Yunior García, Campeón Olímpico de la mentira, for Spain. Ramón Pedregal Casanova
Las mentiras, hijo mío, se conocen en seguida, porque las hay de dos clases: las mentiras que tienen las piernas cortas, y las que tienen la nariz larga. Las tuyas, por lo visto, son de las que tienen la nariz larga. Sintió Pinocho tanta vergüenza, que no sabiendo donde esconderse, trató de salir de la habitación. Pero no le fue posible: tanto le había crecido la nariz, que no podía pasar por la puerta.
Párrafo de Aventuras de Pinocho. Autor, Carlo Collodi.
Entre la palabrería de Yunior García en todos los chiringuitos de la ultraderecha española, vístase como se vista de moderna, europeista, progre, neoliberal, rancia, rijosa, saliendo de la tumba jajaja, entre todos sus vómitos, destaca el de la campaña de los Esclavistas Unidos que canaliza su realidad inventada a toda la población de su obediencia a través de sus medios de propaganda, esa realidad inventada es la que decía que Elliot Abrams, el encargado de Trump en las negociaciones con el ministro de Venezuela Señor Arreaza. Abrams, miembro de los regímenes de Esclavistas U. desde Reagan, pasando por el de Bush hasta el de Trump, es conocido por los asesinatos en masa que llevó a cabo el paramilitarismo y el ejército fascista de El Salvador, por su intervención en la guerra contra el pueblo de Nicaragua, guerra con la que asesinó a 60.000 nicaragüenses y por la que EEUU fue condenado por el Tribunal Internacional de Justicia, y el mismo Abrams fue condenado por el Congreso de EEUU, conocido como dirigente de la guerra contra Irak, dirigente del golpe de estado en Venezuela contra el Presidente Chávez en 2002, y seguidamente contra todo lo que tenga que ver con Nicaragua, Venezuela y Cuba. Entre los vómitos de Yunior, Campeón Olímpico de la gran mentira, ahora en su viaje for Spain, Las mentiras, hijo mío, se conocen en seguida, porque las hay de dos clases: las mentiras que tienen las piernas cortas, y las que tienen la nariz larga, copia a Pinocho, ¿por qué en vez de contar la historieta que inventa no cuenta de qué hablaban en las reuniones con los agentes de la CIA, en los cursos que le daban para realizar las provocaciones que pretendían en Cuba?, ¿puede decirnos de los acuerdos que tenía, tiene, con la mafia de Miami?, hay conversaciones grabadas con terroristas, ¿por qué miente cuando dice que le acosaban en su domicilio cuando hay grabaciones de las calles de La Habana, hechas por periodistas independientes, que prueban que no tenía ninguna vigilancia, que no estaban tomadas las calles por la policía, ni por el ejército, que tan solo tocó su puerta un periodista para hablar con él y su suegra le dijo que dormía?, ¿si estaba tan perseguido, cómo salió de su casa, llegó al aeropuerto de La Habana y con su propio billete y su visa de entrada a España se embarcó en el avión sin que nadie le molestase lo más mínimo?
Carlo Collody es el creador de Aventuras de Pinocho, no tenemos dudas de que Carlo Collody no es el creador de Yunior García, el Mentiroso Olímpico; de aquél han pasado muchos años, y del creador de Yunior como dador de falsas noticias no se duda ya, es un secreto a voces quién es, quién paga. Déjenme contarles una adaptación de una de las aventuras del muñeco de Collody a la historieta del muñeco Yunior García: en su viaje for Spain, dicho así por las ansias gringas del muñequito, se presenta en emisoras de radio, redacciones de periódicos, televisiones, promocionando su cuento de aventuras y desventuras, -copia, plagio, imitación con que compite egoístamente en exageración sin riesgo alguno con las mentiras inocentes de Pinocho, que sí tenían consecuencias, no como las suyas, las de Yunior, dadas al mercadeo en que lo convierte todo el capitalismo, becerro de oro que adora tanto como para mentir contra su país y su pueblo-, pues decía que la historieta de terror de Yunior es imitación de una de Pinocho, que la ha adaptado:
Yunior no, Pinocho, el Gran Mentiroso Olímpico, no, el muñeco de madera sí, andando por un camino en medio de la noche llega hasta una casa y llama, y dice el relato: Viendo que el llamar no le daba resultado, empezó a dar puntapiés y cabezadas en la puerta. Entonces se asomó a la ventana una hermosa niña de cabellos de un color azul precioso y de cara blanca como la nieve, con los ojos cerrados y las manos cruzadas sobre el pecho, que sin mover los labios dijo, con una vocecita que parecía venir del otro mundo. —¡En esta casa no hay nadie; todos están muertos! —¡Pues, ábreme tú!— gritó Pinocho suplicante y lloroso. —¡Yo también estoy muerta! —¡Muerta! Pues, entonces, ¿qué haces ahí en la ventana? —¡Estoy esperando la caja que ha de servir para enterrarme! …
¡Cómo le gusta a Yunior este pasaje! Así explica que su desaparición fue debida, como decían sus amigos, porque estaba muerto, era el muerto, y resulto vivo, ¡era el muerto vivo de la canción de Peret, ¿recuerdan?: A mi amigo Yunior García le pagaron su salario / y sin pensarlo dos veces salió para malgastarlo, … Peret le encontró en el más allá y nos ha contado que estaba de parranda, que no estaba muerto, que estaba tomando caño. Consultado un amigo psicoanalista sobre de qué escondite de su memoria habría sacado Yunior El Gran Mentiroso, no Pinocho, la casa que declara encontrarse rodeada de vigilantes en la que estaba muerto-vivo, me ha contestado que el parrandero parece traumatizado por lo que acontece en la cárcel de terror que Esclavistas Unidos mantiene en Guantánamo, puesto que es allí donde sus gringos mantienen prisioneros muertos-vivos, y por su condición de prisioneros no pueden abrir la puerta sin encontrarse con el ejército de torturadores yankees.
Por si alguien no lo sabe, en Guantánamo hay una prisión en manos del imperio, que dispone de ella desde su época colonial, y su ocupación es ilegal y contra la voluntad del pueblo cubano, y es denunciada como centro de tortura por los organismos internacionales de Derechos Humanos. Según parece ese antro inhumano ha inspirado al actor Yunior, el Gran Mentiroso Olímpico, nada menos que Campeón del Mundo, en su relato del muerto-vivo por emisoras, periódicos, televisiones, … y continua tomando caño, que está de parranda, dice el gran Peret.