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La dentadura postiza. El lince

Terminó la cumbre de la OTAN. Comparada con la de la Organización de Cooperación de Shanghai de hace una semana, ha sido como la de quien enseña los dientes pero de inmediato te das cuenta que tiene dentadura postiza. Porque pese a toda la parafernalia lingüística, la OTAN es «un tigre de papel medio muerto», como dicen los chinos.

Primero, algunas referencias de la declaración final, aparte de la consabida «malignidad» (palabra que aparece en repetidas ocasiones), de Rusia.

  • «La República Popular de China se ha convertido en un facilitador decisivo de la guerra de Rusia contra Ucrania mediante su denominada asociación “sin límites” y su apoyo a gran escala a la base industrial de defensa de Rusia. Esto aumenta la amenaza que Rusia plantea a sus vecinos y a la seguridad euroatlántica. Hacemos un llamamiento a la República Popular de China, en su calidad de miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con una responsabilidad particular de defender los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, a que cese todo apoyo material y político al esfuerzo bélico de Rusia. Esto incluye la transferencia de materiales de doble uso, como componentes de armas, equipos y materias primas que sirven como insumos para el sector de defensa de Rusia. La República Popular de China no puede permitir la mayor guerra de Europa en la historia reciente sin que esto afecte negativamente a sus intereses y su reputación».

  • «La competencia estratégica, la inestabilidad generalizada y las conmociones recurrentes definen nuestro entorno de seguridad más amplio. Los conflictos, la fragilidad y la inestabilidad en África y Oriente Medio afectan directamente nuestra seguridad y la de nuestros socios. Cuando están presentes, estas tendencias, entre otras, contribuyen al desplazamiento forzado, alimentando la trata de personas y la migración irregular. Las acciones desestabilizadoras de Irán están afectando la seguridad euroatlántica. Las ambiciones declaradas y las políticas coercitivas de la República Popular China (RPC) siguen desafiando nuestros intereses, nuestra seguridad y nuestros valores. La profundización de la asociación estratégica entre Rusia y la RPC y sus intentos, que se refuerzan mutuamente, de socavar y remodelar el orden internacional basado en normas son motivo de profunda preocupación. Nos enfrentamos a amenazas híbridas, cibernéticas, espaciales y de otro tipo y a actividades maliciosas de actores estatales y no estatales».

  • «La República Popular China sigue planteando desafíos sistémicos a la seguridad euroatlántica. Hemos visto actividades cibernéticas e híbridas maliciosas sostenidas, incluida la desinformación, provenientes de la República Popular China. Instamos a la República Popular China a que cumpla su compromiso de actuar responsablemente en el ciberespacio. Nos preocupan los avances en las capacidades y actividades espaciales de la República Popular China. Instamos a la República Popular China a que apoye los esfuerzos internacionales para promover un comportamiento espacial responsable. La República Popular China sigue expandiendo y diversificando rápidamente su arsenal nuclear con más ojivas y un mayor número de sistemas de lanzamiento sofisticados. Instamos a la República Popular China a que participe en debates estratégicos sobre reducción de riesgos y promueva la estabilidad mediante la transparencia. Seguimos abiertos a un compromiso constructivo con la República Popular China, incluso para crear transparencia recíproca con vistas a salvaguardar los intereses de seguridad de la Alianza. Al mismo tiempo, estamos impulsando nuestra conciencia compartida, mejorando nuestra resiliencia y preparación, y protegiendo contra las tácticas coercitivas de la República Popular China y los esfuerzos por dividir a la Alianza».

  • «La Unión Europea sigue siendo un socio único y esencial para la OTAN. La cooperación OTAN-UE ha alcanzado niveles sin precedentes. Se ha reforzado y ampliado la cooperación práctica en materia espacial, cibernética, climática y de defensa, así como en tecnologías emergentes y disruptivas. En el contexto de Ucrania, la cooperación OTAN-UE ha adquirido mayor importancia. La OTAN reconoce el valor de una defensa europea más fuerte y capaz que contribuya positivamente a la seguridad transatlántica y global y sea complementaria e interoperable con la OTAN. El desarrollo de capacidades de defensa coherentes, complementarias e interoperables, evitando duplicaciones innecesarias, es clave en nuestros esfuerzos conjuntos por hacer más segura la zona euroatlántica».

Es la primera advertencia directa de la OTAN a China, y amenaza a China con pagar un precio por ello. Eso no es síntoma de fuerza, sino de debilidad. Objetivamente hablando, China no proporciona asistencia militar a Rusia. Es más, la acusación contra China fácilmente se vuelve contra el país 404, y contra la propia OTAN porque el mercado internacional está lleno de equipos, civiles y militares, fabricados en China y muchos de ellos, por ejemplo drones, están siendo utilizados por el país 404. Y lo mismo las armas de la OTAN suministradas al país 404, que cuentan con componentes chinos. Por mencionar otro ejemplo, de EEUU donde se reconoce que «la dependencia de la cadena de suministro china está presente en todas las plataformas de armas importantes, incluidos los portaaviones estadounidenses». Lo tenéis aquí.

