Los cerdos hurgan en el estiércol, pero tienen un plan. El lince

Es otra matanza más, pero da igual: el Occidente colectivo es un inmenso montón de mierda y solo su destrucción podrá salvar a la humanidad.

La nueva matanza de palestinos, reflejada en el hospital de Gaza bombardeado por los sionistas, lo vuelve a dejar muy claro. La sociedad occidental está en descomposición y no hay nada que hacer, salvo que despierte y haga saltar por los aires a todos y cada uno de sus gobiernos. Las manifestaciones están bien, pero son insuficientes: hay que pasar al boicot activo. En primer lugar, contra los productos israelíes. En segundo lugar, exigiendo el cumplimiento de los acuerdos con el régimen sionista que, como el Acuerdo de Asociación UE-Israel del año 2000, establece que está basado «en el respeto a los derechos humanos y principios democráticos … lo que constituye el elemento esencial de este acuerdo» (art. 2). Dado que no es así, como está a la vista de todo el mundo, la ruptura del mismo. A partir de ahí, todo lo demás.

El estercolero mediático está llegando a extremos que ni siquiera ha tenido con su apoyo a los neonazis del país 404, antes conocido como Ucrania. Y eso cuando los perpetrantes de la matanza se vanagloriaban de la misma.

Su chulería y prepotencia les llevó a esto, porque este psicópata es el portavoz de Netanhayu. Dada la magnitud de la matanza, se comenzó a cambiar el discurso y es lo que ahora está acompañando el estercolero occidental. El Occidente «democrático» sigue haciendo su trabajo intentando que la matanza sea al menos «incomprensible» para los zombis de sus súbditos. Harán todo lo que sea para enterrar la responsabilidad bajo un montón de basura. Su basura. El Occidente «democrático» es como los cerdos hurgando en la basura.

A los cerdos occidentales le está saliendo, por el momento, algo caro todo esto. Hoy está el cerdo supremo, el presidente de EEUU, en Tel Aviv para arropar y consolar al régimen sionista de Israel. Pero no solo, como luego comentaré. Y lo está haciendo tras haber visto cómo la cumbre que estaba anunciada en Jordania con este país, con Egipto y con la mal llamada Autoridad Palestina ha saltado por los aires con la matanza. Los colaboracionistas temen a sus calles y han considerado que no es «apropiada en estos momentos» (sic) esa reunión. La ira popular está ahí, a flor de piel.

Efectivamente, en estos momentos nadie en su sano juicio -de los colaboracionistas árabes- puede iniciar un diálogo político con Occidente. Porque un crimen de esta magnitud no puede encubrirse únicamente con posiciones, declaraciones o condenas más o menos oficiales.

Mal asunto para los cerdos occidentales, porque lo que iban a hacer era presentar su plan para Gaza y que consiste en una tutela externa total para evitar una invasión terrestre sionista. La situación ha llegado a un punto en el que tal plan tal vez no convenga a los sionistas, pero ahora no les queda otra.

Antes de la matanza los cerdos occidentales se estaban moviendo frenéticamente para preparar un plan que lograse los objetivos israelíes de forma «suave». Es lo mismo que ocurrió en los primeros días de la agresión a Líbano en 2006, cuando parecía que los sionistas iban a arrasar y se presentaron varias «ofertas» a Líbano para, a cambio de exigir la rendición de la resistencia de Hizbulá, «evitar la destrucción del país y el éxodo de personas». No cuajó y Hizbulá terminó derrotando a los sionistas tras 33 días de enfrentamiento.

Algo parecido está ocurriendo ahora. Algún sector de los colaboracionistas palestinos de la mal llamada Autoridad Nacional está tan asqueado con la matanza que ha filtrado el plan Occidental, estadounidense sobre todo (el resto de occidentales son vulgares lacayos), que consistiría en lo siguiente:

1.- Anuncio por parte de EEUU de una «tregua humanitaria» de unas horas para permitir a los “extranjeros” salir de la Franja de Gaza a través del cruce de Rafah, a cambio de ingresar parte de la ayuda de socorro, siempre que Naciones Unidas supervisen la distribución de esta ayuda.

2.- Para evitar la «continuación de la operación militar» del régimen sionista de Israel, «los países árabes influyentes» deben acordar «una tutela externa sobre la Franja de Gaza» como parte de un plan destinado a desarmar a las fuerzas de resistencia. Esos países serían Egipto, Jordania, Qatar, Arabia Saudita y Turquía, a los que acompañaría la mal llamada Autoridad Palestina.

3.- Bajo la cobertura de estos países, la mal llamada Autoridad Palestina controlaría todas las instituciones y fuerzas de Gaza, se disolverían todas las estructuras político-militares de Hamás.

4.- «Investigar la idea de desplegar fuerzas extranjeras a lo largo de la frontera entre la Franja de Gaza» y los territorios ocupados, y ampliar la zona de amortiguación entre la Franja y sus alrededores, incluso si eso requería demoler barrios, ciudades y campamentos.

5.- Destrucción de túneles de la resistencia.

6.- «Entregar a todos los rehenes a la Autoridad Palestina», que gestionará un intercambio de prisioneros con las fuerzas de ocupación, tras la liberación inmediata de todos los civiles y sin condiciones.

7.- «Los países árabes asuman y supervisen directamente cualquier proceso de reconstrucción y garanticen que Hamás y el resto de fuerzas de resistencia no se beneficien del asunto», y que Egipto imponga una nueva realidad de seguridad que le permita supervisar directamente todo lo que ocurre dentro de Gaza.

Sea esta o no la propuesta final de los cerdos occidentales, si el cerdo supremo se la presenta al sionista Netanhayu o no -y es lo que estaba previsto en un primer momento, antes de la matanza-, hay que ver la respuesta árabe que, otra vez insisto lo del «por el momento», está siendo muy cautelosa y ya no se atreven a reprimir con la fuerza de estos días las movilizaciones pro-palestinas en sus calles. Curiosamente, la sido la mal llamada Autoridad Palestina la que no ha dudado en dar órdenes a su policía para que «disparase al aire» para disolver esas manifestaciones en Cisjordania de apoyo a Gaza. Ningún otro país árabe ha llegado a este extremo.

(Publicado en el blog del autor, el 18 de octubre de 2023)