La Operación “Vuelvan Caras” y la Noche de San Bartolomé
“Los de mí época dirán que es un disco rayado. La muchachada de ahora, que es un chip. Pero la cantaleta es la misma: se meten en un golpe militar y después gimen que era una misa de aguinaldo al aire libre. Es el reiterado “yo no fui” de una derecha qué en 20 años, no ha podido superar su caletre viral. Impresiona cómo el joven autoproclamado este 2019, se parece cada día más al anciano autojuramentado en 2002. El mimetismo tiene una exactitud que no se da en la naturaleza.”
“No fue un golpe” por Earle Herrera
Desde mediados de marzo, poco más o menos, los EEUU tomaron conciencia plena de que era totalmente imposible derrotar militarmente a la revolución bolivariana. La invasión -directa o indirecta-, de las fuerzas armadas de los EEUU, había fracasado en varias ocasiones. Primero bajo la forma de operación combinada entre los paramilitares colombianos y los desertores venezolanos, con impulso, financiación y planificación de los EEUU. La entrada a las bravas de la gran misión humanitaria y la infiltración de paramilitares armados colombianos y CIA ocurriría bajo y sobre los puentes: Las Tienditas venezolano; y el Simón Bolívar, internacional. Ambos se repartieron la tarea.
El puente internacional (venezolano-colombiano, aunque construido por Venezuela) serviría para empujar los contenedores que solo traían armas y algunas raciones de combate medio podridas. Sus ramales de carretera constituían un campo de batalla entre la “multitud” que había acudido al gran show musical “Concierto por la Libertad” del día antes, y los grupos bolivarianos mucho más numerosos; el segundo, Las Tienditas, sería –bajo sus arcos-, una zona perfecta de infiltración armada, de formación de unidades de combate y de concentración de tropas irregulares; es decir: de paramilitares y de mercenarios de la Blackwater, y compañías subcontratadas. Los paramilitares colombianos harían su labor de amedrentamiento y transporte de armas de combate. Algunos desertores de las FANB servirían de guías y de cobertura.
Frenazo en seco y en mojado
El apoyo militar de Colombia, Brasil, los países de la OEA y del Grupo de Lima, con el asalto posterior de cuarteles que sirviese de coartada para un “rescate humanitario” y la invasión necesaria para ello, fue frenado en seco por la posición firme de las FFAA bolivarianas y las intervenciones del Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello y del Delegado (Protector) del Gobierno de Maduro, en el Estado de Táchira, Freddy Bernal.
No está de más decir que toda la maniobra humanitaria, que ya era contraria en origen al derecho internacional, se convirtió en un gran fiasco y, más tarde, en una caja sin fondo de la que se aprovecharían Guaidó y sus compinches. El presidente “autoproclamado” succiona como una lapa todos los fondos entregados por la USAID gobernada por la CIA, la NED del Pentágono y otras organizaciones; fondos públicos y privados, no sin disputas feroces por el botín con sus asociados.
Más tarde su enorme ansiedad copulativa para trasladar los bienes de Venezuela a los propios bolsillos le llevaría a apropiaciones que si bien le vinculan más al depredador global le crean muchos enemigos en la “escuálida” oposición fascista venezolana.
El segundo intento: líderes en disputa, pequeños grupos armados, guarimberos y Falsimedia
La segunda intentona con las características de golpe de estado se dio el 30 de abril en el distribuidor de Altamira, justo al lado de la Base Aérea de La Carlota, con dos candidatos a la presidencia en funciones, el “autonombrado” Guaidó y su jefe partidario de Voluntad Popular, Leopoldo López.
Llegaron algunos vehículos militares, varias ametralladoras de grueso calibre, tres o cuatro decenas de militares fuertemente armados; algunas docenas más de guarimberos de las cuadrillas de los entonces –por pocos minutos-, líderes supremos: Leopoldo el Grande y Guaidó el “Autonombrado”. Estas cuadrillas mixtas intentaron asaltar la base aérea trepando, entre botes de humo y pequeñas bombas, las rejas de protección de la misma y esperando que La Carlota se amotinara y se incorporara a la fiesta de un Ejército sublevado y de un pueblo clamando por la caída del Presidente Maduro.
