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Navidad en Bilad al-Sham, fiesta histórica, nacional y religiosa. Pablo Sapag

Aunque muchos occidentales no lo saben, el 25 de diciembre es fiesta nacional en Siria, Líbano, Palestina, Jordania e Irak. En Líbano también lo es el 7 de enero, que igualmente es fiesta nacional en Egipto, atendiendo a que la inmensa mayoría de los cristianos egipcios pertenecen a la Iglesia Copta y sus ramas, que como otras iglesias orientales se rigen de acuerdo al calendario juliano. En ese almanaque el séptimo día del primer mes del año está consagrado a la Natividad del Señor, que el calendario gregoriano sitúa el 25 de diciembre.

Y son fiestas nacionales por partida triple.  En primer lugar lo de “nacional” se refiere a que así son consideradas en el calendario oficial –nacional- del Estado, siendo no laborables para toda la población, independientemente de la religión que profesa cada cual. En tal sentido, son fechas tan señaladas como la Pascua de Resurrección, el Eid al-Fitr (final de Ramadán), el Eid al-Ádha (Celebración del Sacrificio) o el Nacimiento del Profeta Mohammed. Todas ellas igualmente fiestas nacionales. Tanto como los respectivos días de la Independencia o de alguna sonada victoria frente a la entidad sionista israelí, como el 6 de octubre o Tishreen en Siria y Egipto.

Sin embargo, son también nacionales porque los hechos que se conmemoran esos días no son mitos o leyendas aprendidos de segunda mano y confundidos con ritos pagano-campesinos del norte de Europa. Son episodios de la larga Historia de Bilád al-Sham . Jesús nació allá y era físicamente como la gente de allá. No en vano, la Historia del Arte consagró el llamado “modelo sirio” como patrón canónico primigenio a la hora de representar a Jesucristo, que además vivió en Bilad al-Sham hasta los 33 años en un contexto sociopolítico muy concreto: el de la ocupación romana. Y la Historia dota de identidad nacional a los pueblos. Tanto como la experiencia social.

Multiconfesionalidad

La esencia más profunda de las regiones que forman esa Siria histórica que es Bilád al-Sham, es la multiconfesionalidad social. Y así es porque en un mismo espacio físico cohabitan e interactúan cristianos y musulmanes de distintas denominaciones de manera absolutamente natural. Ocurre porque el cristianismo nació allá o porque la Siria histórica fue la primera zona de desarrollo del islam. Por eso los musulmanes conmemoran el nacimiento de Jesús, al que consideran un profeta esencial. Por eso también los cristianos respetan en público o de hecho el ayuno  de sus compatriotas y se suman a las ceremonias de ruptura del mismo al ponerse el sol en el mes de Ramadán. Unos y otros comparten adornos y tradiciones, mientras las televisiones públicas ofrecen indistintamente las ceremonias de cada una de estas confesiones religiosas y sus muchas ramas.

Austeridad

Este año, como ya desde hace muchos, tanto la Navidad como el mes de Ramadán, son extremadamente austeros en Bilád al-Sham. Las medidas coercitivas unilaterales de EE UU y la Unión Europea contra Siria y el expolio de sus recursos; el cierre del crédito impuesto al Líbano; el permanente bloqueo y asedio a Palestina; la desestabilización interesada de Irak y Egipto y la crisis económica consecuencia de todo ello en toda la región, incluida Jordania, explican en muchos casos los árboles apenas intermitentemente iluminados o los menús escasos en las mesas.

En muchos hogares el sueldo medio no se cuenta por centenares de dólares, sino solo por unas pocas decenas y hoy un kilo de carne en los suqs (mercados) de Homs, Bagdad, El Cairo, Amman, Belén o Trípoli bordea los diez dólares. En todo caso, lo esencial nunca han sido las comidas opíparas, sino el sentido profundo de estas fiestas triplemente nacionales.

Así, y a diferencia de los países occidentales, en los que en muchos casos la Navidad ha quedado reducida a una pura orgía consumista, en Bilád al-Sham no solo conserva su carácter religioso e histórico, sino que es una ocasión para renovar el sentimiento nacional de sociedades que desde siempre son intrínsecamente multiconfesionales.

(Publicado en Diario Sirio-Libanés, el 22 de diciembre de 2022)

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