Cultura, barbarie y propaganda de guerra. Declaración del FAI
CULTURA BARBARIE Y PROPAGANDA DE GUERRA.
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DECLARACIÓN DEL FAI
El Occidente político se autodefine como “el mundo libre” y cita, entre las libertades que proclama, la libertad de mercado, la libre circulación de capitales y la libertad de expresión. En realidad lo que practican es la libertad para acumular ilimitadamente por cualquier medio, a costa de cualquier otra libertad. La Alemania nazi se autoproclamaba “defensora de la cultura” al tiempo que quemaba decenas de miles de libros en todo el país, la acción más significativa, la de la plaza de la Opera de Berlín, tras una marcha de antorchas, que partió de la universidad de Humboldt y en la que participaron catedráticos y autoridades académicas. Lo hacían porque rechazaban la ideología que contenían y la temían, por eso querían dejar patente su voluntad y determinación de hacerlos desaparecer. También hoy los sionistas temen a los Palestinos por su mera existencia y tratan de hacerlos desaparecer.
El intento de Occidente de hacer desaparecer expresiones artísticas y programas de formación artística de la cultura rusa es el equivalente contemporáneo de los sucesos de 1933 en Berlín. Ray Bradbury se equivocó en el planteamiento de Fahrenheit 451: no sería una sociedad autoritaria quien tratara de eliminar la cultura, sino este “mundo libre”.
En las últimas semanas se ha prodigado todo tipo de boicots a las expresiones artísticas y a los eventos culturales acerca de esa cultura. En el Reino de España, el Festival de Mérida ha suspendido la actuación del Ballet de San Petersburgo; el Teatro Real ha hecho lo propio con el Ballet Bolshoi y la obra de Chaikovski El Lago de los Cisnes. La Filarmónica de Paris ha rescindido sus contratos con artistas de origen ruso que no condenen al Presidente Vladimir Putin. Lo mismo ha sucedido con el director de orquesta Valerie Georgiev en La Scala de Milán y la soprano Anna Netrbko en La Opera de Nueva York. La Royal Opera House de Londres, la Opera Metropolitana de Nueva York y el Carnegie Hall también participan de las “sanciones”, así como la Universidad de Milán, que ha suspendido un curso sobre Dostoyevsky.
En Cataluña se ha producido un caso que va un poco más lejos; el director de cine y músico serbio Emir Kusturica, ganador de dos Palmas de Oro en el Festival de Cannes, ha tenido que cancelar un concierto en Barcelona ante las amenazas de grupos ucranianos afincados en Cataluña. Hay que recordar que del mismo modo que los nazis alemanes, los nazis ucranianos que lucharon con Hitler se refugiaron en el Estado Español y su colonia más importante se encuentra en Cataluña.
Son los supuestos próceres que sostienen y gestionan la cultura como expresión universal del saber y el hacer humanos los que participan activamente y sin duda con entusiasmo, en este intento de hacer desaparecer una parte imprescindible de ella. Sin duda podrían pasar a formar parte del batallón de aculturación de la OTAN para adiestrarse en esta guerra híbrida desencadenada por la Alianza desde hace más de dos décadas.
Cuando expresiones artísticas y actividades académicas del más alto nivel son censuradas, no por sus contenidos sino por su origen, sin duda hemos llegado a la barbarie. La postmodernidad redujo la cultura a mera mercancía y espectáculo; el imperialismo la está convirtiendo en un instrumento de guerra a su servicio
Debemos recordar que el actual renacer del nazismo en la “vieja y culta” Europa, no es más que el rebrote del periodo de entreguerras, donde se produjeron 15 dictaduras filo fascistas y filo nazis. Debemos recordar también los ejércitos encubiertos de la OTAN en Europa, que cometieron cientos de atentados y que estaban formados esencialmente por nazis y filo fascistas.
No hace falta mucha imaginación para ver lo que está pasando. El martes por la tarde, en el Congreso de Diputados se emocionaron con la actuación de un actor mediocre metido en el papel de un heroico presidente acosado por una gran potencia. El guion es de la OTAN y la dirección de los EEUU; el titulo; “Viva la Barbarie”. Ni siquiera soportan que haya una “ensaladilla rusa”.
Frente Antiimperialista Internacionalista
8 de abril de 2022
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Es importante notar que el actual brote fascista (o si se quiere, neonazi) es ante todo una manifestación del Poder global. Y que va más allá de las etiquetas izquierda-derecha.
Por ejemplo, Marine Le Pen tiene ciertamente algo del fascismo clásico, en especial su demagogia xenófoba, pero recordemos que su corriente está perseguida por el Fascismo Global, encarnado por Macron.
Saludos cordiales.