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La compulsión de los drogadictos. El lince

Todo lo que escribo estos días son secuelas del análisis de lo que titulé «Un par de lecciones para ignorantes («progres»). Eso también fue lo de la comedia del arte y lo es ahora con lo de la compulsión de los drogadictos. Si en el primer caso abordaba cuestiones del derecho internacional, en el segundo introducía un poco de arte y ahora algo de medicina. Todo con la intención de curar, o al menos mitigar, esa ignorancia supina de los mal llamados «progres».

En medicina se usa la expresión «la compulsión del drogadicto» para explicar el impulso irracional de seguir consumiendo drogas, sin que importen las consecuencias porque el drogadicto no puede parar. Y no puede parar porque la negación de que es un drogadicto, es decir, un enfermo, hace que le resulte no solo difícil, muy difícil, sino casi imposible reconocer la realidad.

Eso es Europa en estos momentos y a lo que estamos asistiendo es a la compulsión de los drogadictos. Solo así se puede considerar lo que acaba de hacer ese esperpento conocido como Parlamento Europeo el pasado miércoles 12 al aprobar el «Libro blanco sobre el futuro de la defensa europea». Os lo he dicho más de una vez: no sirve de mucho leer a los nuestros, hay que leer al enemigo. Especialmente.

Esta panda de psicópatas que asisten en primera fila a los espectáculos de la comedia del arte se van metiendo entre acto y acto no ya rayas de cocaína, sino pinchazos de heroína. O ahora fentanilo, que es lo que está de moda y esta gente siempre está a la moda.

Por si no queréis perder el tiempo en leer ese libro blanco (¿cocaína, heroína, fentanilo?) os lo voy a resumir:

A.  Considerando que, en la última década, los importantes cambios geopolíticos, amplificados por el retorno de guerras a gran escala en la vecindad de la Unión, han amenazado su seguridad, la de sus Estados miembros, la de los países candidatos y la de sus respectivos ciudadanos; que la Unión está siendo objeto de ataques, con incidentes híbridos dentro de sus fronteras, una guerra a gran escala en su vecindad y la reordenación de las potencias mundiales, y que todo ello plantea riesgos reales para la seguridad de la Unión y de su ciudadanía y requiere una acción inmediata, ambiciosa y decidida; que la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha marcado un antes y un después en la historia europea; que la guerra de agresión de Putin contra Ucrania ha sido ampliamente reconocida como un ataque al orden de paz europeo establecido tras la Segunda Guerra Mundial y al orden mundial en su conjunto;

B.  Considerando que el orden mundial se está fragmentando y se caracteriza cada vez más por inestabilidades complejas y arraigadas;

F.  Considerando que, movida por la ambición de convertirse en una superpotencia mundial, China está erosionando el orden internacional basado en normas mediante la aplicación de una política exterior y unas políticas económicas y de competencia cada vez más estrictas y hostiles, y la exportación de productos de doble uso desplegados por Rusia en el campo de batalla contra Ucrania, lo que pone en riesgo la seguridad y los intereses europeos; que China también está invirtiendo enormemente en sus fuerzas armadas, utilizando su poder económico para acallar las críticas en todo el mundo, y está haciendo todo lo posible por afirmarse como potencia dominante en la región indopacífica; que China, al intensificar sus acciones de confrontación, agresivas e intimidatorias contra algunos de sus vecinos, en particular en el estrecho de Taiwán y el mar de China Meridional, plantea un riesgo para la seguridad regional y mundial, así como para los intereses económicos de la Unión;

H.  Considerando que la seguridad europea está vinculada a la estabilidad del continente africano, y que la creciente presencia de agentes no europeos demuestra la falta de una seguridad y un compromiso diplomático suficientes en la región para contrarrestar eficazmente esos obstáculos y proteger los intereses estratégicos de la Unión;

M.  Considerando que el mar Negro ha pasado de ser secundario a un escenario militar primario para la Unión y la OTAN, y que, junto con el mar Báltico, se ha convertido en una región estratégica fundamental para la seguridad europea a la hora de contrarrestar la amenaza rusa;

N.  Considerando que la región ártica es cada vez más importante en términos de desarrollo económico y transporte, y que, a un tiempo, se enfrenta a obstáculos relacionados con el cambio climático y la militarización, así como con los derivados del aumento de la competencia geopolítica y la migración;

3.  Destaca que Europa sigue apoyando firmemente a Ucrania, pues lucha con valentía por nuestros valores europeos, y recuerda su convicción de que es en los campos de batalla ucranianos donde se decidirá el futuro de Europa; cree firmemente que Europa se enfrenta actualmente a la amenaza militar más profunda para su integridad territorial desde el fin de la Segunda Guerra Mundial;