Occidente se hipnotiza a sí mismo en el espejo y piensa que hipnotiza a los demás. No es más que propaganda. En las últimas décadas desde el fin de la Guerra Fría, la OTAN ha afirmado repetidamente, como ha vuelto a hacer ahora, que ampliar su esfera de influencia en Europa puede traer paz y promover la democracia. Sin embargo, en realidad no fue así. La expansión de la OTAN hacia el este pudo «mantener la paz» antes de 2008, no debido a las ventajas ideológicas de la OTAN, sino porque el poder duro de Rusia era demasiado débil e incapaz de resistir. Esta victoria dio a la OTAN una ilusión, como si recitar mantras realmente pudiera lograr todo lo que desea, y la debilidad de Rusia también dio a la OTAN razones para creerlo.

¿Por qué 2008? Por la guerra de Georgia. Entonces fue cuando Rusia demostró que había salido de la sombra de la desintegración de la Unión Soviética y tuvo el coraje de intervenir con la fuerza para garantizar su seguridad nacional. O sea, el mismo concepto que utiliza la OTAN. Lo lógico es suponer que lo que es válido para la OTAN lo es también para los demás. Pero no. Por eso lo de «orden internacional basado en normas». Las suyas.

La OTAN está siendo machacada en el país 404, pero al abrir un nuevo frente, como el chino, no solo demuestra la arrogancia neocolonial de Occidente, sino que avista el abismo.

Cuando yo hacía el doctorado, una de las asignaturas que cursé era «Investigación para la paz», basada en las enseñanzas de Johan Galtung, un noruego que se especializó en la investigación sobre la paz y los conflictos sociales. Por cierto, murió este mes de febrero con 94 años. Uno de los ejes de su teoría es de cajón: la seguridad no se puede alcanzar buscando la paz, sino a través de la paz. Comparad ahora lo que salió de la OCS y lo que sale de la OTAN y juzgad. Es la diferencia entre los neocolonialistas occidentales y el nuevo mundo multipolar ya existente. Los unos intentan conseguir esa seguridad imponiendo sus condiciones, los otros a través del acuerdo. Es algo que también me dijo en una ocasión Nelson Mandela, a quien tuve la oportunidad y el honor de entrevistar: «la paz tiene dos vertientes, una negativa y otra positiva. La negativa es la de la burguesía, paz igual a ausencia de conflicto. La positiva tiene que ser la nuestra, paz igual a resolución de las causas del conflicto».

La OTAN sigue no solo buscando enemigos, sino creando enemigos. Cuando se define la seguridad nacional en términos de disuasión, la existencia de enemigos es un requisito previo. Si no hay enemigos, todo este conjunto de lógica de pensamiento se desintegra.

Por eso la OTAN se expandió hacia el Este, rompiendo la promesa a Gorbachov, y ahora habla del Indo-Pacífico.

Pero toda esta estrategia de disuasión claramente ha fracasado en la «prevención de conflictos». No es solo el caso del país 404, sino el Mar Rojo, por poner un ejemplo muy visible. O Gaza. O Líbano. Y antes en Afganistán. Y en Siria.

Rusia llevaba desde el 2007, más o menos, avisando en contra de la expansión de la OTAN. Se la ignoró. Peor: Rusia supo que la estaban tomando el pelo cuando Occidente, Francia y Alemania en concreto, se rio en su cara al no obligar al país 404 a cumplir los acuerdos de Minsk. Eso llevó al bombardeo impune del Donbás durante 8 años.

Palestina lleva decenios reclamando sus derechos. El IV Reich sionista, antes conocido como Israel, lleva decenios impidiéndolo -con el apoyo occidental- basándose en la «disuasión». No ha funcionado.

La incapacidad de la llamada Operación Guardianes de la Prosperidad, fuerza naval creada y dirigida por el patrón de la mafia occidental, EEUU, para impedir los ataques hutíes a la navegación en el Mar Rojo también pone de relieve el fracaso de la teoría de la disuasión en Asia occidental. Basándose en sus prejuicios neocoloniales, en su arrogancia y prepotencia, Occidente no sólo subestimó las capacidades de las fuerzas armadas hutíes, sino que también sobrestimó el efecto de la proyección de fuerza occidental. Tampoco funcionó.

El tema del país 404, el aumento del gasto militar y la «amenaza china», además de la rusa, son los ejes que justifican la OTAN hoy en día. Todo eso lo envuelven en el concepto de «disuasión». Y creen que con eso han enseñado los dientes. Pude que sí, pero lo que se ve son dientes de una dentadura postiza.

(Publicado en el blog del autor, el 12 de julio de 2024)

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