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La CECOB actualiza su análisis sobre la situación actual

La Coordinación Estatal Contra la OTAN y las Bases (CECOB), que se constituyó en Madrid el pasado 22 de octubre y de cuyo acto se dio cuenta con la publicación de la Declaración de Constitución, ha actualizado el análisis que elaborara al inicio de su proceso de formación (27 de julio) y que se propusieron como los Principios Políticos sobre los que se habría de desarrollar tal iniciativa.

El tiempo transcurrido desde entonces hacía precisa una actualización de tales principios políticos en base a un análisis de las consecuencias de la Cumbre de la OTAN y todos los acontecimientos que se han venido produciendo desde entonces.

En la Asamblea Constituyente del 22 de octubre se completaron los debates y, en consecuencia, ofrecemos ahora su resultado. Debe entenderse que el conjunto de ambos documentos constituyen los fundamentos políticos que moverán la acción de la CECOB.


ACTUALIZACIÓN DEL ANÁLISIS TRAS LA CUMBRE DE LA OTAN

MADRID 2022

(Este documento fue aprobado en la Asamblea constituyente de la CECOB del 22 de octubre de 2022 y complementa el que había sido propuesto como Principios Políticos de la CECOB el 27 de julio, accesible AQUÍ)

El día anterior al comienzo de la cumbre se reunieron el presidente de los EE.UU. y el presidente del estado español para firmar un nuevo Convenio de Defensa. Esta reunión se hacía a “solicitud” de Estados Unidos.

En el documento que se firmó se amplía la presencia militar estadounidense en Rota con dos destructores más del sistema AEGIS. En total serán 6 destructores para el “escudo antimisiles” de EE.UU. Además, se añaden 600 efectivos, con los que las tropas permanentes de EE.UU. en Rota superaran los 2000 efectivos sin contar el personal civil, en total más de 4000.

Este aumento muestra la escalada bélica y la complicidad sumisa del estado español y en primer lugar de su gobierno.

Unidas Podemos y especialmente Izquierda Unida, ha tratado por todos los medios de ocultar este sometimiento haciendo desaparecer cualquier mención a las bases militares de EE.UU. en territorio del estado español. De la consigna histórica OTAN NO, BASES FUERA han pasado a OTAN NO, POR LA PAZ.

Asumen por tanto que la sumisión ante una ocupación militar del estado español por fuerzas imperiales extranjeras contribuye a la paz, renunciando a proteger a la población del riesgo que comporta un objetivo militar prioritario en el territorio.

La Cumbre se desarrolló según lo previsto en la reunión de jefes de estado de la OTAN en junio de 2021. No hubo ningún cambio sustancial ni ninguna discrepancia, fue un consenso cuartelario alimentado por la guerra en Ucrania.

Los dos documentos esenciales aprobados en la cumbre fueron: el nuevo Concepto Estratégico y la Declaración. Ambos fueron subrayados y reforzados por las declaraciones tras la cumbre de los personajes más mediáticos de la OTAN. De hecho, se solventó sin ninguna dificultad el veto de Turquía al ingreso de Finlandia y Suecia

En esta ocasión el consenso disciplinario funcionó en el capítulo económico y todos aceptaron el aumento del presupuesto en gastos militares.

El nuevo Concepto Estratégico sustituye al de 2010 y significa cambios profundos: Marca el camino hacia una línea mucho más beligerante, relega el dialogo y la cooperación y dirige todo el esfuerzo hacia la confrontación armada ilimitada, en la que cualquiera puede ser declarado enemigo y los motivos para serlo los decide EE.UU.

Eso es lo que significan los términos “OTAN 360º” y “Orden Internacional Basado en Reglas” aprobados en la cumbre, que condensan el intento de extender el poder imperial de EE.UU. a todo el planeta.

La expansión de la OTAN se centra en Europa y el Indo-pacífico. En Europa, al ingreso de Suecia y Finlandia hay que añadir la declaración del mar Báltico como un “espacio OTAN” para acosar al enclave ruso de Kaliningrado y eliminar el acceso de Rusia a aguas que no se congelen. Por otra parte, se aumentan los ejércitos desplegados, pasando de batallones a brigadas; los puestos de mando y la inteligencia militar serán permanentes y con personal fijo.

