BRICS Plus
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Mientras los vasallos (la UE) rinden un poco más de sumisión y vasallaje a su señor (EEUU), el mundo se sigue moviendo mucho más allá de Occidente. Mientras en Occidente se camina -es un decir- como los burros, con orejeras, el resto del mundo se mueve en otra dirección y, a menudo, opuesta. Es lo que ha ocurrido estos últimos días con la reunión de los BRICS en Johanesburgo (Sudáfrica) de la que los medios de propaganda, incluidos los que van de «progres» y de «alternativos», antes llamados de comunicación, no han dicho ni una palabra. Porque los medios de propaganda son las orejeras del capital.
En la reunión anterior, China hizo una propuesta novedosa: la constitución de los BRICS Plus, es decir, la invitación a una serie de países que, sin ser formalmente parte de los BRICS, pueden integrase en estructuras intermedias. El año pasado, y por iniciativa china, acudieron a la reunión de los BRICS México, Tailandia, Guinea, Tayikistán y Egipto. Ahora ha vuelto Egipto, pero se ha dado un paso de mucha mayor importancia: han acudido también Argentina (pese a Macri y en calidad de presidente de turno del G20), Indonesia, Jamaica (como presidente del CARICOM) y lo más importante, Turquía en una doble condición, como país y como presidente de la Organización de Cooperación Islámica.
Es decir, los BRICS están, claramente, en fase de expansión y van hacia una plataforma unificada de acuerdos de integración regional Sur-Sur. Occidente queda fuera totalmente. Los BRICS están trabajando de forma clara en un nuevo tipo de relaciones internacionales que no incluyen una superpotencia dominante y mucho menos que imponga de forma unilateral sanciones, bloqueos o normas.
Los BRICS hablan de una especie de «década prodigiosa» de 10 años, de cinco en cinco, para que todo ello cristalice a través de alianzas económicas regionales y bilaterales. Si se observa con detenimiento los países que acudieron el año pasado y éste, se ve que la tendencia predominante es la misma: Eurasia.
México, con López Obrador, tiene ahora una buena palanca contra EEUU si la sabe, y quiere, aprovechar. Porque lo primero que hay que hacer es la descolonización mental, y en América latina cuesta más que en otras zonas descolonizar la mente respecto de EEUU. Sobre todo, si se tiene frontera. México tiene que optar, si refuerza la Asociación Trans-Pacífico (donde está con Perú y Chile, por ejemplo) o camina en otra dirección. Eso demostrará, entre otras cosas, si López obrador es un «izquierdista» como dicen algunos.