A la desesperada (o creer en los unicornios). El lince
El Lince
Terminó también la histeria de enemigos llamada Cumbre de la OTAN. Y en contra de todo lo que se ha dicho por ahí, sobre la fuerza, la unidad y todas esas historietas, lo que veo es una huida hacia adelante, una huida a la desesperada.
Si hay que atenerse al famoso Concepto Estratégico 2022 aprobado, los alarmistas verán que todo el planeta es objetivo de la OTAN porque se proclama la intención de intervenir en apoyo de sus «intereses, seguridad y valores» en cualquier parte. Colonialismo puro, se mire como se mire. En palabras llanas: se amenaza a toda esa parte de la humanidad que ya no acepta las reglas occidentales (téngase en cuenta lo ocurrido en la XIV Cumbre de los BRICS, por ejemplo). Unas reglas en las que, por otra parte, se hace hincapié una y otra vez cuando se repite la frase «orden internacional basado en reglas». No hay ni una mención al derecho internacional vigente. Bueno sí, una y refiriéndose a Rusia.
De aquí se sacan varias cosas: la primera, que la noción de la Unión Europea está muerta. La «autonomía estratégica» con la que fantaseaban es inexistente y toda Europa queda subordinada, de hecho y de derecho, a EEUU a través de la OTAN. No es nuevo, pero se ha puesto encima una losa de tal tamaño que es imposible levantarla. Los vasallos asumen sin rechistar su papel de vasallos. Nota al margen: al menos un vasallo, Turquía, ha plantado cara con lo de Suecia y Finlandia y ha conseguido algo que aún no conocemos. Ha sido el único, pero no es europeo.
La segunda, que estamos de lleno en una nueva guerra fría y con esa mentalidad es con la que se ha redactado el famoso documento. Los malos, ya se sabe, son Rusia y China, pero también hay menciones a Siria, Irán y Corea del Norte. El «eje del mal» bushiano sigue muy vivo en las mentes de esta gente. Es decir, en la del gran amo, EEUU. Esto lo asumen sin rechistar los vasallos.
Rusia y China son los países desafiantes para la OTAN -es de suponer que esto es válido al revés, o sea, que la OTAN es desafiante para Rusia y China, pero eso no lo veréis- y se incluye algo que es nuevo: el espejo. Es decir, la OTAN habla de sí misma cuando se refiere a China, por ejemplo, diciendo que «utiliza una amplia gama de herramientas políticas, económicas y militares para proyectar poder a nivel mundial». Lo que es malo en manos de China es muy bueno en las suyas. ¡Ah, estos valores! Unos valores que están amenazados «por la profundización de la asociación estratégica entre China y Rusia». Vamos a ver: Ucrania puede hacer lo que quiera, unirse a la OTAN, por ejemplo, pero eso no amenaza a nadie porque es un país libre, o Suecia y Finlandia, pero cuando otros se asocian con quienes quieren, eso es una «amenaza a los intereses, a la seguridad y a los valores» de la OTAN.
Que nadie tenga la menor duda que el gran enemigo no es Rusia, sino China. Rusia es una etapa que hay que cubrir antes de arremeter contra la gran bicha. Rusia no es enemigo económicamente para Occidente (aunque está demostrando una resistencia que no se esperaban a las sanciones, con lo que eso supone de ejemplo para otros), pero sí en la cuestión militar. Derrotar a Rusia significa derrotar el poder militar de China -Rusia es un importante modernizador del ejército chino, aunque este es cada vez más independiente y genera sus propias armas, como acaba de demostrar con el tercer portaaviones-. Eso es lo que está en juego en Ucrania, donde el enfrentamiento entre la OTAN y Rusia es casi abierto.
La OTAN lo dice muy claro, en plan loro: Rusia es mala. «Rusia es la amenaza más importante y directa para la seguridad…. bla, bla, bla… socava el orden internacional basado en reglas… bla, bla, bla…». Es un mensaje directo para no comerciar. Pero China no se queda atrás. «Las ambiciones declaradas y las políticas coercitivas de China desafían nuestros intereses, seguridad y valores… bla, bla, bla… se esfuerza por subvertir el orden internacional basado en reglas… bla, bla, bla…». Igual que antes. ¿Se pueden hacer negocios o no? Más bien la OTAN (EEUU) insinúa que no. Pero entonces ¿con quién, si no hay nadie como China actualmente? ¿Y los intereses económicos europeos lo resistirán?
La tercera, y para mí la más importante, que todo ello es vulgar parafernalia. Occidente no tiene ni la capacidad militar ni financiera para acometer lo que está diciendo. Ni dentro de la OTAN ni fuera de ella. ¿Alguien se acuerda de la fantasmada de «Build Back Better World» (Reconstruir un mundo mejor) que los inexistentes del G7 prometieron en junio de 2021 para competir con la Nueva Ruta de la Seda china? Para nada. Tan es así que hasta ellos se olvidan cuando dicen ahora, en su reunión del otro día, que darán 600.000 millones de dólares para lo mismo. Un año después. Lógicamente, esto se enmarca en la estrategia de EEUU (que sanciona ahora la OTAN) contra China.
