Venezuela y el gobierno paralelo
Texto publicado originalmente el 13 de octubre de 2017 en Público.
Eduardo Hernández y Antonio Navarro.
Este viernes 13 de octubre de 2017 los Estados Unidos y el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro impulsaran, en la sede de la OEA en Washington, las primeras acciones para la constitución de un gobierno venezolano paralelo.
El punto de partida es la aceptación de los nombramientos de los magistrados hechos por la Asamblea Nacional Venezolana (AN) y avalados por la ex fiscal general de Venezuela Luisa Ortega. Se juramentaran como directiva de un tribunal supremo de justicia que tiene como objetivos la
anulación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), el enjuiciamiento del presidente Nicolás Maduro y el nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral. De facto, un nuevo golpe de estado en Venezuela. Hay que destacar que la AN se encuentra en desacato y que la ex fiscal es una
prófuga de la justicia.
Esta extraordinaria farsa contraria al derecho internacional, a la constitución venezolana y a sus leyes e instituciones, se lleva a cabo dos días antes de que se celebren las elecciones territoriales a las que se presentan candidatos opositores aceptando su legalidad.
Estrategia imperialista fase 1
Esta acción fue presentada como un paso de la Venezuela “libre” en su lucha por derribar al gobierno. Sin embargo es posible fundamentar que se ajusta con precisión a lo establecido en los planes estratégicos de intervención en Venezuela por parte de EEUU. Lo anunció el general John F. Kelly en nombre del Comando Sur el 12 de marzo de 2015. Se refería al documento Operación Venezuela Freedom-2, firmado por el almirante Kurt Tidd el 25 de febrero de 2016. En esta agenda detallaban todos los pasos a seguir para provocar la salida del gobierno de Nicolás Maduro. Agenda basada en una Guerra No Convencional mediante el desarrollo y el sostenimiento de fuerzas de resistencia que cumplan con los objetivos estratégicos de los Estados Unidos.
Una guerra presentada como conflicto interno que intenta ocultar la agresión externa propia del imperialismo. Una vez pasado el tiempo podemos observar como Freedom-2 ha establecido el plan de la intervención en Venezuela.
En la fase precedente del informe señala las líneas generales seguidas por la administración norteamericana:
- “Aislamiento internacional y descalificación como sistema democrático”.
- “Generación de un clima propicio para la aplicación de la Carta Democrática de la OEA”.
- “Colocar en la agenda la premisa de la crisis humanitaria que permita una intervención con apoyo de organismos multilaterales , incluyendo la ONU”.
Y añade: “…nuestra intervención oportuna ha permitido delinear un camino para una salida rápida del régimen“.
Queda claro que los EEUU vulneran de forma flagrante el principio de no injerencia establecido en la Carta de Naciones Unidas.
Estrategia imperialista fase 2
En la fase dos del documento se establece: “bajo el enfoque de cerco y asfixia, también hemos acordado con los socios más cercanos de la MUD utilizar la Asamblea Nacional como tenaza para obstruir la gobernanza“. “También en el plano político interno hay que insistir en el gobierno de transición y las medidas a tomar después de la caída del régimen, incluyendo la conformación de un gabinete de emergencia“.
Continúan: “hay que insistir en la aplicación de la Carta Democrática, tal y como lo hemos convenido con Luis Almagro Lemes, Secretario General de la OEA“.
El documento Freedom-2 da instrucciones precisas: instrumentación de la Asamblea Nacional, formación de un gobierno de transición, connivencia del secretario general de la OEA… que ponen en evidencia la estrategia de agresión de EEUU sobre Venezuela y el carácter subordinado y dependiente
de la MUD y del secretario de la OEA.
Cambio de fase
El día 30 de julio se produjo el desenlace de una larga batalla que tuvo su fase final entre los meses de abril y julio. Durante este periodo se produjeron continuas acciones violentas por parte de la oposición
venezolana, con acciones armadas, asesinatos, ataques terroristas a las instituciones y provocaciones dirigidas a quebrar la unidad del ejército; en su fase final el objetivo fue impedir la celebración de las elecciones a la ANC. El objetivo del gobierno fue intentar paliar los efectos de la guerra económica y hacer frente a la ola de violencia poniendo en marcha la convocatoria de la ANC.
La convocatoria fue un éxito claro del chavismo y la derrota de la estrategia de la oposición, pero más allá fue la derrota de la estrategia del imperialismo. En ese momento se puso de manifiesto que el derrocamiento del gobierno bolivariano no sería posible desde las fuerzas opositoras por más ayuda que recibieran del exterior; la consigna del documento era hasta ese momento: “…nosotros no asumiremos el coste de una intervención armada en Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y medios para que la oposición pueda llevar adelante las políticas para salir de Maduro“.
Estrategia imperialista fase 3
A partir del día 30, derrotar al chavismo requería la intervención externa y desde ese mismo momento se puso en marcha la maquinaria para dar cobertura a esta intervención. Como recoge el Freedom-2: “Especial interés adquiere en las actuales circunstancias, posicionar la matriz de que Venezuela entra en una etapa de CRISIS HUMANITARIA por falta de alimentos, agua y medicamentos, hay que continuar con el manejo del escenario donde Venezuela está ‘cerca del colapso y de implosionar’ demandando de la comunidad internacional una intervención humanitaria para mantener la paz y salvar vidas”.
Sigue: “… construir alianzas con otros países que están en el área de influencia del Comando Sur”, “…mantener la campaña ofensiva en el terreno propagandístico, fomentando un clima de desconfianza, incitando temores, haciendo ingobernable la situación”, “…de esta manera contamos con un piso sólido para nuestra seguridad e intereses económicos y nuestros valores políticos”, “No se puede dejar a un lado el esfuerzo que hemos venido haciendo para vincular al gobierno de Maduro en la corrupción y el lavado de dinero”.
Pero esta guerra, a pesar de ser considerada “No Convencional”, incluye la acción militar: “debemos mantener la vigilancia electrónica sobre esta zona de influencia, sobre todo en la fachada atlántica, manteniendo las incursiones de los RC-135 COMBAT equipados con sistemas electrónicos que han permitido recientemente recolectar inteligencia, interceptar y bloquear telecomunicaciones, tanto del gobierno como de los contingentes militares”.
Papel del Estado español
El papel del gobierno español, de la mayoría del parlamento y del senado, de numerosas instituciones públicas, partidos políticos, organizaciones sindicales mayoritarias, de los medios de comunicación públicos y privados y de las industrias culturales, se han alineado masivamente con la doctrina del Freedom-2. Han apoyado incondicionalmente a las fuerzas opositoras de las que este documento señala: “Con los factores políticos de la MUD hemos venido acordando una agenda común que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada”. Quienes han alentado esta estrategia y han dirigido estas acciones han sido considerados en el Estado español como héroes de la libertad y quienes han sido encarcelados por estos delitos, considerados como presos políticos.
La nueva estrategia política de intervención directa requiere un mayor apoyo internacional. El estado, las instituciones y los medios de comunicación españoles reconocerán la nueva institucionalidad a pesar de las evidencias sobre su ilegalidad y de formar parte de un plan de agresión que será sangriento y que infringirá un terrible sufrimiento al pueblo venezolano. Dado el alineamiento de todos los actores españoles implicados en el proceso, solo una movilización ciudadana podría frenar el apoyo
español a esta guerra.