El hielo de la estepa. El lince
Hay mucho barullo con la petición de Suecia y Finlandia de ingresar en la OTAN. Como siempre, hay que mirar más allá, mucho más allá porque Ucrania no es la razón sino la excusa. Porque la decisión de ampliar la OTAN por el hielo no tiene nada que ver con la estepa. Viene de mucho antes, y tiene una palabra que lo explica: Ártico.
Me sorprende que los anti-OTAN no se hayan dado cuenta. Por supuesto que los pro-OTAN lo ocultan. Pero el control del Ártico, donde Rusia está trabajando muy denodadamente y tiene grandes infraestructuras, sobre todo gasísticas, lleva años siendo un «dolor de cabeza» para la OTAN e, implícitamente, así lo ha reconocido el presidente de Finlandia al afirmar que Rusia no tiene ningún plan para atacar a su país, pero que «hay otras cosas». Esas otras cosas son monetarias. Porque desde hace años EEUU viene protestando ante Finlandia porque este país (sorpresas te da la vida) es donde se construye una parte de los rompehielos que tiene Rusia en funcionamiento para trabajar en el Ártico. Por lo tanto, Finlandia no entra en la OTAN por ideología, sino por cartera. Porque se asegura, y pronto lo veremos, un suculento contrato para la construcción de la flota de rompehielos de la OTAN, que ahora es inexistente.
Ucrania es la excusa de lo que la OTAN (léase EEUU) lleva años pretendiendo, y ahora es el momento. Entretenidos con los nazis, una parte, olvidamos otra o el todo. Pero ellos no. Ya en 2018 estos dos países, supuestamente neutrales, solicitaron participar en las primeras maniobras que la OTAN hizo en Noruega para «lanzar un potente mensaje a cualquier enemigo potencial» en la zona. Bonita neolengua, como la de los «evacuados», que no rendidos, nazis de Azovstal. Porque da la casualidad que los países que se reparten el Ártico son Noruega, Dinamarca, Canadá, EEUU y Rusia. Es decir, cuatro de la OTAN y uno que no. Luego lo de «enemigo potencial» tenía, y tiene, un nombre: Rusia. En 2019 se lanzó otra historieta parecida al nombre de «libertad de navegación». Curiosamente, cuando China comenzó a colaborar con Rusia en el Ártico en lo que se denominó la Ruta de la Seda Polar.
Y aprovechando que la gente miraba para otro lado, este mes de marzo, el 3, más concretamente, los dos «neutrales», Suecia y Finlandia, participaron con la OTAN en otras maniobras en el Ártico. Así que los de siempre ya pueden acusar a Rusia de haber provocado su incorporación oficial a la OTAN. Es como lo de Ucrania, malo si no lo haces, malo si lo haces. En este caso se iba a hacer de todas todas, aunque Ucrania proporciona la cobertura adecuada.
Menos mal que tenemos a Turquía, que lo está parando. Por cuanto tiempo, no lo sé, pero los turcos van a vender caro su sí final. Y pagarán los kurdos (que se lo merecen, por ignorantes geopolíticos y sumisos vasallos estadounidenses) y entonces los veremos correr asustados hacia algún trato con Assad. Pero esa es otra historia. Simplemente os recuerdo que Grecia paró durante un par de años el ingreso de Macedonia del Norte en la OTAN por una cuestión del nombre del país. Solo que ahora a la OTAN le corre mucha prisa y no puede permitirse el lujo de dilatar en el tiempo el ingreso de Suecia y Finlandia. Por lo tanto, tendrá que hacer concesiones a Turquía, y rápidamente.
La OTAN tiene que darse prisa porque está perdiendo la guerra en Ucrania (ver la post data) y necesita un refuerzo político y moral. La rendición de los nazis del Azov (1.908 hasta la fecha, y hasta la Cruz Roja ha reconocido que «la cifra es mayor de la que se esperaba») deja aún más desnuda su estrategia, y aún está por descubrirse quiénes están realmente aún dentro de la acería porque no todos se han rendido, especialmente los cabecillas, y desde hace tiempo se rumorea que hay asesores de la OTAN allí. Si es cierto y caen en manos rusas, el golpe será demoledor.
Aquí tenéis otro par de vídeos de ello.
https://vk.com/video/@readovkanews?z=video-163061027_456266945%2Fclub163061027%2Fpl_-163061027_-2
https://vk.com/video/@readovkanews?z=video-163061027_456266958%2Fclub163061027%2Fpl_-163061027_-2
Es por eso que la OTAN teme tanto la derrota militar, por eso se multiplican las afirmaciones (el alemán Scholz ha sido el penúltimo en decirlo) de que «no podemos permitir que Rusia gane en Ucrania», porque una victoria rusa significa el fin de la supremacía de Occidente en todos los aspectos, incluido el militar y pone al desnudo la incapacidad de la OTAN por muchos miembros que tenga.