 5.  Considera que Rusia, con el apoyo de sus aliados, entre otros, Bielorrusia, China, Corea del Norte e Irán, es la amenaza directa e indirecta más importante para la Unión y su seguridad, así como la de los países candidatos a la adhesión a la Unión y sus socios; reitera con la mayor firmeza posible su condena a la guerra de agresión no provocada, ilegal e injustificada de Rusia contra Ucrania; observa, no obstante, la necesidad de tener plenamente en cuenta la inestabilidad en nuestra vecindad meridional, el ascenso del poder militar chino y el aumento de la agresividad de algunas potencias medianas, que parecen dispuestas a poner en peligro la cooperación transatlántica en materia de seguridad común y a llegar a un acuerdo con el agresor ruso a expensas de la seguridad ucraniana y la europea, que son una y la misma cosa; señala que las recientes acciones y declaraciones del Gobierno de los Estados Unidos han seguido aumentando la preocupación en torno a la futura posición de este país con respecto a Rusia, la OTAN y la seguridad de Europa; lamenta, a este respecto, las votaciones del Gobierno de los Estados Unidos, alineadas con las del Gobierno de Rusia, en la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre las resoluciones relativas al tercer aniversario de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania; condena enérgicamente las amenazas de los Estados Unidos contra Groenlandia;

6.  Insiste en que Europa debe asumir mayores responsabilidades en el seno de la OTAN, especialmente en lo que respecta a garantizar la seguridad en el continente europeo;

11.  Lamenta las reticencias del Consejo y de los Estados miembros de la Unión a la hora de abordar los profundos retos estructurales del panorama industrial europeo de la defensa y la falta de ambición en lo que respecta a una cooperación a escala de la Unión de las fuerzas armadas de los Estados miembros; pide a los Estados miembros que aúnen fuerzas y apoyen un paso importante para establecer un marco verdaderamente ambicioso y global en materia de defensa;

16.  Pide medidas inmediatas para reforzar la seguridad y la defensa de la frontera nororiental de la Unión con Rusia y Bielorrusia mediante el establecimiento de una línea de defensa global y resiliente en los ámbitos terrestre, aéreo y marítimo para contrarrestar las amenazas militares e híbridas, entre las que se encuentran la utilización de la energía como arma, el sabotaje de infraestructuras y la instrumentalización de la migración; hace hincapié en la necesidad de coordinar e integrar los esfuerzos nacionales a través de instrumentos normativos y financieros de la Unión para acelerar su aplicación;

18.  Insta a la Unión y a sus Estados miembros a apoyar firmemente a Ucrania; recuerda su convicción de que en los campos de batalla ucranianos se decidirá el futuro de Europa y se cambiará de forma decisiva la trayectoria de la guerra de Rusia contra Ucrania; subraya que ahora este cambio depende casi por completo de Europa; insta, por tanto, a los Estados miembros a que suministren más armas y municiones a Ucrania antes de que finalicen las negociaciones; advierte de que, si la Unión fracasara en su apoyo y Ucrania se viese obligada a rendirse, Rusia se dirigiría entonces contra otros países, incluidos posiblemente los Estados miembros de la Unión; pide a los Estados miembros de la Unión, a los socios internacionales y a los aliados de la OTAN que levanten todas las restricciones al uso de los sistemas armamentísticos occidentales suministrados a Ucrania contra objetivos militares en territorio ruso; pide a la Unión y a sus Estados miembros que trabajen activamente para mantener y lograr el apoyo internacional más amplio posible a Ucrania, y encontrar una solución pacífica a la guerra, que debe basarse en el pleno respeto de la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, los principios del Derecho internacional, la rendición de cuentas por los crímenes de guerra y el crimen de agresión, y los pagos rusos por los daños masivos causados en Ucrania; insta a la Unión y a sus Estados miembros a que participen en el establecimiento de garantías de seguridad sólidas para Ucrania en el futuro;

19.  Cree firmemente que la Unión debe seguir ampliando y mejorando sus operaciones de entrenamiento a medida para responder a las necesidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania y, a cambio, crear condiciones para que las fuerzas armadas europeas extraigan enseñanzas y prácticas estratégicas de ellas; pide a los Estados miembros que sigan ampliando las operaciones de entrenamiento en favor de las Fuerzas Armadas de Ucrania, también en territorio ucraniano;

21.  Insta a la Unión a que desarrolle una «estrategia para Ucrania», en la que se definan objetivos claros para apoyar las capacidades de defensa de Ucrania y la integración de la BITD ucraniana en la BITDE, y a que encuentre los recursos necesarios para aplicar dicha estrategia, respaldando al mismo tiempo las actividades de la industria europea de defensa en Ucrania; propone la asignación de un presupuesto específico de miles de millones de euros al Instrumento de Apoyo a Ucrania del Programa para la Industria de Defensa Europea (EDIP) reservado exactamente para este fin; subraya que dicha estrategia para Ucrania debe formar parte de una estrategia de «defensa europea»;

