La tierra Palestina se llama Palestina (3)
(Este artículo es continuación de las anteriores entregas, 1 y 2)
… cuando las pesadas e inquietantes reservas mentales de unos y otros ya no inquietan más a nadie, se advierte que todo concurre, conscientemente o no, al triunfo de una ley de la raza y de una ley de la selva, cuya víctima es hoy el árabe, mañana otro, siempre los humildes. Una teoría de raza cuyo autor ya no es esta vez el de Mein Kampf sino el israelí y todos los que lo ayudan para humillar, despojar y traumatizar las conciencias, teoría que se abre camino, se amplifica, se desencadena en medio de una aprobación casi unánime. … Nadie se preguntará quién es el agresor como no sea para apuntar el dedo acusador con seguridad hacia el árabe. Se olvidará que en 1948 Israel se constituye en Estado poniendo al mundo frente al hecho consumado, que en 1949 viola los acuerdos de armisticio y se apodera de la parte norte del territorio palestinense, de la totalidad de Neguev y del puerto de Eilath; que en 1956 desencadena, con sus conocidos cómplices, una agresión fulminante; que desde entonces ha sido condenado como agresor no menos de once veces por el Consejo de Seguridad de la O.N.U.; y que el mes pasado (Junio 1967) asaltó por sorpresa a los países árabes.
Del libro El problema palestinense. Coloquio de Juristas Árabes sobre Palestina. Argel 22 -27 de julio de 1967.
Desde 1948, los crímenes del sionazismo fueron construyendo su imagen pública, llorar y matar se recomendaba en ese cuerpo con el fin de dar lástima por las persecuciones nazis a los judíos, que no fue solo a ellos y menos a los sionazis pues fueron colaboradores directos del nazismo (léase Sionismo y nazismo. El sionismo en la época de los dictadores. Autor: Lenni Brenner), y matar para sostener y profundizar en la conquista neocolonial sumada al imperialismo estadounidense.
El proyecto sionista y el proyecto estadounidense imperialista de ocupación y expansión forman el arma que dispara contra los pueblos y les quita la vida y sus riquezas materiales e inmateriales, mientras sus campañas de difusión de tergiversaciones, ocultaciones y propagación del llorar de tales agentes acribillan los oídos de toda la sociedad. Un ejemplo aportado por un gran intelectual, en estos tiempos en que cuesta saber en qué intelectual se manifiesta el sentido crítico, de conciencia histórica y social: Julio Cortázar escribió su magnífica novela El libro de Manuel tratando de manifestar la incapacidad del lenguaje establecido como normal para mostrar la realidad de los hechos en un mundo atravesado por la injusticia de tanta dictadura consecuencia del imperialismo. En su novela emplea un lenguaje que deshace la norma, ese lenguaje de Pilatos que hace al idiota que llamaban los griegos para representar a quien no se hace cargo de nada, no quiere saber y justifica a quien ostenta la fuerza, la misma norma de pensamiento con la que nos meten su hipocresía llorona. Cortázar rompe con todo eso, denuncia y denuncia inventando palabras, componiendo y haciendo barrera para que el lector piense, nos dice así que no hay palabras normales pues no son suficientes para expresar la protesta, nos dice que los autores del mundo en que vivimos han destruido el lenguaje y nos dan una traducción falsa.
Leo su denuncia en el comienzo de su novela El libro de Manuel: Posdata (7 de setiembre de 1972). Agrego estas líneas mientras corrijo las pruebas de galera y escucho los boletines radiales sobre lo sucedido en los juegos olímpicos. Empiezan a llegar los diarios con enormes titulares, oigo discursos donde los amos de la tierra se permiten sus lágrimas de cocodrilo más eficaces al deplorar “ la violación de la paz olímpica en estos días en que los pueblos olvidan sus querellas y sus deferencias”. ¿Olvidan? ¿Quién olvida? Una vez más entra en juego el masaje a escala mundial de los mass media. No se oye, no se lee más que Munich, Munich. No hay lugar en sus canales, en sus columnas, en sus mensajes, para decir, entre tantas otras cosas, Trelew. A día de hoy han conseguido ocultar los crímenes que la dictadura argentina apoyada por el régimen imperial cometió en Trelew, en la Patagonia Argentina: el asesinato masivo de presos políticos en la cárcel de la ciudad en 1972. Cortázar corregía el libro, el 4-5 de septiembre, en el que trataba precisamente estos temas cuando ocurrió lo de Munich, y entonces escribió la postdata aquí expuesta para referirse a las causas, a las raíces de los acontecimientos y cómo nos falsean la realidad, nos ocultan la esencia que les hace surgir o tergiversan la verdad los medios de difusión del imperio. ¿Qué venían haciendo los sionazis desde 1948 hasta 1972? Pregúntele al Pueblo Palestino por qué estalló ese desastre. No seamos ni Pilatos ni idiotas nunca más. Por cierto, Julio Cortázar cedió los derechos de autor de la novela El libro de Manuel a las familias de los asesinados en Trelew y a la resistencia contra el tirano Pinochet. En alguna página leí como pensamiento de Cortázar que No es el sustantivo lo que nos hace ser, sino que lo que somos es calificado por el pasado.
