Chile, un paso más
La demostración de fuerza y conciencia que ha dado el pueblo chileno en las urnas los días 15 y 16 de mayo, representa un duro golpe a la derecha neofascista y un paso más hacia la anhelada Convención Constituyente, el fin de los resabios legales de la dictadura de Augusto Pinochet se acerca. Resultado de las movilizaciones y protestas iniciadas el 18 de octubre de 2019 y más atrás, la conciencia proletaria-popular chilena se ha elevado materializando lo que en las calles, barricadas y paros ha demostrado usando ahora las urnas. El triunfo del pueblo ocupando la mayoría de lugares en la Constituyente representados por integrantes independientes, progresistas y de izquierda, dejó a los sectores conservadores aliados al presidente neofascista Sebastián Piñera con tan solo el 20% de los lugares, evitando así, la trampa impuesta por el gobierno que buscaba controlar un tercio que le permitiera bloquear cualquier cambio que afecte a sus interés propuesto en la Convención, aunque claro, no se debe cerrar los ojos ante todo tipo de artimaña conservadora-neofascista para sabotear, tergiversar o retrasar los procesos Constituyentes y los cambios esperados por el pueblo chileno.
Otra de las evidencias de la derrota importantísima que ha sufrido del régimen de Piñera y los sectores pinochetistas que además acerca el fin del periodo neoliberal en Chile cuya repercusión esperamos se extienda en toda Nuestra América, es el avance del bloque de Apruebo Digno (Partido Comunista-Frente Amplio), que logró ocupar importantes puestos, no solo en la Constituyente, sino también en la elección de Alcaldes y Gobernadores realizada en los mismos días, por ejemplo, la alcaldía de Santiago y la gubernatura de Valparaíso. De igual forma es necesario tener en cuenta que algunos de los ahora representantes de la Constituyente que comenzará sus trabajos el mes entrante, han surgido directamente de los movimientos sociales involucrados en la lucha y resistencia directa, entre ellos, movimientos feministas y medioambientales, logrando acumular una fuerza que hasta la fecha no habían mostrado en las urnas. Esto enriquece la Constituyente y a la vez complejiza los debates y propuestas que se presentaran para integrar la nueva Carta Magna chilena, ante lo cual, será necesario formar alianzas y bloques manteniendo la perspectiva original anti-dictadura y a favor de los derechos y necesidades del proletariado y los sectores populares, las discusiones tendrán que ir adentrándose en perspectivas anticapitalistas claras.
El contexto global complejo obliga a profundizar la conciencia proletaria-popular y a no confiarse, pues en la región la victoria de la derecha en Ecuador, las agresiones e injerencia del imperialismo estadounidense sobre diversos países como Venezuela y Cuba, así como la brutal represión en Colombia contra el pueblo en lucha, al igual que los efectos de la pandemia aún presente de Covid-19, son señales de que el camino aún es largo y nada fácil, no se olvide que en unos meses, el 21 de diciembre próximo, los chilenos y chilenas saldrán a votar en las elecciones presidenciales. Ahora Chile vive un cambio de ciclo político que ha reabierto las alamedas y avenidas a los sectores progresistas y de izquierda, tal y como dijera Salvador Allende previo a ser asesinado por las fuerzas golpistas de Pinochet, el pueblo ha recobrado tras décadas de dolor, represión, pobreza, explotación, precariedad de la vida y sumisión al imperialismo, su lugar en la historia y con mayor organización-conciencia ha dado un paso más rumbo a la conformación renovada de su sociedad y país, ante lo cual, los pueblos latinoamericanos y del mundo habremos de mantenernos solidarios y celebrar cada uno de los logros del gran pueblo chileno.