Maniobrar, retroceder, esperar. El lince
Mañana el secretario general de Hizbulá dará un discurso. No suele hablar por hablar y lo que diga habrá que tenerlo muy, pero que muy en cuenta. Es innegable el reciente éxito del IV Reich sionista contra Hizbulá, cuando miles de buscas ordinarios se convirtieron en armas casi letales… que afectaron a mucha más gente que a los combatientes. Muchos libaneses comunes y corrientes están entre las víctimas de lo que es uno de los «actos terroristas» (calificativo que no se ha oído en Occidente, por supuesto, y sí lo de «operación de inteligencia israelí») de los últimos tiempos.
Todo el mundo dice que la empresa taiwanesa que fabricó los buscas está en pánico, pese a que dice que no fue ella sino una empresa húngara a la que dieron la licencia. Da igual. Nos solemos perder en el árbol que impide ver el bosque.
Tener que explicar a estas alturas la estrecha coordinación entre Taiwán y el IVRS es como comenzar a alfabetizar a alguien. Tener que explicar que Taiwán fue el factor determinante para que Netanyahu abandonase la inicial pretensión de su gobierno de apoyar el proyecto chino de la Franja y la Ruta es de parvulitos, o primaria, como se dice ahora. La conexión entre ellos puede parecer insignificante, pero ambos son dos gemelos del sistema estadounidense de dominio global. ¿Hace falta mencionar que hay también una razón entre China y el genocidio en Gaza? Esa razón es el papel cada vez mayor de China en Oriente Próximo, especialmente después de haber patrocinado el acuerdo de normalización de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán, ambos ahora miembros de los BRICS. Porque la postura de China en la ONU con el genocidio de Gaza se ha ido endureciendo día tras día, al tiempo que se está moviendo cada vez con más soltura en la zona y haciendo de «hombre bueno», por ejemplo, con Arabia Saudita e Irán para que mantengan sus buenas relaciones.
Así que si es sorprendente el ataque contra Hizbulá, que lo es, no lo es el cómo ha sido posible. Porque supongo que nadie es tan crédulo como para imaginar a unos tipos metiendo a mano el explosivo en miles de busca. Eso solo se pudo hacer a nivel industrial, en la cadena de montaje. Da igual que eso haya sido hecho en Taiwán o en Hungría. Y aquí tanto Taiwán como el IVRS pueden haber cometido un gran error. Pueden, es una hipótesis.
Por ejemplo, Taiwán depende de la industria electrónica. Es su principal producto de exportación, que representa el 70% del total. Tras esto es fácil imaginar cómo va a repercutir en las ventas en Oriente Próximo, guste o no Hizbulá. Y en otros países no contentos con Occidente. Indirectamente, China está siendo la ganadora aquí porque Taiwán es un poco más endeble hoy que ayer.
La otra pata de la hipótesis es el IVRS. Lo más probable es que tuviera la intención de activar toda la red al comienzo de la guerra a gran escala contra Hizbulá (y Líbano). Hizbulá utiliza los busca como una de las principales herramientas, no la única, de mando militar. Cegando esa vía de órdenes, se ciega a la organización y su capacidad de respuesta. Pero algo salió mal. Ese algo es la prepotencia e ineptitud del propio IVRS.
He dicho muchas veces que no hay que perder el tiempo con el estercolero mediático occidental, que hay que leer en otras partes. Así tal vez sea relevante saber que la semana pasada, el domingo, para mayor exactitud, los árabes recogieron lo que se publicaba en el IVRS, que el gabinete de seguridad de Netanyahu había aprobado un plan para librar una guerra contra el Líbano con el pretexto de devolver a los colonos israelíes a sus colonias en la parte norte de la Palestina histórica y que han tenido que abandonar desde octubre del año pasado debido a las acciones de Hizbulá. Y que así se lo habían expresado a los estadounidenses, que lo rechazaron argumentando que no querían un conflicto más amplio porque perjudicaría a Biden y los demócratas en las elecciones.