El caso del ente generado por el mundo capitalista financiero que han hecho llamar Israel, viene calificado por su mismo pasado: La misma indigencia intelectual y la misma ligereza asoman bajo el barniz de pseudo-argumentos jurídicos. En el análisis de los componentes pseudo-jurídicos del Estado de Israel, la declaración de Lord Balfour ocupa un lugar de elección. Arthur Koestler la ha calificado de promesa hecha por un Estado a una persona privada para fundar una nación en el territorio perteneciente a otra nación. Esa promesa oficial del Reino Unido, hecha a Rotschild, de constituir una Estado con el territorio de otro, no consintiente y no consultado, no cesa de asombrarnos. ¿Con qué derecho podía disponer en 1917 de un territorio sobre el cual no ejercía ninguna soberanía, en provecho de una asociación privada, además de todo?
Del libro El problema palestinense. Coloquio de Juristas Árabes sobre Palestina. Argel 22 -27 de julio de 1967.
La argumentación que toma el punto de partida, el primer acontecimiento, como el hecho que explica el desarrollo hasta el presente, pone en primer plano la verdad histórica, y de ahí en adelante se puede encartelar el camino de la Historia con las palabras de Cortázar: No es el sustantivo lo que nos hace ser, sino que lo que somos es calificado por el pasado.
Si el nacimiento de la entidad israelí es nefasto, su camino lo ha ido sembrando ella misma de violaciones del orden jurídico internacional, violaciones que las gentes del Derecho han dictaminado como crímenes de guerra, genocidio, etnocidio, … y la ONU, el organismo que aprobó la primera injusticia con la partición y entrega de Palestina, que se escandaliza tanto que llega a emitir más resoluciones de condena de Israel en la Historia que a todo el resto del mundo. Pero no nos asombremos, hay otras muchas condenas que han realizado los restantes organismos de Derecho y humanitarios internacionales del mundo, y lo más descarnado es que no pasa nada. Los gobiernos se atan de manos por sus negocios con Israel y EEUU. No hacen nada, llegando a permitir que los medios de difusión del imperio y el sionazismo callen, tergiversen, mientan, consintiendo que el genocidio sobre el Pueblo Palestino sea norma, normal, y la decadencia ética y moral haga millones de Pilatos o idiotas.
Si el 10 de noviembre de 1975 en la 2400a sesión plenaria de la ONU se emitía la resolución 3379, declarando que “el régimen racista en Palestina ocupada y los regímenes racistas en Zimbabwe y en Sudáfrica tienen un origen imperialista común, constituyen un todo, presentan la misma estructura racista y están orgánicamente vinculados en su política destinada a la represión de la dignidad y la integridad del ser humano. Semejante afirmación partiendo de la realidad provenía de la Declaración Política y Estratégica para fortalecer la paz y la seguridad internacionales y reforzar la solidaridad y ayuda mutua de los países no alineados; la misma resolución había sido aprobada en la Conferencia de Ministros de Relaciones Exteriores de los Países No Alineados celebrada en Lima del 25 al 30 de agosto de 1975. En ésta Conferencia se condenó de la manera más severa al sionismo por ser una amenaza a la paz y la seguridad mundiales y se exhortó a todos los países a que se opusieran a esa ideología racista e imperialista.
Pero los hipócritas y embajadores del crimen contra la humanidad no se dan por vencidos, el ejemplo fue entonces el embajador del ente Israel en la ONU que hizo la siguiente manifestación de cinismo y burla: Para nosotros, el pueblo judío, esta resolución basada en el odio, la falsedad y la arrogancia, está desprovista de todo valor moral o legal. Eso no es más que una hoja de papel y la trataremos como tal. Y seguidamente, el sionazi Herzog, rompió el documento. Nunca, ninguna resolución de la ONU de condena ha sido aceptada por el régimen neocolonial, nunca ha corregido su conducta, en ese sentido hay que hacer una mención especial al año que hemos dejado atrás, 2020, en el que la Asamblea General de la ONU ha emitido 17 resoluciones de condena al ente invasor de Palestina, y cada una de ellas ha sido despreciada e incumplida. Cambiando las circunstancias históricas con la caída de los gobiernos en torno al que se hacía llamar socialismo real, el sionismo y el imperialismo estadounidense con sus submarinos capitalistas de occidente, anularon la resolución 3379 con la más breve de la historia de la ONU, sencillamente hacía saber que aquella primera, sin mencionar lo que decía, era anulada, y no les fue suficiente con la sustitución sino que han hecho desaparecer la 3379 y no es posible encontrarla mas que en la dirección apuntada más arriba.
