El resultado de la bronca
Euroasiáticos contra euroatlánticos. Por esta vez, ganan los primeros. El enfrentamiento entre las dos grandes corrientes existentes en Rusia, entre la élite rusa, acaba de saldarse con una victoria de los euroasiáticos. Hasta ahora quien se llevaba la palma eran los euroatlánticos, bien asentados en los ministerios económicos mientras que los otros lo están en ministerios como el de Industria o en el de Defensa, por ejemplo.
Estos días de silencio los he aprovechado para recurrir a mis amistades rusas y ver cómo se ha asistido a un nada soterrado enfrentamiento entre ambas ramas, muchas veces utilizando la televisión. Los debates tras el derribo del avión ruso en Siria tras el ataque israelí, el viaje relámpago de éstos para justificarse y rogar que todo siguiese igual (es decir, que Rusia siguiese haciendo la vista gorda) ha sido seguido de una forma inusitada por la población y por las élites. El que EEUU haya aprovechado para imponer nuevas sanciones a Rusia, las sextas en seis años, no ha ayudado precisamente a los euroatlánticos.
Y, además este domingo ha habido una segunda vuelta en las elecciones municipales y a gobernadores en aquellos sitios donde hubo mucha igualdad y si en las de hace dos semanas RU ya recibió un varapalo ahora los resultados han sido mucho más desalentadores para Rusia Unida, el partido de Putin. Por ejemplo, en la gobernación de Primorie, cuya capital es Vladivostok, el triunfo era para el Partido Comunista. Digo era porque en un pucherazo de última hora, cuando ya se llevaban escrutados el 98% de los votos y era imposible dar la vuelta a los resultados, de repente todo cambió y se otorgó el triunfo a RU. El escándalo ha sido mayúsculo y de tal calibre que, aunque a trancas y barranccas, ha obligado a la comisión electoral a suspenderlas y volverlas a convocar dentro de tres meses.
Perder aquí hubiese sido mortal para RU. Vladivostok es la tercera ciudad de Rusia, donde se acaba de celebrar el Foro Económico Oriental del que os hablé y en cuyas estepas han tenido lugar las mayores maniobras militares, con participación de China y Mongolia, desde 1981. Vladivostok es un emblema que RU no podía perder, de ahí que en vez de reconocer el pucherazo y otorgar el triunfo al PC se haya optado por dar algo de oxígeno a RU y permitirle ganar dentro de tres meses.
RU ha perdido las gobernaciones de Vladimir, Jabarovsk, Jakasia y Primorie, aquí con la salvedad que os he comentado.
Cuento ésto porque el ambiente era muy enrarecido para Putin y ha dejado claramente a los euroatlánticos a la defensiva. Es el momento que han aprovechado los euroasiáticos para dar un puñetazo encima de la mesa porque, otra más, el sábado EEUU impuso sanciones a China por la compra de aviones de combate y misiles a Rusia. Eso ya es inaceptable de todas todas tanto para China, que ha retirado a sus representantes en las negociaciones sobre los aranceles en EEUU, como para los militares rusos, hartos ya de forma clara. Los artículos de opinión de militares, en activo y en la reserva, son significativos de ese malestar.
Por eso a Putin no le ha quedado otra que tragar. Y a lo grande. Rusia va a suministrar los famosos S-300 a Siria dentro de dos semanas, va a entregar sistemas avanzados de gestión de defensa aérea a Siria y -tal vez lo mas importante- va a utilizar sus capacidades de guerra electrónica para suprimir la navegación por satélite, los sistemas de radar a bordo de barcos y aviones y las comunicaciones de ambos si se acercan para atacar territorio sirio. Quien ha hecho el anuncio del envío de misiles y otro material ha sido el ministro de Defensa, el mismo que dijo que el derribo del avión era responsabilidad absoluta de Israel y que se había quebrado la confianza, palabras que luego matizó Putin aunque los militares siguieron hablando de «negligencia criminal de Israel». Esta es una de las pruebas de los radares rusos que indican que el régimen fascista de Israel ha mentido a la hora de hablar de lo ocurrido. Y de ahí la reacción de los militares rusos que ha acabado arrastrando a Putin.
Esto, de hecho, y siempre que Putin no dé marcha atrás y si los militares se mantienen firmes, significa lisa y llanamente, que se ha establecido una zona de exclusión aérea de facto en una parte importante de Siria. Eso no quiere decir que estén prohibidos los vuelos pero sí que serán los rusos quienes decidan qué, quién y para qué va a volar sobre Siria.
Leer los medios de propaganda israelíes es sonreír porque están en estado de pánico. Por primera vez, alguien les para los pies o tiene potestad para hacerlo. El matón de pueblo, más conocido como EEUU, dice que supone una «escalada significativa» (?) no se sabe en qué, salvo en la defensa de Siria contra todos sus agresores y EEUU es uno de ellos, junto a Israel.
Mis amistades rusas me indican que ya hay al menos un destacamento de S-300 en la base rusa de Jemeimin y que hay una gran actividad de aviones rusos de transporte hacia allá. Irán está facilitando el paso por su territorio, así como Turquía (en menor medida). Esto, a su vez, refuerza a los dos estados contrapartes de Rusia en los acuerdos de Astaná.
No descarto alguna otra bravuconada de los matones habituales (EEUU e Israel) para comprobar realmente si Rusia va en serio o no. El paso dado es mucho más que un gesto simbólico, es claramente de escenificación del malestar. Pero aún está por ver cómo se actúa más allá de todo ello. Tal vez lo que se haya querido decir es que «quien avisa no es traidor». O tal vez haya sido sólo un movimiento dado en un momento de debilidad interna que no tendrá más repercusiones. Solo el tiempo lo dirá.