Hasta ahora algunos países habían hecho frente a EEUU, le habían perdido el miedo (el caso de Irán al atacar una base de EEUU en Irak es el más claro, aunque fuese un poco pantomima), pero ha sido más en una táctica defensiva que ofensiva. Rusia ha convertido lo defensivo en ofensivo. Este es el desafío. Si Rusia gana, y lo está haciendo, el mundo verá que EEUU es impotente política, económica y militarmente. Y entonces los desafios a EEUU (y, por defecto, a sus vasallos, es decir, a Occidente) se convertirán en norma y terminará la dominación occidental del mundo. Eso es lo que está en juego en Ucrania, y eso es lo que se intenta parar y/o retrasar con cosas como el ingreso en la OTAN de Suecia y Finlandia, reforzar el flanco occidental y poner a estos países bajo el control absoluto de EEUU.
Por eso no hay que fijarse en la OTAN sino en su jefe, EEUU. Hurgando un poco por ahí he encontrado que desde 2019, precisamente, cuando aparece en escena China, existe una estrategia militar estadounidense que se denomina «Recuperar el dominio del Ártico». El nombre lo dice todo, y eso es lo que hay detrás de toda esta historia de Suecia, Finlandia y la OTAN.
No solo es Rusia, es también China. El zombi de la UE se mueve solo a impulsos de la OTAN, y estos impulsos los proporciona el patrón, EEUU, y la contención de China tiene que ser total y el Ártico le proporciona una buena vía de escape al estrangulamiento del estrecho de Malaca, donde EEUU acaba de meter en vereda a Japón con una declaración conjunta sobre «disuadir militarmente a China». Esto es una consecuencia directa de la debilidad de la moneda japonesa, el yen, ya ampliamente superada por el renminbi chino como moneda en la que trabaja el FMI.
EEUU quiere cerrar a China esa vía de escape marítima y Noruega no es suficiente para esta estrategia, por lo que hay que «ayudarla» con el resto de países escandinavos, sobre todo con Finlandia, que es quien tiene más frontera con Rusia, terrestre y marítima. Para EEUU, así se refuerza su papel en el Ártico y se cierra la ruta China.
La estepa ucraniana ha sido un buen escudo para tapar todo esto, añadiendo, además, la anestesia de una «opinión pública» (?) que va a dejar pasar todo esto por emotividad: si enseñamos lo malos que son los rusos, todo esto pasará mucho mejor.
¿Todo esto estaba en la mente de EEUU cuando despreció las propuestas rusas antes de la crisis? A posteriori, no me cabe ninguna duda. Con ello, el Mar Báltico pasa a ser un mar de la OTAN, pero eso reforzará aún más la decisión rusa de convertir al Mar Azov en el mar interior de Rusia.
Os apuesto un par de cervezas a que el tema del Ártico sale a relucir en la reunión de la OTAN del mes que viene en Madrid. Y entonces sí se podrá decir, sin presunciones, que asistimos a los preludios de una Tercera Guerra Mundial, aunque ya se está librando a través de medios híbridos (sanciones, «informaciones», de poder como en Ucrania…). Porque por mucho que veamos sonrisas en unos y miedo en otros (los pusilánimes de siempre), la realidad es que la incorporación de Suecia y Finlandia a la OTAN es como realizar una transfusión de sangre a un moribundo: se alarga el declive, pero no se para. Por eso lo que pase en Ucrania es determinante, y lo que está pasando no es alentador para la OTAN ni para Occidente.
P.D.- Que la OTAN está perdiendo en Ucrania se pone de relieve con la iniciativa de paz que acaba de proponer Italia en la ONU. Que sea esquizofrénica es otra cosa, pero indica el nerviosismo existente.
Este plan consiste en lo siguiente: alto el fuego, conferencia de paz con mediadores, Ucrania no ingresará en la OTAN pero sí en la UE, Crimea y el Donbás tendrán «plena autonomía» como parte de Ucrania. Cuando todo ello se haya pactado, Rusia retirará sus tropas y se levantarán «gradualmente» las sanciones. Una vez hecho todo, se firmará un acuerdo multilateral sobre la paz y la seguridad en Europa.
Es decir, si Europa se hubiese tomado en serio su «mediación» con los Acuerdos de Minks de 2015 (Alemania y Francia miraron siempre para otro lado y no presionaron a Ucrania para que los cumpliese) se habría evitado todo esto. Pero lo interesante es que se ve que las sanciones (ilegales, según el derecho internacional), están para quedarse y por eso, como con Irán, se habla de que se levantarán «gradualmente».
No obstante, es una negación de todo lo que están diciendo, que Ucrania gana y que Rusia pierde. Pero encubre la derrota militar no solo de Ucrania sino de la propia OTAN. Que sea una iniciativa italiana está por ver, puesto que el 10 de mayo Draghi fue a Washington a rendir pleitesía a Biden. Que este movimiento se haga una semana más tarde de eso indica cómo es la realidad que se oculta y que eso de «victoria en el campo de batalla» y que «Rusia no puede ganar» no son más que cuentos para niños.
Como vengo diciendo, en lo único que es bueno Occidente es en la propaganda, y todavía hay mucha gente que se la cree.
(Publicado en el blog del autor, el 20 de mayo de 2022)
[…] […]