VENEZUELA Y LA LOCURA IMPERIAL. Farruco Sesto
Casi todos los días alguien me pregunta: ¿Qué pasa con Venezuela? ¿La van a invadir o no?
Y yo invariablemente respondo: “Aquí el que juega al loco es otro, no es Venezuela. De manera que habría que preguntarle al loco para que respondiera esa pregunta, pero seguramente ni él lo sabe”.
Es algo parecido a lo que dijo en estos días Augusto Zamora: “Los EEUU y Trump están instalados en la política del disparate”. Y yo añado: y también en la geopolítica del desvarío. Pareciera que en algún lugar se perdió el manual de psiquiatría geopolítica, imprescindible en estos tiempos.
¿A dónde nos lleva esto? A decir verdad, ante este absurdo de los gestos y declaraciones extravagantes de los poderosos, es difícil predecir el rumbo de los acontecimientos. Sobre todo, porque muchas veces detrás de los disparates va la violencia.
El rey presidente está desnudo. Todo el mundo lo sabe, pero en esta región del mundo, gobernantes y medios de comunicación se cuidan de decirlo, porque juegan en complicidad. Se necesitaría la transparente inocencia de un niño para revelar la gran verdad: El rey presidente está desnudo.
De manera que, volviendo a la pregunta inicial, lo que nosotros podemos testimoniar, es que Venezuela está haciendo lo que tiene que hacer. Prepararse para una resistencia general absoluta, en caso de ser agredida. Sabemos que, si la invasión real se produce, el resultado será una guerra a largo plazo. Una guerra de todo el pueblo donde se verían involucrados los países de Latinoamérica y El Caribe. Eso es lo que sabemos.
La otra cosa de la que podríamos dar fe en esta situación tan compleja y peligrosa es que Venezuela cumple cinco condiciones esenciales, para merecer el respeto de las demás naciones y que la dejen tranquila. Veamos:
- Es un país de paz. A partir de su independencia nunca estuvo en guerra, contrariamente a los EEUU, que vive en guerra y vive de la guerra, y los países europeos que tan sólo en el siglo pasado organizaron las dos guerras mundiales y andan como locos en búsqueda de la tercera y última. De manera que, si a ver vamos, son doscientos años los que Venezuela lleva sin ningún tipo de conflicto. A nadie agrede. A todos respeta. Y tiene como base doctrinaria para sus relaciones internacionales la Diplomacia Bolivariana de Paz.
2. Es un país que no se inventa reglas propias, sino que respeta la legalidad internacional. Perteneciente al grupo de amigos de la Carta de Naciones Unidas, considera que dicha carta “es un hito y un verdadero acto de fe en lo mejor de la humanidad”… “sobre la base de principios atemporales tales como la autodeterminación de los pueblos, la igualdad soberana de los Estados, la no intervención en los asuntos internos de los Estados y la abstención de la amenaza militar o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquiera Estado” Así piensa Venezuela y actúa en consecuencia.
3. Es un país donde se respetan rigurosamente los derechos humanos, siguiendo el mandato constitucional. Cualquiera que se acerque a la realidad venezolana sin una venda mediática o ideológica ante los ojos, lo podrá comprobar. Hay que considerar que su proyecto histórico tiene como puntales dos conceptos básicos enunciados por Simón Bolívar en el Congreso de Angostura: el de la “igualdad establecida y practicada” y el de la búsqueda para todo el pueblo de la “mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política”.
4. Es una democracia superior a la de los países que la atacan. Por disposición constitucional es un “Estado democrático y social de derecho y de justicia”, donde “la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo”. Su gobierno “es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables”. Todo eso se cumple. Pero además se enriquece con leyes específicas sobre Poder Popular, diseñadas para impulsar el poder del pueblo organizado en comunas.
5. La quinta condición por la que merece vivir en paz, tiene que ver con el tema del narcotráfico. Cualquier persona seria e informada sabe que en Venezuela no se produce ningún tipo de droga, según los propios informes oficiales de EEUU sobre el narcotráfico, incluyendo los de la DEA, así como los de la ONU. Y solo un 5% de la producción colombiana intenta utilizar a Venezuela como lugar de tránsito, en su mayor parte sin conseguirlo por la intensa política antidrogas de Venezuela. En lo que va de año fueron decomisadas más de 60 toneladas de droga e inutilizados 23 aviones del narcotráfico. Tales son los datos reales. Todo lo demás es necedad.
(Publicado en NÓSdiario, originalmente en gallego, el 4 de noviembre de 2025)









