Declaración del Frente Antiimperialista Internacionalista sobre la campaña contra la Feria Internacional de la Defensa (FEINDEF)
Declaración del Frente Antiimperialista Internacionalista sobre la campaña contra la Feria Internacional de la Defensa (FEINDEF)
El FAI se suma a la denuncia que hace el colectivo Desarma Madrid de la Feria Internacional de la Defensa en Madrid, en la que se expresa el más profundo rechazo a su organización con las siguientes razones:
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Está abierta a la participación de industrias de países «principalmente de la UE, Hispanoamérica, Oriente Medio y Norte de África»… escenarios de las guerras que producen la migración de personas refugiadas que después no quieren acoger los países exportadores
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España es el 7º exportador de armas del mundo
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Promueven modelos de seguridad represivos y centrados en amenazas militares sobre la integridad territorial y política de los estados
Y, en consecuencia, se propone:
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Que IFEMA cancele el evento
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Que Ayuntamiento y la Comunidad Autónoma se desmarquen de la feria y auditen sus cuentas
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El boicot a la feria, y
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Que Madrid, Capital de Paz, sea declarada Ciudad libre de Comercio de Armas
El Frente Antiimperialista Internacionalista manifiesta su conformidad y su apoyo absoluto al acto de denuncia propuesto por el Colectivo Desarma Madrid. Sin embargo, consideramos que la denuncia en abstracto de este tipo de eventos relacionados con el comercio de armas precisa de algunas matizaciones, que sitúen en su justa dimensión el drama que ocultan.
España produce armas no para la defensa de su soberanía, a la que de hecho ha renunciado, ni las vende a otros países para que defiendan la suya, sino que la producción de armas es cuanto menos un mero negocio, cuando no una forma de apoyar a países y organizaciones mercenarias y paramilitares que siembran el caos y masacran a la población civil, como en Colombia, Libia, Arabia Saudí en Yemen o ISIS en Siria e Iraq o en los numerosos conflictos armados de África.
En esas condiciones, si, España es el 7º exportador de armas del mundo y, como consecuencia, estas armas aparecen en manos de los ejércitos mas sanguinarios y abyectos del planeta.
Por tanto, consideramos que la denuncia no puede limitarse a los que fabrican o venden armas, sino que debe dirigirse también a quienes las utilizan o provocan su utilización. Es el imperialismo, el afán de expolio de las naciones llamadas desarrolladas sobre las demás, el responsable último de la gran mayoría de los conflictos armados existentes.
EEUU, como potencia hegemónica imperialista, es la responsable de desatar todas las agresiones contra los pueblos y naciones que no quieren seguir sus dictados desde hace mas de 50 años. Y la OTAN es el instrumento del que se han dotado los EEUU para someter a otros pueblos de Europa e impedir que tengan autonomía en sus relaciones internacionales, haciendo a estos estados cómplices de sus agresiones y crímenes contra otros pueblos y naciones.
Han sido los EEUU los responsables de desatar la carrera de armamentos; ya en tiempos de la URSS, la actitud agresiva de todo occidente y los planes de ataques nucleares para la destrucción simultánea de decenas de ciudades de la URSS obligaron a ésta a desarrollar su propio arsenal nuclear.
No se puede colocar en el mismo plano a agresores y agredidos y no se puede medir con el mismo rasero a los que promueven la guerra que a los que se defienden.
Manifestar neutralidad y exigir el desarme en general es, objetivamente, reforzar las agresiones; en especial, cuando el agresor es mucho más poderoso que el agredido.
Disponer de un armamento adecuado resulta necesario cuando la historia coloca a los pueblos en la necesidad de defenderse de las agresiones. Pero fabricar armamento es muy costoso y complejo; solo está al alcance de algunas pocas potencias industriales; por tanto, los países sin la tecnología necesaria, no tienen más remedio que acudir al mercado internacional para hacerse con sus medios de defensa.
Las ferias de armamento que se hacen en occidente sirven en primera instanciapara el obsceno y siniestro enriquecimiento con el comercio de armas y con ello, para alimentar al complejo militar-industrial, unos de los grupos oligárquicos mas poderosos que dominan el mundo capitalista.
Si ninguna compasión por las víctimas, estos grupos, desde los gobiernos y agencias de sus países, promueven y alimentan continuas guerras en todo el mundo con el triple motivo de enriquecerse vendiendo armas, impedir el desarrollo de los países que no renuncian a su soberanía y se obstinan en sostener relaciones reciprocas con los demás y como escarmiento para los que dudan en hacerlo.
Un caso másespecialmenteflagrante es el de la guerra de Yemen, sostenida en la sombra por EEUU, Reino Unido, Israel y otros países de la OTAN, como España, que ha encontrado en este conflicto un jugoso nicho de mercado para sus municiones y explosivos (incluyendo algunos prohibidos por la legislación internacional), que vende a Arabia Saudita como uno de sus más importantes proveedores y con las que se masacran diariamente civiles y niños ante la indiferencia de occidente, que lo relata como si fuese una fatalidad inevitable.
De la misma forma, España ha demostrado ser un suministrador de armas y sistemas de «defensa» a Colombia y otros países del subcontinente americano, en donde sus fuerzas armadas juegan un papel de primer orden en la estrategia de hostigamiento y guerra contra Venezuela y los países que han demostrado su autonomía con respecto a los EEUU, al tiempo que masacran a sus propias poblaciones.
Lo objetivamente perverso no es que exista el comercio de armas, que resulta ineludible para aquellos países que no disponen de tecnología o recursos para fabricarlas y necesitan defenderse de agresiones exteriores; es, por el contrario, la exhibición impúdica de las armas en un mercado público, como si de cualquier producto de consumo banal se tratara y sin tener en consideración en manos de quienes van a terminar. Por tanto, lo condenable es este tipo de ferias de armamento, orientadas a una clientela que se sabe de antemano que va a hacer todo lo necesario para garantizar los intereses imperialistas como fuerzas proxy, ahorrando a las potencias centrales el trabajo sucio sobre el terreno.
En consecuencia, el FAI, dentro de su campaña «70 años de guerra. OTAN no, bases fuera» (https://frenteantiimperialista.org/campanas/70-anos-de-guerra-otan-no-bases-fuera/), desea poner de manifiesto que solamente una actitud decidida de denuncia del imperialismo, de defensa de nuestra propia soberanía y de presión sobre nuestros gobernantes para abandonar y clausurar la OTAN y desvincularse de los EEUU podrá ayudar, a largo plazo, a resolver el trágico panorama de guerra, destrucción y muerte que asola el planeta.
Madrid, a 28 de mayo de 2019.
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El requisito de los agresores es que se desarmen los que defienden su soberanía o derechos (los agredidos a factibles de agresión por insumisos a los intereses imperiales o imperialistas). Por lo que las exigencias de desarmarse deben implicar el desarme en general, comenzando por que lo hagan las potencias armamentísticas dejando de producir armamentos para a continuación ir destruyendo las existentes para utilizar en lo posible sus materias primas para fines pacíficos (para nada una distopía por la que no merezcan la pena toda la dedicación y esfuerzos posibles).