Un caso del efecto mariposa. El lince
Ya están aquí de nuevo los cruzados, esta vez con el apoyo «mortífero» de cipayos como las Islas Seychelles y Bahrein. La verdad es que dan miedo (ironía). El argumento es que las acciones hutíes contra los barcos suponen una violación del derecho internacional. Y técnicamente lo es, pero todo efecto tiene una causa y esta es la matanza y limpieza étnica que el IV Reich sionista lleva a cabo en Gaza. esto también es una violación del derecho internacional. Y antes del audaz ataque de la resistencia palestina el 7 de octubre, el bloqueo de 16 años de duración a la Franja de Gaza. Y antes de eso, la violación constante del derecho internacional por el IV Reich sionista, con el apoyo y beneplácito de los cruzados occidentales, al negar el Estado Palestino. Todo efecto tiene su causa, y esta está donde siempre: en la hegemonía occidental.
Por lo tanto, los hutíes no están haciendo más que cumplir un aserto romano (de Roma, de cuando era imperio): inadimpleti non est adimplendum. Es decir, no hay que cumplir con quien no cumple. Que, además, forma parte de la legislación internacional recogida en el Convenio de Viena de 1969 sobre el Derecho de los Tratados y que, en síntesis, consiste en que se tiene derecho a dar por terminado un tratado en caso de incumplimiento por otra parte. Esto es el derecho internacional, ese que no gusta a los cruzados occidentales y por eso hablan de «orden internacional basado en reglas».
Como dan por hecho la incultura de la gente (y no es una crítica, es normal que no se sepan estas cosas técnicas, dado el papel embrutecedor del estercolero mediático) hablan ahora con desparpajo de que «estamos ante un desafío internacional que exige una acción colectiva» y por eso ponen en marcha la estrategia del patrón de los cruzados, EEUU, de «patrullas conjuntas en el Mar Rojo y el Golfo de Adén para «garantizar el comercio internacional y el derecho de navegación».
Se esperaba que fuesen 40 los países que seguirían la orden del gran patrón cruzado, pero solo han sido 8, junto a los propios EEUU: Bahrein, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Italia, Países Bajos, Noruega y Seychelles. España, que estaba inicialmente en la lista, se retiró en el último momento diciendo que la decisión no podía tomarse unilateralmente.
Curiosamente, ninguno de estos cruzados marítimos tiene frontera con el Mar Rojo, y sólo el pequeño país Bahrein está situado en Oriente Próximo. Queda claro lo que pretenden: proteger al IV Reich sionista. ¿Por qué Barhein? Pues aquí está la principal base naval de EEUU en la zona, y sede de la Quinta Flota, y es necesaria para el abastecimiento de los barcos. Además, es el país árabe más anti-iraní, y es sabido que se acusa a Irán de estar detrás de los hutíes.
Todavía falta un tiempo para que la flota de los cruzados esté operativa, aunque ya hay allí bastantes barcos que, aún así, no han podido evitar los ataques hutíes. Ayer, por ejemplo, hubo otros dos más, y ya son 20 ataques a barcos en dos meses y medio.
Para que os hagáis una idea de lo que está suponiendo, aquí está un mapa de la ruta de los barcos de Maersk, la primera naviera que se retiró del Mar Rojo por los ataques hutíes y que sirvió para que las demás compañías siguiesen su camino. Incluso la china COSCO, que os decía que seguía operando por esta ruta con el beneplácito de los hutíes, anunció ayer que dejaba de hacerlo. Por lo tanto, ya no hay ninguna compañía naviera que circule por esa zona. El rojo es la parte de Yemen que controlan los hutíes. Los únicos que están pasando con normalidad son los petroleros rusos. De nuevo, y como hicieron con China, los hutíes agradecen a Rusia su postura en la ONU.
En ausencia de los principales países árabes, salvo que apoyen a los cruzados de manera encubierta, se va a reducir -si no a anular- la eficacia de la flota de los cruzados, que no causan el menor miedo a los hutíes, que ya han dicho que estos barcos también son sus objetivos si les atacan. Reiteran que «nuestra posición no está sujeta a negociación hasta que Israel cese las operaciones militares en Gaza y permita la entrada de ayuda humanitaria». De nuevo el inadimpleti non est adimplendum. De hecho, y a modo de refuerzo de sus palabras, han comenzado a minar las aguas del estrecho de Bab al-Mandeb.
Los hutíes han dicho algo más, y determinante: “la entrada o adhesión de cualquier país árabe a la coalición se considera un desastre que nunca ha sucedido en la historia árabe, y por tanto la participación de cualquier país árabe hará de todas sus instalaciones económicas y estratégicas un objetivo legítimo”. Todo un aviso a navegantes, nunca mejor dicho, porque hay que recordar los ataques hutíes a las instalaciones petroleras de Arabia Saudita en el pasado.
Estamos de forma clara ante un caso del efecto mariposa en el ámbito de la política y la economía internacionales, siendo los ataques hutíes a barcos comerciales una manifestación de los «efectos colaterales» del conflicto palestino-israelí y el apoyo a la táctica genocida del IV Reich por parte de Occidente.
Los hutíes han visto cómo su reputación está en aumento entre los pueblos árabes y musulmanes, y eso está retrayendo a Arabia Saudita, especialmente, a la hora de dar cobertura a la flota cruzada. Pero hay otro elemento subyacente en la ausencia de los principales países árabes en la flota cruzada: además de proteger al IV Reich sionista, EEUU trata de organizar sus peones contra Irán, a quien se considera el malo malísimo y que está detrás de los hutíes. Y eso, en estos momentos, es tóxico para los países árabes, miren con buenos o malos ojos a la resistencia palestina.
(Publicado en el blog del autor, el 21 de diciembre de 2023)