Los cien días de Juanita Calamidad
En la historia del mundo ha habido una Juanita Calamidad (Calamity Jane) que a finales del siglo XIX hizo de todo en EEUU: desde asesinar sioux lakota y cheyennes para el Ejército a trabajar de lavandera, prostituirse o figurar en el espectáculo circense de Búfalo Bill. A fin de cuentas, hay que comer.
Un siglo y medio después, tenemos tanto otro Juanito como otra Juanita. Estamos a punto de llegar al segundo aniversario del intento de golpe de Juanito (Guaidó) Calamidad en Venezuela y ahora se acaban de cumplir los cien días del intento de golpe de Juanita (Tijanovskaya) Calamidad en Bielorrusia. Los dos trabajan para el ejército de EEUU (y los de la UE), los dos se han prostituido vendiendo a sus países, pero ninguno de los dos ha encallecido sus manos lavando sus miserias y lo suyo es espectáculo de circo sin la menor duda.
Una constante de los llamados medios alternativos es que siguen sistemáticamente la estela de los medios de propaganda de la burguesía. En cuanto un tema desaparece de los medios de propaganda de la burguesía, desaparece de los llamados medios alternativos. Y si hay excepciones, estas confirman la regla. Pocas veces se analiza por qué les interesa a los medios de la burguesía determinados temas y no otros.
Uno de los temas que ha desaparecido como por encanto -porque Occidente ha perdido, básicamente- es Bielorrusia, y se acaban de cumplir cien días desde el intento de derrocamiento de Lukashenko. En este tiempo nuestra Juanita Calamidad (Tijanosvskaya) ha seguido la estela de su predecesor, Juanito Calamidad (Guaidó), y con los mismos resultados: ninguno. Que si huelga general -¿sabéis que para el 26 de octubre se había convocado una que no tuvo lugar?-, que si boicot al consumo, que si sanciones internacionales, que si… Nada de nada. Sanciones de sus proxenetas sí, pero nada más.
Hace un par de semanas en Bielorrusia ocurrió algo inédito: el surgimiento de la «oposición constructiva». Dije que Lukashenko era un mago y que cuando a un mago se le ven los trucos deja de ser mago. Me equivoqué. Aún le quedaba alguno oculto: crear esa «oposición constructiva» es uno de ellos. Y no me queda ninguna duda que lo ha hecho siguiendo las sugerencias de Rusia.
Ya entonces, cuando lo escribí, Lukashenko había anunciado reformas constitucionales -algo que llevaba en su campaña electoral- y de distribución de poderes sin especificar. Algo se ha comenzado a mover en ese sentido. El 10 de octubre fue liberado uno de los candidatos contra Lukashenko, el empresario Yuri Voskresensky, alguien bien visto en Rusia, por cierto, y desde entonces es un firme partidario del «diálogo constructivo» incluso desde la televisión. Se está convirtiendo en la antítesis de Juanita Calamidad.
Así, se acaba de crear la Mesa Redonda de Fuerzas Democráticas que se antepone al Consejo de Coordinación de la Oposición que encabeza Juanita Calamidad y que está reconocido por el Parlamento Europeo como «representación interina legítima de Bielorrusia». Los ataques de ésta no se han hecho esperar y ahora Lukashenko ocupa un lugar muy secundario en toda la trama «opositora». Es entre ellos donde se está librando la batalla.
Calamity Jane era, además, una mentirosa compulsiva: entre otras mentiras, hizo correr la especie de que había formado parte de las fuerzas del general Custer, el que fue derrotado por una coalición de pueblos mandada por el sioux oglala Caballo Loco en Little Big Horn (Pequeño Gran Cuerno), cuando nunca fue así. Lo mismo que nuestros Juanito y Juanita, que son dos vendedores de nada y fabuladores natos. Nuestra Juanita está reconocida por Europa («representación interina legítima»), como el Juanito («presidente interino» para unos, «presidente encargado» para otros»), y ahora se está desgañitando para que la Europa no reconozca a Voskresensky. No vaya a ser que el dinero que le llega sea menos o no le llegue si es que Europa, sobre todo EEUU y Polonia, deciden que hay que repartir los fondos para la «sociedad civil».
La cosa se ha puesto tan difícil para las fuerzas de Juanita Calamidad que acaba de anunciar que se ha formado un Consejo Coordinador de la Oposición «dentro del país» para combatir contra la Mesa Redonda de las Fuerzas Democráticas y que estará en la clandestinidad. Juanita Calamidad, acompañada en esta ocasión por Svetlana Aleksievich para dar algo de fuerza a su historia, dice que «Occidente no comprende lo que está pasando en Bielorrusia».
La cosa no sería reseñable si no fuese porque desde Bielorrusia se ha acusado a Juanita Calamidad de todo porque lo poco que queda del llamenos «anterior» Consejo Coordinador de la Oposición dice no tener noticias del nuevo y que ellos siguen funcionando. O sea, que ahora hay dos Consejos. O tres, con los de la «oposición constructiva».
Hasta ahora la apuesta de Occidente por Juanita Calamidad no ha dado sus frutos, como tampoco las décadas de «sanciones selectivas» contra Bielorrusia. La imagen de los embajadores europeos depositando flores donde murió un manifestante (¿habéis visto algo similar en Bolivia tras el golpe de Estado, en Chile o en Perú?) está ya muy lejos. Ahora en Occidente se está comenzando a hablar de cómo Juanita Calamidad está comenzando estar desfasada porque no es posible «impedir la influencia económica china en Europa» que tiene en Bielorrusia uno de sus centros, secundario, pero importante y «el abrazo ruso».
Por si todo ello fuese poco, Lukashenko acaba de sacar otro truco de su chistera de mago: acaba de anunciar que «antes de fin de año se tiene que resolver la cuestión de la creación de organizaciones sindicales en todas las empresas privadas» y que aquellas que no lo hagan «serán liquidadas». Lo poco que ha habido de protestas y huelgas siguiendo el llamado de Juanita Calamidad, la última este pasado 26 de octubre, han sido cierres patronales y no huelgas obreras propiamente dichas. Lukashenko ha tomado nota. Dado que mal o bien los trabajadores no están siguiendo los llamamientos de la «representación interina legítima», el tener sindicatos dentro de estas empresas privadas le va a garantizar a Lukashenko un control sobre estas empresas dado que es desde arriba desde donde se impulsan estos sindicatos. Es bastante obvio que el Estado considera que esto fortalece su control sobre el sector privado. Y que tiene toda la sartén por el mango. Juanita Calamidad tendrá que seguir con sus apariciones circenses por Europa para ganarse (bien) la vida.
(Publicado en el blog del autor, «El territorio del lince«, el 23 de noviembre de 2020)