmulas que podían manipularse en el sentido antiárabe más extremo, todos tenían tendencias a esa mística religiosa que fomenta la propagación de los engaños, y todos se mostraban como personas amables que, aun cuando abogaban por la expulsión, el racismo y el genocidio, parecían incapaces de hacerle daño a una mosca; justo por eso, el efecto de sus engaños fue aún mayor.”