En la práctica, la OTAN ya está operando de este modo en la guerra de Ucrania, ya que la entrega masiva de armamento a los nazis ucranianos es solo una parte y no la más significativa de su contribución. Es la OTAN la que entrena tropas y mandos, identifica los objetivos, fija el tiro de las armas, realiza el seguimiento vía satélite, determina las estrategias, diseña la logística e incluso aporta mandos y tropa en situaciones clave y muy probablemente es quien organiza e interviene directamente en los actos terroristas contra Rusia, como en las voladuras del puente de Crimea o de los dos gaseoductos Nord Stream.

No debemos olvidar que fue la OTAN quien durante décadas organizo ejércitos secretos, reclutando nazis y fascistas, financiándolos, entrenándolos y dándoles los medios para que cometieran atentados de los que se culpaba a la izquierda. La “Red Gladio” fue sacada a la luz en Italia a principios de los 90. El apoyo en nazis y fascistas ha continuado especialmente en el este europeo y Ucrania ha sido uno de sus más destacados escenarios. Fueron los nazis los que perpetraron el golpe de 2014 y las matanzas para eliminar cualquier resistencia.

Actualmente nazismo y fascismo se integran en los sistemas parlamentarios como “extrema derecha”, homologándose como “una opción más”. En Ucrania son una fuerza militar importante: el regimiento Azov y cuentan con el respaldo de su presidente Volodimir Zelenski, quien no deja de ensalzar al histórico criminal nazi Stepan Bandera. La OTAN no oculta su vinculación con los nazis y Europa quiere integrar a esta horda en la Unión Europea.

Nada de esto es nuevo en la OTAN; la novedad reside en que es un planteamiento beligerante explícito y somete a los demás miembros a su cumplimiento. La Cumbre ha desplazado la “prevención y gestión de crisis y seguridad cooperativa” por la “disuasión y defensa”, es decir, eliminar la cooperación y la gestión y aumentar la capacidad militar y su disponibilidad inmediata.

En el lenguaje opaco, que no diplomático, de esta organización, se pasa de “presencia reforzada” a “defensa avanzada” y, en un lenguaje más claro, “Lucha de alta intensidad y multidominio contra competidores con armas nucleares”. Se abandona por tanto el control de armas, el desarme y la no proliferación y se apuesta por el rearme y la lógica belicista.

La escalada que comporta esta nueva estrategia no se limita al frente oriental en las fronteras rusas, sino que se aplica a una buena parte de Europa. Todo parece indicar que la adaptación de infraestructuras civiles en Europa para su uso militar, aprobado por la U.E. años atrás, tiene en este momento un objetivo practico. Alemania lleva desde marzo en este camino.

La cumbre define los ámbitos de acción en territorios hasta ahora fuera de la confrontación militar: El espacio, el ciberespacio y las armas nucleares; y señala que habrá que combinar estos ámbitos con los convencionales en una nueva dimensión de las guerras híbridas.

EE.UU. quiere asentar firmemente no ya su liderazgo, sino su dominio en la OTAN y ha conseguido que se acepte “un mando más estable y de más alto nivel” en las estructuras de la Alianza. Así mismo, reforzar el concepto de “Defensa Colectiva” de tal modo que cuando lo considere necesario, toda la OTAN se vea comprometida y responda a sus órdenes.

EE.UU. ha conseguido en la cumbre que cualquier supuesto ciberataque pueda ser considerado como una agresión militar y pueda invocar el artículo 5 de la alianza para implicar al resto de los miembros. Del mismo modo se consideran las operaciones híbridas. Lo relevante de estos casos es que aumenta ilimitadamente la arbitrariedad. Si en la guerra de Irak se inventaron armas de destrucción masiva, qué no se podrá inventar en el intangible ciberespacio, quién define y sobre qué criterios, cuándo existe una agresión híbrida. Es aquí cuando el Orden Internacional Basado en Reglas muestra su potencial.