¡Vamos a tumbar a Maduro!
La idea, sabemos hoy –después del nuevo intento de golpe que se quedó en preparativo y fanáticas intenciones-, fue de Leopoldo López y constituyó la base de un descrédito total entre las huestes fascistas opositoras y entre los dirigentes también fascistas de los Estados Unidos que son, por cierto, los que financian, autorizan y organizan o aprueban todos estos intentos; los que bloquean Venezuela y los responsables de una guerra económica, con el saqueo de recursos y el robo de los fondos bancarios y reservas petroleras y de oro del país. Su intención es matar a los venezolanos de hambre. Ablandarlos. ¿Qué les importan los muertos, hombres, mujeres y niños, con una buena cobertura mediática?
Historias increíbles
Los oficiales presentes contaron historias increíbles sobre cambios de objetivos, armado de unidades, y engaño sobre los movimientos y misiones encomendadas. Durante los primeros minutos, Guaidó y López (o viceversa) miraron displicentemente, cada uno al otro, por encima del hombro, concentrados -y al mismo tiempo perdidos- en el horizonte lejano de la Historia.
Momentos después, al ritmo de un buen documental de acción, ambos llamaban frenéticamente a las unidades militares que “ya estaban saliendo” (según decían, en directo, para los noticieros y televisiones locales e internacionales que constituyen otra fuerza de guerra: Falsimedia). Los personajes menores se ocupaban, celular en mano, de que los “movilizadores” arrastraran a las masas de los distritos próximos a Altamira.
De “Vuelvan Caras” a… ¡Cambien Caras, carajo!
Esperaban también al pueblo pero las unidades militares “afectas” no se movieron y el pueblo no respondió a la llamada. Poco a poco cambiaron las caras: más la de Don Leopoldo (el jefe), que se veía ya entre rejas; menos la del “auto proclamado” que se sentía relativamente apoyado frente a la justicia por sus amigos de EEUU.
Esperaron algunos minutos más para completar los buenos encuadres y guiones grabados y se fueron a la Plaza de Altamira, segundo plató, segundo escenario, lugar histórico del golpismo de la extrema derecha venezolana. Nada, allí ni un alma. Apenas algunos saludos encubiertos y algunos gritos silenciosos. ¡Viva gua…i! Gritaban sotto voce y para no decir nada que pudiera ser oído o interpretado. Los grandes carros con los un poco más pequeños líderes salieron a gran velocidad de la Plaza de la Contrarrevolución.
Finalmente, Leopoldo saltó de embajada en embajada, por cuestiones de comodidad, dice; y Guaidó se perdió en la zona Este de Caracas donde puede esconderse en alguno de los lugares previamente dispuestos, sin pasar por las necesidades y agobios del pueblo de los que es gran responsable
; con agua, refrigeración, generador eléctrico, electrodomésticos, piscinita y acondicionador si se necesita. Y carros rellenitos de gasolina porque como diría durante el “golpe continuo” uno de los conjurados, refiriéndose a las gasolineras, anticipando la gloria y el éxito del terrorismo contra las distribuidoras de gasolina: “¡Quememos las gasolineras! ¡Objetivo papita, papayita (…) atacar, incendiar, sabotear!”. “Sin gasolina, nada se mueve, no puede defenderse el tirano Maduro”.
El golpe continuo o continuado
Durante una asombrosa y muy bien documentada rueda de prensa el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, dio cuenta de un nuevo golpe de estado, con varios Grupos de combate. Eran y son los llamados Sucre, Lander, Ulises.
Empezarían a actuar durante los días del pasado 23 y 24 de junio, después de una larga preparación de al menos 14 meses.
Ese tiempo fue lo que duró la infiltración de los servicios de seguridad de Venezuela (SEVIN), en los distintos grupos de sospechosos que se fueron organizando e identificando poco a poco. El trabajo es tan minucioso y tan cuidadoso, tan compartimentado y tan hermético que él, hasta hace muy poco, Jefe del SEVIN, general de brigada Cristoffer, antiguo Jefe del servicio de Inteligencia no pudo enterarse de nada. Ahora está residiendo en EEUU, pasando información insignificante y habitual en estos casos, a la CIA[1].
