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Las Bombas de Boeing y los robos de cuerpos a La Familia Palestina. Ramón Pedregal Casanova

El BDS, quizás la principal campaña internacional de boicot de las últimas décadas – por la atención que ha concitado -, no está reñido con el derecho internacional. Así, el relator especial de Naciones Unidas para la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y expresión (2011), tras concluir su visita a Israel y a los Territorios Palestinos Ocupados, declaró que “llamar a participar en un boicot es una forma de expresión pacífica, legítima e internacionalmente aceptada”. También en este sentido, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, al observar la implementación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (2014: 22), ha criticado la ley israelí antiboicot. Finalmente, tanto la Federación Internacional de Derechos Humanos (2016) como Amnistía Internacional (2020) han apoyado oficialmente el derecho a participar del BDS.

Del libro titulado Palestina. Ocupación – Colonización – Segregación. Autor: Itxaso Dominguez de Olazábal. Editorial Catarata.

Las bombas que fabrica el complejo industrial militar financiero tienen la cara de Biden; tras el viejo que no sabe donde se encuentra se esconden esos que las venden para que acaben con millones de vidas. Uno de los fabricantes de bombas es Boeing, produce bombas guiadas serie GBU – 39 para destruir búnqueres. 1.000 de esas las entregó en 2008 para acabar con el mayor salvajismo con todas las infraestructuras y con la población de Gaza, los sionazis las tirarían entre 2008 – 2009. En 2012 la dictadura del régimen imperial, que es alimento de los multimillonarios que dan esas bombas que se fabrican en Boeing, entregó al ejército neocolonial sionazi otras 3.450 de este tipo, las GBU – 39. Pero como la matanza no puede pararse porque de lo contrario el gran capital no engorda, Boeing entregó 4.100 de esas bombas para que los sionazis realizasen el ataque de 2014. En 2018, Boeing entregó 6.000 bombas GBU – 39 para que la milicia neocolonial siguiese en su ascensión criminal contra el Pueblo Palestino. En 2022 los multimillonarios de Boeing tienen mandado a Biden para que haga saber que se ha comprometido a entregar mas GBU – 39 al ente neocolonial sionazi; aun no se conoce la cantidad de miles de bombas que los ricos han puesto en las manos de la entidad. Pero eso es una parte de las maneras de atacar la voluntad de resistencia Palestina: sobre el terreno practican una crueldad sin límites, una crueldad que no viene de los industriales de la muerte, de los capitalistas que les entregan semejantes explosivos, hay más.

A eso se suman los crímenes diarios que las bandas enfundadas en uniformes y llevando todo lo reglamentario en vehículos blindados de todo tipo, practican en asaltos nocturnos a viviendas, registros y destrozos, cierres de carreteras y calles, persecuciones, secuestros, asesinatos selectivos. La respuesta Palestina es descargar una lluvia de piedras principalmente, como muestra de resistencia al invasor. Nadie quiere al ocupante, así caigan las bombas o disparen los asesinos a quien les sale al paso. Nadie quiere al ocupante, aunque sus aliados imperiales europeos y yanquis traten de normalizar sus crímenes diciendo que los sionistas “también tienen que defenderse”.

El Pueblo Palestino no quiere al ocupante, las madres, los padres, los hermanos, los hijos, los que son pueblo, reciben a sus mártires, a sus heridos, a sus prisioneros, entre voces de alabanza, lágrimas, abrazos, no dejan de besar su rostro, de darles cariño y nombrarlos con dulzura, conducirlos, y por allí por donde los llevan son queridos, son abrazados, son envueltos con la kufiyya y la bandera Palestina.

Pero no todos vuelven, los sionazis tienen robados los cuerpos de más de 330 Palestinos asesinados, a los que se añaden 256 que tienen en cementerios de “números”, sin nombres ni ningún dato identificativo, que se encuentran en terrenos militares. También retienen 81 cuerpos de mujeres, hombres y Niños, no se sabe dónde los esconden. A todos ellos los esconden como una forma de dañar colectivamente al Pueblo Palestino, lo hacen porque saben que es una sola familia. La crueldad del invasor emplea esos cuchillos que hieren constantemente; no se olvide que los sionazis continúan lo que el imperialismo inglés practicaba, ese era un procedimiento de castigo a la población, robar los cuerpos de los que asesinaban como castigo colectivo a la población.

Los sionazis han redondeado su comportamiento criminal con los años de práctica; lo último al respecto es que para ese acto vengativo fuese mostrado con aire de “legalidad”, en 2019 hicieron una ley expresamente y la aprobaron. Como todo el aparato sionazi esa supuesta “ley” es una burla más de los Derechos Humanos, por eso es condenada por la Cuarta Convención de Ginebra y por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Hace falta que, de una vez, la solidaridad internacional redoble su voz y ponga en marcha una intervención que diga y practique el BDS, el NO al establecimiento sionazi.

 

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