Mercenarios y soldados
“Un soldado viejo que iba a la guerra por oficio, sin más entusiasmo que el trasquilador de ovejas que camina hacia el establo, andaba contando ya, a quien quisiera escucharlo, que Elena de Esparta vivía muy gustosa en Troya, … que toda la historia del doloroso cautiverio de la hija de Leda, ofendida y humillada por los troyanos, era mera propaganda de guerra, alentada por Agamenón, con el asentimiento de Menelao. En realidad, detrás de la empresa que se escudaba con tan elevados propósitos, había muchos negocios que en nada beneficiarían a los combatientes de poco más o menos Se trataba sobre todo -afirmaba el viejo soldado- de vender más alfarería, más telas, más vasos con escenas de carreras de carros, y de abrirse nuevos caminos hacia las gentes asiáticas, amantes de trueques, acabándose de una vez con la competencia troyana.”
Fragmento del relato “Semejante a la noche”, del libro”Guerra del tiempo y otros relatos”.
Autor, el gran escritor cubano Alejo Carpentier.
¿Cuántos soldados de los que van a las guerras como invasores, mercenarios al fin y al cabo, son hijos de la gran burguesía? En un reportaje sobre este mismo asunto, el cineasta Michael Moore averiguó, con sorpresa para él, que de todos los congresistas estadounidenses tan sólo uno de los que iban a Iraq era hijo de un parlamentario, y según pude saber iba para hacer carrera en un puesto cómodo y de poco riesgo.
Michael Moore, en uno de sus magníficos documentales, nos mostró cómo unos militares haciendo algo así como vendedores de seguros, ofrecían, en las calles de los barrios, a los jóvenes en paro, sobre todo negros, un contrato con el ejército para ir a no se sabía bien donde a cambio de cobrar un sueldo, y algunos se apuntaban allí mismo, aunque la experiencia en las tareas se la darían en el ejército y, podrían después contratarse en una compañía privada para hacer la guerra. Algo para ver y oír: https://www.youtube.com/watch?v=TmKGDxyoyxo
La falta de conciencia, el abandono humano y el vacío de futuro, la necesidad de encontrar el medio con el que poder comer, el desprecio por la vida de uno mismo y la de los demás, … llevaba a aquellos jóvenes, muchos negros, a servir de “carne de cañón”. El dinero del capitalista siempre de por medio.
El Presidente Fidel Castro lo explicaba muy bien en una entrevista cuando se le preguntó por aquel intento de asesinato, de los cientos con que la dictadura imperial atentó contra él, en el que unos supuestos periodistas quisieron hacerle una entrevista que declaraban iban a filmarla. En la cámara habían acoplado una ametralladora, pero les falló: “Eso fue en Chile. Traían documentos venezolanos, como periodistas, igual que ustedes, los que están aquí, trajeron nada más que el pasaporte y las cámaras, tenían una ametralladora, me tuvieron a esa distancia, quizás un poquito más lejos era más grande el salón pero para mi suerte es que no eran fanáticos. Si hubieran sido fanáticos, eran mercenarios y el mercenario siempre aspira a disfrutar el dinero. No tenían ideología, eran anticomunistas … porque era un gran negocio ser anticomunista”.
La diferencia entre un mercenario y un militar con la calidad de una persona defensora de la equidad social, la justicia, la independencia y la soberanía frente al imperio, la expresa Vladimir Padrino, Comandante Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana: “Quien pretenda comandar la FANB deberá estar dotado de raciocinio elevado, seriedad, constancia y compromiso. El corazón no obedece a voces de mando; el soldado sigue códigos de honor y de lealtad a la patria y no a la vanidad y ambición desmedida. No cualquiera puede ser un soldado venezolano. La carrera militar requiere de carácter y dignidad para no ultrajar sus armas con infames vicios que degraden su voluntad patriótica, integridad moral y la institución a la que pertenece”.