Los medios utilizados por los golpistas serían de extrema violencia, incluidos asesinatos de máximos dirigentes bolivarianos, dirigentes barriales y hasta el 95% de los generales de las FANB y (se supone), de la GNB y de la Milicia Bolivariana. Cuando cuentan esa barbaridad hablan solo de Caracas.
Los métodos propuestos son muy variados aunque todos están incluidos en un tótum revolútum que demuestra la absoluta miseria moral de los participantes, inductores y financiantes del golpe, y la extrema brutalidad resultante que llega al asesinato, la matanza (selectiva o indiscriminada).
Sin posibilidad alguna de evaluar, ni siquiera aproximadamente, los actos y asesinatos y matanzas previstas, podemos citar las acciones plenamente documentadas que aparecen en las vídeo-conferencias y las declaraciones voluntarias de algunos procesados e interrogados.
El día y la Noche de San Bartolomé
- Asesinato de los números 1 y 2. Es decir del Presidente Nicolás Maduro y su esposa Cilia Flores (primera combatiente), y la inmediata exposición pública de sus cadáveres como condición primera y necesaria para la victoria. Sin esta verificación pública de sus muertes el golpe –dice Cliver Alcalá Cordones-, estaba condenado al fracaso y no podría continuar. Esta es la condición del establecimiento del terror.
Sin lugar a dudas, esta condición prevista como única y necesaria por uno de los generales que asistieron a las reuniones que fueron grabadas, sería generalizada para los cargos principales cuya muerte estaba ya prevista y listada.
El seguimiento de los mencionados nº 1 y nº2 se estaba realizando en tiempo real y los ejecutores estaban en Venezuela. Esperarían para realizar los asesinatos a recibir órdenes si bien estas tendrían unas horas de plazo para su ejecución. Alcalá Cordones, que dice apoyar a Guaidó, “por el momento”, manifiesta también que el “autoproclamado” ha expresado su conformidad con este modelo de acción y de terror. Haciendo referencia a los EEUU, sus promotores, Guaidó utiliza un eufemismo muy americano: “colabora” con este planteamiento.
De Hasan Husein y Gadafi a Pinochet
Los golpistas de Venezuela habían visto, sin lugar a dudas, las imágenes de Sadam Hussein y de Muamar el Gadafi; ahorcado el primero y muerto a palos y cuchilladas, en plena orgía de humillación, el segundo. Aquellos hechos fueron realizados, por órdenes de los EEUU y ejecutados por sus aliados y mercenarios.
-El asesinato de los principales asesores y colaboradores de Maduro, también mencionados en los documentos audiovisuales: Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente; y Freddy Bernal uno de los principales miembros del PSUV y delegado del Gobierno en el estado de Táchira.
Dado el contexto en el que hablan los golpistas, no es posible dejar fuera de la matanza reclamada por el general que demanda y asume la responsabilidad de ser el Jefe del Golpe; la de los ministros, gobernadores estatales, alcaldes y todos los funcionarios nombrados por cada uno de ellos. La imagen que surge ahora es el de la represión de Pinochet en Chile.
-El Gran Golpe (realizado bajo la dirección de 100 miembros de los servicios secretos de Israel supondría, como acción preventiva, el asesinato de no menos que el 95% de los generales de las FANB. Los fascistas venezolanos hablan de listas elaboradas y todavía no intercambiadas por ellos (supuestamente –ellos son muy concisos-, para que “no se escape ni uno”). Es evidente que tras los generales serían asesinados por las bandas fascistas sus subordinados fieles. Es el terror en su máxima magnitud. Como método.
Lo que ocurriría después de este descabezamiento público de los líderes (incluida la presentación ostentosa de los cadáveres), sería la matanza, la emulación, el alarde sangriento y la escabechina.
