Tres notas sobre Nicolás Maduro. Farruco Sesto
En estos días el Correo del Orinoco volvió a publicar, a sugerencia mía, tres de mis columnas publicadas en años pasados. Todas ellas tienen en común que están referidas a Nicolás Maduro. Me pareció oportuno volverlas a reproducir. Aunque en cierto sentido son muy personales, creo que expresan lo que piensan y sienten millones de venezolanas y venezolanos de nuestro tiempo. Y más en estos días de arremetida imperial.
¿DE DÓNDE VIENE LA FUERZA DE MADURO?
11 de abril de 2013. Vuelta a publicar el 28 de agosto de 2025
Es admirable la fuerza que Nicolás Maduro despliega en estos días.
Ante la magnitud de los acontecimientos que hemos vivido recientemente y en cuyo epicentro le tocó a él situarse, a nombre de todos nosotros, para resistir el rudo embate de la tristeza y convertirla en energía creadora, en verdad impresiona el arrojo, la voluntad y la firmeza con que está asumiendo su rol histórico.
No dejamos de recibir lecciones de gran política en los últimos tiempos. ¿Cómo hace para no desmayar? ¿De dónde saca tanto coraje?
Pues, tal como él mismo lo ha dicho, no estaba (ni quería estar) preparado para aceptar la difícil gran instrucción de Chávez y tomar el testigo de la presidencia de la República. Ni siquiera admitía en su fuero interno la posibilidad de este escenario, tal como se presentó al cabo.
Pero la vida, como se suele decir, es así. Y en Revolución, a veces avanza a prodigiosas velocidades, abre caminos impredecibles y nos obliga a no perder el paso.
En todo caso, la fuerza de Maduro nos asombra. Y hay que decir que nos asombra pero no nos extraña. La esperábamos.
Es la misma fuerza del pueblo, igualmente admirable, pero que la tomamos con naturalidad.
¡Así crecen los pueblos en las horas intensas! Es la fuerza de los gigantes. De este gigante que es el pueblo venezolano, hijo de Libertadores. Es la fuerza de Bolívar. Es la misma fuerza de Chávez.
Nicolás, realmente lo está haciendo muy bien. Va con todo a la batalla. Pone su energía al límite, con una espiritualidad que es muy suya, con poesía, humor, imaginación, buen talante, cordialidad y entereza.
Y no hay duda de que el pueblo lo acompaña. La orden dada por Chávez tiene un peso innegable. Pero al mismo tiempo, Maduro va construyendo su propia presencia con mucho valor. Y lo hace sin artificios, sin falsedades, utilizando la fórmula que desarrollamos con Chávez: la mirada desde el corazón con amor al pueblo, amor sencillo y puro, sumergiéndose en él con el mayor grado de humanidad posible.
TODO EL APOYO AL PRESIDENTE MADURO
20 de febrero de 2014..
Vuelta a publicar el 30 de agosto de 2025
Al sistema capitalista que trata de regir el mundo y a su síntesis imperial, concentrada en los Estados Unidos, les conviene derrocar el proceso bolivariano. Éste es incompatible con sus intereses. Es la piedra en el zapato. De manera que, una y otra vez, en un accionar implacable, vendrán a por nosotros.
Para ello cuentan en Venezuela, a falta de algo mejor, con la derecha cuartorepublicana y, en este momento específico, con la ultraderecha fascista, muy bien representada en estos grupos violentos cuya tarea es crear terror y conmoción constante.
Una pregunta es pertinente: ¿Es la derecha fascista la que está al mando de las operaciones conspirativas y para ello busca el apoyo imperial? ¿O es al contrario? La respuesta es obvia: No hay ninguna duda. Es el imperio el que mueve las violentas marionetas. Ahora lo hace así. ¡Quién sabe mañana! El imperio tiene múltiples caras y una capacidad infinita de cambiar el juego. Nos enfrentamos, pues, a una amenaza de descomunal magnitud.
