Todo va bien. El lince
Incluso cuando aparece una pequeña rebelión que va a escocer, y mucho: Sudáfrica acaba de anunciar que otorgará inmunidad diplomática a los asistentes a las reuniones de los BRICS que se celebrarán en el país durante el verano, incluido el presidente ruso, Vladimir Putin. Los bufones de la Corte Internacional de Justicia ya están ladrando. Los occidentales, encabezados por Gran Bretaña, están presionando a Sudáfrica -y amenazando con sanciones- si no cumple el mandato de la CPI y, en el peor de los casos, piden que retrase la cumbre. Veremos si Sudáfrica da marcha atrás o no, pero si lo hace le queda un telediario en los BRIC. En cualquier caso, este fin de semana hay una reunión de ministros de Exteriores de los BRICS para preparar la cumbre y se sabrá con bastante seguridad la postura definitiva de Sudáfrica.
Aunque resulta que lo que dice Sudáfrica que va a hacer es legal, según el derecho internacional, pero eso no le vale a Occidente. ¿Entendéis lo de «orden basado en reglas», o sea, su orden y sus reglas?
En sentido estricto, y según el derecho internacional, esta medida de Sudáfrica no anula la orden de arresto de los bufones, pero significa que en Sudáfrica no se producirá.
Es otra bofetada más a Occidente, a la CPI que no es más que otra de sus herramientas. Supongo que no hace falta recordar que no quiso investigar los crímenes de EEUU en Afganistán en cuanto EEUU sancionó a sus integrantes. De hecho, esto sirvió para que se cambiase todo el entramado judicial y fuesen cambiados, incorporando nuevos. El resultado es el que vemos ahora. Y Afganistán sigue sin investigarse. Y Palestina.
Mientras tanto, y en ese fantasmagórico G-7, hay otro gobierno que se tambalea. Si Alemania entró la semana pasada en recesión, Gran Bretaña está a punto de hacerlo. Los datos apuntan que lo hará este verano. Por ello, los trabajadores vuelven a la carga y se están produciendo las más masivas y multitudinarias huelgas desde la etapa de Margaret Thatcher (finales de los 80 y primeros años 90 del siglo pasado). Y con razón.
Esto es lo que se necesita para vivir a la semana una persona sola, ahora multiplicad por 4, o por 5, o por lo que queráis en función del número de componentes de una casa. Y no se incluye el gasto en vivienda ni en guarderías o medicinas, por ejemplo.
Hace un tiempo os comenté que el gobierno quiere aprobar una ley anti-huelga más dura de la que ya existe. El gobierno argumenta que solo en un año se han perdido 3’5 millones de horas de trabajo por las huelgas y que el daño al país es tremendo. Bueno, hay que salvar a los neonazis del país 404, antes conocido como Ucrania, primero. Pero la caída en el nivel de vida de los británicos está en los niveles de 2005 y los trabajadores, como en Alemania, van a por todas, con ley anti-huelga o sin ella. Mañana hay una huelga de ferroviarios, lo que dará una buena muestra de cómo se van a producir las restantes, si es masiva o no, si es reprimida o no.
El miedo está comenzando a hacer mella en el gobierno y, sorpresa, sorpresa, anuncia que estudia «el control de precios de alimentos». Es un intento desesperado de parar las huelgas, pero muestra cómo cuando ven las orejas al lobo los conservadores hacen lo que los progres tienen mucho miedo de hacer, como ocurrió en el Estado canalla, más conocido como España, ante la subida del precio de los alimentos.
En el país 404 las cosas van como siempre: a la espera de la ofensiva de primavera, que ya se está terminando, por lo que estaremos a la espera de la ofensiva del verano (y no hay que perder de vista la cumbre de la OTAN en julio, que puede ser una buena tapadera) – de lo que hasta la revista satírica «El Jueves» se cachondea- siguen inflando historias sobre lo buenos que son los neonazis, lo bien que lo están haciendo al atacar ciudades rusas, y así. Propaganda pura, que es la guerra que siempre ganan.
Incluso hay quien dice que según el derecho internacional tienen derecho a hacerlo porque se defienden. Cuando oigáis eso por ahí, recordad entonces que la resistencia palestina tiene, por lo menos, el mismo derecho. A ver qué os responde.
Es sabido que todos, lo que se dice todos, los misiles rusos son derribados una y otra vez por la brava defensa neonazi. Pero siempre hay alguien por ahí que tiene que aguar la fiesta. Porque a pesar de todos los intentos de los defensores de la «libertad» y de los «valores democráticos» de ocultar lo que está pasando, a veces se cuelan cosas como esta.
Rusia dijo que había destruido una batería de los famosos, e irrisorios, misiles «Patriot» de EEUU que «protegía» el aeropuerto de Kiev. El país 404 dijo que no, lo mismo que EEUU, y que se habían derribado todos los misiles rusos, incluido uno hipersónico. Pero las imágenes satelitales -que también usan los rusos- son determinantes de que eso fue como dicen los rusos. Por cierto, si pincháis veréis que el vídeo que os ponía y que lo documentaba se ha borrado de youtube por «cancelación de la cuenta». Otra muestra más de los «valores democráticos» occidentales. Y os decía que se han apagado las cámaras de las calles y que se ha detenido a quienes hablan y/o cuelgan imágenes de los ataques. Entonces eran 6 los detenidos, ahora son 32. Todos acusados de «proporcionar información al enemigo». ¿Oís a los «demócratas» hablando de ellos?
Otra de lo mismo.
Esto es de una base en un pueblo que se llama Zhitomir. Veis que la primera fotografía es del día 20 de mayo y la segunda del 30. Como se ve, todos los misiles rusos son derribados.
Todo va bien, según Occidente, Pero lo tiene mal, muy mal. Y va a peor. Así que he decidido amenizar esto un poco con algo de música no occidental, aunque con maneras que conocemos muy bien en Occidente.
Los rusos «metálicos» Aria (mal comparados con Iron Maiden), que comenzaron durante la URSS, y su «Calle de rosas».
El «chino radicado en Taiwán», como se define a sí mismo, Xiangyu y su «No creo». Poned subtítulos, aunque las imágenes os dan una idea clara de lo que cuenta.
(Publicado en el blog del autor, el 1 de j unio de 2023)