Como la Noche de San Bartolomé interpretada por el fascismo venezolano y, sobre todo, por los servicios secretos de Israel y de los EEUU, que participarían y dirigirían la matanza o, para ser más precisos, por los jefes de alguno de los Grupos de Tarea encargados de los asesinatos. Todo esto lo demuestran, con evidencia plena, las video conferencias entre los implicados –algunos con imágenes y voces-, y las declaraciones de los detenidos grabadas (vídeo y audio, la mayoría), posteriores a las detenciones de algunos conjurados.
Cuesta trabajo asumir la frialdad, incluso la prepotencia, con la que los conspiradores y detenidos asumen, se vanaglorian y casi compiten por aceptar y superar las brutalidades propuestas. La declaración general que las engloba a todas es realizada también por el salvaje genocida Cliver Alcalá Cordones que dice algo así como: “Tenemos que destruirlo todo para derribar a Maduro”[2]
El golpe fue frustrado
El golpe fue frustrado por el seguimiento continuo que el Servicio de Inteligencia Venezolano (SEVIN) hizo sobre cada uno de los implicados que en número creciente (captación) se iban sumando al complot. Uno de ellos fue el Jefe del SEVIN, Manuel Christopher Figuera, uno de los principales integrantes del intento de golpe de ellos Estado del 30 de abril contra el presidente venezolano Nicolás Maduro. Se encuentra hoy en EE.UU. según reveló una entrevista publicada por The Washington Post. Publica como “oro informativo” casi punto por punto, las mismas acusaciones que se emplearon en su día para desacreditar a determinados gobiernos que se oponían a los EEUU.
El seguimiento y la inteligencia (en sentido orgánico y como facultad personal o colectiva, como puntualizaría el ministro Jorge Rodríguez, permitió atar cabos, resolver grandes y pequeñas dificultades, relacionar y crear el organigrama incompleto y de continua revisión, con nombres, alias correspondientes, cargos militares o profesionales, tareas a realizar por cada uno de los implicados, vínculos, etc.
El Organigrama del Golpe es complejo. Las tareas de los golpistas se superponen y se reclaman como propias en momentos de euforia y de desafío. Se marcan distancias, se comparan compromisos, se discute sobre las aportaciones de cada cual, sus méritos anteriores en relación con los ataques y conspiraciones contra la revolución bolivariana y sus líderes históricos o actuales.
Se negocian con dureza los pesos específicos de cada uno y –con algún disimulo-, las prebendas, en cargos o billetes, que se esperan.
Habla Jorge Rodríguez, Ministro de Comunicación Social:
La Urdimbre
La primera palabra que utiliza el ministro es Urdimbre para denominar la compleja trama conspirativa y la relación entre los nodos (centros), principales de la misma. Urdimbre es la “maquinación o disposición cautelosa contra alguien o para conseguir algún designio”. Por lo tanto la disposición contra alguien (el asesinato de los dirigentes de la República Bolivariana, de sus líderes sociales, de sus militantes, o de sus instituciones), o la maquinación igualmente cautelosa para conseguir el designio de un cambio de sistema político acorde con los financiadores e impulsores de primer grado (los EEUU), es el objetivo común que comparten. Los dirigentes bolivarianos y sus bases de apoyo: dirigentes sociales, militantes, son sus objetivos básicos.
Guaidó aparece como jefe de lo que Jorge Rodríguez denomina Ala terrorista colombiana que es coordinada desde Colombia por Cliver Alcalá Cordones, ex Mayor General que se “autoproclama” como Jefe de la Operación al mismo tiempo que señala que el político beneficiado por el golpe será Guaidó. Apoyos y designios internacionales, fundamentalmente el de los Estados Unidos obligan.
Juntos, como explican los manuales de los EEUU. Compiten para asegurar la dependencia ante Washington
Así pues, observa el ministro, se trata de una segunda “autoproclamación” coordinada desde Colombia por Cliver Alcalá Cordones, ex mayor General que se “autoproclama” como Jefe de la Operación.
Mientras Guaidó tiene que competir con Baduel –dice irónicamente Jorge Rodríguez-, Cliver tiene que competir con Alias Marina.
