Guerras híbridasImperialismo e Internacionalismo

Yo, me, mi, conmigo (y el jardín). El Lince

«De lo contrario, nuestro modelo perecerá, no podrá sobrevivir en este mundo». Exacto. Por una vez, alguien en Occidente está reconociendo, a regañadientes, por supuesto, la realidad. Es Borrell hablando ante los embajadores de la moribunda UE esta semana. Es Borrell en estado puro. Es Borrell como portavoz del colonialismo occidental, ese que se vanagloria de que es un «jardín» amenazado por la «jungla» que está fuera y que o se corta y se modela (o sea, eso de orden basado en reglas) o se tragará el jardín. Fin de la historia. Occidente no da para más.

Todos los medios de propaganda han elogiado la «autocrítica» de este tipo en un río de palabras, las mismas, de valoraciones, las mismas, y de simplezas, las mismas. Todos los medios de propaganda han hecho lo que Borrell dice que hay que hacer: «La comunicación es nuestro campo de batalla: luchamos en la comunicación. Os facilitamos materiales y tengo la sensación de que no transmitís el mensaje con la suficiente fuerza. Necesito que mis delegaciones den un paso adelante en las redes sociales, en la televisión, en los debates. Retwittear nuestros mensajes, nuestros materiales del Servicio de Acción Exterior. Ciertamente, mi blog, que es la “consigna” de todos los días… Necesito que estés mucho más involucrado en esta batalla de narrativas. No es algo secundario. No es solo ganar las guerras enviando tanques, misiles y tropas. Es una gran batalla: ¿quién va a ganar los espíritus y las almas de la gente?»… «Los europeos hemos construido un jardín. Libertad, cohesión social, progreso económico. Fuera está la jungla y es poco habitable«.
 
¿Libertad de expresión? Por supuesto. Esta es una nueva muestra de los «valores democráticos» occidentales. Aprended un poco de gramática castellana: yo, me, mi, conmigo. Fuera de aquí, el caos. Fuera de aquí, el miedo. Nuestro modo de vida está amenazado, no es que nosotros amenacemos ni que lo hayamos provocado; es que somos provocados, es que nos tienen envidia. Eso es lo que hay que repetir una y otra vez. O el jardín, o la jungla. Tú eliges. Pero si no eliges lo que te decimos que tienes que elegir, atente a las consecuencias (véase la respuesta a las huelgas en Francia).
Yo, me, mi, conmigo (y el jardín). ¿Cómo se dice en inglés? En inglés se dice Estrategia de Seguridad Nacional. Fijaos la secuencia: la OTAN hablando de ejercicios nucleares, Borrell defendiendo el jardín, EEUU hablando del jardín… justo cuando el domingo comienza el XX Congreso del Partido Comunista de China. El evento más importante no ya de este año, sino de este lustro.
El mismo discurso, las mismas palabras, el mismo comportamiento. Fuera está la jungla. EEUU marca el camino y otros lo siguen. Es tradición que cada presidente de EEUU apruebe su ESN y Biden no ha sido la excepción. La pregunta es en qué se diferencia esto de lo de Trump. ¿Recordáis a todos esos papanatas de «izquierdas», Pablo Iglesias, Rafael Correa, Lula…, felicitando alborozados a Biden por la victoria? ¿Y sabéis que Boric quiere sustentar su presidencia con una visita de Biden a Chile? -estos son los referentes de la «progresía», así que hay poco que esperar de ella-. Trump hablaba de hacer América grande, Biden ha hecho a América grande: se ha tragado a Europa y Europa bala la melodía que le dicta EEUU. ¿Alguna oveja negra en Europa? Hungría, pero ya se sabe que Orban es autoritario, que reprime todo lo reprimible y especialmente los colorines arcoiris, que le hace ojitos a Rusia y Putin y que, en definitiva, es una flor que desluce el jardín.
No hay diferencias entre la ESN de Trump y la de Biden. Trump hablaba de que EEUU se tenía que oponer a «dos fuerzas revisionistas, Rusia y China». Biden ha ido más lejos: considera a China «el desafío geopolítico más serio» y a Rusia «la amenaza actual para la seguridad europea». EEUU tiene que hacer frente a ambas puesto que es «una potencia mundial con intereses globales» cuyo objetivo es «ampliar nuestra presencia en dos partes del mundo, Europa y la región de Asia y el Pacífico». Conjuntamente. Porque si no se hace así, «si una región se sume en el caos o está bajo el control de una fuerza hostil, esto afectará negativamente nuestros intereses en los demás». ¿Quién es esa fuerza hostil? Fácil: Rusia (mencionada 71 veces en el documento) y China (55 veces). Estos dos países son quienes están regando la jungla que amenaza el jardín.
 
Rusia y China son las dos principales amenazas para el jardín, pero tienen naturaleza diferente. A la primera hay que contenerla, a la segunda superarla. Y los dos son, por supuesto, «autoritarios» mientras que los del jardín son «democracias». ¿Y Ucrania, dónde queda «el país 404»? En ninguna parte. Es la puerta que impide el avance de la jungla, por lo que hay que defenderla a toda costa porque solo derrotando a Rusia se podrá derrotar a China, dado que «la próxima década será una década decisiva para que Estados Unidos compita con China».
¿Y Europa qué dice a esto? Borrell de nuevo: «delegamos nuestra seguridad a los Estados Unidos. Si bien la cooperación con la Administración Biden es excelente y la relación transatlántica nunca ha sido tan buena como lo es hoy, estamos en una relación fantástica y cooperando mucho; ¿quién sabe qué pasará dentro de dos años, o incluso en noviembre?… Ustedes, los Estados Unidos, se ocupan de nuestra seguridad. Ustedes, China y Rusia, proporcionaron la base de nuestra prosperidad. Este es un mundo que ya no existeEntonces, tenemos un cóctel difícil, interno y externo, y las viejas recetas ya no funcionan. Tenemos crecientes desafíos de seguridad y nuestra cohesión interna está amenazada».
 
La hegemonía occidental está desapareciendo y Occidente se está resistiendo a ello, pero cada vez comete más errores. Rusia nos ha metido de un empujón en un nuevo mundo, que ya existía, el mundo multilateral, y lo que pasa cuando recibimos un empujón y no caemos es que avanzamos varios metros de golpe. No todos. Europa no avanza, retrocede y está a punto de caer. El jardín se desmorona y la jungla (la multipolaridad) es presentada como la amenaza porque en la jungla ya se sabe lo que hay: gente no blanca, con otras culturas, con otros valores. Inaceptable.
Yo, me, mi, conmigo (y el jardín) para cortar de raíz cualquier posibilidad de coexistencia pacífica (esos bárbaros e incivilizados que viven en la amenazante jungla) y armoniosa entre las diferentes civilizaciones, que son muchas más que la occidental. El enemigo está ahí fuera, amenazando. Todo Occidente tiene que ser consciente de ello y para eso no hay que pensar, solo repetir: o conmigo o contra mí (Bush dixit). Ya lo ha dicho también otro emblemático medio de propaganda, el New York Times: «la ESN es una oda de auto-celebración al poder estadounidense». Yo, me, mi, conmigo (y el jardín).

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