¿La historia se repite como farsa? Andrés Piqueras
Tal día como hoy, hace 84 años, la Alemania nazi atacó la Unión Soviética.
«Hoy, a las cuatro de la mañana, sin presentar ninguna reclamación contra la Unión Soviética ni declarar la guerra, las tropas alemanas atacaron nuestro país, atacaron nuestras fronteras en numerosos lugares y bombardearon desde sus aviones a nuestras ciudades: Zhitómyr, Kiev, Sebastopol, Kaunas y otras, matando e hiriendo a más de doscientas personas. También se llevaron a cabo incursiones aéreas y bombardeos de artillería enemigos desde territorio rumano y finlandés«, declaró aquel día el canciller soviético, Viacheslav Mólotov.

En la foto: los efectivos del Batallón Nachtigall, compuesto por fascistas ucranianos bajo las órdenes de Stepan Bandera (mismos a los que hoy homenajean y levantan estatuas en la Ucrania renazificada), reciben las instrucciones finales de los oficiales nazis a las 3:15 a.m. del 22 de junio de 1941.
—-
Fue la mayor invasión que haya experimentado jamás la humanidad. La Wehrmacht había movilizado cerca de 3,2 millones de tropa hacia la frontera soviética, junto con un millón de soldados de países aliados y satélites, para iniciar una ofensiva general desde el mar Báltico hasta los Cárpatos, con la máquina de guerra terrestre y aérea más letal que hasta ese momento se hubiera conocido.
A la URSS le costó la pérdida de entre 27 y 30 millones de sus hijos/as -de los cuales sólo unos 8 o 9 millones eran combatientes-; 60 millones de personas quedaron mutiladas, fueron destruidas 32.000 empresas industriales, 65.000 kilómetros de vías férreas, 1.710 ciudades, 70.000 aldeas, 6 millones de edificios, 40.000 hospitales, 84.000 escuelas, 98.000 cooperativas agrícolas, 1.876 haciendas estatales. Los nazis trasladaron a Alemania 7 millones de caballos, 17 millones de cabezas de ganado, 20 millones de puercos, 27 millones de ovejas y cabras, 110 millones de aves de corral. La URSS tuvo una pérdida de más del 30% de sus riquezas, por un valor de unos 3 billones de dólares. Más de un 25% de la población quedó sin hogar y las infraestructuras de ese país fueron destruidas casi en su totalidad (Rodolfo Bueno, https://rebelion.org/el-9-de-mayo-dia-de-la-victoria/. 09/05/2019).
Ese ensañamiento estaba motivado por dos razones básicas. La primera y principal es que Rusia había realizado una revolución anticapitalista que se declaraba “en transición al socialismo”, y se había convertido en la URSS. La Revolución Soviética realizó la más rápida y profunda incorporación de derechos colectivos a las grandes masas de población que ha conocido la historia; masas que hasta entonces habían permanecido en estado de semivasallaje. Esto hizo que las potencias europeas hicieran caso omiso a los intentos de Stalin por sellar pactos de mutua ayuda en caso de ser atacadas por la Alemania nazi. Como ocurriera antes con la República española, lo que hicieron Inglaterra, Francia y otras “democracias” europeas fue esperar a que Hitler les hiciera el trabajo sucio (ya que la previa invasión a Rusia de aquellas potencias había sido derrotada en la guerra de 1918 a 1923).
La otra “gran razón” es que Alemania, último país de Europa en unificarse estatalmente en el siglo XIX, había llegado tarde a la carrera colonial imprescindible para la acumulación de capital, y tenía prevista su expansión hacia el este europeo-asiático, como forma de conseguir sus propias “colonias” (con sus recursos y poblaciones). En los planes de Hitler estaba la esclavización pura y dura de los pueblos eslavos, amén de otros euroasiáticos.
El fascismo se constituiría no sólo en una vía de acumulación capitalista radicada en una planificación económica y de agresión político-social y policíaco-militar visceral contra la fuerza de trabajo, fue, asimismo, el instrumento elegido por el capital corporativo internacional para lanzar una guerra de exterminio contra la Unión Soviética.
——
Hoy, el mismo 22 de junio, es el día elegido por Trump para atacar Irán. Los argumentos son parecidos a los de los nazis:
«¡Pueblo alemán! En este momento se está llevando a cabo el mayor despliegue de tropas en extensión y volumen que el mundo haya visto jamás» –
Adolf Hitler, 22 de junio de 1941.
«Este es un momento histórico para Estados Unidos, Israel y el mundo» –
Donald Trump, 22 de junio de 2025
—–
Con ello EE.UU. bien puede estar iniciando la fase final de la Guerra Total, hacia el enfrentamiento directo con Rusia y China, o a su acoso y derribo una vez se vieran aisladas.
Lo que ocurre es que el último paso previo de ese objetivo final, Irán, puede ser un hueso demasiado grande y duro para la decaída dentadura del Eje Anglosajón-sionista y sus subordinados de la OTAN. Acabar con Irán cuesta algo más que bombardearla desde el cielo.
Aquí la encrucijada en la que se halla la humanidad es clara: si Irán fuera destruida, como previamente en esta Guerra Total lo fueran Iraq, Yugoslavia, Líbano, Libia, Siria… se pondría fin a los BRICS, a los corredores estratégicos asiáticos, a la arquitectura de conexión mundial china -especialmente a su Nueva Ruta de la Seda-, así como a eso que ahora llaman el “Sur Global”. El Eje Anglosajón-sionista lo sabe bien, y por eso lleva a cabo el que pudiera ser uno de sus últimos desesperados intentos de frenar al Mundo Emergente, violando la Carta de la ONU y toda la legalidad internacional una vez más, amén de entrar en una dinámica de todo o nada donde de salirle mal puede empezar a marcar, ahora sí de forma ya inocultable, su decadencia también militar y no sólo económica.
De momento, la base militar-nuclear del Imperio Occidental destacada en Asia, eso que algunos llaman “Israel”, está en una más que difícil posición: sin retaguardia territorial ni energética, con muy escasa población, con una economía literalmente hundida, sin recursos naturales propios, debe ser permanentemente asistida por USA y los subalternos europeos para poder sobrevivir.
En el otro lado, Rusia y más aún China, saben que no pueden permitirse esa pérdida. Su diferencia en recursos, población, retaguardia energética, infraestructuras, economía, es tan abismal, que el Imperio Occidental liderado ahora por EE.UU. bien puede haber comenzado su acto final después de 500 años de dominación.
La mayor parte de lo que fueron periferias del Sistema Mundial capitalista, antes llamadas «Tercer Mundo» y hoy «Sur Global» y «Este Global», son plenamente conscientes de lo que se juegan en esta agresión del Imperio contra Irán, que marca un punto de inflexión de su Guerra Total contra la Humanidad. El rey va quedando más y más desnudo ante el mundo, y con ello cualquier atisbo de legitimidad y hegemonía se le escurre también como el agua entre las manos.
¿Llevará esto a la opción nuclear por desesperación?
¿La Historia se repite sólo como farsa o puede que de manera más trágica aún?
Hace 84 años sabemos cómo acabaron los invasores. Esta derrota puede ser aún mucho más contundente y definitiva.
—-
Advertencia: si buena parte de la oficialidad nazi fue integrada tras la guerra en organismos estadounidenses, dictaduras varias y en la OTAN, esta vez no quedará ningún imperio para acoger a los grandes responsables. El Imperio Occidental, con el Eje Anglosajón-sionista al frente, tendría por fin que rendir cuentas por sus múltiples y horrendos crímenes.
(Publicado en el blog del autor, el 22 de junio de 2025)