El Concepto Estratégico 2022 tiene un horizonte en el 2030; sin embargo, sus líneas apuntan mucho más lejos: cambios estructurales sin un plazo definido. Además de lo ya comentado, se dedica un apartado al desarrollo tecnológico: “Promover la innovación y aumentar las inversiones en tecnologías emergentes y disruptivas para mantener nuestra interoperabilidad y ventaja militar”.

También se da un mandato expreso para Europa. A EE.UU., frente a los retos actuales, no solo le interesa vender armas a Europa, sino que necesita a Europa como un complemento fiable, que esté a la altura científico-técnica necesaria para abordar la destrucción de Rusia y el asalto a China. Consciente de la fragmentación europea, le reclama que desarrolle y produzca armamento y logística militar a un nivel suficiente para superar a sus enemigos.

En la Cumbre de 2010 a Rusia se la citaba como un socio y a China no se la mencionaba. En la Cumbre de 2022 Rusia y China pasan a ser los principales enemigos, a los que se les acusa de “operaciones híbridas y cibernéticas maliciosas”, desinformación, subvertir el Orden Internacional Basado en Reglas en los ámbitos cibernético, espacial y marítimo y otras similares, que en conjunto suponen su deslegitimación y criminalización. Todos estos aspectos son considerados acciones de guerra y por tanto ambos países están expuestos en cualquier momento a “una respuesta conjunta de la OTAN”.

Sin embargo, se diferencia en como la OTAN caracteriza a cada uno de ellos: Rusia es una “amenaza inmediata” y la estrategia está dirigida a causarle un daño que deteriore su gobierno y su estado y haga viable un cambio favorable a EE.UU… El objetivo final declarado por Occidente es la fragmentación de Rusia en estados más pequeños fácilmente dominables.

Pero la OTAN está lejos de alcanzar este objetivo: las sanciones no han funcionado como se esperaba y no han producido un daño significativo; tampoco la guerra ha mermado el apoyo al gobierno, por más que se empeñe la propaganda occidental; es más, dos tercios del mundo no asumen los postulados occidentales y muchos defienden abiertamente a Rusia. Occidente tendrá que sacrificar decenas o cientos de miles de ucranianos para continuar la guerra ya que no piensa ceder ni que, por el momento, la OTAN se enfrente directamente con Rusia. No ha llegado el invierno y las protestas se extienden por Europa, las amenazas de las restricciones energéticas, el precio de los combustibles, el encarecimiento de productos esenciales y la precarización del trabajo, empobrecen a grandes masas de población, especialmente a los más vulnerables y a la clase trabajadora. Veremos que nos deparan los próximos meses.

China, por su parte, es calificada como un “desafío sistémico” con pocas esperanzas de poder promover un cambio de gobierno; se trata por tanto de acosarla y derrotarla por las armas. China está lejos de los EE.UU. y el único punto de pleno dominio es Taiwán. La isla de Formosa podría servir de cabeza de puente para atacar China, pero los chinos lo saben y no parecen dispuestos a permitirlo.

El primer paso para los EE.UU. es acumular fuerzas en el área, Australia, Nueva Zelanda, Corea del sur y Japón, todos ellos invitados en la cumbre de Madrid, lo que pone de manifiesto el papel global de la OTAN. El indo pacifico es un área reservada fuera de la OTAN, pero no tanto.

Desde esta perspectiva a nadie le puede extrañar que en estos meses se repitieran las provocaciones de EE.UU en Taiwán a cargo de personalidades relevantes de la administración estadounidense, como tampoco puede extrañar que la República Popular Democrática de Corea lanzara misiles por encima de Japón para dejar claro su compromiso con China.

En el escenario europeo también se han sucedido todo tipo de provocaciones y agresiones: se han dado en Kaliningrado y Transnistria, Lituania ha cerrado su embajada en Pekín, Serbia ha sufrido varias agresiones por no condenar a Rusia y varios países se han pronunciado a favor de impedir la estancia de ciudadanos rusos en su territorio; en 2023, Kosovo, país al que no reconocen miembros de la OTAN o de la Unión Europea como el Estado español, será el escenario de las maniobras de la OTAN “Defender Europa”.