Y el lunes ocurrió algo imprevisto que dio al traste con todo ello: el lunes 16 la aviación del IVRS lanzó miles de panfletos en árabe sobre el sur de Líbano, hasta la altura del río Litani, en los que se ordenaba a los residentes que abandonaran sus hogares y se advertía que los civiles que permanecieran en ellos se convertirían en objetivos legítimos del IVRS. Y se daba una hora, las 4 de la tarde hora local, para terminar la evacuación. Alguien o cometió un error o saboteó ese acuerdo, en connivencia con EEUU, porque de inmediato se desmintió y se achacó a «un error». Pero los panfletos ya habían sido errojados sobre todo el sur de Líbano. Por lo tanto, Hizbulá ya estaba advertido. De ahí la operación de ayer, que si afectó a las estructuras de Hizbulá (sobre todo las civiles) a buen seguro que no afectó a las militares, o más bien poco.
¿Existe una conexión entre los dos casos? Es probable, pero el segundo es la consecuencia del primero. Si el objetivo del ataque de ayer con los busca era interrumpir los canales de comunicación, ha sido un logro relativo.
Para los alarmistas de siempre hay que hacerse una pregunta de muy fácil respuesta: ¿por qué Hizbulá no utilizó canales confiables para esos busca, buscándolos en China, o en Irán, o donde fuese menos en Taiwán? O bien por exceso de confianza o bien porque es un actor no estatal que no tiene tantos canales y un pedido grande es muy fácil de rastrear. Los árabes también dicen que Hizbulá había comenzado a sospechar debido al sobrecalentamiento regular e inmotivado de los dispositivos, por lo que el IVRS decidió actuar antes de lo previsto.
Hizbulá puede haber perdido una parte de su capacidad, pero una parte. La restaurará, seguro.
Hace algún tiempo visité Líbano (son cuatro veces las que he estado allí), y ya os he comentado varias veces cosas de ese maravilloso país. La primera fue en 2015. Pero podéis pinchar en el apartado Líbano para haceros una idea más completa de lo que digo.
Una de las sorpresas fue cuando en la casa de un dirigente de Hizbulá en el barrio del Dahiye de Beirut me encontré con una extensa biblioteca marxista y tuvimos una agradable charla sobre Gramsci y la hegemonía. Este hombre sabía de qué hablaba. Así que recordando ese momento, sacaré a colación una frase de Lenin cuando dentro de los bolcheviques se discutía muy ferozmente sobre si había que firmar la paz con Alemania y sus secuaces (la paz de Brest-Litovsk, marzo de 1918) o había que continuar la guerra. La revolución de Octubre llevaba muy poco tiempo, apenas cinco meses, y ya enfrentaba grandes desafíos no solo a nivel interno sino externo. Lenin ganó el pulso argumentando que había que proseguir y afianzar lo que se había logrado hasta ese momento y que para ello la consigna era «maniobrar, retroceder y esperar» si era necesario para sostener las posiciones conquistadas.
Maniobrar, retroceder, esperar si es necesario. Esto es válido para quien se enfrenta a un Occidente loco y agónico. Irán lo está haciendo muy bien. Y no me cabe duda que lo mismo hará Hizbulá. Si es necesario.
El Lince
Adenda del día 19.- No sirve de nada, pero retrata al mundo. Votación de ayer en la Asamblea General de la ONU dando un plazo de un año al IVRS, antes conocido como Israel, para que «ponga fin sin demora a su presencia ilegal en los territorios palestinos ocupados, incluido Jerusalén Este (…) y que lo haga no más tarde de doce meses tras la adopción de esta resolución«.
Y la reacción en Líbano: ataques, por ahora solo con piedras, a las fuerzas de la ONU a las que se acusa de trabajar para el IVRS. Esto es en Tiro, al sur del país.