Lo que no se ve es lo que importa
En la sociedad del espectáculo todo, absolutamente todo, tiene que ver con lo que se ve. Pero eso no es lo que importa. Lo que importa es lo que no se ve. Como en la nueva agresión del régimen fascista israelí contra Gaza (que no contra Palestina).
Contra Gaza porque se está poniendo de manifiesto que es una forma de arropar a Al Fatah ante las anunciadas y luego suspendidas elecciones. Unas elecciones que ganó Hamás hace muchos, muchísimos años (2006), y que por eso no fueron reconocidas por la famosa «comunidad internacional» y sus no menos famosos «valores democráticos». Hamás logró 76 de los 132 escaños. Todo un palo para los demócratas de toda la vida. Quince años después, 15, los demócratas de toda la vida ven de nuevo las orejas al lobo y tienen que destruir a Hamás para que en otras elecciones ganen los suyos. Y no, la cosa no les va a salir bien.
Contra Gaza porque se está poniendo de manifiesto que la OLP no existe más que en el imaginario de los burócratas de toda la vida (incluyendo a la izquierda) y que es inoperante, nuevamente, salvo para mantener la entelequia (y las subvenciones).
Pero en Gaza se está poniendo de manifiesto la importancia no solo de resistir, sino de atacar. Y eso es lo que importa. Porque si algo tiene de importante esta nueva agresión es que el régimen fascista de Israel no se ha atrevido a poner un pie dentro de Gaza. O sea: tiene miedo. Aunque no lo parezca.
La resistencia no actúa sobre la base de que está preocupada por dejar de actuar ante los ataques a la población civil (clásico en el régimen fascista de Israel) sino sobre la base de proteger a Jerusalén como eje central de la causa palestina (y lo que significa de lucha contra la limpieza étnica). Lo que no hacen los colaboracionistas de la mal llamada «Autoridad Palestina» ni la OLP lo están haciendo tanto Hamás como la Jihad Islámica.
La resistencia está teniendo la capacidad de infligir un enorme daño al régimen fascista de Israel. Y eso es lo que no se ve, pero que es lo que importa y por lo que el régimen fascista de Israel se avendrá a un alto el fuego aunque lo revista de triunfo. Un daño que ya se puede cuantificar y que se traduce en una pérdida del 28% en la bolsa de valores de Tel Aviv (desde el momento en que cayeron misiles en esta ciudad), en que el 26% de las fábricas están cerradas por completo en el área alrededor de Gaza y en que las que no lo están en el resto de Israel han reducido sus operaciones en un 17%. Sumad a ello que los vuelos se han suspendido en los aeropuertos Ben Gurion (Tel Aviv) y Ramon (Eliat).
Es la primera vez que algo así ocurre y es una muestra del poder militar de la resistencia. Y el mundo está viendo (aunque no lo muestre en sus imágenes) las capacidades de bloqueo que supone una continuidad de la agresión. Esto representa un nuevo equilibrio estratégico que todo el mundo tiene que tener en cuenta. El régimen fascista de Israel está atacando con una estrategia de fuego remoto y los palestinos están respondiendo con lo mismo, con fuego remoto (además de la batalla de las ideas y de recuperar Jerusalén). El régimen fascista de Israel está obligado a poner fin a la agresión para reducir las pérdidas y no solo económicas sino de imagen.Y me atrevo a adelantar que habrá un vínculo claro entre el nuevo alto el fuego y Jerusalén.
Está por ver cómo el mundo árabe va a asimilar lo que está pasando, si hay una revitalización de la resistencia o no (no solo a nivel militar, sino popular), pero hay una nueva realidad sobre el terreno. El régimen fascista de Israel no logra crear una imagen de victoria (a pesar de los medios de propaganda y de que las imágenes de destrucción de Gaza son más «impresionantes» que las de Ashkelon, Ashdod o Tel Aviv) y la batalla ya está en un sentido paralelo que va más allá de los muertos porque está ligada al tamaño de las pérdidas. Y para el régimen fascista de Israel son enormes y no tiene nada que ver con los muertos. Porque aquí hay que introducir otra ecuación: Hizbulá. Porque si después de casi dos semanas no puede con Gaza, menos va a poder contra alguien mucho más preparado.
Y, por cierto, el mito de la famosa «Cúpula de Hierro» ha desaparecido igual que desapareció la eficacia de los misiles anti-misiles «Patriot» en Arabia Saudita. Y eso con misiles de no mucha precisión. Irán está sonriendo.
Adenda del día 18.- Hoy se ha conocido que el régimen fascista de Israel ha reconocido que su plataforma de gas natural Tamar está desconectada desde que en sus proximidades cayesen varios misiles lanzados por Hamás el martes 11. La plataforma gasística está a 24 km de Ashkelon. En previsión de otros ataques, el ejército del régimen fascista ha ordenado el «cierre parcial» de todas las plataformas de gas de la zona y la suspensión de la producción «hasta nuevo aviso».
(Publicado en el blog del autor, el 18 de mayo de 2021)