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El arresto de Julián Assange en la embajada de Ecuador: otra traición del presidente Lenin Moreno

El retiro por el gobierno de Lenin Moreno de la protección diplomática a Julián Assange en la embajada de Ecuador en Londres, permitió a la policía británica, con la anuencia de su embajador, detenerlo y, literalmente, cargarlo esposado hasta una furgoneta, después de siete años de asilo en la sede diplomática. Al hacerlo, el gobierno ecuatoriano no sólo violenta el asilo político previamente concedido, sino que desacredita a Ecuador, cuya soberanía ha quedado supeditada a exigencias del gobierno de Estados Unidos que reclamaba tal acción.

Para el expresidente Rafael Correa, lo que ha ocurrido es una vergüenza mundial para Ecuador. Se trata de la consumación de una nueva traición de Moreno, quien fuera su vicepresidente al momento de la concesión del asilo político a Assange. Moreno, una vez llegó a la presidencia de la república, ha desatado no sólo una persecución en contra Rafael Correa, sino que también dio un giro a lo que se conoció como la Revolución Ciudadana impulsada por el expresidente ecuatoriano. En este proceso de cambio de posiciones políticas, Moreno se ha adherido al proyecto neoliberal y depredador de los sectores oligárquicos en Ecuador, sino que también, sumado al denominado Grupo de Lima, hoy denominado PROSUR, le hace coro a la política imperialista e injerencista de Washington.

Para Correa, la acción contra Assange, quien a través de Wikileaks, entre otros datos expuso las atrocidades cometidas por Estados Unidos contra prisioneros de guerra en Iraq y en Afganistán, es producto del odio del actual mandatario ecuatoriano porque hace unos días, los responsables de Wikileaks, divulgaron acciones de corrupción de lo que se conoce en la nación sudamericana como los INA Papers. La información revelada involucra a Lenin Moreno y a miembros de su familia con serios actos de corrupción.

En lo que parece una maniobra simultánea en medio de la disputa con Moreno, este jueves 11 de abril, Facebook confirmó que cerró la fan page de Rafael Correa porque presuntamente incumplió las políticas de seguridad de la plataforma.

La página electrónica ElComercio.com, a través de un portavoz de dicha red social cuyo nombre no se ofreció, señaló a manera de cita directa lo siguiente: “Proteger la privacidad y la seguridad de las personas es central para Facebook. Tenemos políticas claras que no permiten la divulgación de información personal como números de teléfono, direcciones, datos de cuentas bancarias, tarjetas, ni ningún registro o dato que pueda comprometer la integridad física o financiera de las personas en nuestra comunidad».

Desde 2015, el expresidente Correa venía colocando en esta plataforma digital publicaciones que, a partir del mes de marzo, incluía la divulgación de asuntos relacionados con el caso INA Investment. En la trama de corrupción, además del presidente ecuatoriano Moreno, están involucrados su esposa Rocío Gonzáles, sus hijas Irina, Cristina y Karina Moreno Gonzales; su hermano Erwin Moreno Garcés; el negociante Conto Patiño, así como su hija María y su esposo Xavier Macías

La organización mediática internacional WikiLeaks, que publica a través de su sitio web documentos filtrados de contenido sensible en materia de interés público, denunció que la decisión del presiente de Ecuador de retirar el asilo diplomático a Julián Assange constituye una represalia, luego de que el portal publicara un informe sobre la implicación de Moreno en la trama de corrupción llamada INA Papers con empresas Offshore. La denuncia produjo que el pasado 30 de marzo la Fiscalía General de Ecuador, tras una denuncia presentada por el parlamentario ecuatoriano Ronny Aleaga, iniciara una investigación

El argumento de Moreno dos días antes de que la policía británica penetrara a la sede diplomática, fue que Assange había violado “demasiadas veces” el acuerdo de convivencia para garantizar su permanencia. Para la periodista y abogada estadounidense Eva Golinger, sin embargo, Lenin Moreno es un traidor a su propia nación. Indica que es un entregado a la agenda de Washington, una persona sin principios, moral y convicción. Señaló que lo que le hizo a Julián Assange, le manchará para toda la historia, indicando, además, que el mandatario ha violentado la soberanía del Ecuador y violado los derechos humanos de un ciudadano.

Por otra parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa, país que en el pasado dio asilo al ex agente de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos e informante de documentos desclasificados divulgados a través de las redes sociales, Edward Snowden, ha indicado que los documentos hechos públicos por el fundador de WikiLeaks, fue un golpe a la libertad de expresión. A tales efectos la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova indicó que la “historia de su persecución y la creación de condiciones de vida inhumanas hace caer en el olvido la libertad de expresión y el derecho a divulgar información”. Citada por el medio electrónico Rusia Today, señaló que, “la forma en la que fue realizada esta operación deja la impresión de un desdén indisimulado y flagrante a la dignidad humana del arrestado. Esperamos que todos los derechos de Julián Assange sean respetados”.