24.  Pide un aumento significativo de la financiación del apoyo militar a Ucrania; pide, en este sentido, que se adopte rápidamente el próximo paquete de ayuda militar, que debería ser el mayor hasta la fecha y reflejar el nivel de ambición que exige esta coyuntura; pide a los Estados miembros de la Unión que comprometan como mínimo el 0,25 % de su PIB a la ayuda militar a Ucrania; condena el veto impuesto por un Estado miembro al funcionamiento del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz; pide a los Estados miembros de la Unión que, junto con sus socios del G7, incauten inmediatamente todos los activos rusos inmovilizados como base para una subvención y un préstamo sustanciales para Ucrania, como forma jurídicamente sólida y financieramente significativa de mantener y aumentar nuestro apoyo a las necesidades militares de Ucrania;

25.  Insta al Consejo y a los Estados miembros a que revisen y refuercen la aplicación de las sanciones vigentes y a que adopten y apliquen estrictamente medidas restrictivas contra todas las entidades y terceros países que faciliten la elusión de las sanciones, dotando al complejo militar ruso de tecnologías y equipos militares y de doble uso; insta a los Estados miembros a que presten especial atención a la flota clandestina rusa y a los riesgos para la seguridad y el medio ambiente que esto plantea;

41.  Cree firmemente que, en el contexto geopolítico actual, la puesta en práctica del artículo 42, apartado 7, del Tratado de la Unión Europea (TUE), relativo a la asistencia mutua, reviste la máxima importancia, garantizando la solidaridad entre los Estados miembros, especialmente aquellos cuya posición geográfica los expone directamente a amenazas y retos inminentes, independientemente de que sean o no miembros de la OTAN;

42.  Reitera la importancia de la cooperación entre la Unión y la OTAN, ya que esta última sigue siendo, para los Estados que forman parte de ella, un pilar importante de su defensa colectiva; insiste en que la cooperación entre la Unión y la OTAN debe continuar, en particular en ámbitos como el intercambio de información, la planificación, la movilidad militar y el intercambio de mejores prácticas, así como para reforzar la disuasión, la defensa colectiva y la interoperabilidad; pide, no obstante, que se desarrolle un pilar europeo de la OTAN plenamente capaz de actuar de manera autónoma cuando sea necesario; reitera su llamamiento para que se refuerce la cooperación —a través de acciones, no solo palabras— en materia de movilidad militar, intercambio de información, coordinación de la planificación, mejora de la cooperación en sus respectivas operaciones militares y mejora de la respuesta a la guerra híbrida destinada a desestabilizar todo el continente europeo;

77.  Apoya firmemente la idea de que los Estados miembros de la Unión deben aumentar su financiación de la defensa y la seguridad a nuevos niveles; observa que algunos Estados miembros ya han aumentado su gasto en defensa hasta el 5 % del PIB;

Sigue más, hasta el punto 89, pero supongo que esto os da una idea de la compulsión de los drogadictos que nos gobiernan.

Léase como se quiera, pero que en dos ocasiones se recoja lo de «en los campos de batalla ucranianos se decidirá el futuro de Europa» y se abogue sin tapujo alguno porque el 0’25% del PIB de cada estado europeo se destine al país 404 como «ayuda militar» no es otra cosa que una declaración de guerra. Una guerra en la que no están solo como enemigos todos los de la jungla (Rusia, China, Irán, Corea del Norte, África) sino algunos del jardín, como EEUU y hasta Turquía. La mención al artículo 42, apartado 7 del Tratado de la Unión Europea no es casual: están hablando de la «defensa colectiva», que implica ir a la guerra con independencia de si se pertenece a la OTAN o no. Esto es determinante para volverlo a repetir: lo que hace el esperpento del Parlamento Europeo es una declaración de guerra.

Son los delirios del drogadicto, decidido a autodestruirse. Europa no dura ni medio día en caso de guerra con Rusia.

Empieza a aparecer alguien que está dispuesto a dejar la droga y a reconocer la realidad. Esa realidad es que los nuevos sistemas de armas rusas, sin ser nucleares, «son muy superiores a cualquier cosa que tiene la OTAN» y que «los sistemas de defensa europeos existentes simplemente no están preparados para proteger contra esas armas».

Si los psicópatas y drogadictos europeos se tomasen en serio todo lo que dicen, es decir, tuviesen algún momento de lucidez mental, la consecuencia sería la ruptura de relaciones con Rusia, con China y con todos los salvajes de la selva que amenazan al jardín europeo.

Y todavía hay estúpidos, además de ignorantes (o precisamente por eso) que consideran que hay que votar en las elecciones a este esperpento. Pero claro, es un dinerito nada despreciable que sale, también, de nuestros bolsillos. Tendrían que dejar la droga, pero eso es imposible en el zombi europeo. En los drogadictos están incluidos todos quienes defienden a este zombi.

P.D.- Se supone que mañana habrá una conversación telefónica entre Trump y Putin.

(Publicado en el blog del autor, el 17 de marzo de 2025)

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