De modo que, Cliber Alcalá compite con Alias Marina un general que ha salido del olvido.
Guaidó compite con Baduel en el cargo de Presidente Provisional. Cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes. No obstante, Guaidó goza de la preferencia de los Estados Unidos y de los demás estados que “están por debajo”.
Así pues, Baduel es el segundo “autoproclamado” como presidente provisional.
Su historia es compleja. Está en la cárcel por robar fondos del Ministerio de Defensa y atentar contra la unidad de la nación ya en tiempos de Chávez. El general que conspiró con él en aquellos años es, precisamente, Arias Mariscal, otro de los ahora conjurados.
El prestigio de Baduel en los primeros tiempos de la Revolución había sido muy notable. Se apropio la acción militar que liberara a Chávez el 14 de Abril del 2002 pero, en realidad, su cuartel fue rodeado por las multitudes chavistas y el siguió la corriente popular que era incontenible, colaborando en la toma de Miraflores y el derrumbamiento del gobierno de Carmona (primer autonombrado), que pudo huir a Bogotá.
Acciones militares y violentas
-Toma de la base militar de la Carlota. Allí iba a ser llevado Raúl Baduel desde su centro de detención en el SEVIN donde se encuentra recluido desde el año 2009. Según las investigaciones que hace Jorge Rodríguez, Baduel sería trasladado –una vez que los conspiradores confirmasen el éxito del golpe a uno de los canales de la televisión pública. Allí en conexión nacional sería nombrado “Presidente de Venezuela”.
-Se habían previsto las siguientes acciones que han siso resumidas en diversos artículos e informaciones: Bombardeo del Palacio de Miraflores sede de la Presidencia y el Gobierno venezolano para detener al Presidente Nicolás Maduro y a su esposa Cilia Flores.
-Robo de 140.000 cartuchos de ametralladora para la acción de los agentes israelíes y de los Grupos de Combate que los necesitasen.
-Robo de vehículos militares blindados, de armamento y de oro en las bóvedas del Banco Central de Venezuela.
-Asesinar, indiscriminadamente a líderes sociales de los barrios más populares del Oeste de Caracas.
Cliver Alcalá coordina las operaciones y, por si ese mando le resultase insuficiente para acumular méritos, tiene planes para coordinar las acciones con uno de los hijos de Baduel: Josnar Adolfo Baduel Oyoque.
Habla con naturalidad de llevar a cabo varios planes de exterminio en coordinación con la Sección de retirados de la Policía Nacional.
Entre ellas está la de asesinar a los líderes sociales de las parroquias más populares de Caracas. Un francotirador los vigila, avisa de sus convocatorias a los grupos bolivarianos cuyo punto de reunión se conoce previamente, observa cuando ésta se realiza y activa el disparador de la bomba. De un solo golpe de palanca más de 50 muertos.
Josnal Baduel comenta haber tenido conversaciones con los miembros de la Sección de Policía Nacional (retirados) para “trancar” (cerrar) las vías principales de entrada a Caracas.
Dice haber tenidos “reuniones adelantadas” con varios personajes más que le aseguran la participación de 100 efectivos israelitas. Tales conversaciones tienen un contenido fundamental fijar: la disponibilidad inmediata, el compromiso de actuar de forma sin retrasos tras un aviso que tiene que producirse horas antes de la intervención. También se comprometen a no actuar por cuenta propia. No puede repetirse el desastre de Leopoldo López. Advierten de que el grupo israelita está en Venezuela pero que con aviso previo suficiente pueden contar con efectivos paramilitares organizados en Colombia.
Hablan un coronel y un teniente coronel golpistas venezolanos sobre contingentes golpistas, la existencia de dos golpes y el Primer objetivo: Contingente 700 hombres+1000 más.
Objetivos: “Eliminar los Sukhoi (Sukhoi Su-30)
“Los Sukoy se pueden meter bajo la tierra….
“El objetivo número 1 para nosotros son los cubanos, el objetivo de todos los venezolanos” (…) Matar a todos los cubanos”.