La sombra de un enfrentamiento nuclear se hace cada vez más densa, altos cargos de la administración Estadounidense han declarado que “una guerra nuclear limitada sería aceptable en Europa”. Liz Trusas, antes de acceder al cargo, afirmó estar decidida a usar el botón nuclear y la controvertida presidenta de Finlandia también se mostró favorable. Mientras tanto, la propaganda de guerra occidental nos dice cada día que Rusia se auto bombardea en la central nuclear de Zaporiyia.

Europa ha aceptado ser dominada económica, política y militarmente por EEUU, ningún país ha consultado con sus ciudadanos las sanciones a Rusia ni ha explicado sus consecuencias, tampoco lo ha hecho sobre la participación en la guerra. El daño auto infligido con las sanciones no es un error político, son las consecuencias de la guerra, la “solidaridad” con los ucranianos deja indefensos a los demás; el Frontex ayuda a los inmigrantes ucranianos y reprime a los africanos; nos prohibieron comprar gas y petróleo a Rusia y ahora decimos que son ellos los que nos cortan el suministro, aunque hayan tenido que terminar volando los gasoductos del Nord Stream para que a nadie se le ocurra pedir gas ruso para pasar el invierno; los barcos que salieron con grano de Ucrania fueron a parar en su mayoría a países occidentales desarrollados.

Europa ha mostrado su debilidad y sumisión a los intereses de EE.UU: nos militariza, nos mete en una guerra que no es nuestra y nos vende a las multinacionales de los hidrocarburos. EE.UU no da puntadas sin hilo. Su imposición geopolítica va acompañada de inmensos negocios: el complejo industrial militar, las compañías energéticas, los especuladores de los alimentos, al igual que hicieron las farmacéuticas en la pandemia, han encontrado “una oportunidad de negocio” que intentarán prolongar en el tiempo, al menos mientras les dejemos.

El estado español participa activamente de esta miseria. El gobierno, con una inflación desbocada, plantea en los presupuesto del estado un aumento hasta el 2,17% del PIB en el gasto militar, por encima de lo acordado en la cumbre de Madrid, que supone el 30% del total de las inversiones del estado y lo minimiza diciendo que es “un tema secundario”. Mientras, ha tenido que poner en marcha el “helicóptero de Friedman”, es decir, el reparto de dinero para aumentar el consumo. En el anuncio institucional del bono de 400 € para gastos de los jóvenes en “promoción cultural”, se cita la compra de videojuegos, hemos de imaginar que serán de guerra. Sometidos a las mismas condiciones que países como Francia o Alemania, por el momento muy poco de la tensión social se hace visible, ni se expresa en movilizaciones como en otras zonas de Europa, pero esa tensión crece y terminara manifestándose. Habrá que ver la capacidad de los grandes sindicatos para contenerla y del nazifascismo para cooptarla.

Todo esto hace olvidar que en el otoño de 2018 se anunció una crisis sistémica y que en 2019 todas las instituciones económicas veían inevitable esa crisis y que sería necesario un borrón y cuenta nueva, un reseteo del sistema, la reconfiguración del capitalismo. Ahora, todo se muestra como consecuencia de la guerra y la guerra es consecuencia de gobiernos denominados autocráticos. El riesgo real es que a la crisis capitalista se une la decadencia de la hegemonía de EE.UU. El líder de occidente ya no es el líder del mundo y el sistema que lo sostiene es disfuncional. Lo que está haciendo es agrupar fuerzas bajo su mando y tratar de eliminar a quien se interpone. Cada vez tiene menos gente detrás y más al margen o en contra, le queda poco tiempo y eso lo hace peligroso. Utilicemos ese tiempo para llamar a las conciencias, alertarlas y contribuir a organizarlas, es una buena oportunidad para acabar o quizás solo debilitar el imperialismo y eso solo será posible con una lucha internacionalista.

27 de octubre de 2022

Coordinación Estatal Contra la OTAN y las Bases

(Contacto: [email protected])


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