Pero todo aquello que se refiera al ente sionazi se calla, y hacen desaparecer toda denuncia de su proyecto y su realización, o, su aparato propagandístico sostiene la mentira, y de vez en cuando nos encontramos con las declaraciones de sus mismos gerifaltes manifestando el mayor desprecio por los derechos del Pueblo Palestino, que son los de toda la Humanidad.
A pesar del muro que representa la prensa prosionazi, aun leemos por medios defensores de los Derechos Humanos a personas respetables como el intelectual Ilan Papé, que ha declarado: La demonización del nacionalismo palestino como una entidad terrorista y la condena de sus políticas de resistencia contra la ocupación como actos de terrorismo, al mismo tiempo que se justifican los crímenes y atrocidades de Israel como actos en defensa propia, es uno de los desequilibrios clave que impide la paz en Israel y Palestina.
Recuérdese lo manifestado por Cortázar: No es el sustantivo lo que nos hace ser, sino que lo que somos es calificado por el pasado.
Pues mostremos algo más del pasado cercano; ahora la referencia es el informe que pidió la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental (CESPAO) en 2017, el informe concluye: Israel ha establecido un régimen de apartheid que domina al pueblo palestino en su conjunto. Las pruebas disponibles establecen más allá de toda duda razonable que Israel es culpable de políticas y prácticas que constituyen el crimen de apartheid, tal como se define legalmente en los instrumentos del derecho internacional. La acusación de Crimen de apartheid significa que practica políticas de segregación y discriminación racial similares a las que se practicaban en África meridional, son actos inhumanos con el fin de establecer y mantener la dominación de un grupo racial de personas sobre cualquier otro grupo racial de personas y de oprimirlos sistemáticamente.
La doctora Rima Khalaf, presidenta de la CESPAO, era responsable del informe con el doctor Richard Falk y la doctora Virginia Q Tilley. El informe fue confirmado por numerosos especialistas. La doctora Rima Khalaf fue amenazada y recibió presiones de EEUU-Israel para que lo retirase, y, a pesar de todo, se reafirmó declarando que era un documento válido de la ONU. Habiéndose negado los responsables del informe a retirarlo, los imperialistas se fueron a por el secretario general de la ONU y éste si se rindió y retiró el informe de la página web de la CESPAO, lo que no lo anulaba.
Después del espectáculo que montaron los sionazis, ellos mismos vinieron a confirmar el contenido del documento mencionado cuando aprobaron la Ley del Estado Nación, un país inventado cuyos portavoces declaran en esa Ley que: El ejercicio del derecho a la autodeterminación nacional en el Estado de Israel es exclusivo del pueblo judío. Así negaban el derecho de los habitantes naturales de Palestina.
El jefe del Shin Bet y viceministro de Defensa del régimen neocolonial declaró sobre la Ley del Estado Nación judía: Hemos consagrado este proyecto de ley para evitar el más mínimo pensamiento, y mucho menos el intento, de transformar Israel en un país de todos sus ciudadanos. El racismo y el terrorismo que ejerce éste ¿deben existir en el mundo que intenta vencer a los tiranos?
Permítame recordar el caso mencionado ya venido de la ONU, en el año 2020 el organismo internacional ha emitido 23 resoluciones de condena, de las cuales 17 se dirigen a Israel y 6 a otros países, ninguna de esas 17 que corresponden al régimen de ocupación colonial ha sido respetada por la potencia colonial.
La voz universal de Palestina en la cultura fue Mahmud Darwish, que falleció el 9 de agosto de 2008 (el 9 de agosto de 1945 EEUU tiró la bomba atómica sobre la población civil de Hirosima), el gran poeta cuyos versos se guardan en todos corazones de las gentes de la nación dejó sus palabras por escrito a los organizadores del Festival de Literatura Palestina, en Ramala, al no poder asistir a inaugurarlo debido a su mal estado de salud, y expresaba así el dolor por su patria y su pueblo:
Queridos amigos, bienvenidos a esta tierra dolorida, cuya imagen literaria es mucho más hermosa que su realidad actual. Vuestra valiente visita de solidaridad es más que un simple saludo pasajero a un pueblo privado de libertad y de una vida normal; es una expresión de lo que Palestina ha llegado a significar para la conciencia humana que representáis. Es una expresión de la conciencia del escritor sobre su papel: un rol directamente vinculado con la justicia y la libertad. La búsqueda de la verdad, que es uno de los deberes de un escritor, asume en esta tierra la forma de un combate con las mentiras y la usurpación que plagan la historia contemporánea de Palestina, con los intentos de borrar a nuestra gente de la memoria de la historia y del mapa de este lugar.
