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Caracas 2021. El FAI forma parte del Comando internacional “Aristóbulo Istúriz”. Ángeles Diez

El domingo 21 serán las elecciones en Venezuela, los venezolanos las llaman megaelecciones regionales y municipales porque serán elegidos gobernadores, alcaldes y diputados regionales.

Al llegar a Caracas después de un agotador viaje vía Estambul, las autoridades Venezolanas nos hicieron una PCR en el mismo aeropuerto y tras una larga espera nos condujeron a nuestro hospedaje en el centro de Caracas y nos informaron de la agenda de los próximos días a todos los acompañantes que venimos de los cinco continentes.

Este viaje ha sido el más interminable que recuerdo: ir a Estambul para sobrevolar de nuevo Madrid hacia Venezuela, horas en los aeropuertos y horas en los aviones. Pero un viaje así situado en contexto ayuda a entender en lo concreto y de primera mano las significativas diferencias entre un mundo que se dice democrático y desarrollado y otro al que se le etiqueta de dictatorial y atrasado.

En Madrid el desprecio al viajero que no viaja al Norte cada vez es más descarado. La excusa de la pandemia sirve para el maltratarle: te falta una PCR, te falta el impreso de la declaración de salud, te falta, te falta y “no es mi problema” son las expresiones más habituales, impasibles a la angustia que refleja tu rostro. El certificado de vacunación no te sirve para salir del país (sólo si viajas a Europa) así que te obligan a llevar una PCR con resultados en menos de menos de 48 hs. Dicen que obliga el país de destino, pero si el país de destino te incluye una PCR nada más aterrizar ¿dónde está ese requerimiento? No es casual que te ofrezcan hacerte una PCR al “módico” precio de 95 Euros con resultados en 35 minutos. Sometimiento y eficacia en una misma cajita.

El hecho de que todavía no se haya abierto la ruta aérea que vuele directo a Venezuela desde Madrid es un dato también significativo, que ya no puede ser achacado solo a la pandemia. Sin duda hay elementos relacionados con el bloqueo y con el intento de aislar al país.

Al llegar al aeropuerto de Caracas todo cambia. Ciertamente se reproducen las esperas y las colas y hay un alto grado de desorganización, pero en todo momento la amabilidad traspasa las mascarillas de los jóvenes que te atienden, se disculpan por hacerte esperar, te escuchan, tratan de resolver lo que les planteas. Nos hicieron una PCR, gratuita, pasamos por una zona de desinfección y nos trasladaron en grupos hacia el alojamiento. Que haya tantos jóvenes ocupándose de las tareas de atención internacional, y como vimos más tarde en las de gobierno, es un dato muy importante. Especialmente viniendo de la vieja Europa que cada vez es más vieja, más fea y reaccionaria y donde sus jóvenes emigran, y envejecen esperando cualquier puesto de trabajo acorde con su cualificación.

Estas elecciones venezolanas pueden significar, como planteó el presidente Maduro, “un cambio de época” por varias razones. Por un lado tienen una gran carga histórica, ya que en el 2010 se planteó la consigna “Chávez hasta el 2021” con lo que en el espíritu de todos los venezolanos sobrevuela el alma del comandante. Otra razón tiene que ver con el cambio de la base económica sobre la que se sustenta el país y que ha lastrado su lucha por la soberanía alimentaria. Durante estos años, los esfuerzos que han hecho los venezolanos por desprenderse de la dependencia de las rentas del petróleo han dado resultados. Hoy en día se produce en el país la mayor parte de la comida que consumen los venezolanos y esta comida llega a unas 6 millones de familias.

Otro elemento importante en estas elecciones es el factor digital. En la guerra sin cuartel que libra este país, los ataques cibernéticos, los sabotajes y las campañas contra Venezuela a través de las redes fuerzan a los venezolanos a disputar el poder en un campo donde la hegemonía es estadounidense. Jóvenes comunicadores y periodistas revolucionarios actúan en las redes sociales más populares creando etiquetas, difundiendo entrevistas y mensajes sobre la verdad de Venezuela. La experiencia de Bolivia, en la que la reelección de Evo Morales fue frustrada por un golpe en el que las redes fueron una arma determinante, ha servido para alertar y preparar la batalla comunicacional.

Finalmente, la pandemia del Covid-19 ha hecho aflorar las diferencias entre el capitalismo y el socialismo, ha puesto a prueba los recursos organizativos del país y determinará la vida política en los próximos años. En Venezuela ya están vacunados más del 70% de la población y a diferencia de lo que ocurre en mi país los muertos por esta enfermedad apenas llegan a 6.000.

En estas elecciones se renovarán las autoridades ejecutivas y legislativas de 24 estados y de 335 municipios del país. Esto significa que en total serán elegidos 3.082 cargos por elección popular: 23 gobernadores y gobernadoras, 253 legisladoras y legisladores regionales y 2.471 alcaldesas y alcaldes, concejalas y concejales.

A estos datos fríos hay que añadir otros que sirven para desmontar la propaganda con la que se bombardea a la opinión pública internacional para construir la matriz de que en Venezuela no hay elecciones libres: De los 70.000 candidatas y candidatos inscritos, 3.082 son candidatos de la alianza revolucionaria (compuesta por 9 partidos) y 67.000 son de partidos de las distintas oposiciones incluida la extrema derecha.

Ayer en la tarde, la misión de acompañantes internacionales en la que me encuentro fuimos al cierre de campaña del candidato del PSUV Héctor Rodríguez que se postula para gobernador en el Estado de Miranda (Hay 4 misiones internacionales de los cinco continentes y de todos los signos políticos recorriendo el país). En el camino a Petare vimos dos cosas que contradicen el relato de la falta de libertad en los procesos electorales en Venezuela: por un lado, carteles publicitarios de candidatas y candidatos de la oposición; por otro, puestos informativos en la calle de la oposición. Y sin duda, lo más extraordinario y emocionante, cientos de mujeres y hombres jóvenes y mayores que abarrotaban la plaza escuchando y aplaudiendo a su candidato. Un candidato joven que habló de los problemas más importantes de la zona y señaló como objetivo de su mandato recuperar el nivel de vida que se había ganado en el barrio con Chávez, recuperar los servicios públicos, especialmente llevar el agua por cañerías a todos los vecinos. Habló a las “jefas de cuadra” del trabajo del comando electoral que ha visitado casa por casa recogiendo las demandas y problemas del Estado, más de 700.000 personas se han movilizado en todo el Estado.

Si hay un hecho especialmente destacable en estas elecciones es sin duda la voluntad el gobierno Venezolano por resolver los problemas mediante el diálogo incluyendo a todos los sectores políticos. El intento por deslegitimar las instituciones democráticas de la República Bolivariana de Venezuela por parte de algunos países europeos no es sino una muestra más de su voluntad colonialista y el reflejo de la decadencia de Europa.

Las megaelecciones que se van a celebrar en medio de la guerra económica, el bloqueo, el cerco político y la guerra mediática, son un ejemplo de la fortaleza de soberanía y dignidad, nada de lo que pueda presumir ningún país europeo.

Caracas 19 de noviembre de 2021

1 Comment

  1. Gracias Angeñes por tu voz. Un abrazo.

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