Los sesenta segundos del veneno. Farruco Sesto
Permítaseme reflexionar sobre una experiencia personal ante el televisor. Día 27 o 28 de julio, o tal vez 29, no me acuerdo bien. Pero de lo que me acuerdo es de un minuto de televisión pública que, en mi ánimo, más que desbordar el vaso de la paciencia crítica, que sería lo esperado dado mi carácter, lo que hizo fue provocarme una cierta sonrisa. Sonrisa del alma, digo, y por tanto teñida de irónica tristeza. Y eso también por mi carácter.
Ese día, en el “Telediario” de la 1, un comentario político sobre Venezuela, vestido de noticia, cargó las tintas (una vez más) contra nosotros. Y cuando digo nosotros, me refiero al pueblo y gobierno de Venezuela que, en medio de una guerra híbrida despiadada, hecha con el respaldo de los medios hegemónicos occidentales, llevamos adelante un proceso ejemplar de democratización de la sociedad para hacerla, entre todos y todas, mucho más justa, igualitaria, libre y hermosa en su diversidad.
Pero en 60 segundos el “Telediario” de la 1, que se supone responde al interés general de la sociedad española y del Estado, se comportó (una vez más) despreocupadamente hostil.
En esos sesenta segundos, con un lenguaje de sí pero no, la persona que narró la “noticia” sobre Venezuela, sembró la duda sobre su proceso electoral, sobre su pueblo y, desde luego, sobre sus instituciones, siguiendo cómo quien no quiere la cosa (una vez más) el argumentario de la oposición violenta, neofascista y profundamente apátrida. El mismo que, por supuesto, reproducen y magnifican los grandes medios de comunicación privados.
Pero una cosa son los medios privados y otra deberían ser los medios
públicos. ¿No es cierto?
Los medios de comunicación concebidos como negocio en sí mismo o como instrumento para los negocios en todo caso, ya se sabe, dicen lo que dicen y tienen la línea editorial que tienen, porque responden a intereses particulares, vale decir, los de sus dueños que no en pocos casos son grandes corporaciones.
Pero cuando se trata de un medio público tenderíamos a pensar que hay una ética básica y una profesionalidad, que deben funcionar como soporte de la información. Pues no todo vale, cuando se asumen, como debiera ser el caso, los valores esenciales del periodismo: veracidad, justicia, objetividad, entre otros. ¿O no es así?
Entonces, en este asunto sería bueno averiguar de donde viene esa hostilidad del “Telediario” de la 1 contra nosotros
Se me ocurren cuatro hipótesis.
Una: que le estén prendiendo cirios al santo que no es, a cambio de dones y prebendas. Reconozco que imaginar esto sería pensar muy mal, y yo no soy así. Queda por tanto descartada.
Dos: que a lo que respondan los responsables del “Telediario” sea a la
facilidad del lugar común, en el que no hay que hacer esfuerzo alguno, ni investigar un poco, acogiéndose más bien al estímulo de la rutina. En este caso, sentándose cómodamente a la sombra del gran relato ya construido por la hegemonía mediática. Y así la vida es un jamón, como diríamos en Venezuela.
Tres: que crean que así sirven a los intereses de la sociedad y del Estado español. Pero eso sería extraño, porque no hay ninguna situación especial entre España y Venezuela, que yo sepa. Pues entiendo que nuestros conflictos estructurales terminaron hace ya dos siglos. Y aunque en el concierto de las naciones no siempre coinciden nuestros puntos de vista, tampoco es que seamos enemigos.
La cuarta hipótesis es que la posición del “Telediario” de la 1 esté dirigida a formar a los españoles, más que informarlos. Quiero decir a formarlos en una determinada manera de ver el mundo. No sé. La verdad es que ésta es una cuestión que me supera. Que alguien averigüe, a ver.
De modo que la pregunta de fondo sigue en pie. ¿Por qué un medio de comunicación público español va a demostrar en forma directa muchas veces, y otras con medias tintas, tal hostilidad? ¿A qué
responde?
En el último año, en Venezuela se desarrollaron siete procesos electorales generales. ¿No es eso democracia? A saber:
Elección presidencial: 28 de julio de 2024.
Tres grandes Consultas Comunales en todo el país: 27 de agosto de 2024, 2 de febrero y 17 de abril de 2025.
Elección Nacional de los Jueces de Paz: 15 de diciembre de 2024.
Comicios para Asamblea Nacional y Gobernaciones: 25 de mayo de 2025.
Elecciones Municipales y Consulta Nacional Comunal de la Juventud: 27 de julio de 2015
En las elecciones de 25 de mayo, las fuerzas bolivarianas ganaron en 23 de las 24 gobernaciones. En las últimas, de 27 de julio, triunfaron en 285 de los 335 ayuntamientos.
Pero el “Telediario” de la 1, no lo ve. Haciendo caso omiso de la realidad
evidente, apuesta (una vez más) por el veneno en dosis.
(Publicado en NÓSdiario, originalmente en gallego, el 4 de agosto de 2025)