(Soto Manzanares y Sánchez Farías son los implicados en la conversación)[3]
“Ya sabemos hasta los sueños que sueñan”
Con estas palabras el Ministro para la Información y Comunicación popular, Jorge Rodríguez, informa de la infiltración de todas y cada una de las reuniones audiciones radio y video-conferencias realizadas por los conspiradores. Al pueblo de Venezuela y también a los golpistas da datos del número de horas de grabación hechas por Servicio de Seguridad sobre las que el Gobierno Bolivariano someterá a la opinión pública a medida que sea necesario.
¡Lo que van a ver ustedes en estos vídeos y grabaciones solo es una pequeña parte de la información que tenemos!
“Ya sabemos hasta los sueños que sueñan”
Les informa además de quienes asistieron a la reunión más importante, de cuantos han sido detenidos, y de cuantos lo van a ser en las próximas horas.
Quienes participan según grafico que presenta el ministro Jorge Rodríguez, explicando de cuadro en cuadro:
Alias Simón
Báez Torrealba
Abogado Alias “Arcángel”: Ángel Ortiz
Supuesto enlace israelí Joshua Bolívar
Antonio Rivero
Cobarde Alias “Peregrino”, cobarde…
Eduardo José Torrealba
Alias Peregrino
¡Cobarde!, repite el ministro de Información y Comunicación Social
No tienen ni el menor atisbo de dignidad. Esto que digo no son especulaciones son hechos.
Es labor de días…No mostramos hipótesis… mostramos testimonios…
Seguidamente señala la coincidencia entre las declaraciones de los Presidentes de Colombia y de Chile: Iván Duque y Sebastián Piñera, anticipando lo que iba a ocurrir días u horas en Venezuela, en todos los momentos críticos de la agresión de los Estados Unidos con mediación de los grupos fascistas de Venezuela: en Cúcuta, durante el concierto y horas después, el día 15 de Abril. “Los días de Maduro están contados”.
Piñera.
Iván Duque: “la solución de Venezuela debe darse… a través de un golpe militar”
Lo sabían… resume Jorge Rodríguez
No son adivinos, lo sabían, eran financistas. No son adivinos…
Las enormes diferencias
Hay elementos clave de distinción entre los fascistas y los revolucionarios:
Uno son los anticuerpos que poseen los segundos, sus atributos esenciales:
-El primero es la unidad, fundamentalmente la unidad de las FANB.
- El segundo es la moral.
-El tercero es la inteligencia. No solo la Inteligencia institucional en tiempo real sino la inteligencia personal de sus agentes.
-El cuarto es la participación colectiva e individual. Lo mismo el oficial que la tropa. Los ciudadanos y ciudadanas también participan de esa inteligencia.
-Finalmente la inteligencia y la ventaja estratégica que permite la vigilancia durante 14 meses y la comunicación de resultados cuando resulta indispensable para lo política de paz y la defensa de los ciudadanos y ciudadanas de Venezuela, así como el avance del socialismo en Venezuela. A fin de cuentas es la que resulta de la experiencia de muchos años de lucha contra la contrarrevolución.
Exjefe del SEBIN se esconde en EE.UU. tras el fallido intento de golpe en Venezuela
[1] Aurora Rodríguez interpretando al gran Oswaldo Guayasamín.
[3,3,3] No es textual, pero exacta en su contenido. Esta grabada en una de las reuniones de los conjurados.
El ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, denunció en conferencia de prensa que en el plan del golpe fallido del pasado 30 de abril estuvo involucrado el Mayor General en retiro Cliver Alcalá Cordones para dirigir la operación y coordinar acciones para traer a mercenarios israelíes -apoyados por Estados Unidos- que se encargarían de asesinar al presidente Nicolás Maduro y a su esposa Cilia Flores, así como al presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello. teleSUR
https://actualidad.rt.com/actualidad/319151-exjefe-sebin-esconderse-eeuu-intento-golpe
[4] https://www.youtube.com/watch?v=RSnYygAZzfA
[…] La Operación “Vuelvan Caras” y la Noche de San Bartolomé […]