El pantano de los perros ladradores. El lince
Mientras toda la jauría occidental sigue desatada con el tema de Ucrania, especialmente EEUU, Rusia sigue callada. Pero el que esté callada no quiere decir que esté quieta.
El documento firmado con China este 4 de febrero es no solo un muy serio toque de atención a Occidente, sino un cambio de juego total: la declaración conjunta brinda un apoyo total a Rusia, respalda su demanda de garantías de seguridad y se opone a la expansión de la OTAN. Que nadie busque tres pies al gato en forma de alianza militar, compromiso de seguridad y otras zarandajas al estilo de la OTAN y su «ayuda mutua», art 5 y así. No, Rusia se basta y se sobra ella sola contra toda esta patulea de perros ladradores. Pero no se descarta y se avisa de ello.
Se debería leer con detenimiento porque, entre otras cosas, se habla de una coordinación en el Consejo de Seguridad de la ONU, en la defensa del derecho internacional y el rechazo al «orden basado en reglas» que quiere imponer EEUU. Es decir, hay un compromiso real de China de mitigar y/o ayudar a Rusia frente a las sanciones con que amenazan los perros ladradores.
Así, hay un aspecto que no aparece en el documento pero que es crucial: el fortalecimiento de los vínculos no solo políticos, sino económicos, especialmente de petróleo y gas por parte de Rusia y la construcción de un nuevo gasoducto, el «Poder de Siberia 3» en un plazo de tres años. El «Poder de Siberia 2» entrará en vigor este año. Ahora, seguir con los ladridos occidentales sobre el «Corriente del Norte 2» y veréis que no es más que un intento, tal vez el último, por parte de Rusia se mantener un vínculo con Europa pero que no es imprescindible, en absoluto, para su economía. Es por eso que en este «Poder de Siberia 3» acordado se especifica que el pago será en euros. Tanto a Rusia como a China les interesa poner el hueso delante del hocico de los perros europeos para que saliven con lo que pierden si continúan ladrando al son de EEUU. ¿Y por dónde lo van a construir? Por Kazajistán. Ya os dije que siempre, lo que se dice siempre, debéis tener a mano un mapa cuando se habla de las cosas y del por qué hay que ver siempre un poco más lejos de la punta de la nariz.
No es tanto EEUU como la moribunda Unión Europea la que tiene problemas. Queda claro, para quien quiera entender, que Rusia no necesita a la UE para nada, que está diversificando su mercado de petróleo y gas y que las famosas sanciones lo que van a hacer son cosquillas. Vamos a ver si la UE aprende, si prefiere seguir recibiendo un suministro garantizado de gas a precio más bajo que desde otros lugares o sigue ladrando a la mano que le calienta.
Con el apoyo chino, Rusia no va a retroceder en absoluto y no se va a dejar intimidar. Hay una cuestión a notar en el documento: China elude hablar de Ucrania, incluso de Crimea, mientras que Rusia sí habla de Taiwán. Es una clara concesión rusa que permite a China seguir manteniendo su estrategia de no involucrarse en cuestiones internas.
Por lo tanto, y en el peor de los casos, China no va a criticar lo que haga Rusia ante las provocaciones de EEUU, la OTAN o los neonazis ucranianos si, por ejemplo, atacan el Donbás. Porque tengo la impresión de que la estrategia rusa, con el asentimiento chino, es que está esperando pacientemente la provocación para dar el golpe definitivo.
Definitivo porque Rusia y China están viendo que EEUU está empantanado en su estrategia en Asia, que no sabe cómo reaccionar en varios frentes y que está utilizando la estrategia de los ladridos en Ucrania para que no se vea cómo hace agua en su gran objetivo: impedir el afianzamiento de Eurasia como el eje sobre el que está pivotando el siglo XXI. Así hay que interpretar lo ocurrido en Afganistán, el Irán, en Kazajistán e, incluso, en Corea del Norte.
Que este país esté haciendo pruebas de armas una tras otra no se entiende si no se ve en esta perspectiva y, sobre todo, el que Rusia y China tumban en la ONU un intento de más sanciones por ello. Corea del Norte cuenta, por acción y por omisión, con el apoyo de Rusia y de China en ello porque, además, es una forma de advertir a EEUU que tiene muchas grietas. Otra si se tiene en cuenta lo que os conté de que Rusia y Siria realizan patrullas aéreas conjuntas en el Golán ocupado por Israel, que hay fuerzas rusas en el puerto de Lakatia y que Israel tiene muchas dificultades para mantener sus aeropuertos en condiciones de operatividad por las «interferencias electrónicas rusas«. Tú me tocas los pies con Ucrania, yo te los toco en otras partes. Ucrania es sensible para Rusia; Israel y Corea del Sur (y Japón) lo son para EEUU.
Estamos asistiendo a un pulso a ver quién cede antes, porque alguien va a ceder y adelanto que no será Rusia. Y menos después de la declaración conjunta ruso-china.
El apostar por el derecho internacional es una señal fuerte para Occidente, que lo desprecia si no le es conveniente. Es la señal definitiva para un Nuevo Orden Multilateral en el que Occidente deja de tener poder e influencia. «Los dos países buscan proteger la arquitectura internacional impulsada por las Naciones Unidas y el orden mundial basado en el derecho internacional, buscar una multipolaridad genuina con las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad desempeñando un papel central y de coordinación». Es decir, le están diciendo a Occidente que se acabaron sus aventuras extra-ONU (Yugoslavia, Irak, Libia, Kosovo) y que apuestan decididamente por la «democratización de las relaciones internacionales».
La declaración conjunta lo dice de forma muy clara y precisa: «las relaciones internacionales ingresan en una nueva era».
Y es verdad. La declaración conjunta ruso-china pone a Occidente, EEUU y sus vasallos, el bozal. Porque solo caben dos respuestas: o siguen ladrando o se callan. En el primer caso el panorama que tienen delante no es alentador, sobre todo los europeos. En el segundo significaría que están listos para unirse al proceso de transformación del mundo en el que ya no tienen la hegemonía.
Aquí hay que tener en cuenta los precedentes de todo ello: tanto Rusia como China, por separado, han dejado en claro reiteradamente que están listos para lo que sea, incluso una confrontación militar con Occidente, si es necesario. Ahora lo hacen conjuntamente, pero ponen el énfasis en la cuestión diplomática y en algo que los afecta a los dos: OTAN y Taiwán o el AUKUS famoso. Guante de hierro envuelto en terciopelo. Pero, por si hubiese dudas, los dos países se refirman en algo crucial: «La amistad entre los dos estados no tiene límites, no hay áreas de cooperación ‘prohibidas’, el fortalecimiento de la cooperación estratégica bilateral no está dirigido contra terceros países ni está influenciado por el cambio del entorno internacional y cambios coyunturales en terceros países”. Es obvio a lo que se están refiriendo: a la cooperación militar.
Que la cooperación entre los dos países ha alcanzado un nivel sin precedentes es tan obvio como que hay noche y día. Que comparten el diagnóstico de cuál es el origen de las amenazas a la estabilidad global, y que ese origen es Occidente (especialmente EEUU), también.
(Publicado en el blog del autor, el 7 de febrero de 2022)
Excelente análisis, como siempre. Muy conveniente en un país en el que la gran mayoría de los medios de comunicación pertenecen a esos perros de ladrido monocorde