Entrevistado por la BBC en Bruselas, Bélgica, Correa afirmó que la detención de Assange no le sorprende, aunque sí le resulta increíble «la brutalidad con la que se llevó a cabo”, pues su suerte “estaba echada». Mencionó que “desde el inicio de su gobierno, Lenín Moreno negoció con Estados Unidos la entrega de Julián Assange”. Cuando recibió a Paul Manafort (ex consejero de Donald Trump) el pasado 30 de mayo de 2017, testigos presenciales dicen que el mismo Lenín Moreno ofreció entregar a Julián Assange a cambio de que EE.UU. le diera ayuda financiera. Luego recibió al vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, el año pasado y acordaron tres cosas: aislar a Venezuela, dejar en la impunidad a Chevron y sacar a Julián Assange de la embajada de Ecuador”, detalló Correa, quien presidió a Ecuador de 2007 a 2017.

El nombre completo del hoy encarcelado es Julián Paul Assange, presumiblemente nacido en 1971 en Australia. De ocupación informático, se alega que desde muy joven era considerado un “hacker” en las computadoras. Como programador de computadoras, se indica, fue creador del programa cifrado Rubberhost, el cual fue utilizado para el desarrollo posterior del programa TrueCry y otros. A nivel universitario, estudió matemáticas y física en la Universidad de Melbourne, Australia. Se indica que también ha estudiado neurociencias y filosofía.

Para 1999 Assange registró un sitio que llamó Leaks.org, aunque a nivel mundial se conoce más, desde el año 2006, como WIkileaks. Assange fue galardonado con varias distinciones a nivel internacional. Entre ellas destaca el reconocimiento por Amnistía Internacional de los medios británicos en 2009 por su exposición a los crímenes cometidos en Kenia. También ha sido reconocido por la revista The Economist.

A través de Wikileaks, Assange ha hecho público en diversas ocasiones millones de cables secretos. Entre ellos se encuentran comunicados del Departamento de Estado del gobierno estadounidense con sus sedes diplomáticas; comunicaciones entre el Departamento de Defensa de Estados Unidos y otras instancias de su gobierno; así como cables y comunicaciones secretas o privadas de diversos gobiernos y funcionarios con otros países y personalidades, incluyendo operaciones encubiertas que a juicio de Estados Unidos, al menos en lo que a su gobierno respecta, pone en riesgo la identidad de personas y funcionarios encubiertos, así como de operaciones secretas de este gobierno en el exterior.

Los documentos hechos públicos por Wikileaks fue bajo la premisa del derecho de los ciudadanos a la información sobre las actuaciones de sus gobernantes. Una segunda premisa, muy ligada a la primera, es que tal conocimiento o información permite sacar de la ignorancia a los ciudadanos sobre qué realmente hacen y ocultan sus gobernantes. Por supuesto, la información dada a conocer por esta fuente no ha sido bien vista por los gobiernos afectados.

En medio de la histeria creada a raíz de las publicaciones, el 21 de julio de 2010 la policía sueca emitió una orden de arresto contra Assange. En ella le acusa por la violación de la ciudadana sueca de origen cubano Anna Ardin, una activista vinculada con la extrema derecha de este país en el exterior. Aunque en un inicio la acusación fue retirada por la propia fiscalía sueca sobre las bases de que no había prueba alguna que vinculara a Assange con el delito imputado; más adelante, en el mes de septiembre, otra fiscal de rango superior en Suecia, consideró que sí había base suficiente para procesarle por el delito imputado.

Además de esta acusación, también se le acusa de acoso sexual en la persona de otra mujer relacionada con Anna Ardin. Se alega que Assange indujo a esta mujer a tener relaciones sexuales con él mientras ella dormía sin haber utilizado un condón. A juicio de algunos analistas, se trata de una cortina de humo cuyo único propósito es desacreditar a Assange ante la comunidad internacional como un mecanismo para colateralmente atacar la credibilidad de la información hecha pública por Wikileaks.

A raíz de las acusaciones en su contra, Assange optó ocultarse de las autoridades suecas, huyendo posteriormente hacia Inglaterra. A raíz de lo anterior, el gobierno de Suecia solicitó la intervención de la Interpol. Habiendo sido detenido en Londres, Assange fue llevado ante la justicia y fue puesto en libertad condicional mediante la prestación de fianza. Estando en libertad provisional, Assange fue a la embajada de la República de Ecuador en Londres donde solicitó asilo político alegando persecución y la fabricación de acusaciones en su contra.