¿Queda clara la diferencia con un mercenario? El mercenario se mueve por dinero, el dinero del imperio al que representan los organizadores de crímenes de Genocidio y Lesa Humanidad como Abrams, juzgado y condenado, Bolton, Pence, Pompeo, “Narco” Rubio, Guaidó, …
La guerra irregular tiene un brazo terrorista, conocemos del ISIS por las declaraciones de la Clinton afirmando que ellos, el gobierno de EEUU, han sido quienes lo crearon a base de mercenarios, pero en los últimos días hemos sabido de los organizadores directos del terror en Venezuela al ser capturados dos de sus miembros: Roberto Eugenio Marrero Borgas, lugarteniente de Guaido, y Luis Alberto Páez Salazar, guardaespaldas, además de otros que ellos mismos han señalado y la documentación encontrada lo prueba; el asunto es que han sido detenidos con armas y bagajes y como responsables de la contratación de asesinos colombianos y centroamericanos, que eran entrenados, organizados e infiltrados en y desde Colombia para atacar a Venezuela.
Paramilitares, sicarios, mercenarios. El Ministerio Público de la República Bolivariana en un comunicado declara: “ Marrero Borgas se encuentra investigado por su presunta vinculación con delitos que implican la violación del orden constitucional y la promoción del terrorismo y la violencia, incluyendo el intento de magnicidio al Jefe del Estado. El procedimiento de detención de Marrero Rojas fue realizado con la presencia de fiscales del Ministerio Público y testigos. Este ciudadano será presentado en audiencia en el lapso establecido por la legislación venezolana, momento en que se procederá a la debida imputación. El estado venezolano garantiza que en el presente caso serán respetados todos los derechos constitucionales que asisten al imputado, en concordancia con el ordenamiento jurídico internacional. Caracas, 21 de marzo de 2019”.
El terrorismo desestabiliza, en el caso de Venezuela tenemos guarimbas, intentos de golpes de Estado, atentados, robo de mercancías, bloqueo económico y financiero, robo de fondos, como último ejemplo para reducir al pueblo bolivariano han realizado el corte de luz a toda la nación, hasta tres veces, desde EEUU, afectando a los servicios más elementales, a ese atentado calificado de crimen de Lesa humanidad añadieron las bombas contra estaciones eléctricas. El terrorismo es la parte primera de la guerra militar imperialista en la máxima dimensión, esa con la que amenazan. Hasta ahora les han fallado todos los intentos. La consigna de las FANB es Leales siempre, traidores nunca.
La guerra irregular terrorista, también cuenta con la guerra psicológica, con la guerra informativa, más allá de la guerra económica, … para ser realizada la guerra informativa debe disponerse también a los conocidos “soldados de fortuna”, mercenarios, de esta modalidad, formados en el vacío ético y también político, gentes sin ideología que se insertan en la raíz misma del capitalismo, la ganancia económica a costa de dar servicio a la falsedad, de sembrar la mentira para rebajar la conciencia del pueblo, para carcomer las defensas políticas y dividir a la colectividad, y así facilitar a las huestes ideológico culturales de la gran burguesía la invasión con sus ideas individualistas, privatizadoras en el camino de deshacer lo común. Sus mercenarios desde la trinchera de los medios que denominan trabajan desde el fascismo a la equidistancia con la injusticia y le llaman democracia. Por aquí se deslizan la guerra psicológica y las restantes que generan inquietud e inestabilidad, desorientación y desanimo general.
En la guerra irregular que realizan los mercenarios, en la guerra psicológica, en la guerra informativa, en la guerra económica, hay un principio y un fin: debilitar la ética de la mayoría, ablandar la disposición a la defensa de aquello que le pertenece por derecho, generar confusión y miedo para impedir el compromiso, la unidad en la solidaridad, y abrir camino, lo más seguro posible, a quienes desde la cima de la verticalidad de su sistema tiene el robo como alimento para su existencia, este es el capitalista.
En la sociedad en que esa clase minoritaria es dominante, una de las formas contemporáneas de su ladrocinio se ha significado con el nombre de “acumulación por desposesión”; aquí la guerra de clases la desarrolla la gran burguesía apoyándose en la influencia imperial; con todas las leyes y reglamentaciones que acomodan a su estrategia te roban los derechos, te roban las garantías sociales e individuales, se enriquecen con tu salario bajo, con privatizaciones de lo social, sanidad, enseñanza, transporte, energía … Es otro tipo de guerra irregular adaptada a las condiciones de su dominación; en ella intervienen los actores que aprueban, ejecutan y difunden, una legión que ejecuta su labor por la fuerza de su mandato, que se ve apoyado por un cuerpo de uniforme que emplea la violencia con mandato. Hasta aquí exceptúa a los mercenarios de la bomba y el fusil.
