El desafío. El lince
Es el mejor titular que se puede dar a la situación en Gran Bretaña: los trabajadores en huelga por el costo de la vida consecuencia del irracional vasallaje y sumisión europea a EEUU, el gobierno se tapa los oídos y se niega a negociar. Todo a mayor gloria de los neonazis de Ucrania. Porque Rusia debe ser derrotada.
En Gran Bretaña se está escenificando mejor que en ningún sitio de Europa el toma y daca entre el poder y la lucha contra ese poder. El movimiento huelguístico lo tiene todo en contra: gobierno, jueces, tecnócratas, medios de propaganda… pero sigue sin desfallecer.
Lo penúltimo, de ayer: el Congreso Nacional de Sindicatos (TUC) eligió a su nuevo secretario general este verano, una persona que no solo ha impulsado el movimiento huelguístico sino que mantiene que hay que continuar con las huelgas, «imprescindibles hasta acabar con los niveles de pesadilla en los que se está viviendo hoy» en Gran Bretaña. Pues bien, la reacción a esto es que el gobierno ha decidido otorgar el título de lord, un título nobiliario, a su antecesor al frente de la TUC. Cualquier parecido con lo de otros países, pongamos el Estado canalla (más conocido como España) con las dirigencias sindicales anteriores -sin que las de ahora sean muy diferentes-, no es pura coincidencia.
Gran Bretaña está viviendo huelgas sin precedentes en prácticamente todos los sectores y ramas industriales, mientras que el gobierno sigue y sigue, amparándose en una feroz campaña de desprestigio a través de los medios de propaganda (antes llamados de comunicación) contra el movimiento hueguístico y la TUC: «Tenemos esta cantidad limitada de dinero, eso es todo lo que hay, no importa qué evidencia traigan los sindicatos a la mesa, no importa cuáles sean las presiones sobre la fuerza laboral, no creo que sea un punto de partida razonable para una conversación razonable». Es el portavoz del gobierno británico quien dice esto.
La respuesta del secretario general de la TUC: «Hay un apoyo abrumador a los trabajadores en huelga, por lo que no es suficiente que los ministros del gobierno continúen metiéndose los dedos en los oídos».
Para intentar la derrota del movimiento sindical, el gobierno ha recurrido a un «gabinete de expertos independientes» que medie «para un acuerdo justo y razonable». Ya os conté qué entiende el gobierno británico con lo de «justo y razonable», ahora lo vuelve a reiterar: «El gobierno está luchando contra la inflación y tratando de mantener bajo el déficit nacional, pero también está tratando de restringir los aumentos salariales. La mayoría de los sectores en huelga recibió un aumento de al menos el 4% este año, siguiendo la recomendación del organismo [el gabinete de expertos]. El pueblo británico no perdonaría si los políticos pasaran cada invierno congelados en negociaciones con los sindicatos, en lugar de seguir adelante y resolver los desafíos reales que enfrentamos como país. Es una trampa peligrosa que hemos decidido evitar».
Os recuerdo que la inflación en Gran Bretaña es del 10’7%, por lo que ya veis qué entiende esta gente por «justo y razonable». Porque, además, insisten: «El pago debe ser asequible y justo, por lo que aceptamos las recomendaciones de los organismos independientes de revisión salarial para pagar más a nuestros valiosos servidores públicos. Los aumentos salariales que igualan la inflación para todos los trabajadores del sector público costarían a todos más a largo plazo, empeorando la deuda, alimentando la inflación«.
La respuesta sindical es de las que hay que enmarcar. El secretario general de la TUC, Paul Nowak, ha sido muy claro y demuestra lo que tienen que hacer los verdaderos sindicalistas: «Hoy estoy lanzando un desafío al gobierno y a los empleadores. Trabajar con los sindicatos para poner fin a la pesadilla de los niveles de vida de Gran Bretaña. Los trabajadores del Reino Unido están en camino de dos décadas de salarios perdidos. Esta es la reducción más larga de las ganancias en la historia moderna. No podemos seguir así. No podemos ser un país donde las enfermeras tengan que usar bancos de alimentos, mientras que los banqueros de la City obtienen bonos ilimitados. A menos que logremos que los salarios aumenten en toda la economía, las familias seguirán dando tumbos de crisis en crisis. Durante demasiado tiempo hemos estado atrapados en un círculo vicioso conservador de crecimiento estancado, inversión estancada y salarios estancados. Es hora de un plan económico adecuado a largo plazo que recompense el trabajo, no la riqueza».
No hay dinero para el aumento salarial que piden desde el TUC, pero sí para Ucrania: Gran Bretaña ya ha destinado a los neonazis al menos 2.600 millones de libras (unos 3.000 millones de euros).
En fin, qué envidia de sindicalismo.
(Publicado en el blog del autor, el 31 de diciembre de 2022)