Chávez lo sabía. Y toda su estrategia contraofensiva era diseñada por él personalmente con gran responsabilidad y apoyándose siempre en la conciencia y dignidad de nuestro pueblo. De esa manera nos condujo hasta aquí, hasta el punto donde hemos llegado incólumes, superando incluso terribles golpes de estado y sabotajes petroleros.
Ahora no tenemos directamente a Chávez. Pero tenemos a Nicolás Maduro, que recibió el testigo de manos del Comandante eterno. Él maneja toda la información, la visión general completa de lo que ocurre y el mando de la Revolución. Una gran responsabilidad para el hijo político de Chávez.
Déjenme decirles que en mi opinión, lo está haciendo extraordinariamente bien. Con mucha inteligencia. Con mucha fuerza. Con gran lealtad y compromiso. Con él al frente, y con un pueblo que crece cada día en sabiduría y decisión, yo estoy seguro que toda dificultad será superada, y toda crisis convertida en instrumento para avanzar.
¡Todo el apoyo, pues, para el Presidente Maduro! ¡Qué orgullo ser venezolano en esta época! Vivimos en tiempos de gigantes. Ninguna derecha de comiquita podrá frenar nuestro camino hacia una sociedad verdaderamente humana. Ningún imperio podrá con nosotros.
UNAS LÍNEAS SOBRE NICOLÁS MADURO
17 de septiembre de 2021.
_ Vuelta a publicar el 26 de agosto de 2025_
Conocí a Nicolás , creo que en 1998, durante la campaña de Hugo Chávez a la presidencia de la República, un día en que vino a una reunión en la sede del PPT. O tal vez fue después, no lo tengo muy claro. Lo que sí recuerdo con precisión es su imagen imponente subiendo por la estrecha escalerita interna de aquella modesta casa en Maripérez.
Más tarde nos tocó ser compañeros varios años en el Consejo de Ministros del Presidente Chávez, él como extraordinario Canciller y yo haciendo mi trabajo como bien pude tanto en cultura como en vivienda. Siempre sentí por Nicolás una inmensa simpatía por su inteligencia, su don de gentes, su trato tan afable, pero al mismo tiempo por su conocimiento de la política y su carácter indoblegable, como revolucionario leal y consecuente.
De manera que cuando Chávez lo nombró vicepresidente en 2012, para luego advertirnos que reconociéramos el liderazgo de Nicolás en caso de que circunstancias sobrevenidas así lo requirieran, entendí a mi comandante perfectamente y acepté su instrucción sin ningún tipo de reserva.
Lo acompañé por decisión suya hasta diciembre de 2013 en el gabinete de ministros, y a partir de entonces hasta hoy lo he acompañado en lo que he podido como uno más entre los millones de militantes bolivarianos.
Dadas las dificilísimas circunstancias en que le ha tocado dirigir el gobierno, la jefatura del estado y la propia revolución como proyecto soberano de liberación, mi respeto, mi cariño y mi admiración por él no han hecho sino acrecentarse, pues considero que ha sabido mantener al país en paz sin renunciar a ninguno de los grandes propósitos fundamentales que nos guían y sorteando, como ha demostrado saber hacerlo con inteligencia y gran habilidad, las agresiones y amenazas constantes de las políticas imperiales hacia nuestro país.
Nadie sabe nunca qué nos deparará la historia. Pues considero que hasta la propia vida humana en el planeta pudiera estar en riesgo, dado el complejo juego de la geopolítica en tiempos tan extraños como los que vivimos, donde las tensiones se acrecientan a medida que la hegemonía de los EEUU comienza a debilitarse. Pero si me lo preguntan, diría que el liderazgo de Nicolás Maduro es una garantía para nosotros de que Venezuela va a salir adelante y de que nuestro país seguirá haciendo todo lo posible para contribuir a que la causa humana triunfe en paz y a que todos pueblos del mundo, sin exclusión de ninguno de ellos, encuentren la manera de concretar sus milenarios sueños de emancipación