Por la Paz. Otan, no. Por el cierre de las bases USA-OTAN. Andrés Piqueras
Desde la pasada Cumbre de Madrid se va a concretar un plan desesperado para revertir el retroceso mundial occidental-otanero a cualquier precio. Con al menos los siguientes objetivos:
I. Globalizar la OTAN. En donde China pasa a ser un nuevo “concepto estratégico”, es decir, en lenguaje llano, el enemigo prioritario a batir (no otro es el objetivo final del actual acoso a Rusia). Muy probablemente se abra en breve un nuevo frente de guerra activa (la guerra latente ya está presente) en torno al Pacífico, y en concreto en Taiwán, llamada por “Occidente” a desempeñar allí el papel de Ucrania en Europa.
Pero al mismo tiempo se contempla incluso una OTAN restringida frente a Rusia (según ha manifestado la propia Julianne Smith, la representante permanente de EE.UU. para la OTAN), en caso de que algunos de los subordinados europeos no terminen de convencerse del enfrentamiento total con el gigante eslavo (hace tiempo que el Eje Anglosajón lleva preparando la sustitución de una cada vez más moribunda UE, y de momento puede querer hacerlo a través de su brazo militar). Esa “mini-OTAN” incluiría sólo a los más decididos, los más guerreristas: USA-Gran Bretaña-Países Bálticos-Polonia y probablemente, si se deja, Turquía por su posición estratégica.
II. Reforzar la estructura de mando y multiplicar el gasto militar, intentando hacer de la industria militar un motor de las economías otaneras. Todo bajo el paraguas de unos Estados más y más militarizados.
III. Terminar de conseguir la “puertorriquización de Europa”, esto es, convertirla en una colonia sin relevancia política y en abierta decadencia económica. Prácticamente, con las sanciones a Rusia, EE.UU. está pidiendo a Europa que se corte las venas. Alemania, por ejemplo, sin la energía rusa, dejará de ser una potencia económica en pocos años (veremos hasta dónde la subordinación colonial europea es capaz de resistir los terremotos sociales y políticos de resultas de los padecimientos y deterioro de vida que aquélla acarrea a sus poblaciones).
IV. Preparar a la UE para una contienda nuclear en su territorio
Se precisa que las ciudadanías europeas acepten las políticas de muerte y la geoestrategia del caos de sus dirigencias tanto al interior como al exterior de los Estados. Para ello se busca y consigue la colaboración por activa o pasiva de las izquierdas integradas del sistema, las post y las neo-socialdemócratas, reformistas o pseudorreformistas de distinto pelaje, entre las que se encuentran ya la mayor parte de los partidos comunistas. Aun a pesar de la acelerada renazificación de Europa que todo ello significa.
Además de a la «guerra por delegación», poco a poco se prepara a las poblaciones europeas a la probabilidad de un enfrentamiento nuclear en el continente, bajo la falsa narrativa de que será controlado, “táctico”.
V. Coordinar un flanco sur en la guerra total de la OTAN.
La OTAN está abriendo un nuevo frente en el Sahel, que pretende el control de la región: Mali, Mauritania, Burkina Faso, Senegal, Níger, Nigeria… con algunos países convertidos ya en objetivos militares. Entre ellos, por supuesto, Argelia, a la que se busca desestabilizar y quizás a medio plazo aniquilar como se hizo con Libia.
USA invade de nuevo el Cuerno de África (mirando a Chad y Sudán) para cortar el avance chino y ruso en el área…
Aquí el Reino de España se convierte en objetivo militar de primera línea al ser el único país europeo-africano, y tras haber sacrificado su ya de por sí servil política exterior a las órdenes de la OTAN (traicionando aún más al pueblo saharaui), en su aproximación a Marruecos, régimen brutal devenido brazo armado otanista en el norte de África.
Y es aquí también donde la base militar de Rota cobra cada vez mayor importancia, tanto para las acciones en el Frente Sur o del Sahel, como para el hostigamiento al Mediterráneo oriental (Asia Occidental), como para la ofensiva contra Rusia. Es por ello que está aumentando sus dimensiones y su armamento, incrementando con ello también su peligrosidad para la población de la Península.
Ante todas estas consideraciones, sintetizamos tres conclusiones parciales pero ineludibles para el debate:
- Es importante para las izquierdas alter-sistémicas no fallar en el posicionamiento geoestratégico, geo-económico y geo-ecológico respecto a los procesos en curso en el Sistema Mundial capitalista.
- Las luchas de clase pasan hoy cada vez más decisivamente por las luchas anti-imperialistas.
- Ningún avance social será posible en adelante sin frenar al turbo-imperialismo o hiper-imperialismo, acentuado y acelerado, que encarna hoy el Eje Anglosajón y su instrumento privilegiado de guerra y caos mundial que es la OTAN. Deviene de vital importancia la lucha por la PAZ contra la OTAN, empezando por el cierre de las bases militares estadounidenses y de esa organización terrorista en nuestros territorios.
(Publicado en Diario Octubre el 3 de abril de 2024)