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¿Que es lo que pasa con Venezuela?. Farruco Sesto

La superabundancia del tema Venezuela en todos los medios de comunicación, así como la constante referencia a ella por parte de un montón de políticos convencionales que la utilizan para resaltar su propia estupidez, pone sobre la mesa una pregunta que viene al caso: ¿qué es lo que pasa con Venezuela?

A decir verdad, pocos pensarían que un país de tamaño medio en cuanto a población, alrededor de 35 millones, fuera un parteaguas tan importante de la geopolítica, como lo es desde hace algunos años.

Hay dos razones esenciales para que eso sea así. Una razón material: la del petróleo. Y otra intangible: la del ejemplo. La primera de ellas suele citarse mucho más que la otra, pero a nuestro juicio, las dos tienen un peso considerable.

La que aparece en primer lugar es, pues, la existencia en el territorio venezolano de las mayores reservas petroleras del mundo, al mismo tiempo que la presencia de otras materias primas esenciales, tales como gas, oro, hierro, aluminio, coltán, por citar algunas. Y también agua y biodiversidad. Es evidente que, con la vista puesta en ellas, el infernal deseo de posesión de estas materias primas, no le permite conciliar el sueño a los países occidentales de espíritu imperial y neocolonial, particularmente a los EEUU. Necesitan endemoniadamente poner esa riqueza a su servicio.

Esta circunstancia de país con grandes riquezas naturales, es la que pone sin duda a Venezuela en el mapa de las tensiones geopolíticas, pues el petróleo, al fin y al cabo, se diga lo que se diga, es hoy aún una fuente de energía imprescindible y lo será por largo tiempo, hasta que se acaben sus existencias.

La segunda razón, que tensa los ánimos en un sentido u otro, es la del ejemplo, vale decir, la referencia como modelo de un país que, justamente en los inicios del siglo XXI, logró romper sus tradicionales lazos dependientes, para transitar un camino de plena soberanía, con el apoyo de la gran mayoría del pueblo.

Brillante paradigma para unos, el de una Venezuela independiente, pero no para otros, que ven en el ejemplo de la revolución bolivariana una amenaza para sus intereses. De allí su protagonismo como tema constante en la guerra cultural que se hace presente en los medios hegemónicos y en los espacios de las redes.

Para los medios del autodenominado Occidente, que cantan al unísono con música paga, no valen argumentos ni valen hechos. No cuentan los mapas siempre dinámicos de la realidad, sino los dibujos manipulados de una geografía inventada, donde Venezuela es un régimen oprobioso, que cada día encuentra una nueva manera de violar los derechos humanos. Visiones que se transforman en posiciones predeterminadas en la gran partida internacional de ajedrez que se juega en el mundo de hoy.

De manera que no hay misterio alguno. Estas son las razones, la del petróleo y la del ejemplo, por las que Venezuela es una invitada crónica y recurrente en los titulares de prensa, en los noticieros de televisión y en las declaraciones políticas para la galería.

Una revolución dentro de la revolución

Pero mientras tanto, ante el barullo de los imbéciles, surge una pregunta inevitable: ¿qué es lo que realmente está ocurriendo en el país bolivariano? O de una manera más directa: ¿qué es lo que pasa en Venezuela?

La respuesta en este caso es muy sencilla.

Lo que pasa es que Nicolás Maduro ganó las elecciones para la presidencia de la República. Y con la victoria de Maduro, se reafirmó la voluntad del pueblo venezolano de seguir construyendo el socialismo.

Con la economía enrumbada, a pesar de todas las agresiones y bloqueos comerciales y financieros, hasta el punto de ser este año el país latinoamericano con mayor crecimiento económico, Venezuela se prepara para impulsar con fuerza su Plan de la Patria con las 7 Transformaciones.

Justamente en estos días, el presidente de este país indomable llamó a una revolución dentro de la revolución, para avanzar en el gobierno directo de la gente, fortaleciendo el estado comunal.

Mientras que en la Asamblea Nacional se trabaja en el diseño y aprobación de una ley contra el fascismo y el neofascismo, para consolidar la paz que el país necesita.

Dentro de ese mismo espíritu, en estos días de septiembre está teniendo lugar en Venezuela un Congreso Internacional contra el Fascismo, con invitados de todos los continentes.

Y para la primera semana de octubre, está convocado el Congreso Nacional del Bloque Histórico Bolivariano, Popular, Chavista y Socialista de Venezuela para el Siglo XXI, que permitirá debatir la visión programática, estratégica y geopolítica de los próximos 30 años.

De manera que Venezuela, tranquila, sosegada y con nervios de acero, construye su futuro mientras croan las ranas fastidiosas en el estanque del jardín de Borrell.

(Publicado en NÓSdiario, originalmente en gallego, el 10 de septiembre de 2024)

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