Ni chicha ni limoná. El lince
«Usté no es ná, no es chicha ni limoná, se lo pasa manoseando, caramba zamba, su dignidad». Víctor Jara redivivo. «¿La cosa va pá delante y no piensa recular?». Imposible. La cosa ya reculó desde el primer momento, impidiendo ir pá delante. Víctor Jara se estará revolviendo. Este es el resumen del fracaso del referéndum constitucional en Chile.
Los argentinos tienen fama de ser un país en un diván del psicoanalista. A partir de ahora, este lugar debe ser ocupado por los chilenos. En 2020 casi el 80% estaba a favor de cambiar la constitución pinochetista. En 2022 casi el 62% se queda con la constitución pinochetista.
¿El pueblo se ha dejado engañar por la derecha, como dicen ahora los derrotados? Seguro. El pinochetismo controla los medios de propaganda, mintió y difundió falsificaciones sobre la constitución, el miedo se instaló en todas partes. Cierto. ¿Y? ¿En qué país no ocurre eso? ¿El gobierno y sus apoyos son tan ingenuos como para no tenerlo en cuenta? Seguro. En Chile y en Marte. Así son todos los «progres» del mundo mundial (véase el ejemplar caso de Syriza en Grecia, al que sigue en estulticia el de Podemos en el Estado español; el caso de los Verdes en Alemania no es el mismo).
Aplicando la máxima marxista de lo principal y lo secundario, todo lo anterior para mí es secundario. Lo principal es que un gobierno con grandes expectativas ha sido, está siendo, el de los grandes desengaños. Porque lo que no se ha hecho, en ningún lugar donde gobiernan los «progres», es coger la escoba y barrer, aunque en Bolivia se está haciendo algo en este sentido. No se hizo en Brasil con la primera etapa de Lula, ni en Argentina, y no se está haciendo en Colombia.
Tampoco en Chile, que ha perdido la ocasión histórica para ello. Por el contrario, lo que se ha hecho ha sido más de lo mismo, como la represión a los mapuches. Ha mantenido en sus puestos a los responsables de la represión de las movilizaciones, los presos por ellas siguen presos, ha militarizado la Araucanía… y lo que vendrá. Eso no le ha dado votos por la derecha, pero se los ha quitado por la izquierda. Sin la menor duda. La «segunda ola progresista», como se ha dicho, vuelve a tropezar en la misma piedra.
Al igual que en otras partes, hay razones objetivas que no ha podido manejar el gobierno como la pandemia o la crisis energética que han venido de fuera, pero hay otras que no ha sabido encarar como el combate de la penetración de los cárteles de la droga mexicanos y colombianos, sobre todo colombianos, que ha generado un importante sentimiento de inseguridad. Pero esto tiene mucho que ver con la alineación internacional del país y su estrechamiento de lazos con el gobierno de Colombia (el anterior de Duque) en su obsesión contra Venezuela. El caso de los migrantes venezolanos y los ataques contra ellos no hay que perderlo de vista, por lo que ha supuesto de racismo y miedo añadido. Y el nuevo gobierno no ha variado un ápice esas alianzas y continúa su obsesión enfermiza contra Venezuela, Cuba y Nicaragua. Es decir, mantiene su vasallaje de EEUU. Eso no le ha dado votos por la derecha, pero se los ha quitado por la izquierda.
Que en las comunas populares haya sido muy mayoritario el rechazo a la constitución propuesta indica una gran decepción con el gobierno y sus apoyos. Es lo que tienen las transformaciones a medias. ¿Traición? No lo creo. Boric y los suyos son un proyecto del capital, como en otras partes, para destruir cualquier proyecto emancipador presente o futuro. Ya antes de estar en el gobierno se posicionaban contra todo lo que se movía fuera del sistema y criminalizando la protesta social. El capital está brindando doblemente, una de ellas porque ha logrado destruir el movimiento emancipador en solo dos años. A buen seguro que Lula ha tomado nota y reforzará aún más su alianza con los sectores derechistas anti-Bolsonaro.
Sumad a esto la esquizofrénica actitud del gobierno argentino, que pide ser miembro de pleno derecho de los BRICS pero se echa en brazos del FMI pese a que los BRICS tienen un banco propio, el Nuevo Banco de Desarrollo. Si quieres ser socio de algo ¿no sería lógico acudir a alguna de sus instancias, sobre todo cuando de lo que se trata es de créditos en unas condiciones u otras? Porque los créditos que ha ofrecido el NBD no han incluido las condiciones de ajuste estructural que impone el FMI en salud, educación, transporte, vivienda y desarrollo productivo de las pequeñas y medianas empresas, como ya ha reconocido el gobierno que hará.
«La segunda ola progresista» latinoamericana ha muerto antes de nacer. Por mucho Lula que valga. Y Gustavo Petro y Francia Márquez estarán buscando cómo añadir ingredientes para su plato «vivir sabroso». A buen seguro que quitan lo picante para que sea un plato «a gusto de todos» (léase «unidad nacional», como dice ahora el gobierno de Boric).
PD.- Mucho rollo propagandístico con la nueva primera ministra británica, de nuevo lo secundario, pero lo principal está en otra parte: el racionamiento de energía obligará a los británicos a no cocinar hasta las 8 de la tarde, los pubs cerrarán a las 9 de la noche y se están planteando que las escuelas infantiles estén abiertas solo 3 días a la semana. A ello hay que sumar que ya hay cierres de dos fundiciones de aluminio y una acería por la elevada factura energética. Porque cuando un medio «popular» y sensacionalista hace esto, es que algo anda mal, muy mal en Gran Bretaña.
Por cierto, la campaña «No pagues» ha alcanzado la cifra de 170.000 personas decididas a no pagar sus recibos de luz y gas el 1 de octubre en Gran Bretaña.
¡Ah!, y un dato desconocido del Estado español pero que indica el hecho de la obsesión autodestructiva europea con los nazis de Ucrania: Azuliber, una empresa puntera en Europa en producción de arcilla atomizada, materia prima que se usa en la producción de azulejos y baldosas cerámicas, acaba de comunicar el cese total de su producción y pone un ERTE para sus 117 trabajadores aduciendo «los altos precios del gas» y la «incertidumbre regulatoria».
(Publicado en el blog del autor, el 6 de septiembre de 2022)