Todo el afán de los dictadores dirigentes del capital es tener activos a sus lacayos, que como pequeños dictadores aseveran los principios de su amo para poder cobrar.
El mercenario está colocado en el puesto en el que la banda que dirige el imperio del capital le asigna, y en caso de desobediencia, de orientación contraria, sería despedido o eliminado, “a mí nunca me han censurado –declaraba un periodista, a lo que el profesor Chomsky le respondió: claro, si usted manifestase una opinión diferente le habrían despedido ya”. Lo que garantiza su labor es el dinero que pone en sus manos el dueño de sus palabras y sus actos.
Mercenarios son aquellos que colaboran en los ataques desde fuera, caso de Venezuela Bolivariana, Cuba Revolucionaria, Nicaragua, Siria, Palestina, o desde dentro, tanto en estas naciones que defienden su independencia y soberanía como en las sociedades dominadas por la élite adinerada. En los dos frentes encontramos los que prestan servicio al imperio.
En el campo de batalla, además, muchos de los personajes referidos son verdaderos trampantojos, se transforman continuamente para entretener y engañar, ¿el lobo con piel de cordero?. Dice el escritor Fernando del Paso en su libro Viaje alrededor de El Quijote: “los encantamientos más frecuentes eran las transformaciones de seres humanos, o de dioses, en animales. Por ejemplo, en aves. Nictemena fue convertida en alondra por haber cometido el mismo pecado de Mirra. Filomela la ateniense, violada por su cuñado el rey de Tracia, en ruiseñor, y su hermana Progne, en golondrina. Calisto otra ninfa de Arcadia, fue seducida por Júpiter y transmutada en osa por Juno; enterado Júpiter, la transfiguró a su vez en la constelación conocida como Osa Mayor y, al hijo de ambos, en la Osa Menor. El … Como se puede apreciar, y tal como decíamos, las transformaciones obedecían a veces a un premio, a veces a un castigo, en otras al deseo de proteger a alguien de una amenaza.”
La mitología nos sirve en este caso para explicar ese comportamiento tan irrisorio de trampantojos: como mercenarios, adoptan lenguaje y formas en este teatro diciendo lo que no son, mientras exhiben como pavos su cola de grandes plumas y dejan que aparezca en todos los planos su fortaleza amenazante.
El dinero, no la conciencia. Piense en el no venezolano Guaidó, es un trampantojo, en sus pagados Roberto Eugenio Marrero Borgas, su lugarteniente, y Luis Alberto Páez Salazar, guardaespaldas, además de otros, piense en los contratistas y organizadores de mercenarios, esa parte publica dirigente del imperio: Abrams, Bolton, Pence, Pompeo, Trump, la CIA, el USAID, … y piense en el dios de todos ellos, el complejo industrial militar, el mundo financiero, las multinacionales, el FMI, el BM, … la Organización Mundial Sionista y sus seguidores, mercenarios, no soldados. Tanto dinero para que el mundo siga bajo su mando.
Pero como se declara en un documental de Michael Moore: desde la Segunda Guerra todas las guerras en las que han intervenido sus ejércitos las han perdido, no han ganado una sola. Han destrozado, pero no han triunfado nunca. Los mercenarios quieren disfrutar del dinero … Recuerde las palabras de Carpentier en su relato: “ … había muchos negocios que en nada beneficiarían a los combatientes de poco más o menos. Se trataba sobre todo -afirmaba el viejo soldado- de vender más alfarería, más telas, más vasos con escenas de carreras de carros, y de abrirse nuevos caminos hacia las gentes asiáticas, amantes de trueques, acabándose de una vez con la competencia troyana”. Y nosotros tenemos memoria histórica, por eso sabemos en cuántos frentes tienen mercenarios, trampantojos, y que su dominación esta en decadencia, lo que hace aumentar y fortalecer las filas de soldados del antiimperialismo.