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En tiempos de crisis y guerras… El lince

En Alemania sigue la tendencia: el neofascismo crece, al igual que la izquierda alternativa. Aunque el establecimiento local y mundial, léase occidental, está respirando aliviado momentáneamente por la pírrica victoria de los socialdemócratas en las elecciones de este domingo en Brandeburgo, no es esto lo que hay que tener en cuenta. Para nada.

Los socialdemócratas han ganado con el 30’9% frente a los neonazis de Aternativa para Alemania (29’2%). Lo curioso es que los cristianodemócratas (12’5%) han votado a los socialdemócratas. Estos han aumentado su porcentaje en un 4’7% respecto a las anteriores elecciones, curiosamente casi lo mismo que han perdido los cristianodemócratas (3’5%).

No es esta la resistencia que hay que tener en cuenta, porque no lo es como no lo fue en Francia, sino la de la izquierda alternativa que representa la Alianza Sahra Wagenknecht (13’5%) y que barre, otra vez, a los Verdes y a Die Linke. Se ha reproducido, aún a mayor escala, lo de Turingia y Sajonia donde estas dos formaciones «progres», belicosas e insípidas, desaparecieron de hecho.

Aparte de la inmigración, el caballo de batalla reaccionario de toda Europa, la AxA ha abordado otras cuestiones sociales que son inexistentes para un gobierno que solo ha tenido como preocupación el apoyo a los neonazis del país 404, antes conocido como Ucrania. Pero aquí la AxA se ha encontrado con un enemigo: la ASW.

La ASW ha centrado su discurso en dos cuestiones centrales para la mayoría de la población: los salarios de miseria, la precariedad laboral, la sanidad, los despidos en masa que se avecinan, las pensiones y la crítica a la postura del gobierno y de la OTAN con la guerra contra Rusia. No es casualidad que este discurso, repetido tanto en Turingia como en Sajonia y ahora en Brandeburgo, haya atraído a mucha gente. El mérito de la ASW es que ha sacado estas cuestiones del debate reaccionario, siempre acogidas de forma tangencial, incluso por los «progres», y las ha convertido en centrales.

Die Linke ha entrado de forma clara en su etapa de disolución (ha sacado el 3%, tenían el 10’7%). Ya no tiene futuro como formación política. Los Verdes, los fanáticos y belicistas verdes, todavía resistirán en el oeste de Alemania porque los niñatos de las ciudades siguen con su discurso floreado sin sustancia, pero con mucho menos poder. No en vano son quienes con más fuerza han criticado a la ASW. Aunque les ha salido el tiro por la culata (4’5% ahora cuando tenían el 10’8%).

La gente está viendo que en tiempos de crisis y de guerras hay que optar, no valen los incoloros ni los insípidos. Porque la cosa está que arde, literalmente.

 

Hoy el estercolero mediático recoge esto, que ya era sabido y que se ocultó deliberadamente. Dice: «Próximo shock en la industria automotriz: el principal proveedor de automóviles del mundo cierra todas sus instalaciones». No había que asustar más de lo debido, por eso se recoge ahora. Como esto otro, también de hoy: el banco central de Alemania, el Bundesbank, ha dicho que «en medio de la crisis de la industria automovilística la caída del sector manufacturero se ha vuelto a profundizar, destruyendo cualquier esperanza de una rápida recuperación. Es probable que estas cifras alarmantes intensifiquen el debate en curso en Alemania sobre el riesgo de desindustrialización y lo que el gobierno debería hacer al respecto”.

Aparte de suicidarse, como está haciendo tras las elecciones de Turingia, Sajonia y la de ayer, el gobierno (socialdemócratas, verdes y liberales) solo puede hacer una cosa: volver a relacionarse con Rusia. Pero por su sumisión y vasallaje a EEUU no lo hará. Luego solo queda aceptar el dolor. Y consolarse con cosas como la de ayer.

La enfermiza actitud con el apoyo a los neonazis del país 404 ha hecho que el «Made in Germany» sea un hechizo roto. Hoy ya no supone nada. Alemania está técnicamente en recesión y solo un cambio radical de postura geopolítica puede salvar al país. La economía colapsa porque todos los recursos van al país 404. Y ahora se ven las consecuencias.

No es solo lo que publica el estercolero, sino la realidad. Volkswagen anunció el 3 de septiembre que planea cerrar plantas en Alemania por primera vez en sus 87 años de historia. El 11 dijo que rescindiría varios convenios colectivos, incluido el que garantiza el empleo en sus plantas y que excluía los despidos hasta 2029.

Volkswagen ha sido la primera, la van a seguir Mercedes Benz, BMW y Opel. Son 30.000 los trabajadores de estas industrias los amenazados de despido en estos momentos. Mercedes y BMW ya preparan reestructuraciones de plantilla.

Y como era previsible tras la decisión de la Unión Europea de sancionar al simpático abadejo, pez de la familia del bacalao, que se importa desde Rusia y que es la base de una popular comida alemana, ha quebrado ya la primera industria naviera del país.

Alemania no ha tenido ningún empacho en armar a los neonazis del país 404 y ahora está cogiendo los resultados. Por la derecha y por la izquierda. Porque, curiosamente, también los neonazis de la AxA son críticos con este envío de armas, aunque sueñan con fanfarrias hitlerianas.

Son tiempos de crisis y de guerras, por lo que las posiciones de los incoloros e insípidos «progres» no tienen cabida. O se está con el poder o contra él.

Por cierto, ¿sabíais que Alemania también suministra el 29’7% de las armas que recibe el IV Reich sionista, antes conocido como Israel?

(Publicado en el blog del autor, el 23 de septiembre de 2024)

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