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Palestina: incremento del genocidio. Cristóbal León Campos

El reconocimiento de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre la hambruna provocada por Israel en la Franja de Gaza, aunque llega muy tarde, debe servir para incrementar la presión internacional por el fin del genocidio y la liberación de Palestina de la ocupación del ejército sionista, pues como se ha señalado más de 500 mil palestinos se encuentran en una condición “catastrófica” que se extiende por todo el territorio invadido y que, sin duda, es “un fracaso de la humanidad y un crimen de guerra” que deberá ser juzgado por las leyes internacionales procurando que, ahora sí, nunca más se repita un crimen de lesa humanidad como el que hoy nos hace cuestionar el futuro mismo de la humanidad.

El gobierno sionista de Benjamin Netanyahu, ha puesto en marcha su anunciado plan de invasión y control total de Gaza; primero, aumentando otros 60 mil reservistas movilizados para preparar próximas acciones militares contra la población palestina desamparada, ya que como se ha informado, más del 80 por ciento de las víctimas, desde el 7 de octubre de 2023, son civiles palestinos desarmados e indefensos, sobre todo mujeres, infantes y personas de la tercera edad.

Segundo, Netanyahu desestimó el reciente informe de la ONU sobre la hambruna en Franja de Gaza, calificándolo de una “mentira absoluta”, para después afirmar que “Israel no tiene una política de hambruna, sino de prevención de la hambruna”, para finalmente excusarse al mencionar que “refutar mentiras siempre lleva más tiempo que inventarlas”. Lo que reitera el cinismo inhumano del mayor criminal en la actualidad en el mundo.

Tercero, el sionismo israelí, sin importar que Hamas manifestó estar dispuesto a entablar negociaciones en los últimos días y establecer una tregua temporal, incrementa los ataques a la población, mantiene el bloqueo a la ayuda humanitaria y pone en riesgo la vida de los rehenes de su propio país, lo que ha generado protestas de más de 500 mil personas al interior de Israel, que exigen a su gobierno un alto al fuego para procurar un intercambio de rehenes, pero el sionismo desvalora la vida de sus conciudadanos culpando a la resistencia palestina, sin aceptar su responsabilidad visible a toda luz.

Cuarto, el ejército sionista de ocupación realizó un llamado para que los hospitales fueran evacuados y abandonados, a lo que el Ministerio de Salud de Gaza respondió que rechaza “cualquier medida que socave lo que queda del sistema de salud tras la destrucción sistemática llevada a cabo por las autoridades de ocupación”, y enfatizó que “tal medida privaría a más de un millón de personas de su derecho a recibir atención médica y pondría en peligro inminente la vida de residentes, pacientes y heridos”. Como se sabe, desde el incremento del genocidio, Israel a bombardeado deliberadamente la infraestructura de salud de Palestina, provocando una grave crisis y la muere de cientos de personas que no pudieron recibir atención médica adecuada, así como el fallecimiento de médicos, enfermeras y demás personal, incluidos integrantes de la Cruz Roja, quienes fueron asesinados en diferentes bombardeos. Una muestra más de la estrategia de exterminio genocida implementada con la subvención económica del imperialismo estadounidense y sus aliados europeos, que en el discurso simulan oponerse a la hambruna y el genocidio, pero en los hechos miran pasivos la muerte del pueblo y la nación palestina.

Quinto, la cínica campaña de Donald Trump, apoyada por Netanyahu, para “ganar” el Premio Nobel de la Paz, viene a ser la burla del colmo, mientras el imperialismo moviliza tropas navales para amenazar a Venezuela, incrementa el bloque a Cuba, juega al mediador en la guerra entre Rusia y Ucrania y se divide el mundo ante los ojos de la Unión Europea, y procura un discurso hipócrita respecto a la hambruna, el genocidio y la crisis de humanidad provocada por la decadencia de Occidente, del cual la cabeza mayor se bambolea entre barras, estrellas, armas y el abismo de su fin.

Sexto, el asesinato sistemático de periodistas; la censura de los monopolios de la (des)información; las campañas mediáticas pagadas con recursos públicos en los Estados Unidos, Israel y el mundo cuyo fin es presentar a Netanyahu y Trump como los salvadores la humanidad ante la “barbarie”; el bloqueo de publicaciones en redes sociales que cuestionan y/o denuncian el genocidio; así como la nueva campaña para “limpiar” la imagen del sionismo mediante la utilización de youtubers (quienes han empeñado el alma…) que difunde descaradas mentiras, son una señal de la grave situación a la que hemos llegado, y un síntoma más de la degradación de Occidente.

Ante todo esto, y mucho más, el reciente informe de la ONU sobre la hambruna en la Franja de Gaza no debe pasar desapercibido en la comunidad internacional, ya que su difusión y utilización para las denuncias penales en cortes internacionales contra Netanyahu y sus aliados por los crímenes de guerra y lesa humanidad, son una pequeña ventana de luz en esta ya larga noche de crisis de humanidad.

¡Palestina será libre!

 

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