El derecho al asilo político o diplomático existe desde tiempo inmemorial en la historia. Se encuentra reglamentado a nivel internacional mediante la Convención de Viena de 1961. Tanto el Reino Unido de la Gran Bretaña, como Suecia, Estados Unidos y Ecuador, reconocen en sus leyes el derecho a solicitar asilo político o diplomático. Las razones para concederlo o denegarlo están directamente vinculados con el ejercicio de las prerrogativas soberanas de cada Estado; de la misma manera que los fundamentos para la petición de asilo se encuentran definidos o demarcados por las convenciones internacionales que han atendido este tipo de petición. De hecho, tanto el Reino Unido de la Gran Bretaña, como Estados Unidos, Suecia y Ecuador en el pasado han considerado, aprobado o denegado peticiones de asilo hechas por ciudadanos de otras nacionalidades. Siendo la prerrogativa soberana de cada Estado su concesión o su denegación, ningún Estado extranjero puede, a base de sus propias leyes, interferir con el ejercicio soberano de un Estado en el proceso de aprobar o denegar una petición de asilo político o diplomático.

Desde el mes de junio de 2012, el gobierno ecuatoriano bajo el presidente Rafael Correa estuvo examinando los méritos de la petición de Assange. Durante ese tiempo fue enorme la presión de países como Estados Unidos y el Reino Unido de la Gran Bretaña sobre la República de Ecuador para que esta última no le concediera asilo político. En el proceso, la madre de Julián Assange visitó a Ecuador y se reunió con altos funcionarios de su gobierno, ello como parte de sus gestiones personales para contribuir a la concesión de asilo político para su hijo. En el proceso de trámite de la petición de Assange, así como en las negociaciones previas con el gobierno inglés como con el gobierno sueco, también intervino el Juez Baltazar Garzón. Actuando como Juez Instructor, Garzón gestionó sin éxito del Reino Unido, mientras este permanecía en Londres, la entrega del exdictador chileno Augusto Pinochet para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad.

En aquel momento y a pesar de las presiones, la Cancillería ecuatoriana manifestó claramente que la decisión de su país se tomaría conforme a sus leyes y sus derechos soberanos a conceder o no conceder asilo político a un ciudadano extranjero. En ese sentido, el gobierno ecuatoriano fue enfático en no someterse a ningún tipo de tutelaje de otro gobierno.

Tanto Estados Unidos, como el Reino Unido de la Gran Bretaña y Suecia, son países donde, no solo existe el derecho a solicitar asilo político, sino que, en efecto, anualmente lo conceden a ciudadanos de otros países que así lo solicitan. Por esto llama la atención en el manejo del caso de Julián Assange un movimiento no solo inusual, sino claramente violatorio del derecho internacional vigente. Ya en el momento de solicitar asilo político, las autoridades británicas le habían comunicado al gobierno ecuatoriano que no descartaban una incursión en la sede de la embajada de Ecuador para evitar el asilo político de Julián Assange y su eventual salida del país. En un ejercicio de prepotencia, no basaba en el derecho internacional, sino en una ley aprobada por el Reino Unido de la Gran Bretaña, dicho gobierno invocó una ley donde se arrogaba el derecho a actuar procediendo a ocupar la sede de una embajada. De acuerdo con la ley, lo único que el gobierno inglés necesitaba, como hizo más adelante en el caso de los diplomáticos libios y el personal de su embajada antes de la agresión contra dicho país, era cancelar las visas del personal diplomático y solicitar el abandono del país, para así luego indicar que la sede de la embajada está sin uso y, en consecuencia, proceder a ocupar la misma.

La mera amenaza del uso de la fuerza o su ejercicio contra una embajada se considera una amenaza o agresión contra el territorio nacional del país objeto de tal acción. Por ello, en aquel momento, el entonces Canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, además de expresar su la respuesta particular ante la amenaza contra su país, solicitó de inmediato una respuesta regional a la amenaza británica contra su soberanía nacional. Así las cosas, Patiño solicitó se convocara, de inmediato, a una reunión de Cancilleres de la UNASUR para discutir la situación y tomar aquellas medidas pertinentes. Patiño, a su vez que solicitó del Secretario General de la OEA, se convocara también de emergencia a una reunión de este organismo hemisférico, del cual también participa no solo Estados Unidos, sino también algunos países de la Mancomunidad Británica, como son los casos de Canadá, Belice, Jamaica y algunas ex colonias británicas hoy independientes del Caribe Oriental.

La decisión final tomada por la República de Ecuador en cuanto a conceder asilo político a Julián Assange fue una afirmación clara de dicho gobierno de sus derechos soberanos. La respuesta de Londres expresando su repudio a la decisión de asilo fue señalar que no concedería salvoconducto a Assange para abandonar la embajada ecuatoriana y trasladarse a Ecuador o a un tercer país. Esto supuso para Assange permanecer dentro de la embajada, básicamente como si fuera un arresto domiciliario.

La determinación en torno a cuál país recibirá eventualmente mediante un proceso de extradición a Julián Assange, aún no está definido. El presidente ecuatoriano, a la vez que señala que su extradición debe ser hacia un país donde su vida no esté en peligro, de otro lado ha afirmado que, para él, Assange era como una piedra dentro de un zapato, de la cual ya estaba harto. Habrá que esperar a las próximas semanas a los fines de ver el rumbo que tomará esta controversia.

14 de abril de 2019

Nelson del Castillo y Alejandro Torres Rivera

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