Pregunta tonta: ¿de dónde va a salir el dinero? Ni lo tenían entonces, apenas saliendo de la pandemia, ni mucho menos lo tienen ahora, metidos de cabeza en el abismo de la inflación. Y eso vale también para la OTAN. ¿De dónde va a salir el dinero para esos 300.000 soldaditos, con sus armas, prometidos para hacer frente a la «amenaza rusa»? ¿Y el aumento del presupuesto a un mínimo del 2% del PIB, como dicen? Lógicamente, de nosotros. Si nos dejamos. ¿Armas o mantequilla? Si te crees el cuento de «Putin tiene la culpa», armas. Si no te lo crees, mantequilla. Tú decides. Este es el debate que tiene que haber en las sociedades occidentales y que en algunos países está empezando, como Alemania o Gran Bretaña con las huelgas y los incrementos salariales de los trabajadores.
He dicho muchas veces que en lo único que es bueno Occidente es en la propaganda. Pero no va más allá. Todo lo de estos días, o semanas, o meses, son acciones a la desesperada intentando evitar su pérdida de hegemonía. Incluyendo toda la parafernalia teatral de la OTAN. Lástima que la reunión se celebrase en Madrid y no en Nápoles, donde está el cuadro «La parábola de los ciegos». Puestos a ver cuadros, como hicieron, tendrían que haber visto este. Y entenderlo. Pero eso es otro cantar.
Donde únicamente tiene Occidente esa hegemonía es en el sector económico, y ni eso ya. El dólar cae, el euro se está volviendo irrelevante y casi han desaparecido el yen japonés, la libra británica y el dólar canadiense en cuanto a monedas de reserva mundiales. Lo dice el propio FMI en su último informe.
Porque cuando, además, alguien como el Credit Suisse vuelve a decir que «el dólar estadounidense ha dejado de ser moneda libre de riesgo» y que «está naciendo un nuevo orden mundial» es que Occidente ya no puede atajar el desastre. Por eso cuando un aliado incondicional de Occidente da un paso singular, es que hace bueno el dicho de «cuando el río suena, agua lleva». Es el caso de Israel, que acaba de anunciar que va a reducir la proporción de dólares en sus reservas monetarias en favor del renminbi chino, dólar australiano, dólar canadiense y yen japonés. Antes ya habían anunciado lo mismo India y Brasil que si bien forman parte de los BRICS y se podía contar con ello, ahora surge otro con la misma historia, ir alejándose de los dólares. Esto es que algo está cambiando para siempre, y Occidente lo sabe.
El «orden internacional basado en reglas» del que habla Occidente colapsó cuando se apoderó de la mitad de las reservas de divisas rusas porque eso se ha llevado por delante su credibilidad. Las monedas occidentales, sobre todo el dólar, se han convertido en un arma política y, por consiguiente, en un activo con riesgo, un riesgo muy real de pérdida como está viendo Rusia. Y muchos países sacan las conclusiones obvias (de nuevo hay que mirar a los BRICS). Al menos son tres quienes ya lo han hecho, y no tres cualesquiera. ¿He dicho tres? Alguno más, como también dice el FMI.
Añadid lo que os contaba el otro día sobre que el Banco de Pagos Internacionales, que engloba a los bancos centrales de todo el mundo, acaba de crear un fondo de liquidez basado en el renminbi-yuan para los países de Asia-Pacífico.
Otra pregunta tonta: si se reduce el montante de dinero occidental que circula por el mundo ¿de dónde va a sacar Occidente el dinero con el que dice que va a hacer tropecientas cosas, incluida la parafernalia del aumento de los soldaditos de la OTAN y su expansión? Volvemos a lo de antes: de nosotros, de la sanidad, de la educación, de todo. Tú decides.
Como dice el Credit Suisse, si aún creéis que Occidente es el no va más y que su poder está intacto, con OTAN o sin OTAN, es que aún creéis en los unicornios.
Por si todo ello os parece poco, lo penúltimo: el fabricante de cemento más grande de India está pagando a Rusia en yuanes sus compras de carbón. Ya se sabía en el caso de China, que compraba carbón en su moneda, pero que ahora se sume India indica la realidad: la desdolarización está en marcha y a buen ritmo, al tiempo que ayuda a la internacionalización del yuan.
Por eso el miedo de Occidente a la «amenaza» china. Está actuando a la desesperada. Por eso es importante la crisis de Ucrania, porque si Rusia gana, y está ganando, Occidente, con OTAN o sin OTAN, está en las últimas. Puede que eso, según algunos, indique que le hace más peligroso aunque, tal y como están las cosas, es más verbal que real. Al menos por ahora. Y el tiempo no corre a favor de Occidente.
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