Ahora estamos en el año 60 de la nakba. Hay ahora quien baila en las tumbas de nuestros muertos, y que considera que nuestra nakba es su festival. Pero la nakba no es un recuerdo; es un desarraigo continuo que llena a los palestinos de miedo a su propia existencia. La nakba continúa porque la ocupación continúa. Y la ocupación continua significa una guerra continua. Esta guerra que Israel libra contra nosotros no es una guerra para defender su existencia, sino una guerra para destruir la nuestra.
El conflicto no es entre dos “existencias”, como afirma el discurso israelí. Queridos amigos, en vuestra visita aquí veréis la verdad desnuda. Ayer celebramos el fin del apartheid en Sudáfrica. Hoy, veis el apartheid floreciendo aquí de una forma más eficaz. Ayer celebramos la caída del muro de Berlín. Hoy, veis el muro levantarse de nuevo, enrollándose como una serpiente gigante alrededor de nuestros cuellos. Un muro no para de separar a los palestinos de los israelíes, sino para separar a los palestinos de sí mismos y de cualquier vista del horizonte. No para separar la historia del mito, sino para unir historia y mito con un ingenio racista.
La vida aquí, como veis, no es un hecho, es un milagro diario. Las barreras militares separan todo de todo. Y todo, incluso el paisaje, es temporal y vulnerable. La vida aquí es menos que la vida, es una muerte que se aproxima. Y qué irónico es que la intensificación de la opresión, los cierres, la expansión de los asentamientos, los asesinatos, cotidianos que se han convertido en una rutina, que todo esto ocurra en el contexto de lo que se llama el “proceso de paz”, un proceso que gira en un círculo vacío, amenazando con matar la idea misma de paz en nuestros corazones sufrientes.
La paz tiene dos padres: la libertad y la justicia. Y la ocupación es el origen natural de la violencia. Aquí dos generaciones de palestinos han nacido y crecido bajo la ocupación. Nunca han conocido otra vida. Sus recuerdos están llenos de imágenes del infierno. Ven que sus mañanas se escapan de su alcance. Y aunque les parece que todo lo que está fuera de esta realidad es el cielo, no quieren ir a ese cielo. Se quedan, porque están afligidos de esperanza.
Ser palestino no es un eslogan, no es una profesión. El palestino es un ser humano, un ser humano atormentado que tiene preguntas cotidianas, nacionales y existenciales, que tiene una historia de amor, que contempla una flor y una ventana abierta a lo desconocido. Un ser humano con un miedo metafísico y un mundo interior que se resiste a la ocupación.
Mis amigos y colegas, gracias por vuestro noble acto de solidaridad. Gracias por vuestra valiente iniciativa de romper el asedio psicológico que se nos inflige. Gracias por resistir la invitación de bailar sobre nuestras tumbas. Sabed que todavía estamos aquí. Que aún vivimos.
La carta del gran poeta Mahmud Darwish la he tomado del libro Muros, bosques, tumbas. Un periodista en Jerusalén. Publicado por Editorial Lengua de trapo. Autor: Joan Cañete Bayle.
La cadena financiera que tiene por nombre Israel es una carga explosiva contra el orden jurídico internacional, la legalidad firmada por las naciones, y esa carga explosiva corre por las venas que llegan a los balances de cuentas del estado profundo de EEUU, desde el que apunta solo a la conquista o la destrucción. En simbiosis Israel-EEUU, para sobrevivir necesitan robar y matar. El capitalismo es así, el capitalismo es la esencia misma de ese judaísmo que agita una fe religiosa para atribuirse como derechos robar y matar. Mientras llora, acusa a los pueblos que les resisten, bloquean a los pueblos que no se les someten para que no tengan vida con los demás, para luego decir de ellos que no saben elegir a sus gobernantes, que despilfarran, que no hacen nada por mejorar o que se matan entre ellos. Pura hipocresía imperial, pura hipocresía del capital. El capitalista es así, nace del robo y el genocidio, y EEUU-Israel es el ejemplo transparente de nuestro tiempo. Pero no lo digo yo, lo confirma el dirigente imperialista Pompeo y lo dice de forma bien clara para que sus medios hagan como Pilatos: Mentimos, engañamos y robamos. Esa es la base del imperio, y retomo una vez más las palabras que atribuyo a Cortázar: No es el sustantivo lo que nos hace ser, sino que lo que somos es calificado por el pasado.
(La tierra Palestina se llama Palestina continúa próximamente con el número 4).