Más vivo que muerto
El tema de las elecciones en EEUU daba y da para hablar mucho, pero no en la tónica que lo vienen diciendo los medios de propaganda europeos cuando alaban el ascenso de mujeres y de los demócratas. Quienes se atreven con la audacia hablan con arrebato de que han triunfado «las minorías» y «las estrategias innovadoras». Incluso hay quien dice que sólo se eligió a un tercio de los candidatos apoyados directamente por Trump como una forma de decir que Trump fracasó. Para nada.Las elecciones han dicho que Trump está más vivo que muerto. Mucho más.
Como a mí me gusta ir contra corriente, me tomo la molestia de dejar pasar unos días y hurgar un poco. Y lo que encuentro es que la clase obrera, sí, la clase obrera, ha votado en masa a los republicanos. Es decir, EEUU sigue la estela neofascista de todo el resto del mundo y, de forma especial, de Europa. Mirad este mapa.
Lo que veis es una concentración del voto clara y, lo más sorprendente, que fuera de las franjas costeras y de los enclaves negros e hispanos, el voto ha sido masivamente republicano. Es decir, que ha sido un voto blanco y lumpen en su gran mayoría. Lumpen en el sentido de que ya no son personas marginadas o marginales, desarraigadas socialmente -como en la significación original utilizada por Marx- sino personas que tienen miedo a perder su trabajo o que lo han perdido. Fueron ellos y ellas quienes elevaron a Trump y son quienes le están sosteniendo. Además, se constata que el voto rural ha sido republicano y el urbano, demócrata.
Marx hablaba de la importancia de la clase obrera como la más dinámica del sistema capitalista y la que iba a llevar a cabo la transformación revolucionaria. Eso se llevó a cabo en Rusia en 1917. Aunque hablaba del lumpenproletariado, no lo veía como importante en ese proceso pero sí que podía actuar de forma reaccionaria si la clase obrera llevaba a cabo esas acciones revolucionarias contra el sistema. Pues es lo que está pasando. Hoy triunfa el neofascismo porque no hay clase revolucionaria alguna y el lumpenproletariado es muy fácil de intrumentalizar con el odio y el miedo, siempre a mayor gloria de esa lucha de clases que los «progres» dicen que no existe.
Hoy son las «profesiones liberales» quienes han apoyado a los demócratas estadounidenses, mientras que son los obreros quienes lo han hecho a los republicanos. La propaganda sobre el robo de empleos por los extranjeros (China, por ejemplo) y los inmigrantes está calando muy fuerte en todo el mundo occidental y es lo que da alas al fascismo.
En lo que atañe a la geopolítica, el triunfo de los demócratas en el Congreso no es alentador precisamente. Porque son tan o más rusófobos que ese sector republicano que se ha enredado al cuerpo de Trump como una serpiente. Y tan o más chinófobos que los republicanos.
Malos tiempos para la lírica. Aunque, por otra parte, chinos y rusos ya han llegado a la conclusión de que no hay nada que hacer con EEUU. Puede que China y EEUU firmen una paz honorable en el tema de los aranceles, pero no será más que una tregua en lo realmente importante: fortalecer y avanzar en sus posiciones, sobre todo por parte de China que tiene ahora más recursos que EEUU. Y lo mismo en el caso de Rusia. Puede que Rusia y EEUU firmen una paz honorable en alguna zona de Siria (como Al-Tanf, por ejemplo), pero todo seguirá igual en Ucrania y en las sanciones. Y los dos países siguen preparándose para cualquier eventualidad, sin prisas, sin pausas y sin miedo.
China acaba de presentar en sociedad dos grandes avances innovatorios que ponen de los nervios a EEUU: drones aéreos y marítimos. El dron aéreo tiene alas desplegables, por lo que puede ser lanzado desde portaaviones (y esa es la novedad) a través de lanzaderas de un tipo similar a los misiles y sin que se requiera para ello base terrestre alguna. El dron marítimo tiene capacidad para disparar cuatro misiles-torpedos y hace que China sea el primer país que da el paso de los barco-drones en unos momentos en los que está muy calentito el Mar de China.
Rusia, por su parte, acaba de anunciar el despliegue de sus misiles hipersónicos, que estarán plenamente operativos a finales del año 2019. Dos regimientos estarán «listos para la batalla» el año que viene, seis en 2027. EEUU tiene que correr mucho si quiere igualar a rusos y chinos, porque eso de su «superioridad militar» es ya muy cuestionable.