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O alguien más cuerdo o más loco

No hay término medio. Trump se ha deshecho del psicópata por excelencia, John Bolton, el Consejero de Seguridad Nacional de EEUU. Habrá que ver a quién nombre ahora, porque…

Hay que achacar a muchos factores esta decisión. Basta un pequeño recordatorio para ello, desde China a Rusia pasando por Irán, Venezuela, Corea del Norte, Siria, Afganistán… Todos sonoros fracasos en la política exterior de EEUU.

Sin embargo, hay que hacer mención a Irán como uno de los factores desencadenantes de esta decisión, si no ha sido el determinante. La campaña de presión máxima contra Irán está recibiendo una respuesta iraní que no esperaba EEUU y no solo en el Golfo Pérsico. El derribo del avión espía, la decisión de ir desligándose progresivamente del acuerdo nuclear -utilizando las palancas que le permite ese mismo acuerdo- en virtud de los incumplimientos de la moribunda Unión Europea, el enfrentamiento directo con Gran Bretaña por el petrolero, el llevar ese petrolero a Siria para dejar todo su cargamento, etc., son cuestiones no pequeñas. Si además se tiene en cuenta que los aliados de Irán están muy activos en Yemen, y no digamos el caso de Hizbulá, el papel de Bolton solo puede considerarse como un fracaso.

Un fracaso al que añadir Venezuela (Bolton, junto a Pompeo, ha sido el principal valedor del títere Guaidó) y Corea del Norte, donde Bolton fue quien se cargó las posibilidades de acuerdo en la reunión de Hanoi al insultar directamente a Kim Jong-un. Por no hablar de Afganistán o de Siria, países donde siempre se ha opuesto a la retirada de tropas que le gustaría a Trump.

Porque el legado de Bolton, y el de Pompeo, que no faltará mucho para que siga su camino, es espectacular, especialmente en lo que respecta a Irán: China se ha convertido en el principal socio comercial de Irán firmando un lucrativo acuerdo por valor de 400.000 millones de dólares que no será en dólares sino en renminbis, yuanes. Esto, dicho así, ya es bastante: desdolarización a gran escala. Pero es que el pilar central de este acuerdo es la inversión del equivalente a 280.000 millones de dólares en los sectores de petróleo, gas y petroquímicos. Luego ¿sanciones, qué sanciones? El resto, o sea, esos 120.000 millones restantes, es para la mejora de la infraestructura del transporte básicamente. En otras palabras: Nueva Ruta de la Seda a tope.

Junto a ello, China esta comprando petróleo iraní a precios más que apetecibles, con descuentos que van desde el 12% hasta el 20%. Se dice que las sanciones estadounidenses al petróleo iraní han hecho que la producción diaria haya bajado de 3’8 millones de barriles diarios a 2’2, de los que exportaría unos 700.000 aproximadamente y que de esa cantidad China estaría comprando unos 220.000. Sea cierto o no, lo que sí es cierto es que Irán vende y China compra, por lo que EEUU no puede vanagloriarse, como lo viene haciendo, de que está impidiendo el comercio de petróleo iraní.Y resulta que ese comercio tiene un principal comprador, que no es un cualquiera: China, que desafía abiertamente a EEUU.

No solo eso, sino que China está mediando con los países árabes hasta ahora más beligerantes con Irán, como es especialmente el caso de los Emiratos Árabes Unidos y, de rebote, con Arabia Saudita, para normalizar las relaciones con Teherán.

Así que bien por el legado de Bolton, no cabe duda. Bueno, una duda sí: si Trump decide nombrar en su puesto a alguien más cuerdo o más loco.

1 Comment

  1. Me ha llamado siempre la atención el traje
    inicial de la así llamada activista sueca Gre-
    ta Thunberg. No le basta su calidad de mo-
    zuela jovencísima para parecer incarnar la
    Inocencia en persona; es que esta recia ca-misa y tales trenzas componen la indumen-
    taria menonita clásica.
    Los menonitas constituyen, esto sí, una comunidad tolerante y, sobre todo, incon-
    dicionalmente pacifista. Pero tal vez nos
    hallamos ante el disímulo de otro disímu-
    lo; por dirigirse el mensaje de la Thunberg
    a un público juvenil no tan leído(pese a
    tratarse en unos 80% de chicas, más pro-
    pensas a la lectura que los mancebos de
    hoy en su inmensa mayoría), a éste no le
    importa tanto el origen exacto de la supues-
    ta pureza de nuestra reverendita, aún si se
    trata de una figura ‘pars pro toto’ de cierta
    Coalición Cristiana – una no tan tolerante
    y menos pacifista todavía.
    Es más: para su discurso ante las Naciones
    Unidas – melodramático hasta el no va
    más – cambió algo de aspecto: decidió
    andar de Pippi Medialarga. Entonces pasó
    de la predicación a la publicidad – para un
    icono de la infancia femenina en todo el
    mundo(de mucho más nivel que Barbie, es-
    to sí), más un poquitín de orgullo sueco(¡la
    cara bonita de la supremacía nórdica!), y
    sobre todo el famoso ‘sentido común’.
    Benevolencia aparente a la perfección, en
    suma. Pero una intervención del papa Fran-
    cisco vía vídeo se apagó – ¡justamente al to-
    mar la Thunberg la palabra! Tal cosa nun-
    ca pueda suceder por accidente en la insti-
    tución tan superprofesional que es la sede
    central de las Naciones Unidas.
    Y durante toda esta ‘ecogala’, siguen en cur-
    so los preparativos de los Estados Unidos, de la Unión Europea aliancista, de Israel y de
    Arabia Saudí para la gran contienda militar
    contra Irán. Con su tremendo impacto me-
    diático, nuestra moza reverenda ha logrado
    desviar totalmente la atención mundial – de
    Europa noroccidental sobre todo – del Orien-
    te Medio y hacia – el cielo; allí está el Clima,
    la Atmósfera, sin límites ni fronteras. Todo
    bien.
    Parece si no probable, sí imaginable que to-
    do el ‘Greta Act’ puede ser una preparación
    psicológica de la población mundial para la
    guerra inminente. Apenas iniciada la misma,
    el precio del petróleo por litro daría un salto
    hacia cinco o más dólares – y todo el mun-
    do tendría que lanzarse a la ‘revolución energética’ total y brutal: prohibición de to-
    da motorización privada, de la cría vacuna,
    ovina y caprina si no ya de todas las carni-
    cerías y salchicherías, desahucios ‘ecoló-
    gicos’, millones de fallecimientos cardía-
    cos en el Sur luego del apagón por ley(o de-
    creto)del acondicionamiento del aire.
    Pero la guerra seguiría su curso, casi segu-
    ramente a escala mundial; y los líderes no
    dejarían de volar, cada uno en su avión per-
    sonal, según demostraron las señoras Mér-
    kel y Kramp-Kárrenbauer igual que el señor
    Maas durante sus idas para Nueva York,
    representando la tan modélica Alemania.
    El Juicio Final ya terrenal entonces a la más
    anabautista, por la gracia de Greta Thun-
    berg: el infierno para la gente llana, y el pa-
    raíso, para los ricos y poderosos. Más o
    menos según los presagios de Serguei Kur-
    guinyan, fundador-director de Sut Vreme-
    ni, citados en ‘La voz de las luciérnagas’,
    de la gran Sara Rosenberg.

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